Jimin se sentía desconcertado, y a la vez preocupado por donde estaba dirigiéndose la cosa, tanto, que difícilmente podía darle una respuesta. Pero, dado que era su primo quien estaba sufriendo ese tipo de "sueños", debía darle alguna explicación.

—Mmm, Jeong es...fue —Se corrigió de inmediato—, la pareja de Yoongi y su primer compañero de trabajo —explicó pasando su mano por su cabello alborotado—. Y quien lleva un año muerto.

Muerto...esa única palabra retorció el estómago de Hoseok, brindándole una sensación para nada agradable.

—¿Qué? ¿muerto? ¿Qué le pasó?

—Una bala perdida impactó contra él. Pero eso no es lo importante ahora, lo importa realmente aquí, es saber porque soñaste con ellos ¿recuerdas algo más además de su nombre?

Hoseok negó con la cabeza, apenas había sido capaz de rescatar ese vestigio del sueño antes de perderlo todo al despertar. Jimin apretó sus labios de manera pensativa, intentando encontrarle la lógica a lo que estaba pasando.

—No tenemos otra alternativa que llamar a la abuela, o a tus padres, quizás ellos que estuvieron ahí contigo puedan decirnos si hiciste algo fuera de lo común, como lo del té. Tarde o temprano, alguien tendrá que darnos esas respuestas.

—No quiero preocupar a mis padres otra vez, ni molestar a la abuela, seguro que se enojará mucho cuando lo sepa, pero no tenemos otra alternativa ¿cierto?

—No. Ni siquiera yo estoy seguro de por dónde deberíamos comenzar a buscar.

—¿Y qué hay sobre el detective Min? ¿No crees que él pueda ayudarnos con esto? Después de todo se trata de alguien que fue importante para él.

—Yoongi apenas está en esto y temo lo que pueda causarle que tú estés teniendo alguna especie de vínculo con los recuerdos de Jeong. Perdóname Hobi, pero no quiero involucrarlo en esto hasta estar seguro de que es lo que pasa.

En sus posiciones de hombros caídos, se quedaron en completo silencio, cada uno metido en sus pensamientos, teniendo el cantar de los grillos como único sonido de fondo.

—Gracias —habló Hoseok con voz débil—, me refiero a que agradezco tu ayuda. Después de despertar del coma, no nos comunicamos tanto como antes, apenas llamaba y ahora vengo a pedir ayuda sin más.

—Ey, para el carro colega, toma un respiro —Lo detuvo Jimin tomándolo del hombro—, está bien hyung, no tengo nada que reprocharte o tan siquiera juzgar. Es muy bueno que hayas venido a buscar ayuda, la familia siempre estará para eso. Anda, acuéstate —continuó arrinconándose contra la pared—, esta noche será nuestra pijamada, platicaremos hasta el amanecer, contándonos historias macabras de humanos.

—¿Estás citando a Shrek? —preguntó tomando lugar junto a Jimin bajo las sábanas.

—Era tu película favorita ¿no?

—No, mi película favorita era Up.

—Cierto, Shrek era la mía. —Reconoció Jimin con una sonrisa aniñada que Hoseok respondió de la misma manera.

La plática siguió su curso, tal y como Jimin había planeado, sin embargo, uno de los dos no duró despierto por mucho tiempo. Hora y media más tarde Hoseok se volvió a quedar completamente dormido. Jimin, en cambio, se encontraba demasiado eufórico como para acompañarlo en el mundo de los sueños, por fin su caso estaba tomando forma y eso regaba le regaba adrenalina de la cabeza a la punta de sus pies.

Y aunque lo intentó una y otra vez, no fue capaz de conciliar el sueño, por lo que se levantó con mucho cuidado de la cama para no despertar a su primo, y salió de la habitación.

Aprovechando que el sueño y el cansancio se esfumaron, fue hasta la biblioteca para investigar un poco más, quizá habían pasado algo por alto durante todo el proceso, y ahora que tenía una nueva pista, podía haber algo nuevo entre las viejas hojas de los libros que debió omitir.

—¡Jimin! ¿Estás aquí? —Hoseok se asomó por la cocina con la esperanza de hallar a su primo, encontrándose en su lugar al detective Min.

—¿No estaba contigo? —Yoongi dejó su taza de café sobre la mesada.

Desde que se levantó estuvo buscando a su compañero, pero al no encontrarlo supuso que estaría fuera de casa o con Hoseok, pero ahora que él también estaba buscándolo no pudo evitar preocuparse.

—Pasamos la noche en su habitación, pero cuando desperté ya no estaba, lo busqué por todos lados y nada. Mi última esperanza estaba aquí.

—¿Lo llamaste a su teléfono?

—Está sobre la mesa de noche, no lo llevó, fue la alarma la que me despertó.

Muy bien, eso no era bueno ¿dónde se había metido? Sin decir nada, Yoongi se puso de pie y comenzó su búsqueda otra vez, prometiéndose que cuando diera con él, lo haría hacer pagar por el disgusto que les estaba dando.

Bueno, pensar y lograr encontrar al escurridizo detective, claramente eran dos metas muy diferentes entre sí, por lo tanto, Yoongi no consiguió dar con el paradero de Jimin. Era como si hubiese desaparecido del mapa, ni siquiera la ayuda de los espíritus de la familia habían sido de ayuda.

La desesperación y el miedo de que algo le hubiese pasado carcomían a Yoongi desde su interior, incluso sabiendo que su compañero sabía cuidarse esos pensamientos pesimistas estaban haciéndose presente.

Estaba a nada de darse por vencido, a la espera de que Jimin resurja por su propia cuenta, cuando la doncella de la casa se asomó por los pasillos, ella siempre seguía a Jimin a todos lados, era prácticamente su sombra, quizás pudo haberlo visto, por lo que no tardó en acercarse a pasos agigantados hasta ella.

—Disculpa ¿has visto a Jimin? —interrogó ya estando frente a frente—, no lo he visto desde hace rato y estoy un poco preocupado.

Ella no respondió de manera inmediata, quería aprovechar el tiempo que se le estaba brindando para poder observar al detective con detenimiento. Incluso si ya formaba parte de las visitas recurrentes de la casa, a ella le seguía pareciendo igual de fascinante. Yoongi no dijo nada, acostumbrado ya a aquel breve pero intenso escrutinio, además era demasiado amable como para exigirle que se diera prisa y le dijera si había visto a Jimin o no. No parecía ser algo tan complicado, pero allí estaban ambos, de pie en medio del pasillo sin decir absolutamente nada.

Para su buena suerte, ella no tardó en darle una respuesta. Con un gesto de sus manos que pretendían abrir y cerrar un libro, entendió que Jimin estaba en la biblioteca, el único lugar que no se le había ocurrido buscar.

—Dile a Hoseok que no se preocupe, que ya se dónde está Jimin ¿de acuerdo? —Le pidió con amabilidad y una pequeña sonrisa.

Ella asintió con su cabeza y desapareció frente a sus ojos, dándole espacio para poder pasar.

El alivio que recorrió por entero a Yoongi cuando por fin localizó a Jimin, barrió de forma instantánea el abrumador sentimiento de la preocupación y la angustia que Yoongi estuvo sintiendo. Ajeno a las caóticas ideas que maquinaron y carcomieron a su compañero, Jimin descansaba frente a la chimenea.

El aire escapó de sus labios con delicadeza, las facciones rígidas que había adoptado su rostro se relajaron hasta desaparecer. Al inicio quiso dar zancadas grandes hasta donde Jimin se encontraba, zarandearle y reclamarle lo muy preocupado que había estado por su culpa, pero, en su lugar, se acercó con cuidado y se sentó en el suelo recargando su espalda contra el sillón, contemplando cómo su mejilla aplastada contra el suelo deformaba el rostro de Jimin.

¿Debería despertarlo o dejarlo descansar? ¿En qué momento de la noche fue que llegó allí? La cantidad de libros y papeles desparramados a su alrededor le dijeron que estuvo un tiempo largo, pero no sabía cuánto exactamente ¿y por qué no había ido a despertarlo para que lo ayudara?

Se quedó un buen rato sentado allí sin hacer absolutamente nada más que observar a Jimin y pensar, pensar en todo y nada a la vez hasta llegar al momento del casi beso en el cuarto de hotel.

Ninguno de los dos había dicho nada después de eso, ni siquiera fue colación en alguna conversación y la verdad es que no había muchas vueltas que darle, solo iban a besarse, no es como si hubiesen estado a punto de...okey, quizá no, pero tampoco iba a ser tan trágico ¿o sí? Ellos eran adultos, personas con la edad suficiente como para saber pasar un buen rato sin perjudicar su trabajo en equipo.

Él confiaba en que Jimin no era el tipo de persona melodramática que se ahogaba en un vaso de agua por nada y que era muy capaz de sentarse a hablar de ello si se sentía incómodo. Bueno, en realidad Jimin si era melodramático en ciertas ocasiones, pero no de forma seria, más bien era de ese melodramatismo travieso y divertido que bailaba en su mirada gris perla y en sus sonrisas. Nunca se tomaba todo tan enserio cuando veía que se podía bromear, sin embargo, en esos momentos, la intriga era demasiada ¿cómo habría reaccionado después si ese beso se hubiese consumado? ¿Habrían dejado de hablar? ¿Habrían fingido que nada sucedió y estarían como si nada?

¿Y por qué estaba pensando tan serio sobre el tema? Quizás era porque después de Jeong, Yoongi nunca "tuvo" tiempo de conocer a otras personas en el ámbito personal, no hubo nadie que llamara su atención dentro o fuera del trabajo y no es que fuese quisquilloso, no tenía un tipo de persona ideal en concreto, para él, el físico era lo de menos, la apariencia también, incluso estaba bien cualquier tipo de personalidad pero no había nada, nada que pudiese llenar el vacío que Jeong había dejado con su partida, el chico supo ganarse su lugar en su corazón y en sus pensamientos. Insoportable en el buen sentido, ruidoso, inquieto y con una lengua afilada que desprendía el más dulce de sus venenos.

Jeong fue una muy buena persona, de eso nunca había tenido dudas, pero cuando se ponía en el papel del poli malo, Yoongi quedaba impresionado con lo duro y frío de su ser. No recordaba haber visto a algún sospechoso emitir tan siquiera un sonido luego de que él acabase de hablar. Jeong sabía que botones presionar para que los idiotas que pretendían salirse con la suya terminaran pidiendo piedad.

Pero aún con ese lado de policía siniestro de telenovela, Yoongi lo amó y nunca se había replanteado en volver a tener una relación, no le interesaban más, o eso pensó y creyó como todo fiel a sus principios hasta que conoció a la excéntrica, rara y a la vez fascinante criatura que yacía dormida junto a él.