El bosque está en penumbras y el silencio reina. Aunque hay varias personas y cada quien está pendiente del movimiento que indique que el creador ha llegado, no dejan de respetar las reglas.

La señal es dada, y cada quien se dispersa, caminando hacia el número que indica el grupo en que cada quien sabe que está. Todos llevan sus máscaras, las máscaras que son el emoji negro de la otra cara de la Luna. El creador se sitúa al lado de otro desconocido y entonces levanta la mano mostrando la pistola con silenciador que extiende al cielo y dispara.

—Están aquí para jugar. Y yo les daré lo que desean. El juego de la Luna es simple y claro, es una guerra de todos contra todos donde solo puede ganar uno y será quien decida su premio. —dice el creador, con la voz robótica y dando otro tiro— Comiencen.