7. LEONARDO Parte 2.

Fernanda estaba confundida veía cómo su hermano hablaba sólo en él cuarto que compartían mientras abrazaba a Puqui para armarse de valor y acercarse a su hermano.

-¿Con quien hablas?.- preguntó ella con sus ahora cinco años entendía que hablar solo era cosa de locos o de niños sin hermanos.

-Con mis amigos.- respondió Leo con una sonrisa.

-¿Hablas con Cuco?.- preguntó Fer mientras buscaba al conejo por el cuarto.

-No, hablo con Xóchitl.- respondió Leo señalando hacia la nada.

-¿Quién es? ¿Estas haciendo una llamada?.- preguntó Fernanda mientras buscaba con la mirada el telefono.

-Ella esta aquí, la conocí él día que me encerraste en la cochera con la moto de papá.- respondió Leo neutro notando lo extraño que se estaba poniendo la cosa.

-¡Ah! Es tú amiga imaginaria.- dijo Fernanda con obviedad.

-No es imaginaria.- se ofendió Leo.

-Si no quieres estar sólo me hubieras dicho ¡Yo puedo jugar contigo!.- dijo Fer mientras daba brinquitos de felicidad.

-¡Qué no es imaginaria!.- repitió Leo medio molesto.- aunque no me molesta que juegues conmigo.

-¿Entonces qué es?.- preguntó la niña miemtras revisaba la habitación.- Es que... Yo no la veo.

Leo dirigió su mirada a Xóchitl la chica parecía algo apenada mientras observaba a Fernanda nerviosa. Fernada después de que su hermano no le hiciera caso se fue de ahí junto a Puqui para ir a molestar a sus papás.

-¿Porqué mi hermana no te puede ver?.- preguntó Leo mientras fruncía el ceño molesto.

-Porqué yo... En realidad no debo estar aquí tu no debes verme.- respondió mientras tomaba asiento en la cama de Fer.

Xóchitl aparentaba tener 12 o 13 años, tiene el cabello castaño y usa una túnica naranja oscuro con los bordes color rojo. Las cintas que lleva alrededor de su cabeza y cintura son verde claro y sin detalle, traía consigo un morral, lleva aretes son unos aros dorados; y usa calzado, los cuales son un par de huaraches blancos.

-¿Qué eres?.- preguntó Leo mientras dudaba de su salud mental.

-Soy un fantasma.- dijo cómo si fuera lo más normal de la vida.

-No... Te pases.- dijo Leo mientras omitia sus palabrotas para otra ocasión.- deja de jugar.

-Es la verdad.- dijo mientras bajaba la cabeza.-Y tú en realidad no eres de esta época.

-No bromees.- Leo ródo los ojos.- ¡Ahora entiendo porque hablabas tan raro y vistes así!.- algo en Leo hizo "clic" al momento de decir eso.- pues ¿Cuantos años tienes? Ya no te creó que tengas 12.

-Me descubriste tengo 284 años llevo muerta 272 años.- dijo Xóchitl mientras contaba sus dedos, algo dentro de Leo le decía que le faltaban dedos para hacer tal cuenta.

-No puede ser...- dijo Leo mientras se daba cuenta de lo tonto que sonaba todo esto.- Si todo es verdad ¿Porqué sólo yo puedo verlos?.

-Dejarás de hacerlo pronto.- Xóchitl se pusó seria.- por eso me prohíbio verte.

-¿Quién?.- preguntó Leo mientras fruncía el ceño.- Yo ya me encariñe contigo no puedes dejarme.

-No te enojes, no lo decidimos nosotros.- dijo nerviosa Xóchitl ¿Porqué se metía en este tipo de cosas?.- Mi amigo... Que también es tu amigo nos pidió no volverte a ver.

-¿Nos habíamos visto antes? No lo recuerdo.- dijo Leo confundido mientras trataba de encontrarle logica a todo.- ¿Quién le dio el derecho de darte ordenes?.

-Es un principe, además soy conciente de que tiene razón.- Xóchitl dio un suspiro.- Sólo quería tener la oportunidad de ser tú amiga.

-¡Eres mi mejor amiga!.- dijo Leo mientras la abrazaba.- Si es tan amigo tuyo el principe dile que no pasara nada si juegas conmigo.

-El dijo que podrías morir.- Xóchitl no exageraba la muerte era mejor que él castigo que se le daría a Leo.

-¡Sólo tengo 7! Soy muy jovén para morir.- se alejó Leo mientras entraba en panico.- ¡Tengo una familia no la puedo dejar!.

-Cómo ya sabes la verdad corres más peligro así que tengo que irme, evita hablar con más fantasma no todos son buenos.- dijo la chica mientras se levantaba y sacaba de su morral un balero.- Ten, cuidalo bien.

-¿Te vas así nada más? Me abandonas.- Leo estaba empezando a hacer un berrinche.

-Tús papás han creado un monstruo.- se burló Xóchitl.

-Aún no puedes irte.- dijo Leo mientras sujetaba a Xóchitl de su muñeca.

-Yo estare ahí cuando lo necesites- dijo Xóchitl mientras le sonreía.- Recuerdalo.

-¿Qué?...-dijo Leo confundido, la mayor se agachó y le dio un beso en el cachete después de eso desapareció.

-¡Leo ven por Fernanda!.- gritó Marco desde su cuarto.

-¿Ahora que hizo?.- gritó Leo mientras se tocaba el cachete y salia corriendo hacia el cuarto de sus padres.

(...)

Leo estaba triste se había quedado sólo con su hermana en casa de sus tíos Hiro y Miguel ya que sus papis querían tiempo a solas.

-Leo, no es malo pasar tiempo fuera de casa.- dijo Hiro mientras ocultaba sus robot de pelea.- Yo vivi varios años con mi tía y no me queje.

-¡No se trata de eso Tío!.- dijo Leo molesto mientras se cruzaba de brazos enojado.

-Mira cómo se divierten Hector y Fernanda con tú tío.- dijo Hiro mientras señalaba al trío que se encontraba cantando "Si una vez" de Selena.

-Si una vez dije que te amaba, no lo vuelvo hacer ese error es cosa de ayer.- cantaron con emoción el trío.

Fernanda cantaba mientras sostenía un microfono en el cual también cantaba Hector pero cómo el era muy chiquito no se le entendía casi nada.

-Yo se que tú un día volveras.- cantó sólo Miguel.

-tu de todo de adepentidas.-cantó Hector imitando a su papá

-Yo me puse dispuesta a tus pies.- cantó Fernanda como profesional mientras se hechaba un bailesito bien bonito.

Leo miraba con atención al trío parecían divertirse pero el no quería cantar, así que se agarró de la mano a Hiro y se lo llevó a uno de los cuartos.

-¿Qué buscas aquí?.- preguntó al notar que estaba en el cuarto de Hector.

-Mi balero.- respondió mientras buscaba en su mochila.- Me lo dio una amiga.

-¿Cómo se juega?.- preguntó Hiro al ver el juguetito tan raro.

-Así, es bien facil.- dijo Leo mientras le daba una demostración con el balero.

Hiro quedó asombrado al ver cómo Leo jugaba con el balero y hacia miles de trucos, se veía muy facil pero al intentar hacerlo se dio un golpe en el brazo por no saber que hacer con el juguete.

-¿¡Cómo aprendiste a jugar el balero!?.- preguntó Hiro al notar que era un asco con el juguete.

-No se... La practica hace al maestro tío Hiro.- dijo Leo mientras humillaba al mayor.

Después de eso terminaron jugando viva la flor con Fernanda Y Miguel mientras Hector le hechaba porras a todos.

(...)

La noche había llegado y con ella la hora de dormir pero obviamente el trío de niños no irian a dormir porque hicieron una pijamada.

-¡Pieda, papel o titeda!.- gritó Hector mientras peleaba a muerte con Fernanda.- ¡pedi de novo!

-¡Gane yo! ¡Gane yo!.- gritó Fernanda emocionada mientras aplaudía.

-hizo tampa.- se quejó Hector.

-tampa la más vieja de tu casa.- dijo Fernanda mientras se levantaba y agarraba a Puqui el cual estaba amarrado con un lazo.

-¡Toy Espejo y me defejo!.- trató de hablar el niño pero mejor se tiró al piso mientras pataleaba.

-¡Shhh! Ya es tarde mis Tíos ya han de estar dormidos.- se quejó Leo mientras cerraba la cortina.

-Si veda.- se calmo Hector.

Fernanda golpeo al menor con su peluche Puqui, Hector sujetó de las orejas el perro y empezaron a forsejar.

-¡Sueltalo!.- gritó Fer mientras jaloneaba del lazo para quitarselo a su primo.

-¡No!.- gritó Hector mientras jaloneaba de la orejas al peluche.

-¡Ya dejen al peluche!.- gritó Leo mientras se acercaba para liberar al peluche.

-¿No deberían estar dormidos los niños?.- preguntó una mujer desde la ventana era morena y cabellos castaños sus ojos parecía dos rubís.

Los más pequeños se quedaron viendo un rato Fernanda solto el lazo y dejo que Hector se quedara a Puqui.

-¿Quién eres? No deberías espiarnos.- habló Leo con miedo mientras intentaba tener el valor para proteger a su hermana y primo.

-Eso no importa ahora.- habló la mujer con una sonrisa malociosa mientras se metía en la habitación.- Los tres son muy apetecibles.

-¿¡Qué significa eso!?.- preguntó Fernanda mientras ocultaba detrás suyo a Hector.

-El bodoque será primero.- dijo la mujer mientras se acercaba al par.

Leo no entendía el porque era ignorado por la mujer pero tenía que hacer algo para que no les hiciera nada a los más chiquitos, así que sin pensarlo le lanzo una cadena que encontro tirada. La mujer agarró la cadena con una mano y se acercó amenazante hacia Leo.

-Pensandolo bien, alguien como tú es mejor que dos simples niños.- dijo ella mientras soltaba la cadena su mano se había quemado.

-¡No nos vas a comer!.- gritó Fernanda mientras trataba de llamar la atención de la mujer.

-¡Me tienen arta!.- gritó enojada aquella mujer la cual no tardo en sujetar bruscamente a Leo, el niño estaba confesando sus pecados para entrar directito al cielo y pidiendo por salvarse o que se salvaran los niños.

Dios escuchó sus plegarías, ya que un rayo fue a dar hacia los brazos de aquella mujer haciendolos cenizas.

-¡Leo!.- gritó Xóchitl mientras detenía su caída.- Te dije que estaría ahí.

-¡Maldita, No sabes con quien te has metido!.- dijo aquella mujer mientras intentaba regenerar sus brazos.- ¿¡Qué fue lo que me hiciste!?.

-Tú no sabes con quien te metiste.- habló un chico el cual desprendía una aura divina el portaba una armadura extraña. El chico traía consigo una guadaña con largas cadenas con unas garras de ave de metal, aparte de dos espadas chicas y una espada dorada.

Xóchitl abrazó a Leo y se lanzó hacia los otros dos menores que ya podían verla, por su parte Leo veía a su salvador lanzar la guadaña hacia la mujer la cual parecía quemarse con el toque del metal de las armas del muchacho que aunque fuera ciego tenía puntería (o eso creía ya que traía una venda en los ojos)

-Esperó le envies este mensaje a tú patrón.- dijo el chico antes de lanzarle una de sus espadas pequeñas al pecho, la mujer se esfumó después de soltar un gritó de dolor.

Leo miraba atento los movimientos de aquel extraño pero si había llegado con Xóchitl debía confiar en él ¿no?.

-¿Estan bien?.- preguntó Xóchitl al trío de niños.

-¡Quelo a mis papás!.- lloraba Hector mientras era abrazado por Fernanda.

Fernanda lloraba en silencio ¡Casi se muere!

-Xóchitl ¿Ahora entiendes?.- preguntó el chico mientras guardaba sus armas.- ahora te encontraste con una Tlahuelpuchí pero cuando te encuentres con un demonio más fuerte no podrás hacer nada y no estare cerca para salvarlos.

-¡Lo siento! Yo sólo quise...- Xóchitl no sabía que decir ahora si había hechado todo a perder.

-¡No puedes hablarle así!.- gritó Leo mientras abrazaba a su amiga.

-Te acabó de salvar el pellejo, hablame con respeto.- habló serio el chico.- No somos iguales.

-¡Claro! Yo no ando amenazando a todo el mundo.- se defendió Leo.- Tampoco hecho en cara que me deben algo, ¡Las cosas se hacen si esperar algo a cambio! Eso nos hace diferentes.

-No sólo eso, Yo soy grande y tú un niño que no puede protegerse ni proteger a los demás.- dijo el chico mientras se acomodaba la venda en sus ojos.- Aparte soy más respetuoso.

-Leo... El príncipe Luna tiene razón.- Xóchitl trató de calmar a su amigo.- Nos acaba de salvar la vida deberías escucharlo.

-Tienen unos minutos para despedirse en la mañana no recordaran que paso aquí.- dijo el príncipe mientras secaba su espada dorada.

Xóchitl le dio otro beso en la mejilla a Leo antes de desaparecer susurrando las palabras "Noyolo Camoyolo" y le entregó una nota en su mano a escondidas del muchacho de armadura dorada.

-Bien, esperó no volverte a ver.- dijo el príncipe mientras levantaba su espada.- descansen.- la espada hizo una linea vertical soltando un viento calido, los dos niños que lloraba quedaron dormidos mientras que Leo miraba al caballero de brillante armadura soltar lagrimas.

A la mañana siguiente todos parecían no recordar lo que había pasado en la noche pero no lograban entender que le había pasado a Puqui al peluche le faltaba una oreja la cual parecía haberse quemado para Leo eso era una señal y recordó la nota que había guardado en su bolsillo del pantalón.

Revisa tú mochila”

Y cómo todo bien niño Leo hizo caso a la nota, al abrir la mochila encontró una libreta extraña parecía muy vieja.

-¿Qué es eso?.- preguntó Hiro en el desayuno al notar la extraña libreta en la mesa.

-La encontre en mi mochila.- respondió Leo mientras la levantaba.- Se llama libreta.

-Eres un niñito malo, te voy a acusar con tu mamá.- dijo Hiro mientras le sacaba la lengua al niño, por si se preguntan nadie se dio cuenta.

-Sí acuselo, también le quito una oreja a Puqui.- se quejó Fernanda.

Al final si castigaron a Leo por haberse portado mal.

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Hoy no tengo mucho que decir sólo espero que les haya gustado.

•ACLARACIONES.

*Tlahuelpuchí es un entidad sobrenatural entre las creencias nahuas del altiplano, específicamente del estado de Tlaxcala. El Tlahuelpuchí corresponde a un ente femenino —aunque hay versiones que manejan que también existen "tlahuelpuchies" varones—, mezcla entre hechicero y vampiro, con la capacidad de convertirse en vapor, y que se alimentaba de sangre humana y animal, específicamente la sangre de niños.

*La frase "Noyolo Camoyolo"  significa: Mi corazón es tuyo y la dice Xóchitl en la leyenda de la nahuala al final después de darle un beso en la mejilla a Leo.

*Kubo usa a Ena para romper los lazos con fantasmas, dioses o demonios y así mantener a cada quien en su mundo.

*La nota de Xóchitl no era para que Leo la recordara era para que no olvidara al "Príncipe Luna" y cómo recordatorio quemó la oreja de Puqui el peluche.

*Kubo pidió que ni uno de ellos se acercara a Leo, la idea del japones es dejar que Leo viva su segunda oportunidad en paz.

*La libreta que Leo encontró es de Kubo.

*Hector Tadashi Rivera Hamada es el nombre completo de la bendición del Higuel alv.

*Nadie más podía saber que pasaba en esa habitación ya que la Tlahuelpuchí había dejado una barrera de humo evitando así que alguien más presenciara la masacre.

(Este parentesis es para hablar un poco del dibujo de arriba.

Yo sólo iba a poner una foto que saque de internet de Kubo pero después me arrepenti ya que no me gustaba mucho como se veía y no enconcontraba una que me gustara >:v. Tarde en tratar de traer algo "decente" yo se que no soy buena en... Casi todo pero eso no quita mi dedicación.

Para mi dibujo use un color celeste de lo más chiquito y gracias a dios que lo encontre ya que no tenía xd (lo perdí en la escuela) sin ese color tal vez no estaría aquí. Kubo usa una venda celeste, su cabello lo deje algo corto a como normalmente todos lo dibujan y se preguntaran ¿Porqué? Les voy a decir solo porque se que a mi nadie me presta atención y me gusta parecer loca, yo lo hice así porque no me gustaba verlo como todo mundo lo dibuja y me preguntó ¿Porqué? Me he dado cuenta de que los samurais se dejaba crecer el cabello tal vez sea eso, pero yo intente sacarme de eso. Pasando a otra cosa les comparto mi experiencia porque mis dibujos nunca tienen chiste con el coloreado y pues con este dibujo me arriesgue a experimentar con mis colores, crayones, plumes y goma (materiales que tengo en casa).

Esperó les haya gustado.)

Atte: Yumila.

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