Epílogo Together, forever
Pvo Zoro
-¡Despierta ya marimo de mierda!
Sí. Esas fueron las primeras palabras que oí el día que me iba a casar. No el tradicional buenos días dormilón que escuchaba cada mañana al levantarme junto con Nami.
-¡¿Qué mierda haces tú en mi casa?!-pregunto escondiendo la cabeza entre la almohada y el colchón. Todavía faltaba bastante para la boda.
-¡Te ha dicho que te levantes.-me asesta una patada cumpliendo con su misión, despertarme y sacarme de la cama.-¡Dame las gracias de que Nami-san me haya mandado a despertarte! ¡Sino habrías llegado tarde a tu propia boda! Ten.-me pasa un móvil.-Es ella.
-Trae-lo cojo de mala gana.-Buenos días preciosa.
-Buenos días dormilón. He hecho bien en mandar a Sanji-kun a buscarte.-oigo al otro lado de la línea.
-¿Para que mandas al ero-cook a despertarme?
-Porque te veo muy capaz de quedarte dormido y llegar tarde a tu propia boda. Arréglate rápido que solo quedan dos horas. No quiero llegar a la Iglesia antes que tú.
-Tranquila. No pasará. Confía un poco en mi.-intenté sonar dolido.
-Confío en ti más de lo que tú crees. Te amo.
-Yo más.-cuelgo y le lanzo el teléfono al ero-cook mientras me estiro sentándome en el borde de la cama. Se me hacía muy raro no despertar con Nami al lado.
-Toma.-me lanza el traje a la cara mientras enciende un cigarrillo.-Cámbiate y vámonos.
-No me des órdenes. Me acerco a él y le quito el cigarrillo para después apagarlo.-Ni se te ocurra fumar aquí. Kuina está en casa,al igual que tu hijo. ¿Qué diría Viola si se llega a enterar?
-No me chantajees.-acabo de encontrar su talón de Aquiles.
-Y tú no me des órdenes.
Me meto al baño para darme una ducha rápida y ponerme el traje que mi padre me había dado para la ocasión. Constaba de una camisa blanca,unos pantalones azul marino casi negro y un chaleco a juego con los pantalones. Me calcé los mocasines y anudé la corbata. Para acabarme repeiné el pelo hacia atrás y salí del baño con la mala suerte de que el peinado se estropeó.
-¿Porqué no usas gomina?-me pasa la chaqueta del traje.
-Porque la odio. Se te queda todo el pelo graso y luego cuesta quitarla.
-No es para tanto. Ven, que te ayudo.
-Que no, maldito ero-cook.
-Vea buscar a los pequeños. Yo voy a sacar el coche.
-¡Koji, Kuina! ¡Nos vamos!
-Marimo etá alege.
-No me llames marimo.-le dice al pequeño rubio de un año de edad.-Soy Zoro, tu padrino.
-Marimo.
-Tenías que heredar la inteligencia de tu padre.-alzó a los dos pequeños y bajó al garaje.
Casa de Nami. Pvo Nami
-Ni se te ocurra fumar aquí. Kuina está en casa, al igual que tu hijo.¿Qué diría Viola si se llega a enterar?
-No me chantajees.
-Está muy feo espiar las conversaciones ajenas Viola.-le dice Robin divertida mientras me maquilla.
-Han sido ellos los que no han sabido colgar un teléfono.
-¿Qué tal está Koji?-pregunta la pelirroja.
-No te muevas Nami.-la regaña Rebecca.
-Está muy bien. Tranquila, que el que os trae los anillos no os va a fallar.-todas reímos.-Koji te tiene mucho cariño, tanto a Zoro como a ti.
-Todavía no soy capaz de entender cómo es que te casaste con el mujeriego de Sanji.-comenta Vivi.
-Solo tenía que sentar cabeza.
-Nami, Zoro ya llegó a la Iglesia. Hay que salir ya.
-Sí.-me levanto.
-¡Espera!-todas me gritan al unísono.
-¿Qué?
-¡Falta el peinado!
-Que exageradas.-cojo un coletero adornado con flores y me arreglo el pelo en una coleta alta. Para que después Robin me pusiese el velo.
Llegamos a la entrada de la Iglesia donde mi padre esperaba junto con Kuina, ya que era la encargada de las flores, en la entrada. Las chicas se despidieron de mi y entraron.
-Sino quieres casarte todavía estás a tiempo.
-Papá...
-Es broma. Sino te trata como te lo mereces, dímelo y lo pondré en su sitio.
-Ya vale papá. Sé que Zoro no me fallará.
La música empezó a sonar, indicando que ya había llegado la hora. Las puertas de la Iglesia se abrieron. Kuina avanzó la primera esparciendo flores por el pasillo que llevaba hasta el altar. Carina y Robin ya estaban en el altar al igual Luffy y Sanji. Zoro se aflojó el nudo de la corbata, signo de que estaba nervioso. Al llegar al altar, mi padre me entregó a Zoro como símbolo de que me cuidase a partir de ahora.
-Estás preciosa.-me dice al verme.
-Y tú muy nervioso.
-¿Tanto se me nota?-vuelve a intentar aflojar el nudo de la corbata.
-Si dejases en paz la corbata tal vez se te notaría menos.-acto seguido, se quedó quieto y prestó atención a lo que el cura decía sobre el matrimonio.-Relájate. Todo va a salir bien.
-Eso espero.
-¿Tenéis los anillos?-pregunta el cura.
-Sí, los tenemos.
Tanto Zoro como yo volvimos la vista y Viola ya estaba avanzando junto con Koji hacia el altar con los anillos. Zoro se agachó y Koji le entregó los anillos para después marcharse con su padre.
-Tú, Zoro, ¿aceptas a Nami como tu legítima esposa para honrarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, todos los días de tu vida hasta que la muerte os separe?
-Sí quiero.-responde colocando el anillo en mi dedo anular.
-Tú, Nami, ¿aceptas a Zoro como tu legítimo esposo para honrarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, todos o los días de tu vida hasta que la muerte os separe?
-Sí quiero.-acto seguido repito la misma acción que Zoro había llevado a cabo hace unos segundos.
-Por el poder que me ha sido otorgado yo os declaro marido y mujer.-cierra el libro para después mirar a Zoro.-Ya puedes besar ala novia.
Zoro no esperó. Levantó el velo y me besó como llevaba haciéndolo desde que nos prometimos hace dos años.
-¡Vivan los novios!-oímos de fondo.
-¡Marimo, hazla feliz!
-¡No estropees el momento!-gritamos a la vez.
Sin verlo venir, Zoro me alzó y salió corriendo de la Iglesia mientras los invitados nos lanzaban arroz a medida que íbamos pasando por su lado, para después subir al coche e ir directos al restaurante.
-Nami Swan. ¿Quieres crear nuevos recuerdos para sustituir a los malos olvidados, conmigo a tu lado?
-Como te he dicho antes, si quiero Roronoa Zoro.
Llegamos al restaurante, donde todos nos recibieron alegres. Carina y Robin vinieron a abrazarme soltando alguna que otra lágrima.
-Enhorabuena por la boda Zoro.
-Gracias Gild. ¿Cuándo os casaréis tú y Carina?
-Todavía estamos organizando la boda.
-¡Nami ne-chan!-Kuina viene a abrazarme.-Felicidades.
-Gracias pequeña.
-¿Desea la novia bailar?-me pregunta Zoro extendiendo su mano.
-Con mucho gusto.
Puede que yo no recuerde muchas cosas de mi vida, pero si que sé algo. Zoro me hará feliz. Puede que después de mi accidente peleáramos debido a muchos malentendidos por parte de personas que nos querían separar. Pero eso no volverá a pasar.
-No permitiré que te vuelvan a alejar de mi.
-Yo tampoco lo permitiré.
Por fin Zoro y yo conseguimos la felicidad y tranquilidad que andábamos buscando.
-Vaya, no me esperaba que vosotros fueseis la pareja que se acababa de casar.-dice una voz masculina a nuestras espaldas.
O eso pensábamos.
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Aquí se acaba la primera temporada de está historia. En cuanto suba la segunda temporada pondré por esta historia un pequeño aviso y los lugares donde podréis leerla.
Ahí tenéis los trajes de Zoro y Nami.
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