Capítulo 2: Recuerdos destrozados
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-Señor, ¿Esta...
-Te escuché a la primera-Contestó el rubio cogiendo las llaves, verificando su billetera y saliendo del coche-Deberías empezar con eso, tengo algo de prisa-Indicó alejándose y dando rienda suelta a su último cigarro.
Haciendo tronar su espalda se dirigió a la estructura, que presentía no fue remodelada ni limpiada hacía décadas. La campanilla metálica resonó al empujar la puerta de vidrio y una vez dentro, advirtió en la presencia de solo dos personas al interior del local.
En primera medida se fijó en el camionero de no menos de 50 años, de pie junto a la barra de recepción y probablemente comprando sus provisiones para el largo turno de trabajo. Su rostro imperturbable se le asemejó a los maniquís que solía detestar en la mansión del terror, aquella perteneciente al parque de diversiones de su pueblo natal.
-"Las luces parpadeantes del Lake Amusment Park"...ahora lo recuerdo-Murmuró soltando una efímera risa-Nos encantaba jugar ahí, Tommy...
Oscureció sus parpados visualizando vagamente la apariencia de los puestos de golosinas, las farolas de colores cercando cada atracción, el carrusel y sus caballos de madera galopando en unísono junto a la pegajosa melodía, la montaña rusa que se alzaba entre curvas y caídas. La rueda de la fortuna girando infinitamente como un aro de fuego en la oscuridad.
Pero no todo allí fue maravilloso a los ojos de un niño, asimismo estaba el asqueroso payaso con ojos vacíos y brillantes, que daba la bienvenida al parque siendo rodeado con globos corroídos por la suciedad y el óxido.
Detestó ese bufón con su alma; tuvo pesadillas donde él junto a Robbie el conejo, lo arrinconaban y devoraban sin poderse defender. Eventualmente los malos sueños cesaron y aunque no le extrañaba desconocer el porqué, apostaría lo que fuera a que Thomas tuvo algo que ver con eso.
Llegó a un callejón sin salida nuevamente, por lo que resignado se frotó los ojos y volvió la atención a las estanterías.
Se acercó a una de las neveras, agarró una botella de agua envasada de arcaica presentación, y una cerveza con el nivel de alcohol necesario para no estrellarse mientas conducía. Paseando por los pasillos se hizo con un nuevo encendedor y una caja de pañuelos para sus hemorragias ocasionales.
Al llegar al bloque farmacéutico, el casi nulo instinto de autopreservación meramente alentado por la voz de su hermana, le obligó a tantear por posibles tabletas de Avastín. Le había prometido a su médico tomarlas mientras se decidía a iniciar la quimio, sin embargo al final no hizo ninguna de las dos.
-Aspirinas y más aspirinas-Concluyó divertido-10 puntos para el cáncer.
Cruzando la zona de chucherías, vio algo que le hizo sonreír de medio lado-¿Todavía venden esta porquería?-Cuestionó rotando en su mano la envoltura del dulce masticable-"White Claudia Candy". Padre solía llevarnos varios luego del trabajo, sabían horrible así que los botábamos a escondidas hasta que un día nos descubrió y entonces...no lo sé
Negó moviendo el cuello de lado a lado. Irónicamente halló algo que no le interesaba recordar. Devolvió el caramelo junto a los otros y prosiguió en dirección a la registradora.
De la estantería rotatoria sobre la vitrina, tomó un paquete de Pyramid con filtro. En el instante en que iba a ponerse en cola, vio que el puesto de revistas al costado de la tienda ofrecía algo que podía servirle de utilidad más tarde, por lo que sin pensarlo mucho lo agregó junto a las demás cosas.
-Dale mis saludos a tu hija, Travis-Pidió amablemente la gerente tras el mostrador, luego de terminada la transacción-Dile que es por su cumpleaños-Agregó entregándole una artesanal muñeca; pelo negro, zapatos a la medida y un vestido rojo con diminutas flores blancas que pretendían darle un aspecto hermoso.
"Alguien tiene muy mal gusto para los obsequios". Meditó fisgoneando.
Por la mirada en la cara del sujeto, pudo deducir que no difería en gran medida de su opinión-Le daré tus saludes, María-La conversación se zanjó con el hombre dirigiéndose a la entrada.
Asumió que era su turno poniendo todos los víveres sobre el vidrio-Disculpe-Comentó carraspeando para ganar su escucha-¿Qué tan lejos estamos de Silent Hill?-Preguntó-No hace mucho se cayó la recepción de mis datos y el GPS quedó obsoleto.
Una corriente gélida le pegó en la espalda; virando un poco comprendió que se debía a que el camionero se detuvo en seco con medio cuerpo por fuera del establecimiento.
-¿Por qué querrías ir Silent Hill?-Contestó la señora de rubio cabello, ojos claros y ensanchados, piel desgastada por las marcas de envejecimiento-Las vías están cerradas-Continuó arrebatándole el dinero y empacando los artículos bruscamente-Da la vuelta-Repuso y en un movimiento inesperado, le apretó enérgicamente una de sus manos-Nadie debería ir allí, vete¡.
Esperó los segundos prudenciales para ver si la mujer retrocedía por si sola, no obstante las uñas de esta comenzaron a enterrarse en su dermis y en consonancia con el dúo de pupilas desequilibradas, hicieron que los nervios le ganaran. Jaló de su brazo con fuerza desmedida, zafándose de los huesudos y temblorosos dedos.
Sin perderla de vista, recogió sus cosas y coló la bolsa de plástico por el cuello de su chaqueta dando pasos apresurados hacía atrás-¿Cuál es su problema?¡-Exclamó exaltado-No hable como si me conociera-Alegó impulsivo por la ráfaga de ansiedad que lo apresó en un desagradable escalofrío que recorrió su espina dorsal, invadiéndolo con el único pensamiento de huir cuanto antes.
Apresurado tropezó con una estantería tumbándola al suelo; no giró para verificar si le seguía, consiguiendo escabullirse hasta cumplir su cometido. Ya del otro lado de la puerta, corrió a zancadas de regreso a su coche, que rezaba estuviese listo para largarse de inmediato.
Buscó aceleradamente la llave en su pantalón, al hallarla sus yemas húmedas por el sudor resbalaron sobre el metal, provocando que está fuera a parar al suelo. Se agachó hiperventilando al no ser capaz de encontrarlas; sabía que era imposible el que hubiese sido tragada por el asfalto, empero era justo eso lo que se temía.
-No te matará o algo por semejante, chico-Soltó una gruesa voz proveniente del carril conjunto-Tendrás que disculparla, ha pasado por cosas bastante complicadas.
-No cambia el hecho de que intentó arrancarme la mano-Replicó con el llavero capturado y parándose con el fin de ubicar al tipo.
No pudo explicarlo, pero ver su actitud tranquila y condescendiente, de cierto modo hizo que su ritmo cardíaco fuese sosegándose. Ajeno a la tétrica tienda, no parecía ser más que un tipo común y corriente; aunque no por esto dejó de luchar por abrir la portezuela del automóvil.
-Ese pueblo es algo de lo que recomendaría mantenerse alejado-Explicó el camionero-Sé que no has pedido mi opinión...
-Exacto-Afirmó irguiéndose y recobrando gradualmente una postura dura, inclusive si no tenía mucho sentido luego de que le vio escapando a trastabillas-Tengo asuntos personales por resolver...Además, no es un lugar horrible como ustedes dicen-Objetó inspirado por los fragmentos que iban retornando a él-Quizás algo lúgubre y gris, pero nadie es perfecto.
El castaño exhaló rascándose los nudillos-¿Cuánto desde la última vez que fuiste?
Newt dudó antes de responder-16 años...
El castaño escaló dentro de su propio vehículo, ubicándose en el puesto del conductor-Lo veías con los ojos de un crío...Silent Hill no es como lo recuerdas...
"El problema es que no lo hago". Caviló a la defensiva.
-Cosas que no deberían ser mencionadas lo cambiaron para siempre...
-El incendio-Musitaron sus labios siguiendo una voluntad hasta ahora extraviada.
De la nada Newt se apretó la cienes agresivamente, cerrando los ojos en tanta agonía que sus lagrimales comenzaron a humedecerse.
El olor a humo y carne quemada se hizo camino violentamente dentro de sus fosas nasales e inmediatamente un ataque de tos llegó consigo. Asfixiado, palpaba adolorido las gotas de sangre impregnándose en la palma que usaba para cubrirse la boca; la ansiedad se intensificó desmedida al punto de sentir las llamas rozarle voraces la piel.
El pitido en sus oídos había retornado con mayor furia y acompañándolo, la fugaz y vivida visión de un edificio ardiendo hasta sus cimientos, carbonizando los desgarradores gritos que chillaban agonizantes en la penumbra nocturna.
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-Ey-Escuchó en tono preocupado-¿Estás bien, muchacho?.
-Yo-Balbuceaba Newt con la garganta seca e irritada-No es nada-Agregó destapando la bebida cristalina y engullendo la mitad de su contenido de un solo sorbo.
-El aire es denso en Silent Hill, empeorará lo que sea que pescaste.
-Nada podría empeórarlo, créeme-Expresó sobándose la garganta y limpiándose las manchas rojizas con la tela de su pantalón-Así como nada evitará que llegue a mi destino.
El hombre no pareció convencido, bastante impaciente tratándose de dos extraños-¿Realmente lo vale?
-Si-Expresó con el aliento recobrado-He perdido algo importante para mi-Contó más para saciar su propia intranquilidad-Olvidé memorias, lugares...personas-Se desahogó abstraído-Es como si mis recuerdos estuviesen destrozados...hay tantas cosas que necesito enmendar-Confesó-He desperdiciado demasiado tiempo y temo que ya no pueda encontrarlo, sin embargo debo intentarlo...volver a casa es la única manera en que podremos ser libres.
-Entonces te ha llamado también-Declaró el mayor con pesadez
-Si-Contestó sin entender del todo por qué el castaño hablaba como si hubiese experimentado algo similar.
-Hay cosas que simplemente tenemos que hacer-Suspiró el camionero acomodando la visera de su gorra-Silent Hill está a dos horas en sentido noreste por la Interestatal, el puente Toluca sigue en funcionamiento-Indicó-Llegar será fácil, la salida es la que puede dar problemas-Murmuró lo último.
-Gracias...¿Travis cierto?.
-Travis Grady-Confirmó el camionero y cuando creyó que seguiría con lo suyo, el tipo escarbó en el cajón de su guantera; una vez finalizado esto, le hizo señas para que se acercara.
Luego del incidente con la administradora, dar confianza a desconocidos no sonaba a la más sensata de las opciones.
-Es tu decisión, solo recuerda que muchos otros no tuvieron la libertad de escoger...
Ante la actitud aparentemente inofensiva que emanaba el camionero, Newt terminó por acceder. Adentró la parte superior de su cuerpo en el puesto del copiloto y tomó los objetos ofrecidos, replegándose apenas se hubo con ellos.
-Pero si vas a Silent Hill, esto te podría ser de ayuda-Explicó Travis reacomodándose en la silla y poniéndose el cinturón de seguridad-Al igual que una vez lo fueron para mí.
-No estoy seguro que vaya a servir, especialmente a donde voy-Indicó el rubio respecto a la radio antigua y mugrienta-Por el contrario esta me es familiar-Expuso ligeramente entusiasmado por la linterna de bolsillo-Mi abuelo poseía una así...Debe tener al menos unos 60 años.
-Servirán. Solo espero que no llegues a necesitarlas, chico-Deseó el mayor haciendo rugir el motor-Mañana estaré de regreso en horas de la tarde; si has vuelto para entonces, te contaré porque preferiría quemar este muñeco antes que llevarlo a casa.
-De hecho creo que tiene su encanto-Ironizó el rubio encorvando una de sus cejas y achinando los ojos.
- Un amigo mío vio una parecida hace unos años cerca de Silent Hill-Se decidió a narrar el castaño-No entiendo cómo la consiguió María...no tendría por qué estar aquí.
-¿Siempre fue un lugar bastante supersticioso, cierto?.
-No es la superstición lo que me preocupa-Replicó Travis apretando el juguete entre sus manos-Es lo que él dijo que sucedió-Luego de aparentar meditar cuidadosamente, el mayor estiró el brazo que contenía el obsequio-Si no es problema, ¿Podrías llevarla de regreso?...No debería estar por fuera de los límites del pueblo.
Newt se relamió los dientes, indeciso y sin poner mucho esfuerzo en disimular la mueca de asco. No creía en muñecas poseídas, la mera idea era ridícula; por otro lado no le sorprendería si esta estuviese llena de ácaros cuando menos.
Desde otra perspectiva, el camionero se comportó mejor de lo que pudo esperarse en un sitio como ese; no todas las personas eran tan condescendientes con desconocidos. Lo menos que podría hacer a cambio era quitarle ese problema de encima, siendo que en realidad no le representaba ningún inconveniente.
A) Llevar la muñeca de regreso a Silent Hill.
B) Dejar que Travis se encargue de ella.
https://youtu.be/bw9j-xd1pa0
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¿He esperado demasiado?
Los momentos que se han ido, ahora están desperdiciados
Volver a casa se siente mal, los cambios me acechan
Los finales con los que antes me he encontrado
Me dejaron perdido, confundido, buscando
Hay algo que he olvidado, como un momento, un lugar
Un recuerdo destrozado
Los objetos en mi habitación podrían pronto estar diciéndome algo
Todavía me preguntas cómo me siento, me siento perdida
Así es como me siento
Para mí, es más de lo que parece que pueda controlar
Es el dolor, mi mente está escrita en la pared
La verdad, mentiste
Dijiste que no me podías convencer a renunciar
Este lugar nunca me dejará ser libre
Suficiente, lo sé
Realmente lo he logrado esta vez
Es una señal, este lugar es donde yo debería estar
Toma una pieza de mi corazón
Cuando te vayas
¿Están mis ojos tan ciegos?
Como para encontrar ilusiones en lo más profundo que crece
Lo que perdí lo encontré, y lo que encontré me trajo aquí
Hay algo que he olvidado, como un momento, un lugar
Un recuerdo destrozado
Para mí, es más de lo que parece que pueda controlar
Es el dolor, mi mente está escrita en la pared.
Toma una pieza de mi corazón
Así es como siempre empieza
Cuando te vayas
"When Your're Gone" - Akira Yamaoka
PD: Sujeto a correcciones posteriores.
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