Capítulo 3🎇

Jimin maldijo por lo bajo, tan pronto como abandonó a Yoongi, se arrepintió profundamente, caminar por los amplios e impolutos corredores de aquel lugar trajo a su memoria recuerdos que prefería dejar enterrados casi al nivel del núcleo terrestre.

La secundaria no fue una etapa fácil en su vida, más bien diría que fue una desastrosa etapa en su vida, y el estar ahí, era como abrir la vieja herida, tirarle el jugo de un limón y espolvorearle un poco de sal.

A mitad de camino, viendo los salones pasar no pudo evitar sacar su teléfono y marcar aquel número que se sabía de memoria, pero que, al parecer, no se encontraba disponible.

"I'm your hope, you're my hope. I'm Jhope. En este momento no me encuentro disponible, por favor déjame algún mensaje y luego te llamaré ¡bye bye!"

Jimin suspiró, ahí estaba de nuevo el buzón de voz, sin embargo, en lugar de colgar como tantas otras veces, decidió que le dejaría un mensaje, tal vez con la vaga esperanza de que Hoseok lo contactara al fin.

—Hola hyung, soy yo, no sé qué sea lo que estés haciendo para no contestar las llamadas de tu primo favorito, pero...—suspiró otra vez—... espero que estés bien. Sólo quería decirte que estoy en la GHS por un caso, irónico ¿no crees? Juré que nunca volvería a pisar este lugar y aquí estoy, diez años después. No tienes ni idea de lo horrible que es estar aquí, ojalá pudieras venir y hacerme un poco de compañía. Como sea, por favor llama en cuanto puedas. —terminó de decir justo a tiempo antes de que se le acabara el tiempo de grabación.

Tras colgar, Jimin se perdió en sus pensamientos ¿qué habría ocurrido con Hoseok? Era como si la tierra los hubiese tragado a él y a su abuela ¿estarían bien? Jimin chasqueó su lengua, no era el momento para preocuparse por eso, si bien su familia era un asunto importante, ahora mismo debía tener la cabeza fría para resolver ese caso y largarse.

Él no tenía miedo, en definitiva, no tenía miedo, es sólo que siempre era un poco más valiente con Jimin cerca, pero, el maldito infeliz lo había dejado abandonado a su buena suerte en aquellos oscuros y deshabitados pasillos ¿de verdad era necesario tener todas las luces apagadas? Con la tarifa que los estudiantes pagaban las luces debían estar prendidas, siempre y más si iban a enviarlo a que investigue con su sombra como única compañía.

¿Qué se supone que iba a hacer si Jihyun se le aparecía? En todo ese tiempo no había tenido tiempo de interactuar con otros fantasmas que no fuesen la doncella y los demás habitantes de la casa de Jimin, y estaba más que comprobado que aún no sabía distinguir a los vivos de los muertos, y no, atravesarlos para comprobar su estado en esa vida no era una opción, ni de chiste.

—Si todo sale bien, Jimin volverá a pie a la estación. —susurró alumbrándose con su linterna.

Al llegar al dichoso baño, revisó cubículo por cubículo rezando porque alguna "Marttle la llorona" no se le apareciera.

Un extraño hormigueo recorrió su cuerpo cuando se estaba yendo. Y como el idiota que era, en lugar de ignorarlo, decidió levantar poco a poco la mirada hasta que se topó con una silueta femenina reflejada en el espejo.

Yoongi sintió su alma caer a sus pies, incluso él y sus patéticas habilidades de observación con respecto al mundo sobrenatural, pudo notar que la muchacha no estaba viva. Sus ojos eran completamente blancos, su piel extremadamente pálida, casi gris, y en cuanto a su uniforme, estaba todo desarreglado dejando entre ver una marca amoratada alrededor de su cuello.

Sus cejas se hundieron con profundidad ante el detalle. Choi había dicho que la posible causa de muerte de la joven fue el haber consumido un frasco de pastillas, entonces ¿quién era esa chica que parecía observarlo?

Frunce su ceño ante ese detalle, Choi le había dicho que Jihyun había consumido un frasco de pastillas, entonces ¿quién era esa jovencita que parecía observarlo? Quiso enfrentarla y preguntarle, pero ella desapareció apenas se volteó, sin embargo, antes de marcharse, se había tomado la molestia de dejar un mensaje escrito en el espejo.

"110521103" ¿Qué se suponía que significaban esos números? Bueno, para ese punto, todo lo que encontrase serviría de pista, además, había descubierto que su compañero era muy bueno con los números, tenía la certeza que él lograría descifrarlo.

Al no encontrar más nada, salió de allí para finalmente regresar con su compañero, encontrándose con la sorpresa de ver a Jimin siendo rodeado por una horda de estudiantes, tanto femenino como masculino, que a simple vista parecían bastante encandilados por el detective de ojos grises y gorrito de conejo.

Jimin por su parte intentaba mantener la calma, había olvidado que era ser un adolescente con las hormonas revueltas y aquellos chicos parecían insectos bañados en feromonas listos para clavar sus dientes en alguna parte de su cuerpo. A comparación suya y en su humilde opinión, Yoongi corría con bastante buena suerte, mientras Yoongi tenía que preocuparse únicamente a Minki, él debía velar por las joyas familiares Park en aquel reducido y abarrotado espacio.

Yoongi carraspeó llamando la atención de todos, logrando que la horda de hormonas con piernas enfocase su atención en él en conjunto, algo inquietante y perturbador si se lo preguntaban, y más cuando al principio lo habían fulminado con la mirada, pero, al ver que otro guapo detective estaba allí con ellos, rápidamente volvieron a su estado anterior.

—¿Cómo vas por aquí? —preguntó Yoongi ignorándolos a todos.

—Ya he terminado, todos han dado su testimonio sobre la chica. Sólo falta hablar con el director.

—¿Ya se tienen que ir? ¿Por qué no se quedan un poco más? Nos sentiríamos más seguros con ustedes aquí. —formuló uno de los chicos que colgaba de la ventana del salón.

—¡Es verdad! Por favor quédense un poco más. —suplicó otra estudiante acercándose peligrosamente a Jimin.

Al percibir esto, Yoongi tomó a Jimin de su brazo y lo jaló delicadamente hasta ponerlo a salvo detrás suyo. Era gracioso para él tener que cuidar de su compañero de un par de adolescente.

—Nos gustaría quedarnos y velar por su seguridad, se los aseguro, pero tenemos una investigación en curso. Haremos todo lo posible para que todo esto termine y estén a salvo, pero por el momento, vuelvan a sus salones y esperen a las indicaciones del director.

Los detectives abandonaron el lugar a la velocidad de un rayo sin esperar alguna respuesta.

—Dime por favor que has encontrado algo. —gimoteó el detective Park abrazándose así mismo. Había pasado los peores minutos de su vida allá atrás.

—Bueno, tuve mi primer contacto con un espíritu. —respondió echando un vistazo hacia todos lados, era una conversación que prefería que quedase entre los dos.

—¿Un fantasma? ¿El de Jihyun? —consultó Jimin— ¿Estás bien?

—Casi me orino en los pantalones, pero sí, estoy bien, y no, no era ella, era otra chica y escribió esto —dijo tendiéndole el papel en donde había anotado la serie de números.

Jimin lo tomó entre sus manos y lo analizó con detenimiento. Si el fantasma que Yoongi vio en el baño no era Jihyun ¿quién era? Pero lo más importante ¿Estaría relacionada con su muerte?

—¿Podrías describirla?

—Cabello corto, por los hombros, lo tenía recogido en una coleta baja y llevaba un broche en forma de estrella en el flequillo. Era algo delgada, y se veía terrible, estaba despeinada y su ropa parecía sucia, tenía una marca en el cuello...

—¿Como si se hubiese colgado? —cuestionó y Yoongi asintió.

Jimin quiso volver al baño y encontrarse él mismo con la chica, pero, por el momento, debían hablar con el director, ya que la nueva información daba un giro inesperado a la investigación.

El señor Jang Dong Hyun, era el actual director de la GHS, un hombre medio calvo de unos cincuenta y tantos, a Yoongi le comparó con un insecto, dado sus pequeños y brillantes ojos negros en conjunto con una cara totalmente antipática. Para ninguno fue una sorpresa que su recibimiento no fuese el mejor, era notorio lo disgustado que estaba con la presencia de los detectives, pero, era su deber como la imagen de la institución colaborar con ellos.

—No sé qué están buscando aquí, esa jovencita ingirió un frasco de pastillas ¿no? ¿no debería estar resuelto su caso ya? Sólo están alterando el orden y los estudios de mis estudiantes. —Espetó con antipatía.

—Le prometemos que será rápido señor. Como usted dijo, no se ha cometido un crimen en sí, pero no creo que ella haya ingerido ese frasco solo porque si ¿Podría decirnos que tipo de persona era Jihyun?

—La señorita Shin era un prodigio, una de las mejores notas sin dudas, pero, desafortunadamente, eso no compensaba su inestabilidad mental.

—¿A qué se refiere?

—A mediados de abril, comenzó a comportarse de manera muy extraña. Hablaba sola y salía gritando de los salones. Sus padres nos informaron que eso era producto del estrés y que no debíamos darle importancia, que pronto se repondría, obviamente eso no pasó, no estarían aquí si no. —concluyó con una sonrisa socarrona.

Jimin tuvo que respirar profundo, las palabras bañadas de burlas y carentes de empatía, le revolvieron el estómago. Le repugnaba en gran medida la gente tan elitista.

Actualmente, muchas personas padecían de enfermedades mentales, pero desgraciadamente, la misma cantidad de personas no hacían nada para tratarse, y todo se debía a lo podrido de la sociedad, la parte que consideraba la ayuda de los profesionales en el área algo como malo, un tabú, un estigma.

Una mancha en un historial perfecto. Una plaga que había que eliminar sin necesidad de ensuciarse las manos. Estaba más que claro que a aquel hombre le daba igual si un estudiante moría o no, y más si este estudiante sufría de algún tipo de problema mental. Lo único que le importaba era la buena y superficial imagen de la institución.

—¿La señorita Shin tenía algún problema con los demás alumnos, maestros o alguien en particular y que considere sospechoso? —cuestionó Yoongi.

—Honestamente, eso no es problema de la institución señor Min. Lo que hagan los alumnos en su tiempo libre es tema de ellos —Jang se encogió de hombros—. Las relaciones interpersonales de mis estudiantes no son asunto mío.

—De acuerdo, una última pregunta y nos iremos ¿tiene a mano algún anuario de este año?

—¿Para qué lo desea?

—Como usted dijo, las relaciones interpersonales de los estudiantes no es asunto del instituto por ende tampoco suyo, pero para las autoridades puede ser de mucha ayuda. Y le recomiendo que coopere si no quiere que lo saquemos de aquí esposado y como presunto sospechoso —gruñó Jimin ya harto de toda esa situación.

El director asintió con sequedad, consideraba todo el asunto muy molesto, así que cuanto más rápido esos dos detectives terminaran el trabajo, más pronto todo volvería a la normalidad. 

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