🎇Capítulo 22🎇
Un ligero toque en su antebrazo sacó a Jimin de sus pensamientos, y aunque sabe quién lo hizo, su instinto le incitó a buscar a su compañero con la mirada.
Yoongi estaba estirado sobre su costado en la cama, luego de bromear un poco con su compañero había caído dormido por una segunda vez, siendo el perfil de Jimin viendo hacia la ventana lo primero que vio cuando despertó. Era increíble para él que todo pareciera estar en paz cuando en realidad era todo lo contrario, bueno, quizá no era tan sorprendente, él creía desde las entrañas que, el hecho de no haber perdido la cabeza por completo se debía a que tenía a su compañero a su lado, apoyándolo y sosteniéndolo de todas las formas existentes.
—¿En que estabas pensando? —Curioseó, puesto que las expresiones en el rostro de Jimin se habían pasado sus buenos diez minutos pasando de mueca en mueca, distinguiendo en todas ellas una completa inconformidad, como si sus pensamientos lo llevaran a conclusiones poco agradables.
Jimin apretó sus labios y traga en seco. Durante el tiempo en el que Yoongi se dedicó a recargar sus baterías, él por su parte, había estado meditando en profundidad el cómo iba a contarle sus actuales sospechas. Lastimosamente, no había encontrado una forma sutil y menos impactante o dolorosa para hacerlo, por lo que ahora no estaba muy seguro de querer hablar de ello, sin embargo, también entendía que ocultarlo o aplazarlo no sería para nada bueno tampoco.
En un momento tan importante como ese, Yoongi merecía honestidad. Cualquiera que fuese el resultado de ello, sea bueno o malo, él estaría a su lado.
—Cuando estaba cocinando, mi tía me llamó —mencionó como introducción al tema que quería y no, llegar—. Al principio pensé que sería como cualquier otra llamada, pero algo dentro mío me hizo sentir que no era así. Está preocupada por Hobi hyung, porque desde que salió de su casa no se ha contactado con ella o con mi tío y eso, para darle puntos, no es algo que él haría, y lo entendí hasta cierto punto, pero luego...no lo sé, su preocupación se me hizo un poco irracional y extraña.
—¿Tú crees que fue ella? —preguntó Yoongi, aunque en realidad, no era por la duda que pudiese llegar a sentir, sino porque se dio cuenta de que era por ahí donde Jimin quería llegar.
—Sí —contestó Jimin en un suspiro afligido, él de verdad no quería poner a su tía como la culpable de algo sumamente grave sin pruebas que lo demuestren, pero que el ritual de los renacidos haya sido usado en Hoseok no era casualidad. En todo caso ¿por qué un extraño querría a Hoseok vivo? Otra opción igual de válida era pensar que pudo ser alguien cercano a Jeong.
No, si hubiese sido para traer el alma de Jeong de vuelta no hubiesen usado el ritual de los renacidos, habrían usado otro totalmente diferente, y ahí es donde volvía a aparecer su tía como única posible sospechosa y culpable.
Yoongi reconoció la horrible sensación de su estómago revolviéndose, y sus músculos tensarse. Conocía de primera mano el dolor de la perdida de un ser querido, ese dolor desolador que consume por completo cuando un ser querido te deja, sin embargo, cuando piensa en Hoseok y en la señora Jung, no es capaz de dimensionar la magnitud de ese dolor, y lo que, movida por él, ella fue capaz de hacer.
—Lo siento.
—¿Por qué?
—Por todo esta mierda, lamento que mi tía haya hecho algo tan horrible con Jeong, y lamento que eso esté afectándote de esta manera. —Jimin relamió sus labios ansioso—. Quiero decir, no digo que no debería, realmente debería, pero ya sabes, no sé cómo manejar esta situación porque se trata de alguien muy cercano. Sólo sé que lamento, y mucho.
Desplazando hacia un rincón la maraña de emociones y sentimientos que se cocinaban en su fuero interno, Min optó por enfocar su total atención en su cabizbajo compañero. Entendía las razones que estaban llevándolo a disculparse con él, lo que no podía comprender, y esperaba poder cambiar eso, era su mala costumbre de pedir perdón por cosas que, claramente, escapaban de su control.
Hasta donde sabía, Jimin no fue el que le dijo a su tía que usara el ritual del Jaeng Saeng para despertar a Hoseok, ni tampoco fue quien le dijo que usara a Jeong para tal fin, entonces si las cosas no estaban siendo así, y él estaba seguro como la existencia del infierno de que no ¿por qué se disculpaba?
Yoongi lo tomó de su barbilla para que lo mirara, sintiendo un nudo en su garganta al notar la angustia en los bonitos ojos de Jimin. Luego, extendió su mano en su totalidad para cubrir su pecosa mejilla y regalarle suaves caricias. Jimin cerró sus ojos y se permitió aceptar tal consuelo, aunque técnicamente era él quien debía consolar y apoyar a Yoongi en ese momento tan duro.
—Tienes razón, esto es horrible, tu tía no tenía ningún derecho a hacerlo, no hay ninguna excusa que valga, y sí, es cierto, me hace sentir como la puta mierda porque Jeong no se lo merece, Hoseok no se lo merece, ni nosotros dos lo merecemos. —Yoongi suspiró corto y pesado—. El punto de esto es, que fue ella la que hizo la elección, no tú, así que no te atrevas a disculparte por algo que no hiciste, y te lo dije antes. Además, lo resolveremos, siempre lo hacemos ¿no?
—Lo hacemos —confirmó Jimin en un susurro.
—Ven aquí. —Yoongi el rostro de Jimin hacia adelante y posó sus labios sobre los de él.
Ante el inesperado contacto el cuerpo de Jimin se tensó, y como Yoongi pudo sentirlo, se preguntó si había hecho mal. temió separarse y encontrarse con alguna reacción negativa por parte de Jimin, razón por la que se quedó muy quieto a la espera de que sea su compañero el que continúe o detenga el contacto.
Fue un imperceptible movimiento de los carnosos labios de Jimin lo que le indicó a Yoongi que ninguno de los dos iba a entrar pronto en algún tipo de crisis existencial por un simple beso, así que, con el corazón más tranquilo, se entregó sin miedo alguno a él.
Tal íntimo contacto entre ambos, a Yoongi le parecía una maravilla. Desde siempre había creído y confiado en que, después de Jeong, ninguna otra persona sería capaz de moverle el piso como él lo había hecho, que nadie podría ser capaz de derribar los muros que puso alrededor de su corazón. Incluso si había hecho la promesa de dejarse amar y amar nuevamente, él no pensó ni creyó que eso sucedería otra vez. Y más si se tenía en cuenta de que había muchas excusas de por medio para no hacerlo.
No obstante, como persona madura que era, reconoció que siempre había tiempo para equivocarse, porque si bien no sentía un amor profundo de película por Jimin, era muy consciente de que algo estaba cultivándose en su corazón.
Para que pudieran entender mejor su situación, Jimin no había derribado o cruzado su barrera emocional, la estaba atravesando como lo haría una demoledora contra un edificio, y eso era decir mucho. Quería a su compañero, le parecía un ser fantástico y único que merecía ser apreciado y amado por todo lo que era.
Si le preguntaran a Yoongi que era lo que más le gustaba de Jimin, era simplemente todo. Su ridícula forma de ser, sus rarezas, y el modo en que lo hacía sentir cuando estaban juntos. Y quizás, era la naturalidad con la que todo se daba entre ellos que le hacía más fácil a Yoongi pensar que no era tan descabellada la idea de que, con el tiempo, podría ser capaz de etiquetar todos esos hermosos sentimientos como amor.
Por parte de Jimin, las cosas no eran muy diferentes. Él había vivido la mayor parte de su vida huyendo emocionalmente de las personas.
Con las experiencias de su infancia y adolescencia, no era difícil suponer que, a la larga, viviría completamente solo, siendo los espíritus y fantasmas su única compañía.
No le gustaban las personas, muchas de ellas eran malas al punto de la crueldad y más lo eran cuando miedo era el detonante principal. Taehyung, Jungkook y el capitán, habían sido, hasta el momento, las únicas personas fuera de su familia que tenían un lugar selecto en su vida, y con eso había sido más que suficiente. Cuando vio por primera vez a su compañero, por obvias razones había pensado que sería otro pusilánime del mismo calibre de Minki, o, en el mejor de los casos, una pobre alma que caería en desgracia al igual que sus compañeros anteriores.
Qué equivocado estuvo. Con lo terco que resultó ser, Yoongi demostró que no era ni uno ni otro, lo que provocó que se sintiera frustrado, enojado y vulnerable al no saber que podía esperar de su parte. Todo un dolor en el trasero sin duda.
Sin embargo, y para su gran sorpresa, Yoongi le había brindado la oportunidad de volver a confiar en alguien, de sentirse apoyado y de tener un hombro en el cual recargarse cuando alguna situación fuese demasiada. Y al igual que pasaba con Yoongi, él era más que consciente de que lo que sentía, estaba lejos de ser amor. Quería a Yoongi, y mucho, pero su querer distaba años luz de ser el mismo que sentía por Taehyung y Jungkook. Se trataba de un querer que se tiene por una persona "favorita", un "especial", y sí, saber que ese cariño especial podría transformarse en algo más profundo le aterraba hasta los huesos, jamás había amado a alguien alguna vez, jamás se había permitido sentirse amado y, entender que eso pasaría con su compañero, lo dejaba hecho un desastre.
Honestamente, Jimin rogaba no arruinarlo, no quería destruir lo único estable y constante que tenía en su vida.
Ahora, volviendo al beso, Jimin acabó recostado en la cama, con la parte superior del cuerpo de Yoongi encima suyo, y quizás era su culpa ya que con un brazo lo rodeaba por el cuello tirándole hacia abajo mientras que con su otra mano se encargaba de proporcionar tiernas caricias a su cabello.
Yoongi se separó de la unión de sus labios y repartió varios besos desde una de sus mejillas hasta llegar a su cuello, una zona que hizo que una corriente eléctrica se apoderara de su cuerpo. Jimin se vio en la necesidad de inspirar con profundidad, apretando con más firmeza su agarre en el cabello de Yoongi, porque si no fuera porque sentía el fuerte agarre de su cuerpo contra el colchón, estaba seguro de que se estaría removiendo como una lombriz a causa de las apabullantes sensaciones que le pasaban por encima una y otra vez.
Jimin inclinó su cabeza hacia la derecha, acariciando la mejilla de Yoongi con la punta de su nariz en busca de un nuevo beso, al captar lo que su compañero quería, Yoongi ascendió hasta quedar cara a cara con él.
—Hola —susurró el detective Park con una sonrisa pintada en sus labios.
—Hola. —saludó de regreso Min dejando pequeños piquitos contra su boca—¿Estás bien? —Se atrevió a preguntar acariciando el costado de Jimin con sus dedos.
—¿Quieres la versión cursi de esa respuesta o la convencional? Porque te advierto que estás tanteando terreno pantanoso al querer hacerme hablar en un momento así
—No sería la primera vez que piso ese terreno contigo —alegó Min compartiendo una sonrisa.
Jimin puso sus ojos en blanco con diversión, independientemente de la situación en la que se encontraran ambos, siempre encontraban un espacio para bromear. Sin embargo, la sonrisa de Jimin murió en el instante en que Yoongi retomó su íntima sesión de besos. Su estómago se retorció por el agradable cosquilleo que sintió, una prueba física de cuanto le gustaba ese contacto entre ellos.
Momentos como ese debían aprovecharlo todo lo que les fuera posible, porque pronto, descubrirán que las cosas iban a complicarse.
Nota 442024:
¡Buenas noches estrellitas preciosas! ¿Cómo están? Espero que muy bien, solo paso a decirles que los quiero mucho, y que gracias por siempre darme su apoyo aunque no interactuamos tanto como antes ❤.
Bueno, en realidad, también quería saber que les va pareciendo la historia, si tienen alguna opinión o alguna crítica que me sirva para mejorar la calidad de mis historias ❤.
Les deseo buenas noches y un buen comienzo de fin de semana. Tomen aguita, usen protector solar, abriguense bien y duerman a sus horas.
¡Los tkm raza!
E.P (ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧(ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧
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