3. ¿Quieres salir conmigo?

Pvo Nami

Apenas podía prestar atención a la clase. ¡Tashigui era la hermana mayor de Zoro! Cuando nos hicimos amigas en el concurso, quedamos mucho a lo largo del verano. Nos contábamos todo, incluso hablábamos sobre los chicos que nos gustaban. ¡Le había contado que me gustaba Zoro! Seguro que Zoro se habrá enterado por su hermana. Ahora si que me iba a ser imposible mirarlo a la cara cuando me dirigiese la palabra.

Por fin sonó la última campana que indicaba el final de las clases. Ahora solo me quedaba la clase de baile y ya me iría a casa. Preferiría saltarme la clase de baile, no me sentía con ganas de bailar.

-¿Te pasa algo Nami?-Vivi me saca de mis pensamientos.

-No es nada, tranquila.

-Es por Zoro, ¿verdad? ¿De qué estuvisteis hablando en el discurso del director?

-Ya os lo he dicho. Solo hablamos del verano, nada más.

-Nami, aunque no te des cuenta Zoro te está haciendo sufrir. Abre los ojos.

-Solo porque tú ya no confíes en los hombres desde lo que te pasó con Kozha no significa que a mí me vaya a pasar lo mismo.-le digo un poco enfadada por lo que acababa de decirme.

-Ya lo sé Nami, pero yo solo lo digo porque te aprecio y porque no quiero que te pase lo mismo que me pasó a mí.-me dice mientras salimos de clase.

-¡N-Nami!-oímos detrás nuestro.

-Zoro.-digo sorprendida mientras me doy la vuelta.-¿Qué pasa?

-¿Podemos hablar?

-¿Qué es lo que quieres Roronoa?

-¿Puede ser a solas?

-Ve con el resto Vivi. Zoro y yo iremos en seguida.

-Está bien.-dice no muy convencida.

Zoro me llevó hasta la azotea del instituto. Por el camino ninguno fuimos capaces de articular ni una sola palabra.

-¿Qué es lo que me querías contar?-le pregunto rompiendo el incómodo silencio que se había formado.

-Bueno verás...yo...hace tiempo que...

-¿Tú qué Zoro?

-Yo...yo...yo...-con cada yo que decía se ponía cada vez más rojo.-¡Joder! No es tan difícil.

-Respira Zoro.-sonrío.

-Está bien.-respira y se tranquiliza.-Nami me gustas. ¿Quieres salir conmigo?-me suelta de golpe.

Le gusto. Zoro ha dicho que le gusto. No podía decir nada. No podía mover ni un solo músculo.

-Bueno...sino quieres no hace falta que...-antes de que pudiese decir algo más lo abracé, dejándolo más extrañado de lo que ya estaba.

-¿Y has tardado tanto tiempo en decírmelo?

-Ya me conoces. Me pierdo por el camino.-los dos reímos.

De repente, Zoro pasó un brazo por mi espalda y me aproximó hacia él hasta que juntó nuestros labios. Me costó unos segundos reaccionar y darme cuenta de lo que estaba pasando. Zoro me estaba besando...¡Zoro me estaba besando! Pasé los brazos por su fuerte cuello y nuestros cuerpos quedaron más próximos, si es que eso era posible.

-Esto no es ninguna broma, ¿verdad?-le pregunto con miedo.

-Claro que no. Yo te quiero.

-Y yo a tí Zoro.

-Mejor volvamos. Se estarán preguntando donde estamos.

-No lo creo, pero bueno. ¿Desde hace cuánto que yo te...?

-Creo que desde que te conocí. Tú cambiaste mi vida.

-¿A qué te refieres?

-Tú fuiste la primera persona que no le dio importancia a quienes eran mis padres. Desde que tengo memoria para acordarme, todo el mundo se ha alejado de mí. De pequeño se metían mucho conmigo por ser el hijo de Dracule Mihawk. Mi padre no puso mi nombre completo en el registro para que no me pasase nada en el colegio, al igual que a mi hermana. No sirvió de nada. No sabemos como, pero mi apellido Dracule apareció en el registro. Siempre estaba solo. Hasta que tú interviniste.

Pvo Zoro

El día que cambiaste mi vida fue cuando estábamos en primero de primaria.

Durante esa época mis padres viajaban mucho más que ahora. Siempre que estaba en casa, me quedaba solo o con mi hermana cuando no trabajaba. En esos años era, aunque ahora no lo parezca, un niño tímido al que no le gustaba destacar. Siempre me guardaba mis logros para mi mismo ya que no solía tener a nadie que me felicitase por ellos. Cuando comencé la primaria, pensé que solo era una mala racha, pero me equivocaba. Siempre estaba solo. Hasta los profesores pasaban de mí. Era invisible hasta para mi familia.
En esos años íbamos juntos a clase. Aunque tú pensases que yo no me daba cuenta, sabía perfectamente que me observabas. Pero yo no quería que te pasase lo mismo que a , por eso nunca te dirigí la palabra hasta un día en el recreo.

-Oye tú Roronoa. ¿Qué le pasa al niñito mimado?

-Déjame en paz Kid.-me levanto pero él me estampa contra la pared.

-¿A dónde vas? No hemos acabado.

Kid suéltalo!-oímos una voz femenina a nuestra derecha.

Y ahí apareciste tú Nami. En ese momento todavía llevabas el pelo corto.

-Venga Nami. ¿No me digas que lo defiendes? Solo es...-Nami le pega una patada y Kid cae al suelo.

-¡Odio a la gente que juzga a los demás sin ni siquiera conocerlos!

-¿No sabes quién es su padre?

-¡Y qué más da! ¿Qué te hace suponer que él es igual que su padre?

-Hoy te has salvado.-y se marchó.

-¿Estás bien?-te acercas y me tiendes una mano para ayudarme a levantarme mientras me muestras una sonrisa.

-No creo que sea una buena idea que estés conmigo. Se empezarán a meter contigo si lo haces.-también fue el día que recibí el primer puñetazo por tu parte.

-Deja de pensar en los demás por una vez y piensa en . ¿Quieres venir a jugar?

-¿De verdad? ¿No es una broma?

-Claro que no.

-Vale.-acepto tu mano y nos vamos a jugar.

Pvo Nami

-Además de ser el día en el que toda mi vida cambió, también conocí a Luffy y al resto. Por fin supe lo que era tener amigos. Todo eso fue gracias a tí, Nami.-termina de contar.

-No hay de que. Ahora ve a kendo. Yo tengo clase de baile. Nos vemos a la salida.

-Te iré a buscar.

-Si llegas antes entra. Hoy tengo que presentar una nueva coreografía y tal vez llegues a verla.

-Ya veré a ver si puedo. Es la primera clase, no creo que hagamos nada.

-Perfecto. Te veo luego.

Me marché a clase de baile, donde Robin me esperaba ya cambiada junto con Vivi.

-¿Yyyy...?-me preguntan.

-Zoro y yo somos novios.-les digo.

Robin no dudó en lanzarse a mis brazos y darme la enhorabuena. Vivi era otro caso. Suspiró pesadamente y me dijo.

-Me alegro por tí primita. Vamos a calentar. Bonney vendrá enseguida.

La clase se me pasó volando. Es cierto que cuando te diviertes el tiempo vuela. Ahora tocaba elegir quien sería la representante del solo femenino para los internacionales. Al puesto aspirábamos Perona y yo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top