Carrera contra reloj (II)

Con un claro tic nervioso en la pierna izquierda, Eak paseo su mirada por la acera esperando alguna señal de Maggie. De vez en cuando apretaba el arma en su mano derecha mientras sentía como las gotas de sudor se acumulaban en su frente. Estaba tan intranquilo como impaciente, pensar en el rostro burlón de Owynn mientras el bar ardía en llamas le hacían rechinar los dientes. Suspiró y respiró hondo.

- No estoy para estar pensando estás mamadas, concéntrate- se regaño a si mismo.

Justo cuando se sentía más relajado, una fuerte explosión lo hizo brincar en su asiento y levantar el arma hacia la ventana. Humo, gritos y personas corriendo era lo único que podía ver en el muelle, un auténtico caos se había desatado.

- No podías ser más sutil- pensó con sarcasmo.

Miro con atención a la asustada multitud buscando al par problemático, localizandolas por ser las únicas con máscara y capucha. Sabía que una era Maggie por su ropa, por lo que, la que sostenía su mano era Mai. Abrió el seguro y de inmediato el dúo entro jadeando en la parte de atrás, sin esperar ninguna señal, aceleró a fondo. Perdiéndose entre el montón de autos.

- ¿Eso era necesario?- preguntó mirando el camino

- No me dejaron muchas opciones- respondió Maggie quitándose la máscara, al igual que Mai.

- suspiro- avisaré a los demás.

Maggie asintió, luego miro las ventanas para asegurarse de que nadie los estaba siguiendo. En ningún momento Mai soltó su mano.

- Mai, ¿Que fue lo que pasó en el club?- pregunto Maggie sin mirarla. Sintió como tenso su agarre.

- Todo...todo paso muy rápido Maggie- respondió inquieta, Maggie la miro- salí por la ventana de emergencia en cuanto escuché unas explosiones en la entrada, luego solo corrí- relato con voz temblorosa.

Maggie volteo finalmente a verla, la albina tenía un semblante sombrío y los ojos vacíos, tensó la mandíbula. Pensar en lo que pudo pasarle a la menor mientras no estaba le ponía los pelos de punta. Con delicadeza poso su mano en la mejilla de la ojilila, tomándola por sorpresa.

- No dejaré que te hagan daño, te lo prometo.- hablo con firmeza.

Conmovida por sus palabras, Mai enmudeció y abrazo a la ojimagenta, escondiendo su rostro en su cuello.

-...¿Cómo puedes hacer una promesa así?...como si está fuera la última vez...

Un turbulencia las saco de su burbuja rosa y las trajo violentamente a la cruda realidad.

-¡Mierda!, ¡Nos encontraron!- alertó el latino haciendo maniobras en el volante.

- ¿¡Cómo!? ¡Es imposible!- cuestionó la ojimagenta pasándose hacia el asiento delantero y comenzando a recargar su arma.

Mientras tanto, la albina se asomo su vista por la venta trasera. ¿5? ¿8 autos? No lo sabia con exactitud, solo sabía que los estaban cazando como perros rabiosos, un zumbido anormal le llamo la atención y  le hizo alzar la vista, fue entonces cuando todo quedó claro

-¡Tienen drones!- grito, alertando los dos restantes.

Ahora todo encajaba en la cabeza de la pelirrosa, rechino los dientes. En los  espejos retrovisor y lateral  solo podía ver a los autos de atrás, sin embargo, los drones se habían posicionado en lo alto de su auto, escondiéndose en su punto ciego. Maldiciendo, busco en su bolsillo y saco un espejo (cortesía de Cami). Teniendo cuidado de no recibir un disparo saco su mano y apunto el espejo hacia el cielo.

-1,2,3...dudo que solo tengan esos, así que lo mejor será aprovechar al máximo las balas- analizó.

Con maestría, apunto el espejo con su mano izquierda mientras que con la derecha cargaba su pistola. Sus ojos adquirieron un brillo salvaje cuando vio la oportunidad presentarse y sin titubear quitó el seguro.

- un poco a la izquierda y...¡Ya!

Aprovechando el giro brusco del auto, producto de una curva cerrada, saco medio torso por la ventana y disparo, una perfecta línea recta atravesó los tres drones que se habían alineado para girar. Para añadir puntos extras, dos de esos drones cayeron en el capo de uno de los autos del frente, haciéndolo derrapar y chocar 3 autos más. Mai ,que vio el choque desde el parabrisas trasero, estaba con la boca abierta, completamente atónita.

- Con un solo disparo derribo los drones y provocó un choque consecutivo...- volteó hacia la ojimagenta, quien no quitaba la vista del espejo lateral- así que...esto es de lo que eres capaz-

Sus ojos brillaron en admiración y su corazón se aceleró. Las habilidades de Maggie iban absurdamente más allá de lo que siquiera llegó a pensar y ahora, el verla actuar sin titubear con tal de protegerlos, de protegerla a ella, la hacian ver jodidamente impresionante.

- Honestamente...¿Que hice exactamente para llegar a gustarle?- se cuestionó sonrojada, se abofeteo de inmediato- ¡No es momento para pensar en esooo! ¡Aún estamos en peligro!

-¿Que carajos le pasa?- pensó Eak, mirando de forma extraña a la albina por el retrovisor, una gota cayó por su sien.

- Eak- llamo Maggie- gira a la derecha en la siguiente calle.

-¿Eh? Ah sí- giro el volante.

- Unas cuantas calles más y llegaremos con Camí y Town.- pensó volviendo al asiento trasero con la albina.

En eso, el teléfono de Maggie sonó alertando a los tres en el vehículo. Rápidamente Maggie vio que se trataba de cami y contesto.

- Camí ya vamos en camino, dile a Town que se prepara para-

- Oh, pero que agradable es oír tu voz de nuevo mi niña.

En ese momento su corazón se detuvo. Su mano tembló ligeramente mientras trataba de no soltar el teléfono. Tanto Eak como Mai la miraron espectantes, preguntándose qué había pasado para tan abrupto corte. Maggie trago grueso y sin saber que cara estaba poniendo en ese momento inhaló hondo y hablo neutra.

- ¿Donde están?

- ¿Tus amigos?, Están bien, simplemente no fueron tan rápidos como tú para escapar.- tenso la mandíbula y apretó los dientes.- mira, dejemos de perder el tiempo y lleguemos a un acuerdo ¿Quieres? - pudo escuchar como se estaba conteniendo para no soltar una carcajada, lo que la hizo hervir la sangre.

-...¿Que clase de acuerdo?

-¿Maggie?- cuestionó Eak.

- Ves a los matones que están detrás de ti- sudo frío- simplemente, sal del auto y entrégate. Dejaré que todos tus amigos, incluso tu chica especial se vayan si haces lo que digo.

-¿Cómo sé que no es una trampa?- se negó a mirar a Eak y en especial a Mai. Sabía que no podría mentirle a ninguno.

- No lo sabes pequeña, pero a menos que quieras que más personas mueran por tu culpa, haz lo que digo. Te prometo que no les haré daño.

-...- colgó.

Bajo el teléfono lentamente, bajo la atenta mirada de Mai y mantuvo su rostro hacia el piso. Eak la llamo un par de veces más pero apenas y podía oír su voz, todo se escuchaba tan lejano que pensaba que había vuelto a aquel callejón oscuro dónde había Sido encontrada. Pensó en varias alternativas para salir de esta pero en todas veía lo mismo: Camí y Town asesinados y ellos tres siendo cazados hasta el cansancio. Conocía a Vedil, sabía que tan sanguinario e insaciable podía ser. De repente, sintió un peso en sus hombros, demasiado pesados como para soportarlo. Se sentía tan cansada de todo, cansada de huir, cansada de pelear, cansada de respirar. Pensó en la muerte de Deuz, en su hermano Oxy en el hospital y en lo devastado que estaba Onnie. Un suave tacto la saco de su pesadumbre, levantando su rostro con delicadeza, se encontró con los esperanzados pero ahora apagados ojos de la albina. Ahí se dió cuenta, que aún tenía una promesa que cumplir.

Tomo su rostro con algo de desesperacion, sorprendiendo a la menor y la beso. Mai  apenas pudo reaccionar a tiempo  correspondiendo torpemente el intenso beso que le daba la ojimagenta, sintió como está le mordía el labio inferior dándole total acceso a su boca, un jadeo involuntario escapado de sus labios cuando el beso se torno más intenso. No entendía a qué se debía tal arrebato, apenas y podía pensar claramente.

Abrió sus ojos cuando sintió algo húmedo y salado en sus labios y ahí se dió cuenta de que estaba llorando, jadeo cuando por fin le dió espacio para respirar y la miro fijamente.

Cómo si fuera la última vez que lo haría.

Cuando la vio irse al asiento delantero, comprendió todo.

- Eak, pase lo que pase, tienes que mantener a Mai a salvó.- en ese momento Mai quiso saltar de su asiento pero sin que se diera cuenta, Maggie había trabado el seguro del cinturón.

-¿Que?- pregunto atónito.

- ¡No lo hagas!, ¡Por favor Maggie no lo hagas!-

Prometelo!- le gritó desesperada al latino, ignorando dolorosamente a la albina, Eak asintió duramente. Comprendiendo la situación.

-¡Por favor Maggie! Quédate conmigo...- rogó con lágrimas en los ojos, Maggie finalmente volteo y secándose las lágrimas le sonrió.

-...Lo siento...

Abrió la puerta y salto del auto.

Mientras Mai gritaba y luchaba por liberarse, Maggie aterrizó contra el pavimento levantandose a duras penas, inmediatamente después escucho como varios autos se detenían para rodearla, varias manos la agarraron de diferentes ángulos y la golpearon hasta dejarla a su Merced contra el suelo, ella no se defendió en ningún momento. Lo siguiente que sintio, fue la nostálgica presión de cadenas en su cuerpo, cómo si fuera un animal. Escucho vagamente como uno de los sujetos hablaba por teléfono hasta que se acercó a ella y coloco el teléfono en su oído.

- Lo hiciste bien pequeña. Estoy muy orgulloso.

- Perdóname Mai...- pensó antes de perder la conciencia.


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