34. Sentimientos
Taehyung
Estoy de pie en lo que era la sala de Namjoon, todo está exactamente como lo recuerdo, el cuadro de cuando éramos niños esta en la pared de su sala de estár, aún espero que él salga en cualquier momento para recibirme. Miro a todos lados y me siento tan solo, su casa se siente tan grande.
Camino poco a poco por los pasillos que llevan a su despacho, el sol entra por el ventanal que está detrás del escritorio, hay un sobre blanco sobre éste. Me acerco de poco a poco hasta estar en frente de aquel sobre. Tomo la silla y me siento.
Para Tae y Papá Jin.
Si están leyendo esto significa que he muerto, en realidad escribí la carta hace mucho pero nunca había enfrentado una guerra, así que por si acaso la dejo afuera, dónde la puedan encontrar.
Quiero agradecerles por todo, a papá Jin por cuidarme y protegerme, por rescatarme del bajo mundo y que me permitiera formar parte de su familia, cuando me quedé solo, a Tae por ser mi hermano durante tantos años y a mamá, que aunque ya no esté aquí siempre le voy a agradecer por quererme.
Tae, por favor no te metas en problemas y cuida de tu padre ahora que yo no estoy, perdona a Yoongi y no llores, siempre voy a estar protegiéndolos, no olvides que te quiero muchísimo.
Atentamente: Kim Namjoom.
Aprieto la carta contra mi pecho mientras dejo salir unas cuantas lágrimas, duele, se siente un gran vacío en mí, es algo similar a cuando murió mamá, ¿Por qué las personas tienen que irse? Limpio mis lágrimas y sigo revisando por si hay otra cosa importante que deba leer. Abro el cajón que esta de lado derecho y encuentro una foto de mamá, papá, Nam y yo; parece que me quiere ver realmente mal, la tomo entre mis manos y sin más la guardo en mi traje, en realidad la casa luce muy oscura y triste.
Me levantó de un salto y salgo de ahí, no quiero que los recuerdos me hagan poner mal, tomo mi caballo y me dirijo lo más rapido que puedo hasta llegar con papá.
Una vez en mi casa me meto a mi cuarto, sé que no debo seguir lamentandome pero en realidad siento que todo fue mi culpa, si lo hubiera protegido bien ambos estaríamos bien, no, la verdad es que todo es culpa de Miranda, de esos malditos monstruos que lo mataron. Llaman a la puerta.
—Taehyung, hijo, soy yo — Mi padre está del otro lado de la puerta.
—Adelante — Apenas y sale un hilo de voz. Abre muy silenciosa la puerta.
—¿Cómo te fue? ¿Te encuentras bien? — Se sienta en el suelo conmigo.
—No... Encontré esto — Le extiendo la carta y la foto.
El lee la carta y sonríe, noto como se forman lágrimas en sus ojos y me abraza.
—Te pide que no llores... Piensa que ya está con tu madre por fin. — Besa mi cabello, yo le correspondo y me mantego con él así un buen rato.
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Han pasado tres semanas desde su muerte, lo extraño pero he aprendido a sobrellevar su falta, por primera vez en tanto tiempo vuelvo al castillo.
Al entrar encuentro a varios sirvientes, les sonrío y sigo caminando, esta vez vengo a ver a Jimin, entre las últimas palabras de Namjoon dijo que Jimin era omega, necesito cerciorarme si es verdad pero al encontrarlo no lo veo nada bien.
—Jiminie — Me acerco poco a poco, él voltea y se le ve muy triste.
—Hola Tae — Su voz es apagada.
—¿Pasó algo? — Le toco el hombro. Me mira y al instante se muestra nervioso.
—N–No nada Tae, ¿Qué te trae por aquí? ¿Cómo estas? — Sonríe.
—Quería hablar contigo Jiminie, vamos a otro lugar. — Nos dirigimos a uno de los jardines traceros del castillo. —Ya estoy mejor, aun duele pero estoy mejor.
—Eso me parece muy bien V, yo también lo extraño.
Dibujo una sonrisa nostálgica en mi rostro, aunque aun me sigo preguntando porqué Jimin lucía tan triste hace un rato. Cuando llegamos me siento en una de las bancas.
—Nos hará mucha falta — Suspiro con pesadez.
—¿Y bien, de que quería hablarme? — Me mira con curiosidad.
—Hay algo que dijo Nam antes de morir y que me llamó mucho la atención, pero solo hasta ahora pude venir a aclarlo.
—¿Qué es?
—Él dijo que tu eres un omega. — Volteo a mirarlo, su rostro denota pánico y miedo.
—Y–Yo... — Su nerviosismo lo traiciona.
—Habla con la verdad. — Es lo único que pido.
—Si... Soy un omega — Baja la mirada al piso, parece triste y asustado.
—¿Por qué no lo dijiste antes? — De haber sabido que Jimin es omega pude evitarle muchas cosas.
—Tenía miedo... Miedo de que me regresaran a mi aldea. — Su mirada es gacha y esta jugando con sus dedos.
—¿Por qué?
Hace una pequeña mueca. —Querían casarme, yo pensé en demostrarles que había otra opción para pagar nuestras deudas, entonces vine a dar hasta acá. — Muerde sus labios, es que, es tan obvio, ¿Cómo no me di cuenta?
Niego con la cabeza, no voy a despreciarlo, pero de alguna manera empiezo a entender porque preguntaba si yo tenía omega o no, lo miro.
—Pudiste haber muerto, fuí muy duro contigo. — Lo digo a manera de disculpa.
—No, eso ya no importa, de alguna manera aprendí mucho de usted.
—¿Cómo es que no has entrado en celo? — Una de las principales interrogantes es esa, siendo un omega entraría en celo al instante.
—Tenía unas cuantas plantas que escondian mi olor. — Levanta la cabeza. —Pero ya no las uso, no tengo porque esconder lo que soy.
—¿El rey lo sabe? — Levanto la ceja.
—Si, me permitió poder seguir trabajando aquí. — Sonríe esa sonrisa es tan pura, tan brillante que siento como mi corazón late un poco rápido, mi respiración cortarse un poco, ¿Qué es esto? ¿Por qué sentí esa pequeña punzada en mi corazón? Llega un olor a rosas.
—Jimin, hueles a rosas — Él se sonroja y aunque sonría veo como su mirada vuelve a caer. ¿Qué es lo que le duele?
Mare 👑
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