Fuego cruzado
Ni siquiera podía recordar cómo o cuándo le llevaron a la cama.
Era temprano cuando abrió los ojos. Sus párpados estaban pesados y su boca estaba tan seca que ni siquiera podía emitir algún sonido. Era difícil moverse porque las extremidades le pesaban como si estuvieran rellenas de algodón empapado en agua y todo su cuerpo palpitaba igual a si hubiese sido golpeado por alguien más. Además, tenía mucha, mucha, mucha hambre y se preguntaba si había sido por eso que abrió los ojos a pesar de que era tan duro y difícil de hacer.
Miró a su alrededor en la oscuridad, pensando que quería beber un poco de agua y entonces, de repente, se quedó muy quietecito. En la cama, justo a su lado, alguien dormía profundamente.
Era Taehyung.
El hombre, estaba roncando y babeando. Incluso estaba vestido con una pijama de tela bastante suave. Al ver esto, levantó el brazo y notó que una pijama similar había sido colocada sobre su cuerpo.
¿Cuándo lo vistió?
Además, al inspeccionar su cuerpo más detenidamente, descubrió que no había pegajosidad o sudor en él. Era un desastre, pero parecía que se las había arreglado para bañarlo de todos modos y aunque era una suerte que no lo metiera a la cama así como si nada, al pensar que había mirado cada rincón y grieta de su cuerpo mientras lo hacía, sintió que quería esconderse en algún lugar y no aparecer hasta que cambiara de milenio.
Jungkook suspiró y miró a Taehyung, que dormía profundamente. Era como si todo tipo de emociones extrañas y complejas flotara en su pecho porque, después de todo, fue esta la primera vez en su vida que tuvo sexo con alguien por su propia voluntad. Es decir ¡Hasta se habían revolcado en el piano de cola que tanto amaba! Como prometió Taehyung, cada vez que mirara el instrumento musical de ahora en adelante, estaba seguro de que recordaría el enredo de ayer con el hombre que se portaba como una bestia. Oh Dios mío. ¡Solo de pensarlo le subía la fiebre! ¿Qué habrá pasado con su pobre piano? Recordó que la tapa había quedado desordenada con semen, fluidos corporales y saliva hasta el punto en que no sabía a quién pertenecía cada cosa. Tal vez nunca más podría usarlo. ¡Tal vez el semen se había filtrado al interior!
Mientras continuaba pensando en esto, gritó por dentro y cerró los ojos con muchísima fuerza. No quería recapitular lo que pasó tan detenidamente y no podía creer que ahora estuvieran acostados en la cama uno al lado del otro ¿Se supone que esto era normal? ¿Tenía sentido?
Era una situación que nunca, de verdad nunca, había sucedido en su vida antes pero que pasó sin previo aviso ayer y lo peor era que había sido increíblemente bueno. Por supuesto, esto le molestó aún más.
En realidad, hace tres años, tuvo la misma sensación cuando amenazó a Taehyung con una pistola y tomó prestado su pene a la fuerza para utilizarlo como un consolador de carne. Es decir, tenía la extraña impresión de que le gustaba la forma, el tamaño y la textura de todo en su cuerpo y también tenía ese deseo raro de encontrar un consolador que fuera idéntico a su bendito pene. Sin embargo, fue difícil salir del impacto de participar en un acto tan casual llamado "sexo", donde mezcló carne y le dio su cuerpo en lugar de simplemente pensar en la penetración.
Y le gustó mucho.
Fue mejor que tener a la Nimbuzz 500 edición mamba negra, su mega consolador favorito.
Incluso tenía la sensación de que se iba a volver adicto a este pequeño placer que nunca antes había tenido que experimentar y sí, hasta le hacía tener un poco de miedo. Porque tal vez, si tuviera energía para levantarse y fuera fácil moverse, hasta podría haberse subido al cuerpo de Taehyung para continuar con lo que empezaron ayer.
—Debo estar loco, de verdad.
¿Era eso realmente lo que era el sexo? ¿Mezclar carne con una persona hasta sentir ese tipo de placer? No lo sabía porque nunca lo había hecho con nadie más, así que ¿Qué iba a pasar si este sentimiento crecía hasta el punto en que ya no pudiera estar satisfecho con un consolador? Porque si no podía satisfacer sus antojos con uno, iba a volverse loco. ¿Y qué pasaba si se volvía tan loco como para secuestrar a ese hombre y ponerlo bajo custodia?
—Estás pensando en tonterías ¿Verdad? —De repente, una voz vino desde la oscuridad. Jungkook se encogió de hombros como un ladrón que había sido descubierto con las manos en la masa y cuando volvió la cabeza, Taehyung, que seguía con los ojos cerrados como si estuviera muerto, de repente separó los párpados y lo miró de lado. Sus ojos estaban un poco hinchados, como si en realidad no estuviera durmiendo tan bien como lo pensó.
—¿No dormiste? —Jungkook preguntó esto con una voz quebrada.
Taehyung se levantó un poquito. —Dormí, pero tengo el sueño ligero. Sentí cuando empezaste a moverte. ¿Qué pasa con esa cara?
—Me preguntaba si tu piano está en buenas condiciones.
—Fingió que no estaba avergonzado, pero Taehyung sonrió como si fuera notorio que no era así. Luego se levantó, y le tendió el vaso de agua que había dejado sobre la mesilla de noche.
—Deja de preocuparte por cosas innecesarias y empieza a beber agua. Tu voz suena horrible.
Taehyung fue extrañamente amable. Tenía buena vista y se había dado cuenta rápidamente de lo que necesitaba, Jungkook lo miró un momento y luego se levantó para acomodarse. No, más bien, estaba tratando de levantarse de su lugar pero su cintura perdió potencia en un minuto y se cayó. No importaba lo mucho que intentara sentarse, simplemente crujía y volvía a crujir.
—Mi cuerpo... Creo que está roto. ¿Qué es esto? ¿Qué me hiciste? Voy a necesitar una silla de ruedas por tu culpa.
—Jungkook dijo esto, asombrado por el estado de un cuerpo que no se movía como lo estaba esperando. Taehyung levantó la parte superior de su cuerpo entre sus brazos y amablemente colocó el vaso de agua en sus labios. Entonces, pudo tragar por fin.
—¿Eres tan débil como para medio morirte después de haber tenido relaciones sexuales solo una vez?
El agua que estaba bebiendo salió a borbotones. —¿Perdón? ¡¿Solo tuvimos sexo una vez?! ¡Utilizaste mi ciclo de celo como excusa para cogerme por días! ¡Ya hicimos maratón de una semana!
Por mucho que le gustaran los dildos, por muy calientes que le vinieran los ciclos, ¡Nunca había tenido sexo por días y días sin tomar un descanso! Miró a Taehyung mientras lo insultaba internamente, pero el hombre solamente había estado mirandolo con la barbilla apoyada en su mano y las comisuras de los labios levantadas en una sonrisa.
—Tú lo deseabas tanto como yo, cariño.
No tenía nada que decir al respecto. Incluso ahora, tan pronto como abrió los ojos, había pensado que quería subirse a su cuerpo dormido para tener más sexo.
—Debes mejorar tu resistencia para no desmayarte la próxima vez.
Jungkook lo miró mientras hablaba descaradamente, y luego sacudió la cabeza.
—No creo que pueda hacerlo de nuevo sin morir.
Es decir, ahora no tenía fuerzas para levantarse y mucho menos para sentarse en el colchón ¿Cómo iba a tener sexo de nuevo?
Sin embargo, Taehyung solo siguió sonriendo. —¿Sabes qué pienso? Que sería bueno verte moviendo lentamente tu trasero sobre mí...
Jungkook arqueó las cejas y luego torció las comisuras de sus labios. —... Yo también quiero hacer eso, pero... Tengo hambre. Lo puedo pensar si me das de comer algo.
—Umm, todo lo que dices siempre es que tienes hambre.
—No he podido comer adecuadamente durante días ¿Cómo no voy a tener hambre?
—Bueno, bueno... Entonces debería bajar primero y hacer algo simple para comer.
A pesar de la petición descarada de Jungkook, Taehyung mantuvo la calma correctamente. Es más, parecía feliz. No era como si fuera el mismo tipo que se había estado manejando como una bestia endemoniada el día anterior sino que se había transformado en... Un lindo angelito. Luego, dejó de respirar involuntariamente ante el toque de su mano acariciando suavemente su cabello.
—Ahora que lo pienso, tal vez esa es la manera de hacer que engordes. Tienes que tener sexo para que te venga el hambre. Ya está resuelto, puedes llamarme tu nutriólogo personal a partir de ahora.
—Que gracioso. —Jungkook resopló y miró hacia otro lado deliberadamente. Su corazón seguía latiendo tan fuerte que le preocupaba que pudiera tener algún tipo de enfermedad terminal.
—No olvides tu promesa de mover tu trasero sobre mi después de comer, quiero que me montes. —Taehyung mostró sus descarados deseos, ignorando la manera en que Jungkook se estremecía y se mordía los labios.
—Dije que lo pensaría, pero no lo prometí.
—Entonces sería bueno que te diera un pequeño empujoncito. —Los ojos de Taehyung se iluminaron con una señal de que verdaderamente quería verlo encima de él mientras sacudía su trasero y lo cabalgaba como a un potro salvaje. No sabía cómo las cosas habían llegado hasta volverse en esto, pero la verdad era que lo estaba aceptando maravillosamente bien.
—Ya veremos entonces. — entrecerró los ojos de nuevo y murmuró esto como si lo estuviera seduciendo.
—Haré méritos...
Podía escuchar a Taehyung, murmurando cerca de sus labios...
Si tuviera un poco menos de hambre y si tuviera un poco más de energía, le encantaría que se lo follara. Lo habría acostado, sacado su enorme pene y sentado sobre él para sacudir su cadera justo como lo había pedido. Era maravilloso cuando lo tocaba y la verdad, es que hasta se había sentido lamentable por no estar cuerdo durante el ciclo de su celo. De lo contrario...
—Bueno... Regresaré pronto así que, puedes seguir descansando ¿Bueno?
Jungkook asintió levemente y luego Taehyung se levantó para ir a hacerle la comida. Fueron unas dos horas antes del amanecer.
Había surgido en él un impulso de seguirlo de inmediato mientras lo veía cruzar la habitación. Quería ir a la cocina, estar a su lado, acomodarse en la mesa y esperar mientras lo veía cocinar. Pero incluso sentarse por un rato era tan difícil que sus extremidades temblaban y si eso ya era así, entonces no había forma alguna de que pudiera levantarse y caminar como si nada hubiera pasado.
Culpando a Taehyung por su condición corporal tan débil, simplemente se sentó en la cama y decidió esperar pacientemente por él...
Pero hacerlo se sintió como si el tiempo pasara inusualmente lento.
Su cama estaba sola ahora, era demasiado grande y fría. Extendió la mano y frotó suavemente el lugar donde Taehyung había estado hasta hace unos pocos minutos. Todavía podía sentir su calor, el que no se había ido de las sábanas, y podía oler el aroma de su champú justo donde estaba la almohada. Sin saberlo, levantó las comisuras de su boca y estiró su mano un poquito más, como para encontrar la manera de sentirlo a su lado.
Fue en ese momento que escuchó un ruido...
"Tung, Tong."
Se escuchó un sonido de golpes en sucesión.
Jungkook giró la cabeza hacia la ventana y se mantuvo en silencio. Como este lugar estaba en el segundo piso, era increíblemente extraño que se escuchara algo así. Igual a si hubieran aventado una piedrecita. Aún así, no dejó que sus ojos entrecerrados por la tensión cayeran en la ventana.
Esperó y esperó... Y de repente, una sombra oscura revoloteó más allá del cristal.
La silueta de alguien.
Se levantó de la cama, olvidando el dolor de su cuerpo, y sintió de inmediato un escalofrío aterrador recorriendo su espalda. Al momento siguiente, la ventana se hizo añicos con un fuerte estruendo y "¡Pam!" Alguien armado se deslizó a través de ella, corrió hacia la habitación y se dejó caer directo en el suelo. Era un tipo que vestía chaleco antibalas y un casco, sostenía una metralleta utilizada únicamente por las fuerzas especiales y guantes de cuero en las dos manos.
El hombre era ágil.
Miró a su alrededor, se colgó el arma en la espalda y tan pronto como encontró a Jungkook, se acercó un paso más y extendió la mano. En ese momento, Jungkook, que se había paralizado por la sorpresa, gritó.
—¡¿Qué estás haciendo?! No, no me toques.
—Jungkook, tranquilo.
¡Que se tranquilizara su trasero! Temprano en la mañana, un ladrón armado, o quizás un mercenario, rompió la ventana de la mansión y entró. ¿¡Cómo iba a estar tranquilo!? Incluso sabía su nombre. Como miembro de la familia de la mafia, había crecido viendo cosas que otros nunca hubiesen experimentado o al menos imaginado, pero ahora no se sentía tan fuerte como para salir de esto por su cuenta. Rápidamente dio un paso atrás.
La cama estaba puesta en el medio de la habitación, por lo que la puerta se sintió bastante lejana. Si ese intruso armado disparara en su dirección, sería inmovilizado y moriría antes de poder gritar por ayuda. Pero, no podía quedarse quieto y no luchar. Por supuesto, contrario a la fuerza de su corazón, su energía era débil y sus piernas estaban tan doloridas que se tambalearon y cayeron hacia adelante. El hombre, que rompió la ventana, corrió rápidamente y lo agarró del brazo antes de que se fuera a golpear.
Jungkook gritó aún más fuerte que al inicio.
—¡Déjame ir! ¡Déjame ir, maldito idiota! ¿Qué vas a...?
—Jungkook, cálmate. Soy yo. Soy Jimin.
Un nombre familiar de repente se esparció en los oídos de Jungkook, quien había comenzado a agitar sus puños con fuerza para darle un golpazo. Entonces, dejó de moverse como un muñeco cuya batería se había agotado y miró la cara del hombre con los ojos muy abiertos. Era cierto, la voz le pareció completamente... Conocida.
—¿Jimin?
—Sí, ese soy yo. Siento tanto haberte asustado. Tranquilizate y respira hondo.
El hombre levantó el pasamontañas que cubría la mitad de su rostro y lo dejó todo descansando sobre su casco. A través de la pequeña brecha, se reveló entonces su rostro, con el ceño fruncido y los ojos rasgados. Definitivamente era él.
—¡Jimin Dios! ¿Por qué estás aquí? ¿Cómo es que...? Rompiste la ventana y entraste ¿Qué crees que es esto? ¿¡Misión imposible!? No, espera ¿Eres realmente tú? —Jungkook se quedó mirandolo, respirando contra su pecho para después golpearlo justo allí. ¡Ni siquiera podía parpadear! Incluso si hubiese visto un fantasma, no estaría más sorprendido que esto.
—Jungkook, inhala lentamente. Así, luego exhala de nuevo. Eso. Lo estás haciendo muy bien. Está muy bien. —Jimin le frotó la espalda justo antes de que comenzara a hiperventilar. Lo instruyó con calma y comenzó a darle unas palmaditas muy pequeñas.
Jungkook, que estaba en estado de shock, siguió sus palabras, respiró hondo y exhaló, luego se derrumbó contra él y se permitió descansar aunque fuera un poquito. Le temblaban las piernas así que no podía aguantarlo más.
—Pero, en serio ¿Qué te pasa? ¿Qué clase de alboroto es este?
—Estoy aquí para rescatarte.
—¿Vienes a rescatarme? —Jungkook lo escuchó dar un breve suspiro.
—¿Ya lo olvidaste? Dijiste que si perdíamos el contacto, entonces asumiera que algo había sucedido contigo. Te dije que vendría a buscarte de inmediato, tonto.
La expresión de Jimin, explicando sobre lo que habían conversado antes, era dura. Su cabeza estaba latiendo y pensando un poco más en ello, descubrió que ciertamente había pasado un tiempo considerable desde la última vez que había contactado con él y con su familia. Fue desde que se quedó solo en la villa de Nuevo México. La última vez ocurrió antes de que Kang llegara a la mansión del desierto así que, después de eso, había estado ocupado preparándose para el truco del misil y... Bueno, tan pronto como terminó, el ciclo de celo, no pudo hacer gran cosa y obviamente, para Jimin una promesa era una promesa.
—Yo... Lo siento. Lo olvidé.
Jungkook se encogió de hombros y se disculpó. Lamentaba que Jimin hubiera volado hasta aquí solo para encontrarlo y lamentaba haberlo hecho sentir tan preocupado por él como para llegar hasta este punto.
—¿Lo olvidaste?
—Es que... No sé como explicarlo.
En realidad, habían pasando muchas cosas a su alrededor en estas últimas semanas. Hackeó un misil de prueba, quedó atrapado en un camión cargado de bombas y casi desapareció del universo sin dejar rastro. En medio de eso, el ciclo de su celo explotó y... Llegó el momento en el que él y Taehyung estuvieron revolcándose durante varios días. No tenía la energía para contarlo todo y le daba vergüenza decirle que básicamente le estaba interrumpiendo la luna de miel con el Beta.
—... Me llegó el celo.
Aún así, eso era lo más razonable para decir.
—¿Tu celo?
—Si. Estaba tan mal que ni siquiera pude pensar en contactarte. Es más, apenas estoy mejorando.
—¿Estás realmente bien? Si algo te sucedió o si te duele alguna parte, entonces...
—¡No! Estoy bien, todo salió bien.
En un instante, los ojos de Jimin, que había estado esperando el final de sus palabras, se volvieron tan negros que hasta sintió que quería ponerse a llorar frente a él y pedir por su perdón. ¡Estaba tan nervioso de que el Jimin armado decidiera volar toda la casa solo porque se le viniera en gana! Es más, hasta le era difícil respirar correctamente. Sabía a la perfección lo que podía pasar si decía algo equivocado.
La casa era lo de menos. Taehyung podía ser golpeado, resultar gravemente herido, recibir un disparo, o ser asesinado. Solo imaginarlo le hizo sentir como si la sangre se le estuviera drenando de los dedos de los pies así que tomó a Jimin de los hombros y lo agitó.
—¡Jiminnie! Amigo mío, mi hermano de otra madre. Mi amor. ¡Siento mucho haberte preocupado! Y lamento aún más no haber cumplido mi promesa pero realmente, realmente todo está bien. Estoy bien, el trabajo salió bien y ahora el ciclo de celo ha terminado y yo ya estoy a punto de regresar a casa. Te lo juro, te lo juro, te lo juro.
Jungkook le dijo todo esto con la esperanza de que no se enfadara con él. Sin embargo, lo miró con una expresión que gritaba que no tenía la menor idea de que rayos estaba hablando.
—¿Entonces...?
—No pude hablarte porque estuve... Estuve... —Tuvo que evitar su mirada. Sus mejillas se calentaron de vergüenza y sintió que ya no podía continuar.
—Estuve con alguien pero, por favor no le digas a Yoongi.
Finalmente, cuando lo escuchó, Jimin asintió.
—Quieres decir que... ¿Alguien te ayudó cuando estuviste imposibilitado?
Jungkook suspiró, aliviado ante lo bonito que era Jimin y lo inocente que era para entender cuando alguien hablaba de tener sexo salvaje. Sin embargo, más que eso, ahora le preocupaba cómo iba a hacerle para devolverlo a su casa y poder continuar sus planes sexuales con Taehyung.
...
Espera.
Quería enviar a Jimin de vuelta. ¿¡Por qué iba a enviarlo después de que había venido hasta aquí solo para encontrarlo!? Dijo que ya estaba a punto de irse de todos modos así que, estaba bien si dejaban la mansión juntos. Pero aún así, algo no se sentía del todo bien. En realidad le dolía el estómago con la pura idea de tener que salir de aquí inmediatamente.
—Yo no...
—¿No qué? Si estás asustado por lo que pueda pasar con el Doctor Kim por secuestrarte, tienes que saber que puedo ignorarlo ya que estás a salvo.
Sus hombros se tensaron ante el nombre del "Doctor Kim." Pudo haber mirado través de la mansión e incluso en la habitación en la que se encontraba, pero estaba seguro de que no había forma alguna de que supiera la identidad de la persona que lo había secuestrado.
—¿Quién te lo dijo?
¿Quién le había dicho el nombre?
—Yoongi lo hizo. Me contó todo lo que ese maldito hizo.
Como era de esperarse, el nombre de su primo salió de la boca de Jimin. ¿Pero por qué lo sabía? ¿Y exactamente qué era lo que le había dicho sobre él?
Fue en ese momento, en el que estaba tan aturdido como para poder hablar correctamente, que de repente la puerta se abrió. Al mismo tiempo, Jimin agarró el brazo de Jungkook y lo acercó todavía más a él.
—¡Jungkook!
Su nombre fue llamado en voz alta.
Era Taehyung, quien había aparecido por la puerta abierta. Como si hubiera corrido todo el camino desde el primer piso hasta aquí, era evidente que su corazón latía con muchísima fuerza y que estaba tan sin aliento que ya no podía ni moverse. ¡Ni siquiera podía hablar! Todo lo que pudo hacer, fue detenerse allí y mirar a Jungkook y al hombre que estaba abrazándolo de un modo bastante protector.
Por un breve momento, se hizo un tenso silencio en la habitación. Entre ellos, Jungkook fue el primero en hablar.
—Taehyung, esto es...
—Ven aquí.
Sin embargo, las palabras que Jungkook pretendía lanzar no llegaron a su fin.
Taehyung, que se había puesto rígido por la sorpresa, torció furiosamente la frente y tendió la mano en su dirección.
Él no podía tomarla.
No era solo porque Jimin estuviera sosteniendo su cuerpo sino... Porque se dio cuenta de que ciertamente ya no había tiempo o espacio para los dos.
—Dios... ¿Quién te envió? ¿Qué quieres? Te escucharé así que, quita las manos de Jungkook y déjalo venir conmigo. —La voz baja de Taehyung resonó inquietantemente en la habitación.
Parecía que había entendido mal y que ahora pensaba que Jimin lo tenía como un rehén y por supuesto, gracias a esto la mirada de Taehyung, era increíblemente amarga. Incluso mostró una señal amenazante que nunca antes había visto en él.
—Doctor Kim, retroceda ahora. Secuestró y encarceló a Jungkook por el tiempo suficiente como para colmar mi paciencia así que, más le vale evitar ese tono cuando esté frente a mi.
—¿¡De qué estás...!?
—Vine a rescatarlo. Por cierto, si fuera tú dejaría ese control en el bolsillo. Los guardaespaldas de tu mansión no podrán levantarse por ahora. —Jimin habló con un tono indiferente, como de costumbre.
Taehyung arrugó la frente una vez más y preguntó:
—¿Yoongi te envió?
—¿Tú qué crees?
Fue cuando respondió, que Jungkook agarró el dobladillo de su ropa como para detenerlo. Obviamente, sabía que era hora de salir de allí antes de que todo se volviera una tragedia y sin embargo, tampoco quería irse así como si nada. Ni siquiera había hablado con Taehyung correctamente o le había confesado sus sentimientos. Entonces, pensó que solo necesitaba algo de tiempo para hablar con él y contarle todo, aunque sabía que solo lo iban a dejar hacerlo por un segundo.
—Jimin, espera. Voy a ir contigo pero, pero... Si me das algo de tiempo, yo...
—Si no sales de inmediato, él va a traer a su gente de Busán. ¿Sabes lo qué significa esto, no?
—... Sí.
Ambos apretaron los dientes. Busán era el hogar de su abuelo. En otras palabras, estaba amenazando a Taehyung con informarlo si no lo dejaba salir inmediatamente de allí. Jungkook negó con la cabeza.
—No... No tienes que amenazarme con mi abuelo. Por Dios, no soy un niño y estoy bien. —Lo dijo, pero era evidente que cuando su abuelo se enterara, iba a ser un tremendo caos. Tenía miedo porque sabía que Taehyung era tan idiota que no dejaría que se fuera fácilmente y en ese momento, alguien podría entrar y matarlo de una manera que seguramente no podía mi imaginar.
—¡Jimin!
—O yo voy a decirle entonces. —Jimin bajó la voz y le susurró esto a Jungkook como si estuviera regañando a un hijo maleducado. Parecía que no tenía el poder suficiente como para evitarlo así que dejó escapar un largo suspiro.
Una vez que Yoongi se decidía a hacer algo, nadie podía detenerlo nunca. Mucho menos cuando Jimin parecía estarlo apoyando tan fervientemente. Jungkook estaba al tanto de la personalidad obstinada de su primo y también era muy consciente de que si había algo que quería, entonces se convertía en un tipo que de alguna manera llevaba la ventaja de toda la situación. Además, era de esos que utilizaban artimañas infantiles y crudas sin detenerse a pensar en como afectaría eso después y ahora Yoongi le estaba diciendo a través de Jimin que volviera inmediatamente.
No sabía qué pasaría si no le hacía caso pero si que entendió que la responsabilidad de las heridas que tuviera Taehyung sería solo suya.
—... Jungkook, Yoongi está muy preocupado por ti. Es solo que no lo demuestra y entiendo que esto puede parecer un poco duro pero, espero que no lo veas como algo malo. Somos tu familia y nunca haríamos algo si supiéramos que no es importante o lo correcto.
"..."
—¿No confías en mí? Anda ¿Por qué no regresamos? Ya estuviste fuera por mucho tiempo y todos en la casa preguntan por ti. Yo te extraño. —Jimin continuó sus palabras con cuidado, como para apaciguar a un niño. Jungkook, que había estado inmerso en sus pensamientos mientras lo escuchaba, no tuvo más remedio que asentir con la cabeza.
—... Tienes razón. Ya fue mucho tiempo, vámonos.
No podía rechazar su oferta por más tiempo. Además, para no dañar a Taehyung, la única cosa sensata que podía hacer, era seguir a Jimin en silencio de ahora en adelante.
Y fue cuando Jungkook respondió que lo escuchó gritar.
—¡Jungkook! —Taehyung, que ni siquiera estaba consciente del peligro, lo llamó y se acercó un par de pasos más a él. Jimin inmediatamente tomó la metralleta.
—Doctor Kim, vamos. Le dije que no se moviera.
"..."
—No sé qué piensa Jungkook o qué le dijiste o a qué estuvieron jugando en todo este tiempo, pero no confío en ti. No creo ni una sola palabra de tu boca. Secuestrar y encarcelar a personas por cualquier motivo es un delito que merece castigo. Seguro lo entiendes.
Jimin sostuvo a Jungkook en sus brazos, apuntando su arma directamente a la cabeza de Taehyung.
—O tal vez no... Quizá deba ver en tu cerebro para averiguar lo que falta.
—¡Jimin, para! Dije que me iba a ir. No hagas eso. —Jungkook se sorprendió al ver a Jimin apuntandole a Taehyung, así que lo agarró por el hombro. No había forma de que fuera a apretar el gatillo imprudentemente debido a su personalidad pero... La vista del arma, amenazandolo , hizo que todo se sintiera insoportable. Fue como si su corazón se hundiera.
Jungkook se aferraba desesperadamente a Jimin y este se sorprendió y volteó para sostenerlo ahora de la cintura.
—Jungkook...
—Jimin, por favor, no te enfades. Por favor... —Mientras suplicaba, Jimin dejó escapar un breve suspiro.
—No pasará nada malo. No te preocupes.
La voz que habló con Jungkook fue amable como siempre, pero el físico de Jimin era tan sólido que no se confío. Es decir, se veía más fuerte que de costumbre porque estaba armado hasta los dientes.
Como era de esperarse, estaba seguro de que Taehyung ni sospechaba que Jimin era un Omega. Incluso era difícil imaginar que estuviera enlazado con Yoongi o que a veces le diera pecho a su bebé y pensó entonces que para aquellos que no conocían nada de esto, especialmente para ese hombre, los dos... Parecían una pareja.
Eran demasiado cariñosos, era obvio. En particular, porque Jungkook odiaba a la gente y porque era conocido que no toleraba estar cerca de nadie. Los ojos de Taehyung, mirándolos, se volvieron fríos y salvajes y sin embargo, fue un cambio que Jungkook, que estaba muy nervioso, no pudo notar.
—Jungkook, ven aquí.
—Taehyung, que miraba en silencio a los dos, habló con una voz grave que se sentía más como una orden.
Jimin, que estaba preocupado por Jungkook, de repente lo escuchó y se enfrentó a él con una cara increíblemente endurecida. Era lo malo de los secuestradores, siempre estaban preocupados por ordenar incluso cuando todo estaba jodido a su alrededor.
Jungkook, sorprendido por el cambio en su expresión, lo atrajo como para detenerlo. —Vámonos ¿De acuerdo? Ya vámonos. Taehyung... Creo que tengo que irme ahora. Como puedes ver, ya vinieron a buscarme así que...
—Te dije, que vinieras aquí.
—La voz de Taehyung se volvió más alta. Se sentía peligroso así que negó con la cabeza.
—¡Carajo! ¡Ven aquí! Yo te...
—Sin embargo, la voz de Taehyung se cortó rápidamente. Cerró los labios y se los mordió hasta que levantó la barbilla. Tenía algo que decir, pero no quería hacerlo ahora. Jungkook lo miró con nerviosismo y luego lo hizo hacia otro lado. Tampoco sabía qué decirle ¿Debería... Prometer que lo llamaría más tarde? ¿O debería decir que se pondrían en contacto? Pero Taehyung y él ¿Qué eran para empezar? Firmar un contrato y hacer el trabajo era lo único para lo que había llegado allí. El ciclo de celo comenzó y tuvieron sexo pero... Fue casi por accidente ¿No era verdad?
Jungkook cerró la boca y miró a su alrededor, era la primera vez en su vida que se sentía en medio de un fuego cruzado y no sabía a qué bando deberia pertenecer.
La brisa fresca de la mañana soplaba a través de la ventana rota. Había fragmentos de vidrio dispersos en el suelo y brillando con la luz que entraba desde el exterior. Era un desastre y de repente, pensó que el desorden a su alrededor era como su relación con Taehyung.
Solo había caos cuando estaban juntos.
—Vámonos... ¿Está bien?
—Dio el primer paso mientras sostenía a Jimin, él lo miró y luego hizo lo mismo con Taehyung antes de subirse a la ventana.
Era un desastre cuando llegó aquí, pero nunca imaginó que sería igual en el momento en que se fuera y cuanto más pensaba en ello, más se arrepentía y se entristecía con toda la maldita situación. Sin embargo, no había nada que pudiera hacer ahora.
De repente, un helicóptero sobrevoló sus cabezas. Jimin tomó la escalera que bajaba de allí y la acercó a Jungkook para que pudiera subir primero. El Omega volvió a mirar hacia atrás antes de hacerlo y observó a Taehyung a través del cabello que ondeaba por la ráfaga de viento: Se había quedado quieto allí, clavado en su lugar y mirandolo fijamente. De hecho, lo observaba con los ojos oscurecidos y una expresión que parecía a punto de quebrarse. Eso fue todo. Al final, ni siquiera pudo decirle nada y él tampoco intentó hablar otra vez.
Volvió la cabeza y tomó la mano de Jimin y luego, a su señal, la escalera comenzó a subir hasta llegar a un momento en que las personas que esperaban a bordo lo tomaron para ayudarlo. Cuando finalmente subió, el helicóptero aumentó su altitud en un segundo y... Se fueron.
Tal vez el sol saldría pronto porque el cielo se estaba volviendo de un azul índigo a un azul profundo. Aún no estaba brillante, pero era evidente que estaba haciendo que sus ojos lagrimearan cuando lo miró. Ni siquiera pareció darse cuenta de que en realidad, estaba llorando por culpa de Taehyung.
Apoyó la cabeza en la silla y cerró los ojos. Sin embargo, la imagen que quería olvidar solo se dibujó con muchísima más fuerza en la oscuridad. Taehyung lo había mirado sin decir nada y lo peor era que parecía como si lo hubiera herido peor de lo que podía haberlo hecho Jimin.
Fue... Difícil, pero siempre hay heridos en el fuego cruzado de toda guerra.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top