1. Incondicional.

Buen día, mi nombre es Loyal, así es, como «Leal» en español.

Estoy esperando a mi amo, llevo diez años aguardando por él en el mismo lugar, todas las tardes aparece en el horizonte, justo antes de que la gran estrella amarilla se apague.

¡Qué emoción! Ahí viene, directo hacia mí. Es un poco agotador levantarse, me sostengo en mis cuatro peludas patas, mi cola empieza a delatar en un frenesí mi felicidad, intento avanzar hacia él pero después de unos pocos pasos me detengo, no vale la pena intentarlo, él no va a notar mi presencia, retorno a mi antiguo lugar y tomo asiento después de dar como diez mil vueltas en el mismo sitio, mi pata izquierda descansa perezosa sobre el pasto.

Lo observo y camina enfrente de mí, mi cola aún se abanica de un lado a otro, un agudo chillido brota de mi garganta pero nada, es la misma historia de todos los días, yo trato de captar su atención pero para él es como si yo no existiera; me parece algo perturbador esa mirada carente de sentido que lleva siempre. Y ahí va otra vez, sin cesar su andar hacia quién sabe dónde, no creo que tenga un destino en concreto, lo bueno es que siempre regresa aquí.

Lo extraño mucho, pero por lo menos me queda la satisfacción de que puedo verlo todos los días pasar, se podría decir que una parte de mí está en paz porque sé con seguridad que está bien, lo miro a detalle y no noto nada fuera de lugar, físicamente luce bien, pero me pregunto: ¿cómo se sentirá? ¿Será que él sabrá que ya no pertenece más a este mundo?

Me duele tanto su indiferencia pero no lo culpo, mi amo nunca me dañaría a propósito, sólo nos tenemos el uno al otro, él me ama con todo su ser, incluso en momentos oscuros como éste. Desearía que todavía estuvieras a mi lado, amo; pero eso no puede ser, ahora pertenece a otra dimensión y no puedo visitarlo, aún no es el momento indicado.

Una parte de mí se perdió cuando te marchaste lejos, amo; gracias por regalarme una oportunidad y por sacarme de las sucias calles, tuve la más maravillosa vida que una mascota podría tener a tu lado. Mis momentos favoritos fueron creados contigo.

Lo extraño demasiado, extraño que me tratarás como un bebé cuando era sólo un pequeño e indefenso animal, extraño descansar junto a ti y cuando ojeabas en voz alta tus literaturas favoritas en la cama antes de dormir, nunca comprendí ni la mitad de lo que leías pero ahora que esos momentos ya no existen más, los añoro; extraño acurrucarme por tus pies mientras tú escribías tus sueños en la vieja máquina de escritura, extraño jugar a traer la pelota o el palo, extraño cuando me sobabas la pancita y cuando acariciabas con cariño mi cabeza, extraño los baños de burbuja con olor a fresa y cuando me cepillabas para dejar mi pelaje sedoso, extraño tu confortante tono, la forma en que me llamabas y tus demás muestras de afecto, extraño la manera en que preparabas mi comida, eras un excelente cocinero; y por sobre todas las cosas, extraño los radiantes atardeceres junto a ti, yo sentado sobre el suelo y tú descansando en tu silla mecedora.

La noche ha tomado posesión del espacio y debo de admitir que aunque han pasado muchos años, todavía sigo teniendo miedo de dormir afuera y más cuando se trata de un lugar tan lúgubre como éste, mi único consuelo es que tú descansas a la par mía.

Mis párpados se sienten pesados y mi vista está empezando a ceder debido al cansancio producido por el paso de los años, en cualquier instante voy a caer rendido pero no quiero, tengo un sentimiento extraño; mi mirada se queda fija en tu nombre, tratando de no perder el enfoque y recordándote para no extraviar ningún detalle importante sobre tu persona; en serio estoy muriendo de sueño.

No te preocupes por mí, amo; pronto estaré a tu lado para acompañarte como tu mejor amigo por siempre.

...

Mis ojos se abren de pronto a causa de un ruido inusual, resulta que sólo son un par de hojas secas que están siendo empujadas por el viento de Otoño, ya es de día y yo no me había dado ni cuenta, aunque el clima debería ser apagado, los rayos de la gran bola flamante caen sin piedad sobre todas las superficies, lo que indica que probablemente sea mediodía.

Me levanto para acomodarme, con el principal objetivo de esperarte otro día más, ya me siento mejor, ya no tengo ese presentimiento que cargaba conmigo ayer. Mi pata izquierda se introduce en la húmeda tierra, creo que soy muy torpe, observo curioso mi extremidad y me sobresalto, estoy un poco asustado y justo ahora me percato que soy alguna clase de espectro, mi cola baila de genuina alegría, al fin podré ir contigo, mi más grande deseo es estar a tu lado y gracias a Dios se ha vuelto realidad.

Espero por ti y el tiempo se me hace eterno, después de varias horas al fin ha llegado el momento, la puesta de sol está aquí y logro divisar tu figura, te diriges hacia mí, llevo acabo la actuación de siempre, creo que ya se ha vuelto un hábito en mí, justo acabas de cruzar por delante y yo te sigo por detrás con paciencia, entregándome como tú lo hiciste alguna vez conmigo.

...

Nota: El escrito está dedicado con inmenso amor a los animales y especialmente a mi perrita, Sombra.

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