Capítulo 4

Forastero


Zayn me acerca un poco más y trata de besarme. Su nariz roza la mía y sus labios poco a poco se acercan más a los míos. Tomo con mis manos sus tiernas mejillas solo para notar que están tibias. Y, le susurro: "Te amo, Zayn Beckett". Y él solo me dice: "¿Me amarías aun si no fuera Indiferente?"

Frunzo el ceño y sonrío al mismo tiempo al darme cuenta que se ha toma el apodo que por todo este tiempo le he dicho; parte de ese tiempo se lo dije en mi mente. Zayn ríe al descubrir mi pequeño secreto.

—Te amaría aunque fueras un cubo de azúcar —le afirmo con seguridad, Zayn ríe y terminamos dándonos ese tierno beso que ambos esperábamos con anhelo.

Inmediatamente nos separamos un poco al escuchar que alguien se aclara la garganta con incomodidad.

—Lamento interrumpirlos pero, señor Beckett, su tía, la señorita Natasha, desea verlo en este momento —dice una de las mucamas—. Ella lo espera en el salón de los espejos.

Zayn la mira un momento con el ceño fruncido. Creo que sé lo que está pensando. Odia que nos interrumpan, como ese día en su apartamento con la llegada de Thom. Obviamente no siente molestia por la servidumbre pero efectivamente lo hace por su familia, en este caso con Natasha.

—Gracias por la información —dice Zayn quien deja de abrazarme y toma una posición tensa y defensiva.

—¿Qué querrá Natasha? —pregunto dudosa, aunque quizás no reciba respuesta.

—No lo sé, pero lo averiguaré.

—Iré contigo.

—No, tú quédate aquí. Es una orden, Lily.

—No puedes ordenarme eso Zayn. Me dijiste que investigara ¿no? Y eso es lo que voy a hacer. No podré saber acerca de la familia Beckett si me prohíbes hablar con todos sus miembros.

—No te he prohibido hablar con nadie —soltó.

—Hace un momento me dijiste que me alejara de Noland, y ahora me dices que no puedo estar contigo mientras hablas con Natasha.

—¡¿Por qué tienes que ser tan Gossip?, ¡Gossip! —me dice Zayn claramente molesto.

—¡¿Crees que hago todo esto por la investigación?! ¡Me preocupa que tu maniática familia te destruya vivo! O peor... Si es que existe algo peor.

—Escucha, Lily —Zayn baja un poco el tono y siento que la conversación ya no gira en torno a una discusión como hace un momento—. Sé que intentas ayudar, pero no tienes que entrometerte en todo para hacerlo.

Zayn se va y me deja con la palabra en la boca.

¿Acaso me dijo entrometida? Bueno, siempre lo hace, pero esta vez lo sentí diferente.

—Hola Lilian —me giro sobre mis tobillos y noto la imponente presencia de Janine que al parecer se encontraba paseando por el jardín con uno de sus sirvientes quien sostiene una elegante sombrilla rosa sobre la cabeza de Janine todo el tiempo.

Ella usa un elegante vestido azul oscuro ceñido al cuerpo con mangas largas y de tela regia, casi tanto como ella. Su fría mirada se posa sobre mí y yo solo me congelo al instante.

—Si ahora no estas ocupada me encantaría que me otorgaras el privilegio de acompañarme a tomar el té esta tarde.

Janine curva una de las esquinas de su labio. Y todo se torna sospechoso de una manera peligrosa, tan peligrosa que ni siquiera puedo imaginar de que se trata.

Zayn:

Estando frente a ella la miro seriamente mientras yace frente a mí de piernas cruzadas llevando puesto un fino vestido negro y zapatos altos, toda su ropa es oscura por superstición.

Quizás mi familia no sepa que me he dado de cuenta, pero sé que es una tonta tradición que tienen los Beckett el vestirse de negro antes de un supuesto funeral. Todos, Henry, Natasha y hasta Thom visten de negro para, según la tradición, honrar a la persona mientras esté viva, es una manera de demostrarle al familiar o al amigo que está enfermo el respeto que sienten por ellos y la tristeza que sienten por su condición.

Tristeza, no lástima, porque un Beckett jamás debería dar lástima. Esta tradición es estúpida; según como yo la veo, mis tíos y Thom solo dejan en claro que esperan cuanto antes la muerte de mi abuelo.

Natasha sonríe y me mira desde su asiento, posando sus brazos en el cómodo sofá que adorna el salón de los espejos, tratando de meterse en mi mente y adivinar lo que pienso.

—¿Por qué tanta seriedad, sobrino? —empieza Natasha y se levanta de su puesto para merodear la habitación—. Pareciera que me odiaras y que me culparas por todo lo malo que te ha pasado.

Guardo silencio para saber cuál es su objetivo en todo esto. Natasha se dirige a uno de los gabinetes y saca dos copas y el mejor vino de reserva.

—¿Una copa? —todo en ella, su expresión, su ropa, sus palabras parecieran como si coqueteara; pero así es ella siempre. Si no la conociera también como la conozco diría que intenta conseguir algo.

¿Qué será...?

—Dijiste que querías hablar conmigo, ¿no es cierto? —arqueo una ceja— Entonces, ¿por qué tanto misterio?.

—Yo no soy la del misterio, Zayn —ella sirve ambas copas y toma un sorbo de la suya.

—Entonces, ¿por qué estás dando tantos rodeos?, ¿por qué no vas al grano de una vez, Natasha?

—Si quisiera dar rodeos empezaría diciéndote el por qué llaman a este salón "el salón de los espejos". Es curioso, ya que en este salón no hay ninguno —Natasha me entrega la copa y yo dudo en tomarla pero al final lo hago y la pongo sobre el escritorio que esta en frente de mí, Natasha mira el gesto y sonríe como si lo esperara—. Siempre me pregunté lo mismo hasta que, a la edad de siete años, le pregunté a papá el por qué del dichoso nombre, ¿sabes lo que me contestó?... Para mí este lugar era una simple biblioteca, pero para papá significaba cada libro un espejo que podía reflejar tu historia, solo tenías que leer y creer —ríe irónica—. Para papá todo tenía un significado extraordinario... creo que es lo que más recordaré de él.

—¿Sabes? —tomo la copa entre mis dedos—. Para no querer dar rodeos, ese fue un excelente rodeo, me parece —tomo un sorbo de aquel vino y la miro expectante.

—Esta bien, vayamos al punto. El motivo por el que te llamé es para hablar de un tema en concreto, pero no quiero que te asustes, Zayn —sonríe intentando parecer agradable pero no es así, conozco esa falsa sonrisa agradable, detrás de ella, se esconde un ser con propósito malvado—. El asunto es que todos sabemos acerca de la decisión de papá en que tú manejes la empresa y el cuarenta y cinco por ciento de las acciones que están en su nombre pasarán a ser tuyas. No es un secreto para nadie que papá te dará todos esos privilegios, siempre fuiste su favorito. El punto es que Janine y Henry no están muy contentos con esa decisión y harán cualquier cosa para lograr que renuncies a la empresa.

—¿Por qué quieres ayudarme? —le pregunto dudando de su falsa buena fe y su falso acto de caridad.

—Por que si tú diriges la empresa tendrás el control de todo, estarás a cargo y, con Henry fuera del juego podré manejar mis acciones en paz. No tienes idea de cuánto él me presiona para que le venda mis acciones.

—De hecho, me sorprende que aun no lo hayas hecho, sé que Henry puede ser muy persuasivo —eso y sé que Natasha no dudaría un segundo en vender sus acciones para comprarse un par de zapatos nuevos en Dubai.

Lily:

Por supuesto el jardín de la mansión Beckett es más fresco en la mañana, pero no deja de verse hermoso ahora en la tarde. No deja de asombrarme tanto esplendor y tantos lujos que se dan las persona que son ricas. Me inquieta saber que Zayn creció aquí, lleno de lujos. Me perturba el hecho de que quizás yo no sea la pareja ideal para Zayn; él debería estar con alguien que tenga la misma posición social que él, o eso es lo que a mi parecer suena lógico.

Tan solo el oír su fría pero impecable voz, me atemorizo, y es entonces cuando pienso: "¿qué quiere Janine de mí?".

—Seguro te preguntas el por qué te invité a tomar el té aquí afuera —me comenta Janine con aire fino.

—¿Tomar el té? —sonrío— Pensé que usted quería que disfrutáramos de alguna merienda.

—Eso es ridículo, no es la hora de la merienda.

Me encojo de hombros y recuerdo que no se actuar de la manera correcta y con súper modales. Estoy perdida si pienso impresionar a Janine; no es que me importe demasiado hacerlo pero, al fin y al cabo, ¿no es eso lo que las novias hacen? ¿Impresionar a la familia de su novio?

Los sirvientes nos traen el té y lo sirven de manera sofisticada.

—¿Sabes? La empresa de esta familia tiene décadas funcionando de manera efectiva y sin inconvenientes. Generación tras generación han mantenido a esta empresa flotando en su máximo esplendor, bajo la tutela de Thomas Beckett, por supuesto —Janine sonríe como si se tratara de algo obvio, o como si la empresa solo funcionara si el abuelo de Zayn la manejara, únicamente—. Sería una lástima que tanto trabajo y tanto esfuerzo se viniera abajo después de la cercana muerte de Thomas Beckett.

—¿A qué se refiere?

—A que si Zayn toma el mando, con su poca experiencia y habilidades, todos estos años de duro trabajo se irían por el excusado en tan solo unos segundos.

—Estoy segura de que el abuelo de Zayn no le daría una responsabilidad tan grande si no supiera que él puede manejarla.

—El abuelo de Zayn está encaprichado con que su nieto maneje la empresa, querida. Por un patético cuento de hadas que fabricó su mente en la vejez.

—¿Me invitó a tomar el té para discutir algo que debería hablar usted personalmente con Zayn? —la interrogué.

—Te invité a tomar el té para que te dieras cuenta de que Zayn no debería manejar la empresa.

Esto es justo lo que Henry le dijo el otro día a Zayn. Seguramente todo es un complot para que Zayn deje la empresa, pero sea cual sea el malévolo plan de esta familia no lo permitiré.

—¿Y quién debería manejarla? —le pregunto molesta—. ¿Thom?, ¿Usted?

Janine se queda callada y parece que llevo un punto a mi favor en este encuentro. Pero, rápidamente ella retoma su mirada fría y desafiante, esa mirada que me hace sentir como una niña pequeña que está siendo regañada por su malvada madrastra.

—Solo quería que supieras lo que Zayn está a punto de aceptar. Él es muy joven todavía, necesita disfrutar su vida, cumplir sus sueños.

—No se ofenda, señora Beckett pero ¿qué sabe usted de los sueños de Zayn?

—Más de lo que te imaginas. ¿Sabías que el sueño de Zayn siempre fue viajar a España y estudiar en la mejor academia de Madrid?

Arrugo la frente y Janine sonríe. Y el marcador se iguala uno a uno.

—No lo sabías, ¿cierto?

Guardo silencio. Me duele darme cuenta que no sé lo que a Zayn le gusta. Siempre pensé que si me preguntaban que le gustaba yo respondería que a demás de pasar tiempo conmigo a Zayn no le gusta nada en lo absoluto. No dejo de sentirme mal cada vez que me doy cuenta que no conozco a Zayn para nada. Recuerdo que el otro día cuando Zayn discutía con su tío este le nombró Madrid como para hacer que este desistiera de tomar la empresa, ya entiendo el por qué.

—No sé lo que Zayn te ha dicho sobre mí, pero no soy su enemiga —continúa Janine—. Al igual que cualquier miembro de esta familia quiero lo mejor para él, y lo mejor para él es que se valla muy lejos y cumpla sus metas en la vida. Aceptemoslo Lilian, Zayn no tiene la experiencia para dirigir una empresa de esta magnitud.

Quizás Janine tenga razón, sé que Zayn no debería hacer algo solo porque eso es lo que esperan que haga. Si su sueño es irse lejos y estudiar, pues ¿quién soy yo para impedírselo? Más bien, debería alentarlo a que lo haga.

—Pienso que es muy amable de su parte interesarse por Zayn y sus sueños, pero no dejo de pensar que todo esto es un truco para que Zayn abandone la empresa y ustedes puedan quedarse con ella.

Janine se queda callada por un segundo, analizando mis palabras.

—Exageras, querida —dice al fin—. Lo único que me importa es el bienestar de Zayn, nada más. Te propongo algo: Si logras que Zayn deje todo este asunto de la empresa y se valla a Madrid a hacer lo único que en realidad le va a dar satisfacción en la vida, te ayudaré en tu relación con Zayn.

—¿Y cómo usted podría hacer eso? —le pregunto.

—Valeria organizará una fiesta sorpresa para Zayn esta tarde, todos sus antiguos amigos y conocidos estarán allí. Esta mañana ella me pidió permiso para que la fiesta se efectuara aquí en la casa y yo, por supuesto, acepté. Sin embargo, podría darte el crédito por esta fiesta sorpresa, seguro a Zayn le complacerá todo esto.

—Disculpe pero a Zayn no le gustan las fiestas y menos sorpresa.

—Es curioso, parece que si conoces a Zayn después de todo. Si se tratase de mis hijos menores, ellos estuvieran encantados de recibir una fiesta sorpresa.

Subo la escaleras en busca de Zayn. Casi pongo la mansión patas arriba y no lo encuentro por ningún lado. Reviso la cocina, el comedor y, cuando estoy empezando a revisar la sala de estar, escucho el ruido de algunos pasos que me hacen poner en estado de alerta.

—¿Se te perdió algo, Lilian? —la voz de Thom me paraliza y lo miro como si hubiera visto un fantasma.

—No —digo de inmediato—, la verdad es que yo... —me petrifico.

Sinceramente nunca sé que puedo decirle a Thom.

—Ah, ¡ya sé! Buscas a Zayn. Pierdes tu tiempo, está en el salón de los espejos con Natasha. Por lo que sé, los dos se tardarán bastante.

¿Qué estará pasando? ¿Por qué Zayn se tardará tanto? Seguramente Natasha es otra que quiere evitar que Zayn tome la empresa.

—¿Sabes Lily? Es curioso pero... ¿nunca te he dicho que pienso que eres realmente hermosa?

Sus palabras me toman por sorpresa. Y estoy segura que ahora luzco como un pobre corderito acorralado por un feroz depredador. Thom intenta decirme otra cosa, lo sé, pues se acerca a mí y sonríe pícaramente abriendo un poco los labios. Sea lo que fuere, jamás sabré que estuvo a punto de decirme, ya que, inmediatamente cuando él se encontraba a punto de hablar —y estando él tan cerca de mí como para que solo los dos escucháramos—, alguien empieza a bajar por las escaleras.

Realmente me alegro de que si es Josh, Noland o incluso Henry, el que sea, evitó que Thom se propase.

—¡Zayn! —exclamo al ver a mi gallardo novio bajar pensativo por las escaleras.

Realmente corro a su encuentro.

—Lily, ¿qué haces aquí? —me pregunta al notar que he estado hablando con Thom.

—Buscándote —pongo mi mirada en él y luego en Thom, esperando que Zayn haga lo que perfectamente hace: Leer lo que pienso a través de mí mirada—. Tenemos que hablar —le digo firmemente.

—No se preocupen por mí —dice Thom—. Estaba por irme.

Thom se retira pasando cerca de nosotros y al final se despide de mí en voz baja con un:

—Hasta luego, Lilian...

Thom desaparece y la mirada furiosa de Zayn lo sigue hasta que se pierde en la intensa oscuridad de la otra habitación.

—¿Qué te dijo? —me interroga.

—Nada... eso no importa ahora —miento. Sé que si le digo la verdad Zayn, se molestará (si es que no está molesto ya) e irá a encarar a Thom y quizás romperle la nariz; lo que en realidad no me molestaría tanto, pues las personas acosadoras no son especialmente mis favoritas- Quiero hablarte de lo que me dijo Janine.

—Adivino, quiere que me vaya muy lejos y que haga de todo menos manejar la empresa.

—Wow, eres muy bueno. ¿Cómo lo sabes?

—Natasha me contó todo acerca de Janine y Henry. Ellos no quieren que me quede con la empresa. De ser así, significaría que trabajarían para mí, lo cual parece ser que a ninguno le agrada.

—¿Desde cuando Natasha es tan cordial? —cuestiono.

—No lo es. Ella me dio esa información por interés. Seguramente planea ponerse de mi lado ahora para que, cuando tenga la empresa, ella sea la mayor beneficiada. Así son los Beckett, todo el mundo aquí se cuida la espalda.

Una puntada en mi estómago me hace divagar pensando en que Zayn se crió con una familia a quienes solo les importa el dinero. Debe ser exasperante para un niño que, mientras quiere besos y abrazos, solamente tenga traición y engaños. No me imagino estar en un situación así. Zayn ha sido fuerte, es por mucho la persona más fuerte que conozco.

—¿Y tú, q-qué piensas? —le pregunto con claro signo de titubeo.

—Pienso que es una porquería —olvidé que él también es un Beckett—. Si Janine y Henry piensan que soy estúpido para creer que después de 20 años ahora sí piensan en mi bienestar, en lo que quiero, se equivocan...

Es increíble descubrir que Zayn puede llegar a ser más frío, incluso mucho más que Janine. Claro, a diferencia de Janine, Zayn si es un verdadero Beckett, uno de sangre.

—A partir de ahora —continúa Zayn— haré las cosas a mí manera. No me importa si al final alguien se siente ofendido.

¿Ofendido? Eso me recuerda lo que dijo Janine acerca de Valeria.

—Zayn, hay más —digo— Olvidé decirte lo de Valeria.

—¿Qué pasa con Valeria?

—Ella planea esta tarde, una fiesta sorpresa de bienvenida para ti. Janine me lo contó para que, según ella, yo tomara el crédito de la fiesta para impresionarte, y así convencerte de dejar la empresa. Valeria seguramente está afuera en este momento con los preparativos de la fiesta.

Zayn me mira un instante evaluando mis palabras y, después de un par de segundos más, toma mi mano y me dice "Vamos" en voz baja.

Salimos hacia el oeste del jardín principal (el que está cerca del lago que es, a mí parecer, semejante a un jardín japonés antiguo), solo para notar que Valeria no está organizando los preparativos de la fiesta, si no que ya ha terminado todo, de manera que la fiesta ya está lista.

Todo las personas a nuestro alrededor —todos ricos que nunca he visto— nos gritan: "¡Sorpresa!". E incómodamente miro de reojo a Zayn, a la expectativa de lo que hará. Sin embargo, él solo está parado a mi lado de manera rígida y sin emoción; típico de Zayn Beckett.

Valeria se acerca a nosotros con una afable sonrisa plasmada en su cara, acompañada de una estúpida expresión de victoria en su rostro.

—¡Bienvenido, Zayn! —dijo y cuando estuvo a punto de abrazarlo, Zayn le respondió agriamente:

—¿Qué te hizo pensar que quería una fiesta?

De pronto, y sin previo aviso, el joven indiferente se dirige a todos los demás invitados, diciendo:

—La fiesta se acabó.

Todos, sin excepción, ponen una expresión de horror en sus rostros y yo río para mis adentros con ganas de decirle a Valeria: ¡Boo yah!

—Zayn, yo... —masculló Valeria, pero ya era tarde, Zayn se marcha y la deja con la palabra en la boca.

—¡Zayn! —exclamo y ambas corremos tras Zayn hasta la entrada de la mansión.

Cuando logramos divisarlo, Zayn ya está montado sobre su Porsche negro y arranca a toda velocidad lejos de nuestra vista.

Sabía que todo esto era un error. Zayn detesta ser el centro de atención de algo ridículo como una fiesta sorpresa. Y lo que es peor, a Zayn nunca le han gustado las fiestas. Le recuerdan los momentos horribles que pasó con su familia en la mansión. En su vida solo ha tenido una buena fiesta sorpresa y es la que yo le di cuando se graduó, allí entendí el por qué no le gustaban las fiestas, pero al final lo animé tanto que se digno a celebrar con nosotros en aquella ocasión.

—No entiendo nada —dijo Valeria con desánimo, casi con ganas de llorar—, solo quería que se divirtiera un poco —agrega con tristeza.

¿Y está que se cree? ¿Un payaso?

—Escucha, ¿Valeria, verdad? No sé quien te crees, o lo qué intentas hacer, pero Zayn es mi novio, ¿oíste? Y si intentas seguir coqueteándole en mis narices yo te prometo que te las verás conmigo.

Me voy con paso firme a dentro de la mansión. Subo las escaleras directamente al cuarto donde se supone que me hospedaré; empiezo a desempacar mis cosas. Saco de la maleta mi celular para llamar a Zayn y así saber dónde está. Me preocupa el saber que no sé cómo se siente. Si algo sé es que esto no es solo por lo de Valeria; es por lo de Valeria, Janine, Natasha, Henry y por todos juntos, incluso Thom. Aunque Zayn diga que puede con ellos, la verdad es que son demasiados para una sola persona, aunque sea indiferente.

Lo llamo, pero no contesta. En vez de eso suena el buzón de voz: "Hola soy Lily Jones y estás llamando al teléfono de Zayn. Por favor deje su mensaje". Cuelgo el teléfono y llamo por segunda vez, con esperanza de que Zayn me atienda el teléfono. Nada. Suena el buzón otra vez, y al final decido dejarle un mensaje:

—Hola Zayn, soy Lily... Sé que estas ahí... Solo quiero que sepas que estaré aquí, esperándote, en la mansión de tu familia. Y no te preocupes, dormiré bajo llave.

Cuelgo.

Zayn:

Conduzco sin prisa lejos de Golden Ville y lejos de toda esa basura que ellos llaman familia. En verdad, me siento extraño, pero definitivamente no me siento culpable por no sentir ningún tipo de sentimentalismo en este momento. No puedo sentir nada absolutamente; y mucho menos puedo sentir algo por personas que quieren ver mi caída en picada.

¿Debería estar molesto porque Valeria organizó un fiesta sorpresa para mí y sin consultarme? ¿O debería estar triste al darme cuenta de que mis tíos no quieren mi bienestar, sino mi dinero? ¡NADA! Es increíble que, a pesar de todo el dolor que me han causado antes, de toda la piel que me han arrancado y del dolor de cabeza que me están causando ahora, yo no sienta nada. Y no me importa lo más mínimo, no me importa nada de lo que ellos piensen o lo que ellos hagan. El único que me interesa es mi abuelo, y ahora más que nunca estoy decidido a hacer su última voluntad.

No siento nada. Pero mi cuerpo hace algo diferente que mis pensamientos o emociones vacías. Por ejemplo: mis manos las siento calientes como si la sangre me ardiera o si mis palmas fueran de fuego, mi cabeza hecha chispas. Es como si todo mi ser no pudiera ocultar como debería sentirme: Enojado. Supongo que debo drenar de alguna forma la furia que debería estar sintiendo ahora mismo.

Mis pensamientos dan cada vez más vueltas a medida que avanzo por la carretera. Se está haciendo oscuro. Y es cuando pienso fugazmente en Dean y en Abigail. Ambos para mí están asociados con la oscuridad..., la oscuridad de mi pasado. Ambos están muertos. Ambos no existen más...

Entonces, pienso en las cobras, y sinceramente me hallo raro pensando en ellos.

¿Por qué lo hago si ellos para mí no valen nada?

Y es cuando me equivoco. Ellos para mí valían mucho hace un par de años atrás. Pienso en mi amigo Chris, en lo que pasamos juntos y en lo que vivimos; lo mucho que duró nuestra amistad y lo rápido que se rompió. A pesar de lo malo, siento que Chris fue la amistad más leal que tuve. Fue leal hasta la muerte. La de Dean.

Luego pienso en Erick. Siempre fue un idiota. Pero incluso hubo un tiempo en que él y yo no nos odiábamos completamente. El tiempo antes de conocer a Abigail... Velozmente el cuerpo de Abigail yace acostado en su recámara rodeada de pastillas.

Supuestamente hicieron parecer todo un suicidio, pero una muerte así no puede ser más que una obra de las cobras. Borro esa imagen de mi mente y empiezo a recordar que, de cierta forma, antes sentía que podía contar con Erick. De alguna manera u otra las cobras eran la definición más cercana que tuve de una familia. Nos apoyábamos incondicionalmente. Es una lástima que todo eso se haya perdido por causa de un hombre...

Inundo mis pensamientos en la carretera, está vacía como mis sentimientos por Abigail. Sentía que la amaba, pero en realidad con su muerte descubrí que solo sentía lástima por ella. Yo no sabía lo que el amor significaba hasta que conocí a Lily...

De pronto mi teléfono celular suena y en la pantalla refleja la foto que tomé de Lily; la que usa su vestido negro que la hace lucir espléndida. No contesto. En vez de ello, dejo que suene la contestadora y así evito darle explicaciones del por qué reaccioné así. ¿Qué podría decirle? ¿Qué me fui de la mansión solo porque sí? ¿Me entendería?... Seguramente —conociendo a Lily—, ella fingiría comprenderme, pero la verdad es que ambos sabemos que soy incomprendido.

Suena mi celular otra vez y nuevamente dejo que suene la contestadora: "Hola soy Lily Jones y estás llamando al teléfono de Zayn. Por favor deje su mensaje". Recuerdo cuando grabamos ese mensaje. Lily estaba ansiosa porque hiciéramos más cosas de pareja; me insistió tanto para que cambiara mi buzón de voz. En esta oportunidad, Lily deja un mensaje y yo lo oigo mientras lo graba:

Hola Zayn, soy Lily... Sé que estas ahí... Solo quiero que sepas que estaré aquí, esperándote, en la mansión de tu familia. Y no te preocupes, dormiré bajo llave.

Tuve la oportunidad de tomar mi celular y responderle la llamada justamente cuando ella grababa el mensaje. Pude hacerlo. No lo hice. No quise hacerlo. Sé que estará bien. Si algo le pasa mientras está sola en la mansión... no me lo perdonaré.

Pero Lili es muy lista. Ella buscará la forma de solucionar todo; justo ahora solo puedo pensar en distraerme de todo. Aunque no siento nada, el dolor de cabeza que tengo es una clara prueba de que estoy estresado, y de que soy humano. De alguna forma lo que mi familia me haga me va afectar de alguna manera: física o psicológicamente.

Estaciono mi auto en el bar más repugnante que conozco. Si bien, no bebo en lo absoluto, pero este es el único sitio donde puedo despejar la mente un poco.

La campanilla de la puerta de entrada suena. Entro y contemplo a simple vista que el lugar está casi vacío y solitario. Sigo adelante y sin detenerme mucho pido algo en la barra solo por el simple hecho de que me dejen usar el establecimiento sin ningún problema. La mesera llega y trae a mí un vaso del whisky más caro que puede tener este sucio lugar.

Acerco la copa a mí y lo olfateo un poco para dejar que el aroma asqueroso del alcohol impregne mis fosas nasales. ¡UH! Es sencillamente repugnante. Es un olor que me cuesta tolerar.

Cuando era pequeño y llegaba de la escuela solía toparme con este olor cientos de veces. Mi padre era un alcohólico sin remedio, y hacía cosas realmente horrorosas cuando bebía de más. Siempre pensé que el motivo por el que se embriagaba era por causa de la muerte de la madre de Dean, Ava. Ella era como un rayo de sol en nuestras vidas.

Papá la amaba demasiado y yo la quería como mi propia madre, y en verdad lo era, pues me crió. Cuando murió en el accidente de tránsito, mi padre quedó en desconsuelo, devastado... y sucumbió al alcohol como único medio para desahogar sus penas. Debido a eso, mi abuelo le quitó la parte que le correspondía a mi padre. Mi abuelo prometió que si mi padre no cambiaba de actitud esa parte de la herencia llegaría a ser mía y de Dean...

Al final, mi padre murió y también Dean. Ninguno puede ahora cobrar su parte de la herencia; entonces mi abuelo decidió que todo lo que le debió tocar a ellos sería para mí. Y yo... yo no quiero tener nada que ver con el alcohol. Recuerdo fugazmente que Dean también tenía serios problemas con la bebida justo cuando tuvo su "pequeño problema de depresión".

Otro motivo más para odiar esta cosa.

Me acerco a la mesa de billar y empiezo a jugar contra mí mismo un partido sin fin, con el objetivo de desestresarme completamente y evitar que me dé un colapso interno que inclusive yo no pueda manejar.

Llevo como veinte minutos jugando y a medida que el juego avanza recuerdo la muerte de mi hermano. Todo indica que hasta ahora el culpable está libre en cualquier lado de la ciudad, el cadáver de Dean, las declaraciones del Sheriff y las del forense, todo indica que así es.

—¿Vas a tomar algo? —me pregunta una mujer de cabello rubio y corto, labios completamente rojos con una sonrisa coqueta en ellos.

Su nombre es Taylor Collins y tenía mucho tiempo que no la veía.

—No bebo, gracias —dije ignorando su expresión de coqueteo.

Ella mira mi copa vacía y sonríe acercándose a mí, ignorando lo que yo estaba ignorando.

—Hace mucho que no te veía por aquí. Dime Zayn, ¿qué te trae por estos rumbos? Digo, no quiero sonar entrometida pero oí que ahora eres un chico de la ciudad. Que tu familia rica de Golden Ville te reconoció y ahora vives en un palacio. Cuéntame Zayn, ¿es cierto todo eso que dicen de ti?

—La gente inventa muchas cosas. Mi concejo para ti es que no creas en todo lo que se rumorea.

Ella ríe y parece divertida. De hecho, luce como si le encantara bombardearme con preguntas.

—Pues yo digo que mientes —dice ella y toma uno de los tacos de billar y empieza a jugar contra mí—. Pero, esta bien que mientas. Una cobra es una cobra siempre, solamente cambia de piel. El que mientas me da la esperanza de que no siempre serás un citadino de Golden Ville —Taylor voltea un momento y me ve directamente a los ojos—. Sigues siendo un chico malo.

—Malo y traidor —otra voz conocida sale de la profunda oscuridad y yo volteo para contemplar a dicha persona.

De arriba a bajo parece una simple chica, pero si la detallas bien es realmente hermosa. Sus ojos son los ojos más azules que he visto, y sus labios también lucen rojo brillante como los de Taylor. Sin duda, es Grace Morrison, la hermana de Chris. La miro esperando su siguiente movimiento y ella solo ríe victoriosa.

—¿Qué pasa Zayn? —me pregunta—. ¿Sorprendido al verme?

La miro, pero esta vez lentamente. Paseando mi mirada desde su cabeza hasta sus pies.

—La verdad... es que no —le digo secamente.

—No creas nada de lo que te diga,Taylor. Zayn Beckett es un mentiroso y farsante. Y también es un traidor.

Grace juega un poco con su chaqueta de las cobras. Quiere intimidarme de alguna manera, quizás no sepa pero, nunca me ha dado miedo la ropa.

—Bueno... —dice Taylor—, justamente discutíamos que me encanta que mienta —Taylor me guiña el ojo sin importarle coquetearme enfrente de Grace. Sé que Taylor también es una cobra (aunque no traiga puesta su chaqueta), y siento cierto grado de sorpresa que no le importe coquetearle a un traidor en frente de Grace. Después de todo Grace es la novia de Erick, el líder de las cobras.

—¿Ah sí? —replica Grace— ¿Te seguiría encantando aun si supieras que tiene novia? Vamos, Zayn, dinos ¿dónde dejaste a Vilma y a Scooby-Doo?

—¿Quién es Vilma? —me reclama Taylor como si le debiera explicaciones sobre algo.

—No metas a Lily en esto, Grace. Solo dime qué quieres para que puedas largarte de una vez.

—¿Ahora se llama Lily? —dice Taylor, pero ninguno de los dos le presta la debida atención.

—Solo vengo a saludar a un viejo amigo. A fin de cuentas teníamos una cita pendiente, ¿o acaso lo olvidaste? Ah... y otra cosa, supongo que todavía andas con tu noviecita metiendo su nariz en donde no le importa. Solo una advertencia para ella: Si pone una mano o tan solo un minúsculo dedo en el agujero de las cobras, va a salir lastimada.

Grace se va hecha una furia. Sus palabras son muy en serio. Retumba cada una en mi cabeza sin poder evitar irritarme por todo lo que mencionó. Sobre todo la última parte: "Si pone una mano o tan solo un minúsculo dedo en el agujero de las cobras, va a salir lastimada".

Salgo velozmente al estacionamiento para largarme de ese lugar. Taylor me sigue gritándome a voz en cuello frases como: "¡¿Quién es Lily?! ¡¿A dónde vas?! ¡Zayn, no puedes dejarme con la palabra en la boca!".

La ignoro y subo a mi auto y lo pongo en marcha. Taylor se atraviesa en medio del camino y grita:

—¡ZAYN, ¿NO PUEDES IRTE SIN DARME EXPLICACIONES?!

—¿Tu crees? —le pregunto retóricamente y pongo el auto en retroceso y cruzo por otra vía para marcharme.

Taylor, por su parte, se queda gritando y haciendo rabietas de niña pequeña:

—¡UY! ¡¡¡TE ODIO, ESTÚPIDO, INDIFEREEEENTEEEEEEEE!!!

[...]

Subo las escaleras hacia el cuarto donde se supone que Lili está dormida. Cuando me topo con la puerta resulta que está cerrada bajo llave, tal como Lili había dicho que estaría. Suspiro fuertemente, y recuerdo que, cuando éramos niños y jugábamos a escondidas en el cuarto de Natasha, Josh solía hacer un truco con la puerta que podía abrirla; no importa que estuviera bajo llave. Creo que usaba un prendedor o una tarjeta para abrirla. Saco de mi billetera la licencia de conducir y presiono la manilla al mismo tiempo que paso la licencia a través de la ranura.

La puerta se abre y me dejo pasar a la habitación tratando de no hacer ningún ruido para evitar despertar a Lili.

Está profundamente dormida y no hace ningún movimiento brusco o desaliñado.

Podría mirarla hasta el amanecer. Pero eso sería raro. Así que no pongo resistencia alguna y me dejo caer a su lado dándole un pequeño abrazo por la espalda. Siento su sonrisa alegre de punta a punta al despertarse. Ella puede reconocer mis abrazos sin siquiera mirarme el rostro. Y eso me hace feliz. Ella me hace feliz... y sobre todo me hace feliz saber que puedo contar con ella para lo que sea.

Le doy un tierno beso en su hombro y la sujeto contra mí para poder sentir el aroma fresco de su cabello castaño.

—Hola... —dice ella un poco soñolienta.

—Hola... —le contesto de igual forma presionando mi pecho contra su espalda—. Lo siento... —susurro—. Siento no darte ninguna explicación de porque me fui, siento no responder a ninguna de tus llamas, pero sobre todo siento dejarte sola con mi familia.

—Descuida..., sé que de alguna manera tenías que drenar lo que estabas sintiendo en ese momento.

Sonrío al descubrir que ella trata de comprenderme aunque yo sea incomprendido.

—Te compensaré... lo prometo.

—Mmmm... No tienes que prometerme nada... —dice ella conciliando el sueño— Esto ya es suficiente recompensa...

Lili suspira hasta quedarse dormida y yo cierro los ojos. Y no existe nada más salvo mi mejilla junto a la suya, nuestros sueños y una noche que no dilata en convertirse en día...

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