10. ¿Qué quieres saber?

-¡Roronoa Dracule Zoro!-el nombrado se tensa.-¿Me puedes explicar por qué me ha llegado un correo del instituto en el que dice que te has peleado con alguien?

-Yo no tengo la culpa. Casi mencionan eso.

-Pero no es excusa para que vayas pegando a todo el mundo.

-¡Yo no tengo la culpa de que sean unos bocazas!-golpeo la mesa con las manos.

-Entiendo como te sientes pero...

-Mejor déjalo. No tiene sentido hablar de esto con vosotros.-se levanta de la mesa.

-Espera Zoro.-lo sigue hasta el jardín.

-Mamá. Zoro no tiene otra alternativa. Ya ha sufrido bastante. Solo quiere que no le pase lo mismo a Nami. Puede que no se acuerde de casi nada, pero es posible que todo lo que ha olvidado, aunque sea malo, nunca lo recuerde.

En el jardín

-Zoro. ¿Qué no me has contado?-pregunta Nami sentándose a su lado.

-Demasiadas cosas, pero no quiero que lo recuerdes.

-¿Por qué? Solo quiero saber eso.

-Está bien. ¿Te acuerdas del chico del que te hablé? ¿De Kid?

-Sí.

-Bien. En parte fue, accidentalmente, el que nos unió. Pero por otra parte, casi te pierdo por su culpa. No quiero que recuerdes nada de ese tipo y...¡Nami! ¡¿Qué te ocurre?!-pregunta angustiado al verla agarrándose la cabeza.

-¿Qué ha pasado?-pregunta Nami extrañada.-¿Zoro qué...?-pero no pudo más al ver el repentino, a la vez que extraño, comportamiento del peliverde.-¡¿Qué te pasa Zoro?!

-No nada. Tranquila. Vamos a cenar.

Pvo Nami

Desde aquel día, Zoro no volvió a ser el mismo de siempre conmigo. Siempre que podía me evitaba. Ya no era como yo lo recordaba. Tampoco podía fiarme de mis recuerdos.

-¿Sabes que le ocurre a Zoro?-le pregunto a Luffy.

-¿A Zoro? Si no le pasa nada. ¿Por qué lo preguntas?

-Porque conmigo se comporta de una manera diferente. Dime tu opinión. ¿Crees que ya no le gusto?

-Nami, Zoro jamás podrá dejar de quererte. Según él, te debe mucho. Y yo tampoco creo que sus sentimientos hacia ti cambien.

-Gracias Luffy. ¿Sabes dónde puede estar?

-Ahora estará en kendo. Cuando no sabe que hacer en su tiempo libre está en el dojo.

-Gracias.

Sin pensarlo dos veces salí corriendo al dojo. Zoro golpeaba una y otra vez con su shinai, un poste de madera desgastado. Pero, no lo hacía con todas sus fuerzas. Parte de su brazo derecho estaba vendado, además de su mano izquierda.

-Zoro.-lo llamo.-Zoro.-repito.-¡Zoro!-empiezo a perder la paciencia.-¡Roronoa Dra...!

En unos segundos Zoro me aprisionó contra la pared mirándome con rabia. ¿Qué le ocurre?

-Por fin me...

-No vuelvas a pronunciar mi apellido, ni lo intentes. Es más, no vuelvas a hablarme.

-¿Qué te ocurre?

-Nada estoy bien.

-Claro y yo no he perdido la memoria. Dime que te pasa.

-Te he dicho que estoy bien. Solo estoy practicando.

-¡Ambos sabemos que no estás bien! ¡Mírate! ¡Estás agotado y con múltiples heridas! ¡El Zoro que yo conozco jamás me habría estampado contra la pared! ¡EL ZORO QUE YO CONOZCO NO SE AVERGONZARÍA DE SU APELLIDO!

-¡La gente cambia!

-¡Pero lo que te ocurre no es un cambio! ¡Es miedo!

-¡¿Qué sabrás?! ¡No me conoces!

-¡Claro que te conozco perfectamente! ¡Zoro no has arruinado mi vida!

-¿C-cómo lo...?

-Ya te lo he dicho. Te conozco demasiado bien. Cuéntame que te pasa.

-No puedo estar contigo, no hasta que sea lo demasiado fuerte como para protegerte.

-¿A qué te refieres?

-¡Por mi culpa ya apenas recuerdas nada! Si no te hubiese dejado sola, si al menos hubiese llegado a tiempo, tú no...

-No fue tu culpa Zoro. Fue de Kid.

-¿Lo recuerdas?

-Solo parte. Su aspecto físico no lo recuerdo, pero si algunas conversaciones que mantuve con él.

-¿Cuándo?

-Recuperé parte de la memoria el día que fui a casa de tus padres a cenar. Cuando me empezaste a hablar de él, algunos recuerdos volvieron. No todos, pero si una pequeña parte.

-¿Ves? Ni siquiera puedo hacer que olvides todo lo que te pasó.

-¿Quién ha dicho que quiero olvidar? Zoro, quiero pedirte un favor, a tí y a otras dos personas más.

-¿El qué?

-Quiero que me ayudes a recuperar la memoria.

-No me pidas eso.

-Hasta yo sé que no soy la misma de antes, y que por ello todos estáis sufriendo y comportándoos de otra manera cuando estoy presente. ¿Te pensabas que no me enteraría de lo que les hiciste prometer?

-Eso pretendía.

-Pues deja todo eso atrás. Olvida los días que yo no estuve contigo y responde a mis preguntas. Quiero volver a ser la misma de antes, aunque tenga que recordar todo lo malo que me ha pasado.

-¿Quienes son las otras dos personas?

-Mi madre y Luffy.

-Acepto, pero nadie más salvo los que te vamos a ayudar se deben enterar. Tendrás que comportarte como siempre para no levantar sospechas.

-Lo prometo.

-Mañana en tu casa te responderemos a todas tus preguntas.

Pvo escritora

El tan ansiado momento para la pelirroja, por fin había llegado. Nami, acompañada de Bellemere, Luffy y Zoro, se encontraba sentada en uno de los sillones de la sala de estar. Los tres la miraban nerviosos, esperando que la ojimiel comenzase con su interrogatorio. Nami se calmó y decidió hacer la primera pregunta.

-¿Qué dijeron los médicos y la policía acerca del suceso?-pregunta con voz temblorosa.

-Los médicos contaron al juzgado tus síntomas para imponer la pena a Kid, pero si tú no declaras no pueden imponer la verdadera sentencia. Te tuvieron que operar y bueno nos avisaron sobre tus posibles lagunas mentales. Como no...acertaron. En cuanto al juicio...¿t-tú...?

Al peliverde se le estaba empezando a quebrar la voz. Le estaba costando el poder hablar de todo lo que había sucedido a raíz del encuentro que Kid tuvo con Nami. Es posible que le hubiese pedido que enterrase esos días y esos momentos para siempre, pero no era tan sencillo como lo aparentaba. Deseaba poder ir a atrás en el tiempo e impedir que nada de esto hubiese pasado. La llamada de Monet desde el hospital, Nami inconsciente, la actitud de Nami frente a la poca memoria que le quedaba...todo.

-Ya Zoro.-dice la pelirroja sentándose en el regazo de su novio para después abrazarlo.-Te dije que dejases todo eso atrás.

-Ojala pudiese Nami, pero no es tan fácil. Solo necesito algo de tiempo.

-Tómate el tiempo que necesites, no hay prisa.

-¿Cual es tu siguiente pregunta?

-¿Qué ha sido de él?

-Está encarcelado hasta que se dé el veredicto final. Tú tío Shanks lo expulsó del instituto New World en cuanto supo lo ocurrido. ¿Querrás ir a declarar?

-No. Prefiero no saber como es ese tipo. Al menos esa parte de mi pasado la prefiero tener en blanco. Él, tanto a Zoro como a mi, nos ha hecho mucho daño y se ha encargado personalmente de amargarnos la vida. No quiero saber nada. Todo eso quedará atrás en el olvido.

-Así se habla.

-Sí. Zoro. Tengo un recuerdo muy vago de una semana en la que Nojiko estaba fuera y tú y yo, junto con Kuina, nos quedamos en tú casa. Después, lo último que recuerdo es estar durmiendo los dos juntos.-se acerca más a la oreja del peliverde. No quería que nadie más supiese la cuestión tan privada que tenía en mente.-¿Nosotros lo...? ¿Zoro?-pregunta extrañada al ver que se había quedado completamente dormido.

-¿Lo despierto?-pregunta Luffy.

-No. Déjale que duerma. Ha dormido muy mal estas últimas semanas y se merece un buen descanso.

-Como tú quieras Nami. ¿Prefieres dejar las preguntas para otro día cuando Zoro se halla recuperado por completo?

-Sí, será lo mejor. ¿Me ayudas a llevarlo a mi cuarto? No voy a dejarlo dormir en el sofá.

-Ni lo preguntes.

Con la ayuda de Luffy, Nami subió a Zoro a su cuarto para que descansase.

-Si tienes alguna pregunta más, solo dilo. Nosotros gustosamente te responderemos a lo que haga falta.

-Gracias Luffy.

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