Cita

Jungkook gimió en voz baja y cayó de bruces frente al escritorio. Tenía los ojos bien abiertos y su rostro seco y escamoso como si se hubiera empapado de fatiga. Fue la primera vez en la que se dio cuenta de lo que era estar realmente exhausto.  

—Puta madre. —La blasfemia se filtró de entre sus labios mientras se acostaba boca abajo en el escritorio, pensando en que Taehyung estaba actuando como un jefe explotador que exprimía a sus trabajadores durante una semana entera, sin darles descanso o agua.

Sólo pudo maldecir y lamentarse, mental y verbalmente. Si hubiera sabido que esto sucedería, le hubiese pedido un pago más grande que solo un piano y considerando el hecho de que sólo había estado en la sala de música, por un día o dos, fue aún más vergonzoso.

Este fue, a todas luces, un trato injusto.

Soo-Min, una invitada inesperada, abandonó la mansión al día siguiente de que hablaran, ya no le preguntó más sobre su relación con Taehyung, ni trató de averiguar qué estaba tramando o cuál era su verdadero trabajo en la mansión. Tal vez había notado que, incluso si preguntaba, no iba a descubrir nada de boca de ninguno de los dos y así como Taehyung la saludó sin emoción cuando ella llegó de repente, todo lo que hizo fue agitar la mano cuando se fue. Como si nada hubiera pasado para empezar.

Sin embargo, tan pronto como Soo-Min dejó la mansión, Taehyung sentó a Jungkook en su estudio y comenzó a enseñarle sobre cada uno de sus negocios existentes.

Para piratear, primero era necesario comprender correctamente el sistema y para profundizar en el programa de misiles, capturar la información deseada y cambiar el movimiento del misil en tiempo real, era necesario aprender rápidamente sobre el sistema y sobre el programa informático de la compañía. Era puro escaneo y enumeración, pero no fue tan fácil como parecía.

En primer lugar, lo más difícil era que el programa que construyó Taehyung era diferente de los sistemas generales con los que Jungkook había estado tratando hasta ahora.

Además, el tiempo escaseaba. Quedaba menos de una semana para la fecha de la prueba del misil. Aunque por supuesto, su orgullo no le permitió desistir con facilidad. Tenía miedo de parecer un niño llorón, así que apretó los dientes y persistió.

Estaba decidido a terminarlo de alguna manera, así siguió trabajando en ello, incluso mientras era de noche. Lo que debía hacer en primer lugar, era aprender el flujo correcto de la información para infiltrarse en el programa y extraer los datos que necesitaba, lo antes posible.

Era natural cansarse, por supuesto, pero tendría que ser mucho más llevadero para un desarrollador que sabía qué hacer con el sistema y cómo quitar los obstáculos uno por uno.

Desafortunadamente, Taehyung no era un buen profesor. El hombre, que solía ser franco y de corazón frío en lugar de amable, era mucho peor cuando se ponía frente a una computadora. Lo trataba como si estuviera hablando con una máquina y cuando no podía entender la explicación correctamente, a menudo lo miraba con ojos fríos y le gritaba que tenía que poner más atención. ¡No podía contar cuántas veces había estado molesto de que lo mirara así! Si hubiera sabido de antemano que aprender algo, de alguien que era cercano a ser considerado un "genio", sería una tarea tan agotadora, habría llamado a su abuelo para que viniera por él.

—Espero que tu plan funcione, maldito bastardo.

Una vez más, sintió pena por los investigadores que estaban trabajando con él. Además, en comparación con ese sujeto, Yoongi, que solo era un criminal, era muchísimo más paciente. Aunque estuviera gritándole por no poder terminar algo rápidamente, se tomaba el tiempo para aprender un programa desconocido con tal de hacerlo todo más llevadero para él.

Pareció que quería ver a su primo.

—¡Oh, Dios mío! ¡¡Lo estoy extrañando!! ¡He perdido la cabeza!

Pero después de un rato, dejó escapar un largo suspiro y permitió que incluso sus hombros cayeran para adelante.

—Bueno... A menudo me daba regalos para aliviar mi estrés.

Yoongi le compraba consoladores todo el tiempo. Cada vez que Jungkook se enojaba en el trabajo, le tiraba un catálogo de dildos en la cabeza y le decía que pidiera el más bonito.

Jungkook, que había estado pensando en esto y aquello, de repente extendió la mano y trató de calcular la fecha. Después de ser secuestrado por Taehyung, gimió cuando se dio cuenta de que no había usado un consolador u otro juguete en muchísimo, MUCHÍSIMO tiempo. Por supuesto, esta no era una situación en la que pudiera usar un dildo así como si nada, pero fue bastante sorprendente para él estar tantos días en abstinencia. Estaba lleno de estrés, así que le sorprendía que hubiese olvidado sus juguetes cuando era claro que se trataban de un alivio para su cuerpo y un consuelo para su soledad.

—Increíble. —Jungkook murmuró y luego chasqueó la punta de la lengua. Alborotó su cabello y pensó que tal vez el estrés lo había enloquecido. Es decir, olvidó su propio placer porque estaba ocupado, pero era evidente que una vez que lo recordaba comenzaba a sentir mucha picazón en todo el cuerpo.

Para ser exacto, quería comprar algo ahora mismo y ponérselo en el culo.

Con solo pensarlo un momento, pudo visualizar un montón de juguetes expuestos en el armario de su habitación. Un consolador de conejo y uno de colores que parpadeaba frente a él sin piedad. Pensó que la saliva correría por sus mejillas, así que se limpió la cara con el dorso de la mano. No sabía por qué había comenzado a pensar en algo como eso cuando era completamente imposible satisfacerse en ese momento.

—Demonios, necesito un dildo.

—Incluso en medio de esto te pones caliente.

—¡¡¡Ah, hijo de la gran re...!!!

De repente, una voz pesada vino de detrás de su espalda, sorprendido, gritó y se puso de pie de un salto.

—¿Por qué estás tan asustado? —Taehyung no entró al estudio, pero lo observó con una mirada bastante perpleja desde el arco de la puerta. Por supuesto, él no pudo responder a su pregunta de inmediato. Ese tipo vino de repente para sorprenderlo. ¡En este punto y justo cuando estaba pensando en cosas vergonzosas!

—¿Cómo no voy a asustarme cuando vienes así de la nada, maldito? ¡Toca antes de entrar! —La molestia se filtró por su voz y luego, simplemente se aventó al suelo. Se estaba excitando mucho solo de pensar en sus antiguos dildos, así que su pene se había parado lo suficiente como para formar una carpa de circo en sus pantalones. Era la misma postura que tenía antes de que Taehyung entrara, pero esta vez su intención era cubrir su ingle.

—Quería llamar, pero la puerta estaba abierta.

—Entonces muestra un poco de educación, da una señal, tose o dime que vas a entrar. Algo.

De hecho, era difícil saber si la puerta estaba abierta o cerrada porque el estudio estaba muy desordenado. Además, el hueco de entrada estaba lejos de donde estaba sentado y como Taehyung y él eran las únicas personas que se encontraban en la mansión, no se sintió como si tuvieran que mantener algún sentido de privacidad.

—Mis pasos hacen mucho ruido pero, si no me escuchaste, tendré que anunciarme la próxima vez. Como dices. —Taehyung, que se estaba acercando a él, pareció hablar con mucha calma.

—¿Por qué estás fingiendo ser amable? —Todavía no podía levantarse y tumbarse en su escritorio, así que solo levantó la cabeza para intentar mirarlo.

Taehyung se encogió de hombros. —Siempre fui amable. Es sólo que nunca lo notaste.

—Ajá, debió ser eso.

—Por cierto... ¿No vas... A decirme quién es el hombre que dices que extrañas?

Jungkook chasqueó su lengua y lentamente levantó la parte superior de su cuerpo. —¿Desde cuándo has estado escuchando a escondidas?

Mientras observaba a Taehyung, quien tenía el talento para hacer que la gente se cansara de esperar una respuesta suya, afortunadamente pareció que la excitación que se había apoderado de su ingle estaba disminuyendo.

—No, no. Es que podía oírte gritar desde que iba por el pasillo.

Recordó haber levantado la voz porque estaba molesto por esta situación en la que extrañaba los dildos que le proporcionaba Yoongi, mientras vivía con Taehyung.

Avergonzado, se rascó la mejilla.

—Entonces, ¿Quién es?

Ante su obstinada persistencia, Jungkook frunció el ceño. —Tienes curiosidad por todo. ¿Qué te crees?

—Puedo darte otro piano si me lo pides.

Se rió, pero no le pareció gracioso. —No es nada, así que no digas tonterías y vete ya. Estoy muy ocupado porque como verás, alguien me dio tarea como para mil vidas. Soy un esclavo.

—Entonces tendré que darte un regalo para aliviar tu "frustración".

—Ya eres muy bueno dándome comida y medicinas para el dolor. Solo no me estreses. —Con un bufido, Jungkook volvió la cabeza y miró el monitor, en cuya pantalla se veía la codificación vertiginosamente alineada en la que había estado trabajando.

Entonces Taehyung de repente extendió la mano y apagó la computadora.
—¿Por qué sigues aquí? No has comido y tampoco te has ido a la cama para descansar.

—¡Es por tu maldito trabajo!

—¡Pero no tiene que ser ahora mismo!

—¡Me dijiste que lo hiciera rápidamente! ¡Fue como una amenaza!

—¿Cómo que...? ¿Te he amenazado alguna vez?

—Todos los días y a cada hora.

Como era de esperar, estaba convencido de que este científico loco volvía chifladas a todas las personas que se relacionaban con él. Más aún, a la gente de su trabajo.

Encendió la computadora otra vez y ese fue el momento...

Taehyung giró su silla para tenerlo frente a él. Fue como si estuviera en una postura de interrogación.

—¿Qué? ¿¡Qué haces!?

—En primer lugar, no has respondido a mi pregunta.

—¿Que pregunta?

—¿Quién es el hombre que extrañas y qué tipo de regalo te daba para aliviar tu estrés?

—Doctor, es usted muy metiche.

No era la primera vez que veía a este loco ser extraño de una manera tan improductiva, pero hoy estaba un poco peor. ¿Este chico... Estaba celoso?

—Estaba hablando de Yoongi ¿De acuerdo?

Quizá fue una respuesta inesperada, porque el rostro de Taehyung se endureció de inmediato. —¿Yoongi? ¡Wow! Quiero decir... Tu primo y tú no parecían ser tan cercanos así que no pensé... Es sorprendente.

—Yoongi también me pide trabajar como loco, pero no actúa como tú. —Jungkook se humedeció los labios y sonrió.

La verdad es que estaba particularmente cansado por el tiempo y el esfuerzo que había dedicado a estudiar y practicar durante la última semana cómo hackear un programa de misiles que ni siquiera conocía. Si hubiera estudiado así cuando era mas joven, tendría un doctorado en Harvard.

—Hmm, yo... Lamento ser grosero y no darte un descanso. No quería que pensaras que eras un esclavo o algo parecido y, en realidad, quiero que sepas que he sido amable contigo a mi manera.

—Hmm, yo... Lamento ser tan grosero y no darte un descanso. No quería que pensaras que eras un esclavo o algo parecido y, en realidad, quiero que sepas que he sido amable contigo a mi manera.

Jungkook dejó escapar un largo suspiro ante su voz y su expresión tan hosca. No sabía por qué se sentía tan difícil vencer a este tipo. Es decir, realmente era como si estuviera perdiendo cada vez que se ponían a pelear.

Hasta levantarse frente a él era una gran hazaña.

—Está bien, solo vete. —Jungkook hizo un gesto con la mano en señal de molestia.

—Si estás frustrado porque actué como un idiota ayer, deberías decirmelo, ¿No crees? —Terco como de costumbre, el hombre, que evidentemente no sabía cuando era momento de retroceder, volvió a abrir la boca para enfrentarlo.

Jungkook abrió un poco más los ojos y le respondió. —¿Qué si lo creo? ¡Mi estrés ya ha alcanzado su punto máximo! No estoy al nivel de decir o hacer algo. Yo... Solo pido que cierres la boca y salgas antes de que lo eches a perder. —Luego de hablar, giró la silla hacia adelante nuevamente.

Había reafirmado su voluntad de dominar este maldito programa de misiles a la perfección en lugar de perder el tiempo aplastandole la nariz a punta de puñetazos. Sin embargo, Taehyung volvió a girarlo y luego simplemente se reclinó contra él y colocó ambas manos en los apoyabrazos como para dejarlo sin posibilidad de moverse. Gracias a esto, Jungkook se echó completamente para atrás como si su solo contacto le diera asco. Literalmente, la parte de atrás de su cabeza tocó la cabecera de la silla como si la quisiera traspasar.

—... ¿¡Qué carajo quieres!?

—¿No me vas a decir lo que Yoongi te daba de regalo? ¿Es... Es algo que no puedo darte yo? ¿Es demasiado para traerlo?

—Todo.

—No sé qué es, pero no es justo concluir eso sin decírmelo primero.

—Utilizar la palabra "injusto" en este caso, no queda para nada. —Jungkook le dijo, levantando una ceja.

"Era injusto" dijo. ¿Qué era injusto en esta situación?

Cuando Jungkook se rió, Taehyung hizo una pausa por un momento como si estuviera listo para volverle a reclamarle.

Hubo un breve silencio entre los dos que terminó con el Beta suspirando y levantando las comisuras de su boca. —¿Quieres salir a cenar conmigo?

—... ¿De qué estás hablando?

De verdad no podía entender de qué demonios estaba hablando este hombre ahora.

—No es que te tenga bajo custodia, pero me estoy dando cuenta de que no te he sacado desde que llegamos aquí.

—Ah, mira tú, que considerado eres. —Ante su expresión tan relajada, una frase burlona comenzó a salir de la boca de Jungkook.

En realidad, tan pronto como llegó aquí por primera vez, dijo que no estaba encarcelado, dijo que tuvo que utilizar este método porque estaba desesperado y que tenía guardaespaldas para que todo estuviera muy seguro. Por supuesto, estaba como "sobreentendido" que si quería salir de allí podría hacerlo en cualquier momento y que si seguía a su lado, era porque así lo quería. Se podía decir que era un encierro que había consentido hasta cierto punto.

Le sorprendió la audacia de ese hombre para girar todo en su contra.

—Es la primera vez que conozco a una persona tan descarada como tú.

—Bueno, entonces... ¿Quieres venir?

—Oye...

—Vamos. No importa lo ocupado que estés, la gente necesita tiempo para descansar. —Taehyung dio un paso para adelante y se acercó.

Jungkook se quedó mirando fijamente la mano que se había extendido en su dirección.

—Ten una cita conmigo. Si sales y tomas un poco de aire, te sentirás renovado muy pronto.

—Vaya, eres muy bueno hablando. ¡Me has estado dejando sin dormir todas las noches! No, literalmente solo me he tomado un pequeño descanso todos los días para terminar tu encargo. Dos minutos en 24 horas y ahora vienes y me pides que vayamos a una cita tan de repente. ¿Qué te crees?

Taehyung gimió ante la acusación de Jungkook, luego se encogió de hombros. —Quien te escuche puede malinterpretar tus palabras.

—¿De qué hablas?

—Si dices que te he dejado sin dormir, solamente puedo imaginar una escena en la que los dos estemos juntos en mi colchón...

"..."

Su voz, baja pero suave, le hizo tener un escalofrío completamente brutal. Los ojos de Jungkook se agrandaron, como los de un conejo, y luego simplemente miró en otra dirección y se rascó la cabeza. ¡Este loco no estaba hablando de trabajo! En el momento en que entendió el significado de sus palabras, los lóbulos de sus orejas se enrojecieron hasta que sintió que realmente podían explotarle. Quería escupir una palabrota, pero se sintió tan nervioso que no lo logró.

Entonces se levantó.

—Vamos...

—¡Estás loco!

—¿Te gustaría que te cargue o caminaras por tu cuenta?

Jungkook levantó el tono de su voz como si estuviera muy enojado, pero la pregunta absurda de Taehyung le impidió hacerlo bien.

—¿Qué quieres decir con cargaaaaar....? ¡Ah! —Antes de que pudiera terminar la pregunta, su cuerpo fue levantado entre los brazos de Taehyung y fue llevado hasta el otro extremo de la habitación.

Taehyung, que parecía no poder oír ni siquiera aunque tuviera las dos orejas pegadas a su cabeza, levantó a Jungkook sin ningún motivo y lo juntó a él. Al parecer, lo veía más como un objeto, que como una persona. Ahora bien, si ponía un poco de lógica a la situación, parecía que más bien se le había convertido en un hábito, llevarlo cargado de un lado para el otro.

—¡Oye! ¡Hazme caso! ¿Crees que soy un inútil? ¿O quieres presumir tu fuerza? ¿¡Por qué haces esto todo el tiempo!? ¡Bájame!

—Tienes poco peso así que, ¿Cuál es el problema con dejar que te lleve? ¿Te da vergüenza que note que eres tan liviano como un muñeco de papel?

—No soy tan delgado... —Su comentario imprudente le dio dolor de cabeza. —¡No me gusta salir cuando es algo que se superpone con las horas de trabajo! Nos vamos a tardar aproximadamente una hora en llegar, y seguramente nos vamos a quedar atrapados en la autopista y vamos a perder el tiempo. ¡Odio perder el tiempo así!

—No vamos a perder el tiempo. El descanso es fundamental.

—No he dicho que sí ¿Estás haciendo esto como te plazca? ¿¡No te importa que todo se vaya a la basura!?
—Levantó los ojos y preguntó esto salvajemente, pero, de hecho, debido a su ridícula postura entre sus brazos, no sintió que estuviera dando la más mínima gota de intimidación hacía él. Aún así, no pudo evitar estar enojado. ¿Por qué este hombre era tan egoísta para algunas cosas?

—De ninguna manera. Me preocupa tu condición y me preocupa que tú frustración y estrés se dupliquen y te hagan enfermar. Además, creo que ya debes estar aburrido de la comida que preparo ¿No es así? Nunca antes te he servido una cena decente así que, también puedes decir que es por capricho mío. —Taehyung habló con calma, con un rostro entumecido y una voz que no mostraba ninguna emoción en absoluto.

Jungkook se encogió de hombros, como si se hubiera resignado.
—Cuando salgamos, vas a tener mucho de lo que preocuparte. Probablemente vaya a intentar fugarme e irme a mi casa.

Cuando pensó en que probablemente irían por las calles donde también iban los Alfas, una sensación de disgusto se extendió desde el interior mismo de su pecho. Era claro lo que pasaría si se tropezaba con ellos por accidente.

—También puede pasar algo como lo que pasó la última vez con ese Alfa.

—Estoy preparado. —Taehyung, que había llegado hasta la entrada de la habitación de Jungkook, lo dejó lentamente en el suelo. Luego, con amabilidad, le abrió la puerta como si fuera escolta y le regaló una última sonrisa. Al Omega le dieron ganas de preguntarle por qué fingía ser tan respetuoso con él.

—Déjame preocuparme por ti para que tú no tengas que hacerlo.

Incluso la forma en que estaba hablando ahora, era linda.

—... ¿Es una cita de verdad? —Ante su amabilidad, que le era difícil de aceptar, Jungkook, con sarcasmo, nerviosismo, miedo, y todas las emociones existentes en el planeta tierra, pareció ponerse en guardia para dejarlo muy claro. —¿Cita cita?

—Es una cita. Te estoy pidiendo salir conmigo. Así que, cámbiate de ropa y ven a verme cuando estés listo.
—Taehyung ni siquiera mostró alguna reacción extraordinaria y solo le respondió con muchísima tranquilidad.

Era como una persona que tenía claro lo que estaba pasando y también lo que tenía que decir y eso le hizo sentir de una manera bastante anormal. Como si el sentimiento anterior de decepción abandonara sus hombros.

—Taehyung...

—Te voy a esperar abajo.

Jungkook lo miró por un momento y luego habló.
—Espera, por si acaso yo... —Fue un impulso inexplicable, pero terminó por agregar: —La comida que preparas... No podría aburrirme nunca.

Fue una breve oración, pero fue sincera. Por supuesto, no esperó la respuesta de Taehyung y cerró la puerta de un solo golpe. Sintió como si los lóbulos de sus orejas estuvieran más calientes que el maldito infierno.

Jungkook dejó descansar la barbilla sobre su mano y miró por la ventanilla del coche todo el tiempo. El sol, que se inclinaba ligeramente sobre el puente, brillaba de una forma que parecía ser demasiado hermosa para ser verdad.

—Es un lindo día...

—Sí, tenemos suerte. Pocas personas pueden decir que han visto alguna vez la ciudad soleada y sin nubes.
—Mientras  Jungkook murmuraba sobre lo que pensaba, Taehyung le sonrió para darle una respuesta.

El día parecía estar soleado e increíblemente hermoso.
La última vez que visitó este lugar, estaba lloviendo. Quizá por eso, la vista que recordaba era muy diferente a la de hoy.

—Algo parece haber cambiado un poco. —Jungkook habló para si mismo y miró cuidadosamente el paisaje fuera de la ventana. Daegu existía desde hace mucho tiempo y él lo había visitado tanto como para olvidarlo. Es decir, estuvo allí, pero nunca miró a su alrededor correctamente. Sería correcto decir que solo pasó muy rápido por allí, así que no había nada agradable que pudiera recordar.

Pero ahora era hasta gracioso que se sentiera relajado. Tal vez fue porque Taehyung había tenido la suerte de pedirle visitar el lugar en un clima soleado o tal vez fuera porque era justo él quien viajaba a su lado.

¿Quién sabe? En cualquier caso, Jungkook no podía apartar la vista de la imagen panorámica de la ciudad o ignorar sus sentimientos. Mientras tanto, el sedán, que conducía Taehyung, se deslizaba sobre la calle a baja velocidad y muy, muy tranquilamente.

Había mucho tráfico, como lo esperaba. Taehyung  se disculpó por hacerlo perder el tiempo en la carretera, pero de hecho Jungkook podía decir que estaba agradecido de que le dejara disfrutar del aire fresco como se le viniera en gana.

—¿Has estado alguna vez en Daegu? —Taehyung le preguntó, posiblemente porque pensaba que el silencio entre los dos, se había vuelto algo incómodo.

Jungkook soltó su barbilla y volvió los ojos para mirarlo. La vista lateral de Taehyung, que estaba sujetando el volante, estaba teñida por completo con la puesta de sol. Era una imágen, un tanto... Bonita.

—Sí, por trabajo.

—Debe haber sido aburrido.

—Mucho, porque en primer lugar no me gusta caminar o ponerme a turistear.

Para empezar, Jungkook no era alguien que pudiera definirse como "viajero". Salir de casa se le hacía cansado, por lo que nunca lo hacía.

—Has estado viviendo de un modo bastante sombrío. —Taehyung le dijo esto suavemente, en respuesta a su amarga respuesta. Él asintió, aunque en realidad nunca en toda su vida había pensado que fuera así.

Mirando hacia atrás en perspectiva, era verdad que podía decirse que su existencia era, un tanto triste, pero, no tuvo más remedio que vivir de esa manera. Las personas... Lo obligaron a estar encerrado en su casa y en su estudio y estar de espaldas al mundo.

—Sí. He vivido una vida sombría. —Jungkook estuvo de acuerdo a la ligera. Ya sabía que su vida estaba seca así que no tenía nada más que decir.

—Me preocupa que esto te esté haciendo sentir incómodo. Tal vez te saqué muy a la fuerza.

—Te preocupas demasiado tarde, ya me hiciste salir.

—Dime si no puedes soportarlo. Cenaremos y volveremos enseguida, lo prometo.

Jungkook  observó su cara sin decir una sola palabra y pensó que desde el momento en que de repente se ofreció a llevarlo a cenar, sintió en él una bondad y preocupación por él, bastante significativa.

Fue un poco incómodo. Había algunas cosas en su carácter que lo hacían parecer grosero, pero nunca fue particularmente malo con él. Aún así, ¿Por qué estaba sintiendo que era particularmente amable hoy? ¿Estaba preocupado... arrepentido?

—Si estás cansado, cierra los ojos. Probablemente nos tomará más tiempo llegar.

Sentarse a su lado, realmente evocaba en Jungkook un sentimiento que no conocía, algo que comenzaba a crecer en su pecho y que le hacía sentir como nunca antes en la vida. Ante esa extraña sensación, rápidamente giró la cabeza y cerró los ojos justo como se lo había dicho. Pensó que sería más conveniente de esa manera, para los dos.

Daegu era una ciudad sorprendentemente pequeña. A medida que la población aumentaba, no había terreno para expandirse, por lo que los edificios tuvieron que construirse en una sola dirección. Las casas, que tuvieron dos plantas para hacer uso de un pequeño terreno, se adosaron entre si para no tener huecos. Por supuesto, esto provocó que los precios de las viviendas fueran ridículamente elevadas. Podía decirse que era bastante diferente a Seúl, porque  tenía un ambiente relajado y espacioso y el clima era muchísimo más templado que aquí. Por eso, muchas personas elegían a Daegu, como una ciudad para pasar su vejez después de la jubilación. Además, en Seúl todos parecían estar siempre ocupados y el ambiente era terriblemente pesado.

No era del gusto de Jungkook.

Sin embargo, el paisaje de la ciudad de Daegu, mientras estaba sentado en el automóvil y mirando alrededor, le pareció encantador. Sintió una atmósfera maravillosa y única, algo que definitivamente no iba a poder encontrar en ningún otro lugar. Las calles estaban llenas de una vivacidad única así que Taehyung condujo lentamente para mostrarle la ciudad antes de su cena.

Tan pronto como salieron del tráfico, condujeron hasta el centro de la ciudad, pasando por el Ayuntamiento.

Teniendo en cuenta a Jungkook, a quien no le gusta moverse, Taehyung condujo el automóvil buscando puntos de referencia como si estuvieran de gira. Jungkook sintió que estaban en una montaña rusa ya que la ciudad estaba llena de pendientes más empinadas de lo que había esperado.

Se sentó en el auto y miró alrededor de la manzana, pero siguió sin estar mal. No sabía si era porque Taehyung le describía la ciudad en un tono agradable y bajo, como si fuera un guía turístico, o por la forma en que el interior se sentía tan calientito. Fuera como fuera, contrario a sus expectativas de que solo cenarían y regresarían al trabajo porque estaban ocupados, Taehyung pareció infinitamente relajado con todo ese asunto. Como alguien que realmente se había tomado unas vacaciones para mostrarle el centro de la ciudad.

—¿Vivías en  Daegu? —Jungkook, que escuchaba su breve explicación, de repente hizo esta pregunta.
—Lo digo porque pareces tener un amplio conocimiento del lugar.
Rápidamente aclaró su pregunta en caso de que pudiera causarse otro malentendido.

—No propiamente en la ciudad, sino en un pueblito cercano, es mi ciudad natal.
—Taehyung le respondió con calma, igual a si no le importara en absoluto la pregunta. Era gracioso que siempre estuviera un poco nervioso al estar con él.

—Ya veo.

—Por eso conozco todo, está muy cerca de donde nací y crecí.

Jungkook escuchó la respuesta de Taehyung y después se inclinó a un lado para poner sus ojos en el paisaje de nuevo. Al parecer, mucha gente viajaba allí sin importarle que fuera una ciudad pequeña.

—¿Y tú? Creo que tenía entendido que habías nacido y crecido en Busán.
—Entonces, fue el turno de Taehyung para preguntar.

—Ajá. Crecí con mi abuelo.
—Jungkook mirando a la gente que transitaba por allí, respondió de una forma bastante seca. Estaba tratando de adivinar si la mayoría de las personas allí eran turistas o no.

—¿Fue así hasta que te graduaste de la universidad? —Taehyung sacó a relucir un tema inesperado. Era algo en lo que no quería meterse tanto. Respondió que "Sí" de mala gana y después, volvió a girar la cabeza como si Taehyung hubiese logrado ponerlo de mal humor una vez más.

—¿Viniste a Seúl después de eso?

—Porque Yoongi comenzó su negocio y me llamó para que lo ayudara.

—Seguramente extrañas Busán y a la familia que dejaste allá.

—... Sí, un poco. —Jungkook vaciló en su respuesta así que solo logró soltar un par de palabras.

De hecho, la suya, era una familia llena de gente maldita, así que realmente no la extrañaba tanto como debería. Cuando salió corriendo de la casa, casi se podía decir que cortó los lazos con todos, excepto por supuesto, con su abuelo. Sus padres, como siempre, estaban lejos de poder entender la situación porque su padre y su madre, que se habían separado por completo de la familia mafiosa, vivían haciendo lo que querían hacer. Eran personas amables y terriblemente agradables con el mundo y sin embargo... No era que no los amara, pero no los extrañaba para nada. A  veces, solo intercambiaban saludos en navidad.

—¿Te gustaría ir a "little Italy" alguna vez? Es un restaurante italiano muy bueno.

Mientras Jungkook pensaba en su pasado por un momento, Taehyung debió haber supuesto que realmente extrañaba mucho a su familia y quiso cambiar de tema.

Al verlo cuidar de él a su manera, Jungkook se rió entre dientes y asintió.
—Claro. Pero los restaurantes italianos en Corea no venden comida italiana de verdad. Es solo un lugar más que tiene comida que imita la comida de otro país.

—El dueño del restaurante se molestará si te escucha. Creo que es un italiano de verdad.

—No importa si el dueño es italiano o no. Tienes que ir a Italia para comer auténtica comida italiana. —Mientras Jungkook hablaba con firmeza, Taehyung esbozó una leve sonrisita.

—Pues bueno, vamos a  Little Italy.

—La próxima vez que visite Italia, probaré el restaurante que me recomiendes.

—¿No piensas que soy del tipo que deliberadamente recomendaría un lugar que tenga comida que no sabe bien solo para verte vomitar?

—Naaa. No tienes una personalidad tan terrible.

—Sabes que sí y sabes que es mejor no hacerme enojar.

—Lo voy a tener en cuenta.

La sonrisa en los labios de Taehyung pareció ser demasiado relajada y bonita para ese momento. Jungkook miró su cara todo el tiempo y luego volvió la cabeza y se burló de si mismo por estar actuando así. En realidad, ni siquiera tenía algo más que decir al respecto.

Aunque el sol se había puesto por completo y estaba oscuro, había muchísima gente por todos lados.

—Hay mucha gente. —Jungkook habló con mucha emoción, pero fue sin darse cuenta.

—Porque es un lugar famoso.

No pensó que los sitios famosos de Daegu estuvieran tan llenos como si estuviesen en un mercado de algún barrio. Las calles estaban repletas de vendedores ambulantes y tiendas de regalos para turistas. Aunque era tarde, todo estaba muy vivo y hermoso. Como si apenas estuviera empezando la diversión.

—Definitivamente te recomendaría probar la sopa de almejas la próxima vez que vengas aquí. —Dijo Taehyung, conduciendo lentamente por la carretera. Sin embargo, sintiendo una mirada junto a él, miró en esa dirección de nuevo hasta que sus ojos se encontraron.

—En realidad no sé cuando volveré. ¿Por qué no lo comemos ahora que ya estamos aquí?

Cuando Jungkook habló sobre esto, Taehyung  puso una mirada completamente sorprendida en su rostro.

—¿Ahora?

—¿No quieres?

—No tiene nada de malo, por supuesto. Pero quiero que te sientas cómodo.

Debió haber sido bastante sorprendente que Jungkook, que evitaba a la gente, dijera que saldría a las calles llenas de turistas solo para comer. De hecho, hasta él mismo, estaba perplejo porque no sabía que pronunciaría estas palabras por si mismo. Más aún porque era algo muy impulsivo para alguien como él. Sin embargo, fue porque no le gustó que Taehyung dijera que fuera a probarlo la próxima vez. Fue ambiguo precisar la razón exacta, pero debía decir que lo estaba poniendo de mal humor.

—¿Lo dices por la gente?

—Sí.

—Puedo con eso.

Taehyung simplemente asintió con la cabeza ante la respuesta de Jungkook. Luego, tan pronto como terminó de hablar, giró su auto y se dirigió al estacionamiento. Jungkook lo miró de reojo, luego miró por la ventana y se dejó caer en el sillón. ¿Qué estaba pasando ahora? Estaba perplejo, pero no dijo ni una sola palabra. Solamente se frotó el cuello con la palma de la mano en un estado de ánimo bastante incómodo.

—Espera... ¿No hiciste una reserva en otro restaurante? —Jungkook se volvió hacia Taehyung y le hizo la pregunta que de repente le vino a la mente.

—Hice una reserva para un lugar tranquilo porque no te gustan los sitios llenos de gente.

—Ah... Yo... Podemos ir al restaurante que reservaste, comer y volver.

—No me importa. Es sólo una reserva, por lo que puedo cancelarla en cualquier momento.

Asustado por la expresión de disculpa en el rostro de Jungkook, Taehyung agregó que no era gran cosa. Sin embargo, la extraña sensación no desapareció fácilmente. Fue por su personalidad que pensó que definitivamente habría hecho una reserva para un restaurante muy caro.

—No, vamos.

—Te dije que eras mi invitado. Puedes decirme lo que quieres hacer y yo lo cumpliré.

"..."

—¿O te entendí mal?

—Bueno no es así, es solo que...

—¿Qué...?

En lugar de explicarse, Jungkook hizo un gesto con la mano. ¿Qué se suponía que debía hacer con esta situación? No tenía intención de dar vueltas sobre un tema tan inútil como este durante mucho tiempo, más que nada... Más que nada porque no quería revelar esos extraños sentimientos internos que tenía por él y que lo incomodaban terriblemente para variar.

—Vamos. Haces drama de todo.

El pecho de Jungkook estaba subiendo y bajando con mucha fuerza. Desde lo de  Soo-Min, se había prometido no ser sacudido por sus palabras para no volver a tener ningún malentendido. Sonrió y, por un momento, pareció calmarse a la fuerza y poder ocultar sus sentimientos una vez más.

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