Los actos impulsivos a veces no son los mejores, puedes cometer un error por actuar de forma deliberada. Ejemplo claro, Jayden se encuentra en el suelo con el filo del cuchillo encajado en uno de sus muslos.

El otro creador se encuentra muerto también, mientras Jayden lamenta dos muertes, la de la chica que quería como novia, y la de su mejor amigo.

Mira hacia al frente con odio puro destilando en su mirada, y dejando que su siempre calculada expresión se desvanezca demostrando que, como cualquier otro ser humano, también siente miedo.

—Es una lástima saber que hiciste todo esto... y no me invitaste... —comenta el desconocido caminando de un lado a otro mientras juega con la motosierra que encontró segundos atrás en el suelo.

—¿Qué demonios quieres? —cuestiona Jayden con un susurro molesto, lleno de ira.

—¿No está eso claro, aún? —pregunta entonces el otro y sonríe detrás de la máscara que lleva, al ver la negativa en él rostro de Jayden— Es sencillo, pequeño... tú vida.