2. Arion x Ricardo 【Go】+18
Apto para todas las edades
Arion: Tenma.
Ricardo: Shirou
Dedicado a: Noeliasherwind8
—Mgh...—gemía mientras se tocaba Ricardo pensando en el más joven. —M-más... —añadió cuando este llegó al clímax. —¡Aaah!
Al llegar se limpió con un papel y seguidamente fue a entrenar con el equipo. Llevaba más de cinco meses enamorado del joven, y estaba seguro de sus sentimientos, ya que cada vez que veía al chico con remolinos, no podía dejar de pensar en él y en todo lo que podía hacerle.
—¡Ey capitán! —ahí estaba Arion con su sonrisa deslumbrante. —¿Cómo amaneció hoy?
—Hola Arion. —intentó guardar sus nervios y tragarselos. —Desperté bien, preparado para un nuevo partido.
Y efectivamente mañana tendrían un nuevo partido. Contra la Royal Academy.
Estuvieron entrenando hasta que llegó la tarde, y el entrenador Mark dijo que ya podían irse a casa. Ricardo estaba pensando mil formas de poder juntarse con Arion, ya que siempre estaba con JP y sus celos lo invadían completamente.
Hasta que se le ocurrió algo.
—Ey, Arion. ¿Podrías darme tu número? Así podemos hablar de una nueva supertecnica que tengo pensado. —Arion le miró dudoso y después sonrió.
—¡Por supuesto, capitán! —le entregó su número y después cada uno se fue por su lado.
Lo que no sabía Ricardo es que Arion tenía una vida secreta después de cada entrenamiento.
(...)
Al llegar la noche, Ricardo se fue preparando para irse a dormir, cuando recibe un mensaje de un número desconocido.
#arionkitty😘
Al ver aquella imagen, Ricardo se sorprendió de sobremanera ya que no entendía nada de lo que estaba sucediendo.
Cuando estaba desconcertado, le llegó un mensaje de aquella cuenta.
Hola, soy Arion~
Pediste el otro día mi número
para que te mande fotos, verdad?
Arion?
Es lo único que consiguió escribir, cuando iba a decirle quién era y que se había equivocado de número, decidió seguirle la corriente, y así aprovechar aquellas fotos tan sensuales que estaba mandando. No podía permitir no aprovechar aquel error.
Si, soy yo.
Arion gatito~
Mgh, me estoy tocando,
quieres ver?
Si, precioso. Muéstrame
Al leer lo que había dicho Arion no pudo evitar que su erección ya se hiciera presente y empezara a tocarse por encima de la ropa. Era inevitable. Imaginarse a Arion vestido de gatito mientras tenía un pug en el culo simulando una colita, era demasiado para la imaginación de Ricardo. Y efectivamente, ya empezó a notar el líquido preseminal manchando su calzoncillo.
Respiró profundo, e intentó aguantar para poder seguir aprendiendo aquellas imágenes que le otorgaba el menor. Eran realmente adorables y tan sensuales, que no pudo evitar gemir del placer que tenía. Era un maldito dios.
Siguieron hablando durante un rato más, hasta que Ricardo no pudo aguantar más y tuvo que decirle quién era. Era necesario, no podía aguantar más.
Soy Ricardo...
Me encanta tu cuerpo, Arion...
Por favor, veámonos
El último mensaje fue de súplica ya que no podía aguantar más el hecho de no poder tocar, poder acariciar al chico con remolinos que tan loco le trae. Tenía que besarlo, tenía que mirarlo de cerca, costase lo que costase.
Qué? No pu de ser
Arion después de ese mensaje no volvió a mandar ninguno más, pero la excitación del mayor no se iba. Hasta que no pudo evitar meter su mano por debajo del pantalón y empezar a masajear su miembro pensando en aquel erecto y grande pene de Arion. Era inevitable. Tenía que hacerlo, tenía que follarlo, coaste lo que costase.
(...)
Al día siguiente, Ricardo fue apresurado al instituto para poder encontrarse con Arion y hablar lo ocurrido anoche, pero a su desgracia, él no se encontraba en el campo. Entonces se dirigió a JP y le preguntó.
—¿Dónde está Arion?
—Me dijo que se encontraba mal y que no iba a salir de casa. Eso es raro, teniendo en cuenta que siempre viene a los entrenamientos.
Y sin decir nada más, dejo a JP ahí solo, pidiendo antes a Gabi que se encargará del equipo, para ir a la casa de Arion.
Al llamar al timbre, Silvia contestó.
—¿Sí?
—Soy Ricardo, compañero de Arion. ¿Se encuentra en casa?
—Sí pasa, adelnate.
Ricardo agradeció que estuviera adentro y que Silvia no haya puesto ninguna excusa. Silvia le dirigió a la habitación de Arion y está seguidamente se fue. Ricardo llamó varias veces a su puerta, pero no recibió ningún sonido a cambio. Así que, a regañadientes, abrió la puerta, encontrándose un bulto en la cama.
—Arion, levanta. Vamos.
—No.
—Arion, es raro que te saltes el entrenamiento, vamos. Sé que no estás enfermo.
—Capitán...
Aquel sollozo, que pareció más un gemido, hizo que a Ricardo se le pusieran los pelos de punta. Con tan solo una palabra, aquel enano podía hacer tanto que lo traía loco.
Se acercó donde estaba aquel bulto, y destapó las sábanas, encontrándose a un Arion medio desnudo.
—¿Pero qué?
Es lo único que dijo cuando se fijó bien en su cuerpo tallado por los mismísimos dioses, aquella figura que tan loco le traía ahora estaba delnate suya. Medio desnuda. Esto era una locura.
—Ricardo. —Arion estaba llorando. —Puedo explicarlo. —se hizo una albóndiga, juntando sus piernas en su pecho.
—Tranquilo, ¿Sí? No te juzgaré. —Ricardo hizo una pausa—de hecho te diré que me puso bastante como me hablaste y lo que me enviaste.
Arion no dijo nada, solo se quedó mirando al capitán con los ojos, embobado. Arion le gustaba mucho el capitán, desde la primera vez que lo vio sintió una gran admiración.
Y que dijera que le gustó aquello hizo que estuviera feliz y al mismo tiempo avergonzado, haciendo que se pusiera rojo como un tomate.
—Capitán...usted me gusta mucho. —Admitió Arion.
—Tú también me gustas mucho.
Y los dos se quedaron mirando, cuando Ricardo empezó a acariciar el brazo de Arion. Él quería más, quería tocarlo y sentirlo hasta lo más profundo. Era necesario para su cuerpo que llevaba pidiendo de él durante mucho tiempo.
—Arion...
Es lo único que dijo para juntar sus labios con los del pelo marrón, y así empezar una danza entre ambos labios. El beso que comenzó suave, empezó a tornarse bastante caliente. La lengua del mayor estaba dentro de la cavidad bucal del menor, saboreando cada detalle de él. Le encanta a, encantaba como Arion hacia un beso torpe, notándose que era la primera vez que besaba a alguien.
¿Cómo un ser tan inocente puede tener una doble vida después?
Ricardo no lo comprendía, pero no quiso indagar mucho en el tema y solo se limitó a disfrutar de aquel momento lleno de placer.
Unas cosas llevaron a otra y empezaron a desnudarse y a sentir el ambiente muchísimo más caliente, tanto que una vela se encendería.
—Me encantas...
Empezó a chupar su cuello bajando por la clavícula, hasta llegar a sus pezones, donde Arion se retorció de placer al sentir la lengua jugar con sus pezones. Era una sensación muy placentera. Estuvo jugando así un rato, hasta que finalmente, decidió bajar un poquito más y meter la polla de Arion dentro de su boca. Embistiendo y haciendo círculos con su lengua.
—mgh... S-si...Ricardo...
Y eso hizo que se excitase aún más, no pudiendo aguantar más las ganas, así que lo preparó primero metiendo un dedo en el ano, despues de estar un rato, sacarlo y volverlo a meter para meter otro dedo. Lo que costó más, pero que finalmente se logró.
Arion se retorcía de placer, no podía aguantar más y estaba a punto de correrse, cuando siente que Ricardo empieza a penetrarlo suavemente, hasta llegar a lo más profundo de su ser, haciendo que gimiera con mucha fuerza. Incluso temiendo que Silvia lo escuchara.
Estuvieron ahí un rato más, moviéndose y demás, hasta que Arion se corrió y Ricardo también dentro de él.
—Dios, ha sido maravilloso. —dijo Ricardo, para después dar un beso en la frente a Arion que estaba jadeando, exhausto del trajín que tuvieron hace escasos unos segundos.
Arion abrazó a Ricardo y los dos se quedaron abrazados un rato, hasta que finalmente, decidieron vestirse e ir al entrenamiento.
—Tenemos que hacer nuestra supertecnica.
—¡Sí capitán!
—Pero antes de eso, quiero saber si quieres ser mi novio. —dijo Ricardo, al asombro de Arion que no se lo esperaba para nada.
—Claro que quiero. Capitán, te quiero.
Y los dos se dieron un beso.
¿Quién diría que una equivocación pudiera hacer que dos corazones se juntasen? Nadie se lo podía imaginar. Pero esta es la historia entre Ricardo y Arion.
Fin.
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