Capítulo 11🎇
Cuando los detectives descubrieron la verdad sobre todos los homicidios disfrazados de suicidios de los estudiantes, supieron de inmediato que la historia detrás de eso no era un cuento de Disney, era uno salido de los hermanos Grimm, oscuro y siniestro con un final que era de todo menos feliz.
Eunah y MiSook eran hermanas, mellizas por lo que todos tenían entendido, sin embargo, ambas lo supieron luego de mucho tiempo, cuando sus caminos se encontraron en el salón de primer año. Sus padres se habían divorciado cuando ambas nacieron, y cada uno se quedó con una bebé, ambas habían formado su vida separada de la otra hasta que, por el capricho del destino, ambas entraron al GHS.
Misook había sido el blanco de los abusos de sus compañeros no solo por haber sido la mejor, si no para defenderla a Eunah de las agresiones. Misook y sus compañeros habían hecho un trato, no iban a molestarla, ni siquiera iban a tocarle un solo cabello de su cabeza a cambio de que con Misook pudieran hacer todo lo que quisieran.
MiSook dejó que la usaran como un juguete, dejó que aquel historial de abuso se extendiera por mucho tiempo hasta que no lo soportó más. Se había rendido, y por ello se colgó. Le había dejado a Eunah una carta en donde explicaba los motivos que la orillaron a tomar esa decisión, prefería morir con sus propias reglas que en manos de esos infelices.
Con su corazón roto por la perdida, Eunah no iba a tener paz si no vengaba la muerte de su hermana, Misook pudo haberse quitado la vida por si misma, pero había sido culpa de alguien más por qué lo hizo. Fue en medio de todo ese dolor que sentía que orquestó un plan para que todos aquellos que habían sido los culpables de la muerte de su hermana, sufrieran del mismo modo que ambas lo hicieron.
Al principio había pensado en hacerlo a la antigua, llevar un arma y vaciarla en las cabezas de sus compañeros, pero, en algún punto pensó que sería buena idea jugar a las brujas y hacer un conjuro en donde ella le daba la libertad a Misook de salir de la escuela y dejar que hiciera todo lo que quisiera con todas las personas que estuvieron en el salón 103.
Por supuesto que, las cosas no salieron del todo bien. Luego de que matara a Guk Yun, Misook se puso más agresiva y violenta, al punto de asustarla tanto que pensó que podría detenerla rompiendo el conjuro, por eso estaba ahí, pero antes de que pudiera hacer algo ya había sido encontrada por ellos.
—¿Qué haremos ahora? —Taehyung se cruzó de brazos, el problema que tenían había subido una escala más en dificultad.
—Sin Eunah, Misook no podrá hacer mucho fuera de estas paredes. Ahora nos quedan dos opciones, buscarla o esperar a que aparezca. Si llegó al punto de asustar a su propia hermana, eso quiere decir que está muy cerca de cruzar la línea —respondió Jungkook.
—¿Línea? ¿Qué línea? —preguntó aterrada la estudiante que era liberada por Yoongi.
—Cuando una persona muere, pueden pasar muchas cosas con su alma. Si un fantasma decide vengarse, su alma comenzará a fraccionarse y a llenarse de energía resentida y a perder toda pureza o buena voluntad que le quedaba. Cuanto más se corrompa esa alma, más conciencia perderá hasta convertirse en un espíritu de energía resentida.
>>No quiero ponerte en una mala posición o culparte de algo que posiblemente no sabías, pero desde el momento que la invocaste, tu energía resentida fue lo suficientemente fuerte para unirse a su alma y despertar la suya propia. Todo este tiempo, la has estado alimentando con tu sed de venganza, corrompiendo su alma hasta el punto de destruir a Guk Yun, si las cosas siguen así, no serás necesaria para que esté desvinculada con la escuela y salga a matar a cualquier ser vivo que se le cruce en el camino —dijo Jimin.
Estaba siendo duro con sus palabras, pero necesitaba ser serio con ello para que esa niña aprendiera a no jugar con cosas que no conocía.
Eunah se encogió en su lugar ante la mirada de los cinco, y ahora que sabía que dos de ellos eran de la policía, temía que en cuanto aquello acabase, ella terminase en prisión. Sus padres la matarían, aunque teniendo en cuenta todo lo que estaba viviendo, los regaños de sus progenitores serían como una caricia al alma.
Yoongi profirió suspiro y tomó a Jimin del brazo para alejarlo del grupo, necesitaba hablar con él a solas.
—¿Tenemos un plan? Uno que por favor funcione y no tenga fallas, porque a este paso, me va a dar algo. —imploró Min.
—Como dijo JK, primero debemos intentar encontrarla, o esperar a que ella intente llegar a Eunah —dijo incómodo—. Escucha, hay algo que no dije para no asustarla más de lo que ya está. Si de verdad está por cruzar la línea, el último paso para que lo haga es matar a aquella persona con la que comparte el vínculo. Si Misook mata a Eunah...nada la atará a este plano, liquidará todo rastro de humanidad que quede en su alma corrompiéndola en su totalidad.
—¿Qué haremos? No podemos llevarla con nosotros a recorrer la escuela, pero tampoco podemos dejar que sea el sebo o dejarla aquí sola.
—Hablaré con Hobi hyung, él podría sacarla de aquí mientras nos dividimos y la buscamos.
Hoseok aceptó de buen agrado ayudar, sin embargo, no llegaron muy lejos ya que MiSook se encargó de eso mandando a volar al chico contra una pared. Eunah estaba aterrada, su cuerpo sucumbió a los temblores del pánico que le producía ver al espíritu de su hermana observándola con una tétrica sonrisa vacía en su rostro.
Sin ella en el camino, MiSook podría culminar con su venganza en paz.
Hoseok gruñó al sentir un fuerte dolor en su espalda, el golpe que se había llevado no fue una broma, pero no se permitió flaquear. Tomó a la chica del brazo y comenzaron a correr a toda prisa. Tenía que apartarla del espíritu aunque supiera que ella intentaría separarlos a toda costa, sin la posibilidad de poner a Eunah a salvo.
《Eunah...no importa cuánto corran, voy a alcanzarte, voy a despedazarte》
La voz espectral de Misook retumbó en el silencio de los corredores, eso estremeció a la pobre muchacha se puso a llorar.
—No es momento de llorar, es momento de correr. —Le dijo Hoseok casi sin aliento viendo como la chica comenzaba a quedarse atrás.
—No puedo, ella...ella...—Eunah estaba teniendo dificultades para respirar, ya no sabía si es por el llanto, por estar corriendo como una loca o porque MiSook estaba haciendo algo con ella.
—¿Tienes algo que compartes con ella? —preguntó Hoseok, teniendo la leve esperanza de que, si ella decía que sí, podían obtener más tiempo.
—Una pulsera, ella me la regaló en mi cumpleaños —dijo mostrando su brazo derecho en donde una pulsera con cuentas de colores adorna su muñeca.
—Quítatela, eso forma un vínculo entre ustedes, si te la quitas nos dará un corto periodo de tiempo hasta que podamos volver con Jimin.
Eunah dudó, era lo único que tenía para recordar a su hermana, no podía simplemente deshacerse de ella.
—¡Eunah quítatela! —exclamó Hoseok.
Pero era tarde, MiSook se apareció frente a ellos volviendo a deshacerse de Hoseok, ella atrapó a Eunah y ambas desaparecieron delante de sus ojos.
—Maldita sea —escupió golpeando el suelo con frustración, tuvo solo una cosa que hacer y falló.
Jimin y Yoongi llegaron al baño, caminando hasta el cubículo donde el espíritu de MiSook residía, pero al contrario de lo que les hubiese gustado, no hallaron nada. Si Eunah hizo algo dentro de la escuela, su cubículo no era el lugar.
—Si tuvieras que hacer un conjuro, en donde nadie te viera dentro del colegio ¿dónde sería? —Le preguntó Jimin a Yoongi.
—¿Tengo cara de adolescente vengativo? —preguntó él en respuesta arqueando una de sus cejas.
—Tienes cara de adolescente eso es un hecho, pero justo ahora necesito que tengas un poco de imaginación.
Yoongi viró sus ojos y pensó. Luego de un rato, un lugar cruzó por su mente viendo a Jimin quien pareció haber tenido la misma idea.
—La azotea —dijeron al unísono.
Al parecer, no fueron los únicos que pensaron en eso ya que a mitad de camino se toparon con Jungkook, Taehyung y Hoseok, el último confesando que había perdido a la chica. Una vez allí, recorrieron el lugar en busca de los restos del conjuro de la estudiante.
En medio de su búsqueda, un grito de auxilio los sobresaltó. Misook tenía a Eunah colgando del otro lado de las mallas de protección que separaban a los estudiantes o a quien quiera que fuera allí de una fea caída y de una muerte inminente.
—¡Misook detente! —exclamó Jimin adelantándose a todos.
El espíritu de la chica los observó sin un ápice de emociones, su rostro carecía de expresión, y sus ojos denotaban cuán vacía estaba emocionalmente.
Jimin sabía que probablemente ya era tarde para ellas dos, pero no podía evitar acercarse lentamente, sin embargo, al ver tal movimiento MiSook dejó que el brazo de su hermana se deslizara un poco más, dejando así unas feas marcas de uñas. Era una advertencia silenciosa, si él se acercaba, ella la dejaría caer.
—MiSook ¿de verdad vas a matar a tu propia hermana? ¿Aquella a la que juraste proteger de tus compañeros? —preguntó de repente Yoongi junto a Jimin.
La chica dobló su cabeza pasando su vista hacia él, y Jimin no hizo otra cosa más que atrapar su mano y darle un firme apretón para que entendiera que debía cerrar la boca. Pero, al contrario de sus deseos, aquel acto sólo aportó más seguridad en el detective.
—Se que te hicieron cosas horribles y entiendo que quieras vengarte, todos quisiéramos vengarnos de las personas que nos hacen daño, pero estás dejando que esa sed de venganza te convierta en uno de ellos.
《Tú...tú no sabes nada》
—Y tienes razón, no sé cómo puedes estar sintiéndote, o como se está sintiendo Eunah, pero lo que sí sé es que ella no entra en tu venganza y mírala, te tiene miedo. Tiene miedo de la única persona en la que pudo confiar ¿cómo crees que se está sintiendo ella al verte en este estado? ¿Realmente quieres matarla?
Los presentes tragaron en seco ante la falta de respuestas, pero a diferencia de los otros cuatro, Yoongi tiene fe de que la había dejado con la duda.
—Todos estamos de acuerdo que las personas que te hicieron daño merecen ser castigadas. —ñcontinuó—. Pero no te conviertas en algo que no eres por su culpa. Eres mejor que ellos, por algo diste tu vida. Peleaste hasta el último segundo por las dos, no dejes que tu muerte sea en vano.
MiSook seguía sin contestar, dirigió su mirada a su hermana quien también la miró. Sus ojos cafés estaban rojos y abnegados en lágrimas que recorrieron sus sonrojadas mejillas hasta que se perdieron en el vacío de la gran ciudad.
—Sookie. —La llama Eunah con voz temblorosa—. Lo siento, perdóname. Desde que te fuiste pensé que esto iba a ser lo mejor, matarlos a todos, vengar tu muerte...pero...pero...él tiene razón. Tú eres mejor que ellos, mejor que Jihyun, mejor que Guk Yun, mejor que yo...yo hice que te convirtieras en esto, yo...yo fui quien ensució todo lo buena que has sido y por eso lo lamento. No debí llamarte, no debí perturbar la paz con la que te fuiste. Sookie, tienes que parar esto. Si quieres puedes llevarme contigo, pero no lastimes a nadie más.
Una gota de agua cayó sobre el rostro de Eunah, y detrás de esa muchas más, haciéndola consciente de que eran lágrimas, Misook estaba llorando.
《Eunnie...》
Su vista fue al brazalete que ella tenía en su otra mano y los recuerdos surgieron. Cada buen momento con Eunah aparecieron en su mente, llenándola de un cálido sentimiento.
Ambas desaparecieron y aparecieron en el suelo de la azotea. Todos las observaron sin atreverse a intervenir.
Eunah abrió sus ojos presa de la sorpresa al ver cómo la figura de su hermana cambiaba, ya no era el horrible espíritu que la había atormentado desde el momento en que la invocó. Una de sus manos casi transparente acarició su rostro con ternura y ambas rompieron en un llanto mucho más fuerte. Era injusto, totalmente injusto que las cosas terminaran así para ambas.
MiSook echó un vistazo a los detectives, pero en especial a Yoongi, brindándole una sonrisa de agradecimiento. Sus palabras habían hecho que cobrase el sentido común y las de Eunah habían terminado por recordarle por qué se había sacrificado. Ella no era mala, era mucho mejor, ellos tenían razón y aferrarse a esa idea hizo que volviera en sí. Con un movimiento de su mano hizo que el brazalete que le pertenecía y había permanecido oculto cayera en manos de Eunah.
《Sabes lo que tienes que hacer》
Llorando acongojada, Eunah asintió.
《Eunnie, es hora de irme, pero quiero que recuerdes que siempre estaré a tu lado, aunque no me puedas ver...siempre estaré en tus pensamientos y corazón. Tienes que vivir y ser fuerte a partir de ahora, puede que sea difícil al principio, pero lo conseguirás porque eres valiente. Dile a papá y a mamá que, perdón y gracias. 》
—Te quiero Sookie...—dijo viendo como su hermana le brindaba su última sonrisa a la par de que ella quemaba el brazalete.
La imagen de MiSook desaparecía frente a ella lentamente hasta que no pudo ver nada más que el resto de la azotea y los edificios de junto.
Yoongi se acercó a ella y le colocó su abrigo encima de sus hombros, dejando que llorase en despedida de su querida hermana.
—Bien, es hora de irnos —dijo Jimin tras un rato en donde él también se había permitido llorar en silencio—, Eunah, vamos a dejarte en tu casa.
Del GHS a la casa de Eunah hubo un recorrido exacto de media hora en el auto de Yoongi que al final había ido solo, y quien silbó algo perturbado por su tamaño.
—Muchas gracias detective Min, si no hubiesen ido a la escuela esta noche, cosas horribles hubiesen sucedido por mi culpa —dijo la joven tras bajar del asiento del copiloto—, prometo que a partir de ahora voy a mejorar, voy a hacer que Misook se sienta orgullosa del cambio que quiero para mi vida.
—No olvides que lo haces para ti también Eunah, hacerles promesas a los muertos está bien, pero también tienes que permitirte prometerte cosas a ti misma. —La aconsejó—. Ahora entra a casa, no quiero que tus padres nos vean y piensen algo equivocado.
—Ellos deben estar trabajando, tengo la casa sola por varios días —explicó y por el tipo de mirada que le dio el detective se dio cuenta de que sus palabras se malinterpretaron, haciendo que sus pómulos adquirieran un tono rosáceo por la pena—. ¡Quiero decir que no me regañarán por haberme ido y regresado a casa a esta hora!
—Gracias a Dios. —Yoongi se dobló contra sus rodillas por el alivio.
El detective Min llegó a su habitación en el hotel luego de pasar por una tienda para conseguir un par de bebidas y algo de comida, no sorprendiéndole el ver que su compañero no estaba solo allí.
—Justo a tiempo compañero. —dijo Jimin al percatarse de su llegada, compartiendo una significativa mirada con él.
Una mirada que le decía que lo que estaba a punto de venir, iba a marcar un antes y un después en su vida.
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