Capítulo 12🎇

Dejando las bolsas de las compras sobre la mesa Min supo que la cena tendría que esperar.

—El capitán llamó. —Le avisó Jimin jugando con las orejeras de su gorro—. Informó que, si bien no hay un culpable como tal de los asesinatos, el material que se les brindó junto a las declaraciones de los estudiantes implicados servirá para abrir una causa penal en contra de los directivos y maestros de la institución. El GHS cerrará sus puertas indefinidamente para facilitar la investigación, padres y alumnos serán obligados por un juez a asistir a unas asistencias psicológicas brindadas por el estado. Un final feliz a medias, pero es lo mejor que obtendremos por el momento.

—Eso parece, pero estoy conforme, el reinado del terror elitista tomará un descanso y eso es suficiente para mí. —respondió tomando asiento junto a su compañero a la espera de que alguno de los dos decidiera a hablar del tema que los tenía reunido a los tres.

—Entonces... —Jimin volvió a retomar la palabra—, estabas por explicarme porque el misterio detrás tu desaparición, Hobi hyung.

Hoseok asintió y se acomodó lo mejor que la silla se lo permitió, aquella charla ya se había pospuesto por mucho tiempo.

—Después de lo que ocurrió ese día... —Refiriéndose a él prestando su sangre para que las protecciones de Yoongi fueran efectivas—, me sentí extraño, es decir ¿cómo no sentirse de esa forma si de la nada me dan a entender que tengo un lazo de alguna clase con un sujeto que ni siquiera conozco? Sin ofender. —agregó dándole una rápida mirada a Yoongi que se encogió de hombros haciéndole saber que no importaba—. Así que, a la mañana siguiente, cuando nos levantamos y hablé con la abuela para pedirle una explicación, su única respuesta fue que no saldría nada bueno si intentaba descubrirlo, ustedes imaginarán que palabras como esas o te dan miedo o te incentivan a encontrarles una respuesta. —Una sonrisa culpable apareció en su rostro—. Por mi parte creo que fue una mezcla de ambos con el miedo ganando la partida.

Un breve silencio se formó nuevamente dándole la oportunidad a Hoseok a ordenar sus ideas y respirar profundo. Esa sería la primera vez que hablaría de todo lo que pasó con él luego del coma.

—Cuando desperté... prometí que me mantendría alejado de este tipo de asuntos, no me sentía seguro ni a salvo, más de mí que de las cosas que hay afuera, y que después de una vida medianamente normal suceda esto, no es fácil, no es fácil volver a involucrarse.
Siendo sincero, estoy aterrado de lo que podamos encontrar si me quedo. —Hoseok tomó un segundo respiro profundo mirando nuevamente a Yoongi—. Pero, el no querer involucrarme no sería justo para ti ¿verdad? No, por supuesto que no lo sería. —Se adelantó a cualquier respuesta que su primo o el detective Min pudiesen darle—. Medité mucho sobre el tema en esas semanas que desaparecí, pensé en hablar con mis padres e incluso volví a hablar con la abuela en busca de un consejo que me sirviera para poder tomar una decisión, pero tarde entendí que no estaba en ninguno de ellos escoger lo que creían era correcto, que la decisión la tenía yo, y sólo necesitaba darme cuenta que yo mismo debía darme un poco de valor, y cuando lo hice, arme mi bolso y vine a buscarte.

—Fuera del bonito y aterrador consejo de la abuela ¿te dijo algo que nos pueda ser de utilidad? —cuestionó Jimin.

Hoseok cruzó sus brazos, adoptando una postura pensativa.

—Dijo que notó algo raro en mi cuando desperté del coma, no sabe que fue exactamente porque sucedió tan rápido que incluso ella no pudo percibirlo con exactitud, descartamos que haya sido una posesión, ustedes estuvieron conmigo hasta que desperté, algo así no se les escaparía a ninguno de los dos.

—Eso significa que, además de nada tenemos... nada —suspiró Jimin—. Bien, hagamos esto, por hoy vamos a dejarlo. Aunque se nos frite el cerebro como huevo en una sartén, dudo que consigamos algo de utilidad ahora y necesitamos descansar ¿Tú qué opinas compañero? —preguntó a la par de que rebuscaba entre las bolsas encontrando un paquete de papitas picantes y una botella de jugo de uva.

Yoongi tomó una botella de cerveza y le entregó una a cada uno para seguidamente abrirla y darle un profundo trago.

—Voto a favor del descanso, mis ganas de pensar algo acerca de esta situación tan rara ahora mismo están tan muertas como la carrera del director ¿qué demonios haces? —dijo viendo con horror como su compañero vertía un poco de la cerveza y un poco del jugo en un vaso de cristal.

—Mi propio vino —dijo dándole una mirada—. No me veas así, piensa en esto ¿Qué es un vino? Uva fermentada, agua, alcohol y ¿azúcar? El jugo es de uva, la cerveza tiene alcohol, ambas están compuestas por agua ¿lo ves? Vino casero al alcance del bolsillo.

Yoongi hizo el amago de refutarle que no era tan fácil como eso, pero, lo relatado por Hoseok minutos atrás lo dejó exhausto psicológicamente, dejándolo sin fuerzas para una cátedra sobre como ese vino casero no era vino casero realmente y, volviendo con el tema del primo de Jimin, entendía perfectamente como se debió estar sintiendo él en las semanas posteriores al caso de SoRa, él mismo se siente igual de abrumado, preocupado y hasta asustado, y si Hoseok estaba dispuesto a colaborar en lo que sea que estuviese pasándoles-a pesar de no querer hacerlo-lo correcto por su parte era darle un respiro.

Hoseok se puso de pie tras terminar su botella de cerveza y dijo;

—Está decidido entonces. Descansemos hoy, preocupémonos por el futuro incierto mañana.

En plena oscuridad y tranquilidad que le brindaba la habitación, Yoongi sentía la necesidad de hacer un berrinche de proporciones interestelares. Todo el cansancio físico y mental que recaudó a cuenta corriente desde el minuto cero en que puso un pie en Gangnam se había esfumado apenas se metió a la cama.

En busca de una posición satisfactoria que pudiera ayudarle a conciliar el sueño, se encontraba rodando como un tronco en la cama que juraba se había vuelto de clavos que pinchaban con insistencia todo su cuerpo. ¿Cuánto tiempo llevaba así? No estaba seguro y no quería frustrarse más viendo la hora en su teléfono.

Sacando su cabeza de debajo de la almohada observó la cama de al lado con notoria envidia, Jimin estaba acurrucado en el medio, durmiendo plácidamente hecho una bolita. Pero, lo que él ignoraba, era que Jimin no estaba dormido en realidad. Desde que escuchó las primeras quejas susurradas a viva voz por Yoongi, se mantuvo despierto en el caso de que quizá tuviese que intervenir, lo cual consideraba prudente en ese instante.

Jimin corrió sus sábanas de encima y Yoongi pudo apreciar el tierno y divertido pijama de pollitos que traía puesto y su cabello azul que como siempre pasaba cuando se quitaba sus gorritos, estaba hecho un desastre.

—Muy bien ¿qué es lo que te ocurre? —preguntó arrastrándose fuera de su cama hasta dirigirse a la de su compañero.

Yoongi se corrió hacia un costado ante la amenaza de ser aplastado por su compañero. Ambos rápidamente se acomodaron para estar más cómodos, y se sintió ridículamente feliz por el acto de apoyo que Jimin estaba teniendo en esos momentos con él. Una sonrisa bailó en la comisura de sus labios, el bastardo de al lado estaba tomando una de sus manos, jugando desinteresado con sus dedos. Yoongi sabía que no era más que una estrategia por parte de Jimin para darle tiempo a acomodar el revoltijo de cosas que necesitaban salir.

—Son dedos Jimin, no hallarás nada de diferente a los tuyos —mencionó debido a que de reojo pudo ver como juntaba los meñiques de ambas manos como si estuviera analizándolos con absoluta seriedad—. Pero admito que tu pinky es más lindo que el mío.

Jimin giró su cabeza hacia el costado con las cejas llegándole casi hasta la raíz de su cabello.

—¿Acabas de decirle Pinky a nuestros meñiques?

—Pfff ¿de dónde crees que sale el "pinky promise"? —cuestionó virando sus ojos.

Jimin se encogió de hombros, dándole a entender que le daba totalmente igual, el punto era que había dicho la palabra "Pinky" y eso serviría para molestarlo por lo que les quedara de vida.

—Entonces, no puedes dormir por la historia de Hobi hyung ¿o me equivoco?

—Tienes una aterradora manía en no hacerlo, pero también es tu encanto.

—Awww, lo más dulce que nadie me ha dicho nunca ¿te casas conmigo?

Yoongi profirió una carcajada negando con la cabeza.

—No habrá matrimonio sin siquiera una cita previa.

—Creí que conmigo esa etapa no sería necesaria, estamos compartiendo una cama y estamos tomados de la mano ¿qué más pruebas quieres de que debemos casarnos?

—¿No se suponía que debía ser mi turno de descargarme y el tuyo de ser el comprensivo? —preguntó Yoongi.

—¡Y eso hago! ¿no ves que ya estás mejor? Estás riéndote de mí y de mi muy seria propuesta de matrimonio —respondió Jimin—. Pero, ignorando tu evidente rechazo hacia mi persona, no importa si me lo dices o no, lo importante es que, como tú dices, puedas entender que voy a estar aquí pase lo que pase.

El agarre de sus manos se afianzó más y el gris perla de los ojos de Jimin resplandecieron aún en medio de la oscuridad de la habitación. Yoongi no necesitaba que Jimin lo dijera en voz alta, él era consciente de ellos estarían juntos sin importar qué, sin embargo, el que él lo hiciera de todas formas hizo que el sentimiento cálido que tenía cada vez que estaba con su compañero lo bañara de pies a cabeza.

—Lo sé. —reafirmó Min dejando un beso en el dorso de su mano.

Y como si fuese magia, esos simples gestos y palabras consiguieron que ambos pudieran al fin conciliar el tan anhelado sueño.  

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