Apto para todos los públicos.
Gabi: Kirino.
Víctor: Tsurugi.
Dedicado a Natsu_Kirin

NARRADOR OMNISCIENTE:

—Al fin acabaron las clases... —Dijo agotado el peli-azul, mientras recogía sus libros y los metía pesadamente en su mochila.

El día de hoy había sido monótono y aburrido. En la clase ya no se encontraba nadie, aunque era normal, hacía ya diez minutos que sonó la campana, pero Víctor no se percató de ello, ya que se había dormido. La clase de álgebra a última hizo que inevitablemente sus neuronas desfallecieran.

Víctor, apresurado para ir a ver a su hermano Vlad, sale corriendo de clase, pasando "casualmente" por el aula 2°C donde impartía clase Gabi, el defensa del Raimon con una apariencia un poco afeminada y curiosa, esperanzado de que aún se encontrara allí. En todo el día no había conseguido verlo y sus ganas de hacerlo eran notorias. Desde el primer día que vio a Gabi, no pudo evitar sentirse atraído por él.

Al acercarse a la puerta, sonrió al ver que efectivamente el chico se encontraba allí, borrando la pizarra mientras escuchaba música con sus cascos blancos. Se quedó parado en el marco de la puerta por unos segundos más, hasta que decidió irse corriendo al Hospital.

—Hola Camelia. —Saludó el delantero a la enfermera.

—¿Quiere ver al señorito Vladimir, cierto? —Sonrió al ver, como ya era costumbre, a Víctor. Camelia pensaba sin duda que él era un gran hermano.

Él asintió y tras el permiso de Camelia, Blade se fue a la habitación de su hermano.

—¡Hey hermanito! No hace falta que vengas todos los días. —Sonríe dulcemente Vladimir, que se encontraba en su cama viendo la televisión.

—Ya... Bueno. —Mira hacia a un lado y se sienta en una silla junto a la cama de su hermano. —¿Qué tal tus piernas?

—Van bastante bien, los de rehabilitación siempre me dan ánimos, además, me debo esforzar al máximo para volver a jugar al fútbol con mi hermanito Víctor. —Vuelve a sonreír.

—Ya veo. —Mira a través de la ventana, feliz de saber que el Sector Quinto iba a pagar la operación de su hermano y que finalmente, volvería a jugar al fútbol con él.

Pero a pesar de esa felicidad, en el día de hoy se sentía algo inquieto. No paraba de pensar en Gabi, en su sonrisa y sus ojos color cielo. Necesitaba un abrazo suyo.

"¿Cómo estará Gabi ahora?, ¿con quién estará?..." -Pensaba.

—Víctor, oye, ¿estás aquí? —El mayor zarandeó su mano delante de la cara del menor para ver si reaccionaba.

—Si, si, aquí estoy. Vlad... —dice inseguro. —Pase lo que pase, no me odiarás, ¿a que no? —Miró fijamente a su hermano.

—Claro que no. Siempre serás mi hermanito. —Lo mira fijamente, con cierta ternura en su mirada. —¿Es un chico de pelo rosa el causante de tu ausencia? —pregunta curioso, aunque ya sabía la respuesta.

Víctor mira incrédulo a Vladimir y con un leve sonrojo en sus mejillas, asiente levemente; admitiendo que aquel chico era el causante de que sus pensamientos estén patas arriba.

—Ayer, un poco antes de que vinieras, un tal Gabi preguntó por ti. Parecía nervioso. —Ríe, recordando el momento. —Sé que te gusta, Víctor.

El de cabellos azulados, agacha la cabeza al saber que sus sentimientos habían sido descubiertos y empieza a jugar nervioso con sus dedos, haciendo círculos y figuras geométricas extrañas.

—Señorito Víctor, ya ha acabado la hora de las visitas. —Anunció Camelia, entrando a la habitación dónde se encontraban los dos.

Al escuchar eso, Víctor se levanta de su asiento y se despide de Vlad. Seguidamente se va y dudoso se dirige a su casa, viendo como la noche ya caía en Inazuma.

—¡Víctor! ¡Espera un momento! —Víctor al escuchar aquella voz, se giró, viendo a un agotado Gabriel ir corriendo a su dirección.

Gabi se para delante del menor y algo sofocado y con los cachetes algo rosados, lo mira.

—Ven a mi casa, ya es de noche y puede ser peligroso. —Ofrece Víctor, señalando su casa, que al parecer se encontraba en frente de los dos chicos. Gabi, dubitativo, al final acepta.

—Gra-gracias. —Sonríe.

Se adentraron en el hogar y Víctor, con un aura de tranquilidad, señaló el salón para que Gabriel se dirigiera y se sentara en el sofá, mientras que él se iba directo a la cocina para preparar un té negro para Gabi.

—¡Ví-Víctor! -Grita desde el salón, sobresaltado a Blade. —Te quería decir que... —Se escucha silencio y dudoso, el delantero se dirige al salón con el té, viendo a Gabi con una almohada entre sus brazos.

"Es hermoso" -Pensó al verlo.

—¿Qué quieres decirme Gabi? —dijo con tono de preocupación y tras dejar el té en la mesa de cristal, se sienta al lado del nervioso defensa.

Él no dijo nada, pero sin previo aviso, aparta la almohada de sus brazos y lo mira. Antes de decir nada, el de pelo rosa, se acerca y planta un beso suave en los labios de Víctor. Asombrado, corresponde a aquel beso. Víctor cierra los ojos, al igual que Gabi, saboreando el sabor del otro, que los transportaban a otro mundo, un mundo que ninguno de los dos creía alcanzar nunca.

"Sabe a chocolate..." -Pensó Víctor, sonriendo levemente en el beso.

Por falta de aire se tuvieron que separar y con los labios algo hinchados a causa de alguna que otra mordida, Gabi habló con los ojos centelleantes.

—Te amo Víctor y qui-quiero hacerlo contigo. —Ante la declaración del ojiazul, no pudo evitar sorprenderse.

Víctor miró de arriba a abajo a Gabi y con una sonrisa, lo tumbó en el sofá. No iba a despreciar esta oportunidad, temiendo a ser despertado por su madre. Blade deja un corto beso en la frente a Gabi y sin pensárselo mucho, se lanza a su cuello, dejando cortos besos en este, aspirando suavemente esa zona, provocando que Gabi empezara a respirar más agitado. En respuesta, Gabriel muerde el cuello de Víctor y tembloroso, mete su mano derecha bajo la camisa escolar, palpando su espalda con sutileza.

El tacto de Gabi era tan suave, que Víctor sintió la necesidad de protegerlo para toda la vida, verlo crecer y verlo en todas sus facetas, ser aquella almohada donde llorar, aquel libro en blanco donde escribir, y aquel cofre donde guardar los momentos más especiales del mayor. Quería estar junto a él.

Juntando ambas frentes, acarició la mejilla izquierda del peli-rosa y con su dedo pulgar, lentamente, los labios sabor a chocolate. Suspiró y miró a sus ojos.

—Gabriel García, ¿te gustaría ser mi novio? —dijo Víctor con voz algo grave por la excitación de sentir bajo él, el cuerpo pequeño de Gabi y suave por saber que su sueño se había hecho realidad.

—¿Qué pregunta es esa? —Gabi, con los mofletes color carmesí, mordió su labio inferior, que anteriormente fue acariciado por el dedo pulgar de Víctor. —Por supuesto que quiero ser tu novio.

Y aunque la noche hubiera empezado algo caliente, al final no hicieron nada y solo se centraron en dejar largos, suaves y dulces besos sabor a chocolate, degustando la compañía uno del otro, entre anécdotas, risas y un momento único que, sin duda, quedará en la memoria de ambos; hasta que sin poder evitarlo, se quedaron dormidos.

Al fin encontré la razón de mi existencia y es junto a ti.

-•-

Fin~

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Hasta aquí el One-Shot. Espero que os haya gustado. Se aceptan pedidos gustosamente 🙌💕💕

Comentad cualquier cosa, me hace feliz leeros.

Ahora voy a poner a algunos usuarios, para conocernos mejor. Y para estos usuarios y todos quién lean esto, ¿quién es vuestro jugador de Inazuma Eleven favorito? (Primera temporada).

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