🎇Capítulo 23🎇
—¿Hobi hyung? —Lo llamó Jimin tras llegar a la biblioteca con Yoongi pisándole los talones.
Luego de haberse entretenido un rato, fue momento de regresar. Al tener más claros sus pensamientos, Yoongi decidió que debían volver a la casa de Jimin. Si su tía había llamado, nada le impediría ir hasta Seúl para asegurarse de que Hoseok realmente no estuviese allí.
Tomando la posibilidad de que eso sucediera en realidad, ellos debían estar preparados para enfrentarla, ya que dudaban seriamente que fuera solo a charlar y hacer el papel de madre preocupada, si había llegado tan lejos como para usar el alma de un muerto para hacer que su hijo despertase, nada le impedía hacer otras cosas para llevarlo de regreso a casa.
—¡Aquí! —contestó apareciendo por detrás del sillón.
Jimin suspiró con notable alivio, incluso si todos querían fingir que nada se estaba cocinando allí, la realidad era que podía palpar la tensión que había entre Yoongi y Hoseok, siendo esa la primera vez que se enfrentarían cara a cara desde la mañana.
—¿Un poco de lectura para pasar el tiempo? —Con un vistazo superficial, el detective Park pudo darse cuenta de que se trataban esos libros, y no pudo evitar mirar a su primo con un profundo y amargo pesar nacido desde sus entrañas.
—Sí. —Su tono de voz medio apagado y la sonrisa triste que era totalmente ajena a su alma brillante y siempre sonriente, hizo que el corazón de Jimin pesara, quitándole el aliento como si le hubiesen dado un golpe en el estómago—. ¿Es lamentable de mi parte que deseara no haberlo hecho?
Su mirada apagada y sus evidentes intenciones recayeron en Yoongi, quien dentro de los bolsillos de su pantalón escondió sus puños que apretaba con fuerza e impotencia a partes iguales.
—Si vas a disculparte, no te molestes en hacerlo, suficiente tengo con Jimin como para que alguien más se disculpe por algo que no hizo —dijo el detective Min con determinación, nadie de los ahí presentes era el culpable de nada, más bien, eran las víctimas, y como tal debían ser fuertes para poder enfrentarse a los problemas que seguramente tendrían en un futuro no tan lejano.
Hoseok abrió sus ojos tanto como se lo permitió su naturaleza humana, estaba sorprendido de que el detective Min pudiera adivinar sus intenciones. Disculparse por la situación en la que su madre los había puesto a ambos.
—Ustedes son tan predecibles —mencionó animándose a cruzar sus brazos y formar una sonrisa que indicaba que él los conocía mejor que nadie, y eso era mucho decir dado el poco tiempo que llevaba relacionándose con Hoseok. Eso y que, si la situación fuese a la inversa, él se sentiría incluso mucho peor—. Además —agregó—, pedirme disculpas no revertirá lo esa mujer hizo, así que ¿por qué hacerlo?
Al no comprender el sentido de sus palabras, Hoseok bajó su cabeza con mucha más culpa ¿qué podía hacer él en una situación como esa si ni siquiera sabía como su madre lo había conseguido? No es como si fuera a llamarle y a preguntarle.
Una mano golpeó su espalda con la fuerza suficiente como para traerlo a la realidad. Levantando su mirada, se encontró con los ojos suaves y claros como un cielo nublado de Jimin que lo miraban sonrientes.
—Lo que Yoongi quiere decir es, que, si queremos compensarle este mal trago, los tres tenemos que hacer todo lo posible para resolverlo. —Jimin compartía el mismo sentimiento de culpa que Hoseok, pero Yoongi tenía razón, las palabras no significaban nada si no hacían nada al respecto, los lamentos no servían, nada que los mantuviera estáticos en el punto de partida significaría algo para alguno de ellos si no hacían nada, por lo que estaba más que decidido a mover cielo y tierra para ayudar a su compañero y a su primo—. Y para conseguirlo necesitaremos de toda la ayuda posible.
—¿Por qué siempre que nos llamas tienes que estar con la mierda hasta el cuello? Algún día espero que suene mi teléfono y seas tú invitándome a tomar unas cervezas o al cine ¿qué pasó con llamar a tu mejor amigo solo para pasar momentos de ocio juntos? —Ese era Taehyung respondiendo a las peticiones de Jimin con total indignación.
—¿Y qué hay de ti? ¿Te dignaste a llamarme en algún momento para hacer ocio? —contratacó Jimin con su entrecejo fruncido con fuerza y con el mismo nivel de indignación que su mejor amigo—. Tú también tienes mi número, también puedes ser el primero en llamar.
¿con qué cara ese bastardo le estaba reclamando algo cuando tampoco hacía nada para verse?
—¿En qué momento esto se convirtió en una cena de domingo en la casa de mis padres? Pelean igual que un viejo matrimonio, es perturbador. -Y ese era Jungkook siendo Jungkook apoderándose del teléfono de Taehyung y por ende de la llamada—. No te preocupes hyung, ayudaremos en lo que necesites, aunque ciertamente jamás hemos oído hablar de ese ritual, debe ser por su antigüedad, aún así, si encontramos algo que sea de utilidad les haremos saber.
-Lo sé, gracias Jk.
—Ningún gracias detective Park, quiero tu sincero agradecimiento en forma de depósito en mi cuenta bancaria, o quizá puedas recompensar mi ayuda tomándote un fin de semana para ir a las aguas termales conmigo, encontré un lugar que dicen que es paradisíaco. Te va a encantar. —Taehyung había regresado, provocando que Jimin sonriera.
—Tú ve reservando el lugar.
—¡Hecho! El siempre noble detective Park acaba de abonar la mitad del pack de fin de año ¡Ahorita mismo nos pondremos a revisar todo lo que tenemos, nos vemos cachetes de malvavisco, te amo!
La llamada se cortó y Jimin dejó caer sus hombros con derrota, sabía que haber dejado que Taehyung supiera su clave bancaria, sería algo contraproducente a la larga.
—¿Y ahora qué? —preguntó Yoongi.
El sonido del repiqueteo de algo golpeando contra suelo llamó la atención de los tres hombres. Yoongi estuvo a punto de sacar el arma que llevaba escondida en la parte trasera e inferior de su espalda, pero Jimin se lo impidió. La figura de la abuela Park se presentó ante ellos, tan seria y fría como de costumbre.
Jimin frunció sus labios, la llegada de su abuela a la casa sólo significaba que el asunto era más grave de lo que pensaron desde un principio, de otra forma, ella no estaría ahí.
—La única solución para recuperar esa alma perdida, es que la persona con la cual está ligada a este mundo la encuentre y le haga despertar. Si el muchacho que habita en el interior de mi nieto no sabe que es otra persona y que está muerta, no podrán hacer mucho.
—Abuela ¿tú lo sabías? —exigió saber Hoseok haciéndole frente.
Una cosa era su madre, que su abuela fuera parte de algo tan siniestro, era otra completamente diferente y se le hacía imposible de creer, pero volviendo hacia atrás, cuando él se lo preguntó, su única respuesta fue que no le iba a gustar lo que encontraría si buscaba sobre los orígenes de esa conexión. Entonces, si debía tener en cuenta esa advertencia, lo lógico era suponer que sí estaba involucrada.
Soo Young tomó asiento en el sillón más cercano y guardó silencio por unos segundos que a los tres se les hizo eterno antes de responder.
—Debido a la paz y armonía que hay en tu corazón, al principio creí que el alma que habitaba en tu interior estaba ahí por su propia voluntad, lo que no sería raro si tenemos en cuenta los lazos que la unen al detective Min. Por esa razón lo dejé pasar, creyendo que eventualmente ella conseguiría saldar sus pendientes y así abandonar finalmente este plano para dirigirse al descanso eterno. No obstante, cuando puse especial atención en el comportamiento de tu madre tuve mucho en lo que pensar. Me negué a creer que Hee Jin había cruzado semejante línea. Llegar tan lejos como para hacer algo tan inmoral y atroz... sencillamente no pude aceptarlo.
Jimin y Hoseok compartieron una mirada, al parecer, el número de victimas estaba aumentando, y aunque les dolía con el alma ver como la fuerte armadura de su abuela parecía desmoronarse, sintieron un gran alivio barrer sus cuerpos de la cabeza a los pies al comprender que ella no tenía nada que ver.
—Abuela ¿qué es lo que debemos hacer para despertar a Jeong? —preguntó Jimin.
-Pues lo que hacemos mejor muchacho tonto —alegó ella dando un fuerte bastonazo contra el suelo—. Haremos que el detective Min entre en la mente de Hoseok y busque esa alma que naufraga en el interior de sus más profundos pensamientos.
—¿Qué va a pasar con Hoseok si logramos despertar a Jeong? No hemos considerado ese hecho —acotó el detective Min al ser consciente de que nadie saldría ganando esta vez.
—Voy a morir. —Fue Hoseok quien respondió, y al contrario de lo que todos pensaban, estaba bastante tranquilo a comparación de la gran magnitud de su declaración—. Eso dice en el libro que Jimin encontró. Si Jeong tuvo la energía suficiente para fusionar su alma con la mía, significa que de la mía en sí misma no queda casi nada. Dos almas conscientes y completas no pueden convivir en un mismo cuerpo porque eventualmente se sobrecargará de energía espiritual y si eso llegase a suceder, ambas almas podrían desaparecer para siempre. —Hoseok pasó su lengua contra sus labios antes de continuar—. Quizá por fuera sepa que soy Jung Hoseok, que mi familia proviene de Gwangju y que soy parte de un linaje donde prevalecen las habilidades espirituales, pero ¿de verdad soy yo? ¿de verdad soy yo quien despertó del coma? No, no lo soy. Prueba de eso son los recuerdos de esa persona que llegan a mí como sueños y que la abuela lo acaba de confirmar. Si ya no formo parte de este mundo está bien, si puedo hacer algo para remediar lo que mi madre hizo, también está bien porque yo quiero hacer lo correcto. Detective Min —dijo dirigiendo su mirada hacia él—, no tiene que preocuparse por lo que pueda llegar a pasarme. Esta es mi decisión final y no me arrepiento de tomarla.
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