🎇Capítulo 20🎇

Yoongi era muy honesto cuando decía que no sabía que decir o hacer. Estaba siendo demasiado para él. No podía creer, ni entender cómo es que Jeong, o lo que quedaba de él, había terminado dentro de Hoseok, una persona ajena a sus vidas. No tiene idea alguna de cómo debería afrontarlo, ver a Hoseok siendo Hoseok gracias a Jeong, le causaba un revoltijo en el estómago. Claro que no lo culpaba a él o a Jimin, si no a la persona que cometió tal atrocidad.

Porqué en efecto, alguien más estaba moviendo los hilos de esas dos vidas. Lo había aprendido, si había rituales de por medio en cualquier circunstancias, seguramente habría alguien detrás del telón haciéndolo posible. Abrumado y con la imperiosa necesidad de salir corriendo y no volver más, Yoongi se frotó la cara con manos temblorosas.

—Jimin. —Lo llamó en tono débil y cansado—. Quiero ir a casa. —Pidió cabizbajo, sintiéndose indefenso.

Jimin apretó sus labios y lo miró con empatía, para él también estaba siendo mucho. Para él, entender lo que estaba pasando, era aceptar que Hoseok jamás despertó del coma, que todo rastro del verdadero Jung Hoseok se hallaba perdido en alguna parte de su inconsciente apenas sobreviviendo, y eso asumiendo que quedaba algo de su alma. Un golpe duro para él teniendo en cuenta de que era su primo, su familia.

—Vamos, te llevaré ¿o prefieres ir solo? —preguntó frotando su espalda de manera consoladora.

—¿Puedes llevarme? No creo ser capaz de manejar o hacer algo por mi cuenta.

—Okey. —Aceptó de buena gana poniéndose de pie, esperando a que su compañero lo siguiera.

Ambos hicieron el camino directamente a la salida, Yoongi no quería regresar a la casa por miedo a toparse con Hoseok, por el momento no se sentía seguro de querer verlo.

Todavía era de día, y el sol resplandecía orgulloso en el cielo, pero para ellos estaba siendo todo lo contrario. Un día gris y tormentoso, cubierto de nubes espesas y penumbra. Era cuestión de tiempo para que "lloviera".
Era cuestión de tiempo para que "lloviera".

Yoongi se hizo pequeño contra el asiento, su mirada se perdió en algún punto imaginario fuera del auto. No quería pensar, ni decir nada por el momento y Jimin respetaba totalmente esa decisión. Y pensar que momentos antes de que la bomba explotara habían compartido un buen momento. Tan efímero como el tiempo mismo.

No tardaron mucho en llegar, Jimin tenía como prioridad máxima hacer el momento menos largo y estresante para su compañero. Ya estacionados en el estacionamiento, Jimin apagó el motor y le entregó.

—Gracias...—susurró Yoongi aceptándolas.

Bajaron del auto y caminaron hacia el elevador que los llevaría hasta la planta donde se hallaba el departamento de Yoongi, pero Jimin se detuvo a mitad de camino.

—¿Qué? —preguntó Yoongi al percatarse que Jimin se detuvo.

—Mmm, esto puede sonar estúpido, pero ¿quieres que vaya contigo? Si no es así esperaré aquí a que subas.

Yoongi lo meditó unos instantes, ni él sabe lo que quería en esos momentos. Si dejaba que Jimin se marchara, era más que seguro que se carcomería la cabeza todo el día. Por otro lado, no quería sentirse como un niño perdido, totalmente asustado de lo desconocido y de lo que podría pasar.

En resumen, no quería que Jimin cargara con él, pero también quería ser egoísta y pedirle que se quedase.

—¿Podrías...? —Yoongi dejó la pregunta en el aire sabiendo que su compañero entendería lo que estaba pidiendo.

Jimin expulsó el aire que estuvo conteniendo. Sintiéndose aliviado de que Yoongi decidiera aceptar su compañía. Él asintió, y ambos retomaron su andar.

El departamento de Yoongi los recibió frío y oscuro debido a la prolongada ausencia de su dueño. Las luces fueron encendidas, y Jimin se percató de que todo estaba tal y como lo había visto la primera y última vez que estuvo allí.

—¿Por qué no vas a recostarte? yo... —Jimin enmudeció instantáneamente al ver el estado en el que Yoongi se encontraba.

Sus puños estaban apretados con fuerza a sus costados y sus ojos rojos y empañados en lágrimas eran signos de que estaba a punto de ponerse a llorar.
Su corazón dolió, y no dudó en acercarse a él y envolverlo entre sus brazos en un abrazo protector, permitiéndole que llorara y descargara todo el caos que llevaba por dentro.

Jimin cerró con cuidado la puerta de la habitación donde Yoongi yacía durmiendo. El llanto lo había dejado tan agotado que no tuvo fuerza alguna para oponerse cuando fue llevado a la cama casi a rastras. La situación actual estaba arrasando con todos, un castillo de arena que caía ante las imponentes olas marinas.

Sus pies lo llevaron a la cocina, tenía en mente cocinar algo, no sabe muy bien el qué, pero todo sea para despejar un poco su cabeza. Cuando se marchó de su casa, no le había explicado a Hoseok lo que estaba sucediendo, sólo le había dicho que Yoongi no se sentía bien y que se quedaría cuidando de él en su casa.

De todas formas ¿cómo debería abordar la conversación con él? Mentirle y ocultarle lo que sabía no era una opción, pero, por otra parte, no estaba muy seguro de que efectos colaterales tendría sobre Hoseok saber la verdad. Como había dicho, un cuerpo humano normal no es capaz de soportar dos almas al mismo tiempo, además, no tenía ni la más remota idea de que tan crítica era la situación del alma de su primo actualmente, ni tampoco en qué estado se encontraba la de Jeong. Fallar no era un lujo que se podía dar.

—Un paso a la vez Jimin, no desesperes. —Se animó así mismo mientras recorría el espacio de la cocina en busca de todo lo que necesitaría.

Si hubiese sido una situación normal, no le tomaría tanta dedicación a la comida teniendo las maravillas de los deliverys al alcance de una llamada, pero él realmente quería esmerarse por Yoongi, su compañero estaba transitando un momento difícil, y no había nada como la comida casera para aliviar el dolor del alma, o al menos eso quería creer y transmitirle.

Muy concentrado en lo suyo, casi dejó caer su móvil contra el suelo cuando este comenzó a sonar. Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando el identificador de llamada mostró el nombre de su tía.

—¡Ey! —Saludó Jimin con buen ánimo—. Estás en alta voz, me atrapaste un poco ocupado ¿cómo está todo por allá?

Hola cariño, estamos bien, aunque un poco ocupados igual. Estamos entrando en temporada de bodas y los pedidos de ramos y arreglos florales no dejan de llegar. Estresante, pero no podemos quejarnos, nos va muy bien ¿tú qué andas haciendo?

—Ahora mismo intento hacer algo de caldo con pollo, mi compañero de trabajo está indispuesto, y pensé que sería bueno hacerle algo saludable para que esté mejor. Ese chico come cualquier porquería que se le mente en frente. —Mintió con descaro.

Yoongi era la persona más saludable que había tenido el honor de conocer, y si bien solía encontrarlo hurgando en sus estantes especiales de comida chatarra, jamás se excedía de la mitad de un paquete de frituras.

—Estoy aprovechando que tenemos unos días libres después de nuestro último trabajo.

—Hobi me contó algo sobre ese nuevo compañero tuyo, y no lo tomes a mal cielo, pero me siento sorprendida de que al fin te hayas acercado a alguien de manera no profesional. Debe ser muy especial como para que estés cocinándole algo por ti mismo.

Puede decirse que sí. No es un idiota, y está totalmente aprobado por la doncella, eso sumó puntos extras. Pero tía, algo me dice que no me llamas para tener esta charla ¿cierto? —cuestionó recargándose contra la mesada.

Un suspiro se oyó del otro lado de la línea, él había acertado.

Tienes razón, Hoseok se fue y no nos dijo dónde. Tampoco contesta nuestras llamadas, ni los mensajes, y temo que le haya ocurrido algo ¿tú has sabido algo de él?

Jimin contempló el paisaje detrás del cristal de la cocina, apreciando los autos que iban y venían por la avenida, y a las personas que caminaban por las veredas.

—No, no lo he visto. Después de que volvió con la abuela tampoco me ha contestado las llamadas. —Fue su respuesta, y lo dijo con tanta seguridad que hasta parecía verdad—. ¿Estaba todo bien con él antes de irse? ¿No dijo nada de nada?

No lo sé, no lo vi comportarse de manera diferente a la de costumbre. Es por eso que me preocupa, él no es así.

Lo sé , quiso responder Jimin, pero hacerlo supondría delatar el actual paradero de Hoseok, y no creía conveniente que su madre lo encontrara si sus suposiciones eran correctas. Por el momento, la estancia de su primo en su casa sería secreto de estado, era el único lugar en donde podía mantenerlo seguro hasta que pudiesen actuar.

—Quizá solo le llegó tarde esto de la rebeldía adolescente —alegó con simpleza—, o quizá tiene el corazón roto y sólo busca un momento a solas para sanar. Es un adulto, estará bien. Confío en que, si de verdad nos necesita, llamará.

—Tienes razón, a veces olvido que ya no es un niño. Pero después de lo que le pasó, es inevitable que como madre no me preocupe.

—Lo entiendo. Mira, intentaré comunicarme con él en cuanto pueda, si no lo logro, quizá pueda emitir un comunicado de persona desaparecida. Normalmente es algo tedioso de hacer, y más si se trata de un adulto, pero, puedo hablar con mi jefe para agilizar las cosas.

—Ay Minnie, lamento mucho las molestias, pero te estaré muy agradecida. Hoseok no tiene a nadie más que a nosotros, allá afuera puede pasarle cualquier cosa. No estaba preparado para irse así.

Jimin hubiese tomado ese comentario como el propio de una madre muy preocupada por su hijo, algo totalmente natural, pero el tono que utilizó en sus palabras le provocaron a Jimin una sensación de malestar en la boca del estómago.

—No es nada, tú misma lo dijiste, sólo nos tiene a nosotros, prometo que lo encontraré.

—De acuerdo. Ya debo irme, tu tío acaba de llegar y necesita una mano. ¡Hasta luego cielo y cuídate mucho!

La llamada finalizó y Jimin botó todo el aire que guardó durante toda la conversación. Aunque su tía no fuese como su madre o abuela en agudeza y habilidades, ella haría todo lo posible y más para encontrar a Hoseok y llevarlo de nuevo a Gwangju, algo que él debía evitar a toda costa. Lo que ella estaba haciendo, si es que sus suposiciones eran correctas, estaba mal y debía detenerlo todo antes de que alguien saliese perjudicado.

La pregunta sería ¿cómo?

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