Cuando el segundo tiro es dado, la reacción de los presentes es rápida y concisa. Se dan vuelta, miran los alrededores buscando algo.

—El precio para ganar es la muerte, ustedes deciden de qué forma la inducen.

Entonces es cuando las armas son encontradas encajadas en la nieve. Las pistolas, los cuchillos, las motosierras, cada objeto tajante que a pesar de no ser un arma, podría ser un arma punzante y lastimar e incluso matar.

Los maullidos de dolor no se hacen esperar cuando todos toman lo que pueden y comienzan el verdadero revuelo.

La guerra de todos contra todos, matándose entre sí, mientras también arrancan las máscaras de sus caras para así mostrar sus verdaderos rostros.