Parte 1
Miré a Lucca desde el otro lado de la habitación, en esa maldita reunión familiar que Anne, mi hermanastra, había organizado. Lucca, su hijo de 19 años, parecía encajar perfectamente: tranquilo, amable, con una sonrisa tímida que hacía que todos a su alrededor lo adoraran. Y yo, con una cerveza en mano y el ceño fruncido, me sentí fuera de lugar… hasta que el chico me vió.
Esos ojos verdes me atraparon, no por su belleza, sino porque me enfrentaba sin miedo. Y yo odiaba eso. Me acerqué a paso firme, mi chaqueta de cuero desprendiendo un aroma a tabaco.
—Así que tú eres el hijo perfecto, ¿eh? —le dije con una sonrisa cínica, inclinándome hacia él.
—y tú debes ser el tío perfecto. — respondió sin inmutarse, lo que me hizo alzar una ceja, sorprendido por su audacia.
—Me tienes bien estudiado, ¿eh? —le di un sorbo a la cerveza, sin apartar la mirada.
—Anne habla mucho de ti. —Lucca sostuvo la mirada, aunque sus dedos jugaban nerviosamente con el borde de su vaso.
—¿Y qué dice? ¿Que soy un desastre? ¿El idiota de 30 años sin remedio que debería haber desaparecido hace años?— solté una carcajada amarga.
Lucca me miró serio. —Dice que estás perdido. Que tienes un buen corazón, pero te esfuerzas demasiado en ocultarlo.
Me congelé por un segundo antes de recuperar mi sonrisa burlona.
—Sabes, odio a los chicos como tú. Demasiado… puros.
—No soy tan puro como crees y me halaga que lo creas—La respuesta del angelito me tomó por sorpresa. Su voz era tranquila, pero había una sombra de algo que no pude descifrar en su mirada.
—¿Ah, sí? —Me crucé de brazos, arqueando una ceja.
—No todo el mundo tiene la suerte de nacer con un corazón intacto, Tyler. Algunos hemos tenido que aprender a reconstruirlo.
No supe qué decir. Esa sonrisa amable y sus palabras lograron atravesar algo que no recordaba haber dejado expuesto.
Desde entonces, fue como si el destino se empeñara en cruzarnos. Nos empezamos a ver más seguido, sin querer. Coincidíamos en bares, incluso en el gimnasio. Era molesto… pero cada vez más difícil de ignorarlo. Y su mirada, esa mezcla de compasión y curiosidad, seguía carcomiendo desde dentro.
Y sabía que lo nuestro nunca acabaría bien.
Éramos como un edificio en llamas: hermoso y aterrador, atrayéndome hacia un colapso que no podía evitar. Lo pienso más de lo que debería, en esos momentos de silencio incómodo cuando Lucca duerme a mi lado. Me quedo mirando el techo, sintiendo algo romperse dentro de mí cada vez que lo veo tan vulnerable, tan perfecto.
"Esto no va a durar."
Ese pensamiento es como un cuchillo, cortando la euforia de tenerlo cerca. Pero, ¿y qué? ¿Qué importaba si no duraba? ¿Qué importaba si lo destruía todo en el proceso? Cierro los ojos y me aferro al calor de su cuerpo contra el mío, como si sujetarlo con fuerza pudiera detener el tiempo, el desgaste, el desastre que sé que viene.
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Hola!!! así es como imagino a los personajes💕
Esta historia solo tiene 3 partes!, lo escribí por pura diversión no justifico ni apruebo las acciones de los personajes.
Contiene Dark Romance.
TYLER
LUCCA
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