Capítulo 8🎇
—¿Encontraron algo? —preguntó Minki entrando a la habitación de Guk.
Yoongi quitó la memoria de la computadora y se la guardó con discreción dispuesto a entregarle el resto que estaba en la caja.
—Al parecer, nuestra víctima no lo era del todo. En las memorias hay evidencia de que ha ejercido abuso y acoso a otros estudiantes. No es de extrañar que alguien lo quisiera muerto. —Le informó Yoongi dándole la caja.
—¿Hay sospechosos que necesitemos interrogar? ¿Necesita que me encargue de ello? —cuestionó Choi con atisbos de esperanza brillando en sus ojos.
Su único objetivo era poder estar junto a Yoongi todo el tiempo que pudiese obtener si le decía que sí, y le pareció una jugada discreta usar al trabajo como medio para lograrlo.
Quizá esté siendo un poco desalmado debido a la situación, pero necesitaba tan sólo una oportunidad. Tan sólo una para demostrarle a Yoongi que sabía hacer algo más que llamarlos y hacer investigaciones superficiales.
Del otro lado, Taehyung y Jimin observaban la escena que tenía frente a sus narices. Era casi lamentable el contraste entre el aura brillante de esperanza del sargento y la incómoda y abrumada de Yoongi.
—¿Qué clase de telenovela barata estoy viendo? —Le susurró Taehyung a Jimin sin poder quitar su mirada de la escena— ¿Siempre es así?
—Es como tener de mascota a una serpiente —respondió Jimin de la misma forma con una sonrisa pequeña—, con esa cara dudas que vaya a morderte.
Taehyung disparó su mirada a su mejor amigo, y a diferencia de la sonrisa de Jimin, la suya fue mucho más grande y de total burla.
—¿Celoso? Aw Jiminnie no tienes de qué preocuparte, créeme, Yoongi sólo tiene ojos para ti —Se burló Taehyung recibiendo un pequeño golpe como respuesta.
—¿Nadie nota que estamos en medio de una investigación? —se preguntó a si mismo Jimin jugando con las plumas que volaron hasta el escritorio.
En otras circunstancias participaría activamente de las burlas hacia Yoongi con respecto a la boda imaginaria que Choi creaba en su cabeza en esos momentos, pero, la verdad era que estaba cansado, abrumado y muy estresado, solo quería resolver el caso y regresar a casa para poder dormir.
—Posiblemente no, llamaré a Kookie y le preguntaré cómo va su vida como estudiante del GHS. —Taehyung agitó su teléfono y salió de la habitación.
—¿De verdad se está haciendo pasar por estudiante? —Se sorprendió Jimin, Taehyung asintió—. Genial, ponlo en alta voz. —dijo Jimin yendo detrás suyo.
—Ey ¿todo en orden? —preguntó Yoongi al ver a los amigos salir del cuarto.
—Por supuesto, solo es una llamada que Vante y yo necesitamos hacer. No te preocupes, si apago la luz podrán tener sus siete minutos en el paraíso, pero no tardes, estamos trabajando. —Jimin sonrió de lado antes de cerrar la puerta.
Minki puso sus ojos en blanco.
—¿De verdad le gusta aguantar esto Detective Min? ¿Es en serio?
¿La verdad? Sí, porque a) Jimin era genial y b) porque le gustaba la gente genial. Pero Yoongi no iba a hablar de Jimin con Choi.
—Escuche sargento, sería de mucha utilidad para mí que se encargara de hacer una lista de los alumnos que aparecen en los videos y los cite a todos para un interrogatorio y haga un informe detallado de todo lo que digan. Quizá encontremos algo de importancia. —Ordenó Yoongi con tono autoritario.
—Entendido, con su permiso detective Min. —respondió Choi en tono solemne para luego retirarse.
Yoongi lo acompañó hasta la puerta y esperó para que el sargento se marchara para acercarse a Jimin y a Taehyung quienes le daban una mirada pícara que hizo que pusiera los ojos en blanco.
—Desde aquí pude ver como su cola de golden retriever se sacudía con gran felicidad. —dijo burlón Jimin.
—¿De Golden retriever? Creí que era su cascabel agitándose como un sonajero. —Opinó Taehyung.
—Okey niños, suficiente de molestarlo, papá quiere saber si tenemos un plan para esto. —interrumpió Yoongi.
—Bueno, papi, tenemos todo menos un plan —dijo Jimin—, Tae y yo hablamos con Jungkook.
—Ah, sí, el cómplice en fuga del que Taehyung o tú todavía no me dicen dónde está ¿Y bien, dónde lo metieron? —inquirió Yoongi cruzándose de brazos otra vez ya que la última vez fueron interrumpidos.
—KooKoo está en el GHS haciéndose pasar por un estudiante, es el caballo de troya.
Vagamente, el recuerdo de Taehyung llamándolo KooKoo el canguro asomó por la mente de Jimin.
Según los desvaríos de su mejor amigo, JK en su más tierna infancia se hacía llamar así porque de adulto quería ser fuerte y grande como uno, pero Jimin lo dudaba seriamente, es más, apostaría que Kookoo el canguro era uno de los tantos cursis apodos que había en el gran repertorio de apodos cursis que Taehyung tenía para él.
—¿Qué? ¿Y que hace ahí? —preguntó Yoongi sin entender como ayudaría el que Jungkook fuese un estudiante infiltrado.
—Pues, ayudará a que entendamos que es lo que está pasando, si alguien habla de esto él lo sabrá y por consiguiente nosotros también —explicó Jimin como si nada—. Vamos, hay que darle puntos por esto, Jungkook luce como un adolescente, uno con grandes músculos de canguro, pero adolescente, al fin y al cabo. Puede que funcione.
—Él es un experto, lo hará bien. —Alegó Taehyung como voto de confianza hacia Jungkook.
Yoongi sabía que debía ser serio y profesional en su trabajo, y eso significaba que no debería dejar a Jimin hacer lo que le viniera en gana, ni traer a personas ajenas al caso, sin embargo, ellos resultaban más útiles contra un fantasma que cualquier otro policía común y corriente podría, y si confiaba en Jimin, y Jimin confiaba en esos dos para el trabajo, entonces él también debía hacerlo. Eso y que esos sujetos le caían bastante bien.
Ya en la privacidad que les brindaba la habitación del hotel, Yoongi y Jimin se sentaron en el sofá de la pequeña sala para estudiar más a fondo el contenido de la carpeta del 110521103. A medida que pasaban de video en video los detectives quedaban más y más estupefactos. Jimin tuvo que ver obligado a bajar la tapa de la laptop, no tenía el valor de seguir mirando, simplemente no podía, era demasiado.
¿Qué tan grande e infinita podía ser la maldad humana? ¿Qué tan satisfactorio podía ser el llegar a lastimar a otra persona sólo por diversión? Lee GukYun en vida había sido un monstruo en toda regla.
En lo que pudieron llegar a ver, MiSook era la estudiante más agredida por él, las cosas que le hizo, ninguno de los dos se atrevería a repetir en voz alta o en sus pensamientos. Ahora podían entender mejor la razón por la cual Misook pareció haberse ensañado con él.
Jimin se levantó y salió a la pequeña terraza. No había viento, ni un atisbo de aire fresco que pudiera ayudarlo a deshacerse del sofoco que estaba sintiendo. Una mano ejerció un agarre firme sobre su hombro izquierdo para poder voltearlo, Jimin se dejó hacer y chocó con el pecho de Yoongi en un abrazo, no puso resistencia, no tenía fuerzas y necesitaba ese contacto, la situación finalmente le había superado.
—¿Qué se supone que debo hacer ahora? —preguntó a los pocos segundos—. Una parte de mi quiere dejar todo y volver a casa, y la otra me dice que sería poco profesional no terminar el trabajo.
Yoongi lo entendía, en verdad lo hacía, la lucha de Jimin ahora estaba entre escoger que era lo correcto y que no desde la moralidad.
MiSook se estaba vengando de sus abusadores, haciéndoles pagar uno por uno, devolverles todo el daño que le causaron, y por una parte para los detectives eso estaba bien, después de todo nadie extrañaría a esos bastardos en el mundo de los vivos y posiblemente muchos se salvarían de tener que cruzar camino con ellos. Pero, por otra parte ¿qué tan diferentes a ellos serían si los dejaban a su suerte? Y otro de los problemas estaba en que se suponía que su trabajo era salvar a las personas. Ellos eran detectives, y como tal debían hacer justicia por aquellos que no podían, aunque ¿qué tanta justicia las personas como Guk Yun y Jihyun necesitaban?
Desafortunadamente para los detectives, no tenían ninguna respuesta que pudiera ayudarles.
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