Desplazamiento.
Una pegaso púrpura se acercó para golpear suavemente la puerta principal de una de las muchas casas que había en el centro de la ciudad. El golpe en la madera fue seguido por el sonido de una conversación que provenía desde dentro del hogar, podía oír a dos jóvenes potros y a su madre del otro lado de la puerta.
― ¡Vamos! ―respondió la adulta―. Vamos, ustedes dos. ¡Ningún pony en ésta casa llegará tarde!
Whirlwind abrió la puerta y sonrió al ver la escena familiar. Apenas había cruzado el umbral, con su melena plateada que ondulaba mientras caminaba, cuando un potro azul claro se le acercó. Él la miró con una sonrisa mientras un mechón de su melena rayada sobre sus ojos.
― ¡Buenos días, Stormy! ―exclamó Whirlwind, acariciando la melena del pequeño―. Siempre dispuesto a recibirme cuando llego aquí, estás creciendo como todo un caballero, supongo que no lo aprendiste de tu hermano, ¿eh? ―miró a su alrededor―. ¿Otra vez tarde?
Icy Storm sacudió la cabeza de un lado a otro.
― Prism durmió hasta tarde... de nuevo. ―intentó explicar.
Prism Bolt voló desde el segundo piso. Sus alas lo empujaron mientras zigzagueaba alrededor de la casa, recogiendo sus cosas antes de volverse hacia la puerta principal.
Rainbow Dash estaba en la sala de estar, examinando vagamente la alforja de Stormy, cuando notó el vuelo de Prism, no estaba mirándolo directamente pero no tardó ni un segundo en levantar su casco, para después golpearlo contra el suelo, como si se tratara de un martillo.
Prism rápidamente perdió el control y se estrelló contra el suelo lo bastante fuerte como para hacer que Stormy y Whirlwind se encogieran.
― No vueles en la casa, Bolt. ―dijo Rainbow Dash, tan normal como si lo dijera seguido. Caminó hasta la puerta mientras Prism intentaba quitar el dolor de su cabeza debido al golpe―. Buenos días, Whirlwind ¿podrías asegurarte de que estos dos no rompan nada de camino a la escuela?
Whirlwind se echó a reír mientras observaba cómo Prism se acercaba caminando a un ritmo mucho más tranquilo.
― ¿Cómo siempre? Se supone que hoy vendrá alguien realmente importante de visita a la escuela, así que realmente no debemos llegar tarde.
Rainbow Dash asintió con la cabeza, acariciando a Stormy antes de que pudiera cerrar la puerta con llave.
― Espero que te comportes, Stormy.
― ¡Maaamaaá! ―se quejó, alejándose de ella, avergonzado.
Rainbow Dash sonrió para después poner su atención al mayor, quién ya estaba más que dispuesto a irse.
― Prism, cuida a tu hermano, no quiero que vueles hacia la escuela y lo dejes atrás, tienes suerte de que Rumble pasaba por ahí la última vez. ―dijo, mirándolo severamente, pues estaba muy molesta cuando, aquella vez, se enteró que ambos se habían separado camino a la escuela porque Prism estaba demasiado ocupado presumiendo su vuelo.
― De acuerdo, mamá, voy a cuidar bien de él. ―dijo, aprovechando la oportunidad para mirar a su hermano de reojo―. ¡Vamos, no podemos llegar tarde!
Whirlwind puso los ojos en blanco ante la declaración de Prism, pues nunca se había interesado mucho en la escuela, no cabía duda, quería huir de Rainbow Dash a toda costa.
― Así que... ―dijo Whirlwind cuando comenzaron el viaje―. ¿Quién crees que sea ese visitante tan importante? Después de todo, nos están haciendo llegar puntuales y la reunión comenzará antes del almuerzo, es esperar mucho ¿no crees?
Prism se encogió de hombros
― Probablemente sólo es un nerd que intentará hablar con nosotros acerca de algo aburrido, ya le conté a papá, no cree que sea la gran cosa.
Whirlwind suspiró.
― Eso es muy malo, realmente me gustaría aprender más sobre los actuales Wonderbolts. ―dijo, despegándose del suelo y flotando junto con los otros dos.
― ¡Oye, se supone que no debemos volar! ― se quejó Prism, antes de continuar la conversación―. ¡Además, al igual que yo, tus padres también fueron Wonderbolts!
Whirlwind dio un giro hacia abajo, mientras le sacaba la lengua a Prism y a su hermano.
― Primero que nada, mis padres eran sólo reservas, no temporales como tus padres. Segundo, mi mamá nunca me dijo que no podía volar.
Prism frunció el ceño.
― No es justo, ¿por qué debo ser yo el que está pegado al suelo?
Su pregunta perdió significado cuando notó que Stormy se elevó lentamente hacia el cielo. En un segundo, ya había alcanzado a Whirlwind, aunque era terriblemente inestable.
― ¡Y-yo... también puedo volar! ―declaró.
― ¡Ya veo que sí! ―dijo Whirlwind con una sonrisa.
― ¡Hah! ¿Llamas a eso volar? ―dijo Prism, mientras sacudía su melena―. ¡Mira esto!
El mayor despegó, y no perdió el tiempo antes de comenzar a alardear. Realizó cientos de volteretas y giros mientras volaba alrededor de los otros dos.
Stormy no podía igualar a su hermano y Whirlwind se quedó con él para asegurarse de que no se lastimara. Prism miró hacia atrás, lanzando un guiño a Whirlwind, cuando un extraño sonido llamó su atención. Otro pegaso iba volando hacía él, parecía estar llevando unas pesadas bolsas, por lo que detenerse le era imposible.
En una fracción de segundo, Prism había cambiado su dirección para volar junto al otro pegaso por un momento, antes de detenerse unos metros más adelante.
― ¡Lamento el susto, señor Cake!
Pound Cake, uno de los gemelos del Señor y la Señora Cake, se sorprendió por un momento, pero luego se rió a carcajadas por todo lo que había sucedido, Whirlwind y Stormy corrieron hacia ellos.
― ¿Van a la escuela, eh, niños? ―dijo y después calló al ver volando a Stormy, sonrió levemente―. Los dos están volando tan bien a su edad, deben ser los hijos de Rainbow Dash. ―soltó una leve carcajada―. Su madre ayudaba a Pinkie Pie a cuidarme cuando yo aún estaba en pañales, no sólo es una de las heroínas de toda Equestria, sino que además es la mejor voladora que he conocido en toda mi vida.
La inocente declaración causó distintas sensaciones en cada uno de los hermanos. Stormy levantó el rostro con orgullo, estaba encantado de ser comparado con alguien tan sorprendente como su madre. Prism, por otro lado, se quedó callado después de dar las gracias secamente.
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En lo que restó del viaje a la escuela, Stormy se la pasó charlando sobre distintas cosas, y Whirlwind no paraba de mirar con preocupación a Prism.
El día estaba pasando lentamente, todos los ponys sabían que no iban a hacer nada más que aquella visita de alguien importante. Prism y sus compañeros comenzaron a despejar el salón de clases para el resto de los ponys, ellos eran los mayores así que debían hacerlo en lugar de los ponys más jóvenes.
Prism estaba sacando las mesas, cuando un potro con un color de pelaje muy familiar se acercó a él. Era Golden Delicious, uno de los Apple, era grande, como su tío Big Mac, pero ningún potro era tan gentil y cariñoso como él. Ambos intercambiaron un saludo sin palabras y siguieron con su trabajo.
Prism logró distinguir las voces de dos de sus amigos, provenientes de los pasillos, eran Whirlwind, cuya voz podría distinguir donde fuera y Cotton Candy.
Candy entró a ayudarlo, mientras que Whirlwind trabajaba para mantener a los ponys más jóvenes organizados mientras el salón de clase era despejado.
Unos gritos de sorpresa provenientes del vestíbulo, llamaron la atención del pegaso, cuando volteó logró distinguir un ala de dragón verde.
Sólo podía ser Turquoise Blitz, el hijo menor del único dragón que ha vivido en Ponyville. Era un pony muy tranquilo, a pesar de los toscos rasgos de dragón que había heredado de su padre, y la histeria que había heredado de su madre.
Se movía en dirección contraria a los demás ponys, y Prism sabía por qué, Turquoise iba ir a buscar a la última del equipo Ponyville, Anthea, una unicornio casi completamente ciega. Prism no sabía mucho de la vida de Anthea antes de ser adoptada por Fluttershy, pues cuando eso pasó, él estaba aprendiendo a volar, y no prestaba mucha atención a otras cosas.
Debido a su ceguera, Turquoise nunca se apartaba de su lado, sin importarle lo extraño que pudieran verse.
Prism observó cómo los ponys comenzaron a entrar, logró distinguir a su hermano siendo guiado por Whirlwind. Primero entraron los más jóvenes, para después ser seguidos por los mayores.
Mientras los grupos continuaban entrando y sentándose en el suelo amortiguado, Prism vio a un pony que hace mucho, mucho tiempo no veía. Mientras miraba aquella melena violeta, estuvo a punto de llamar la atención de aquel pegaso, pero no estaba seguro de que se tratara de ella, después de todo, sólo había conocido a la princesa Starburst una o dos veces, ya que vivía en Canterlot, ¿qué hacía ahí?
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Poco después, Turquoise llevó a Anthea al salón de clases, sentándose ambos al frente, para que pudiera escuchar fácilmente al presentador. Prism notó que Turquoise miraba al nuevo pegaso y agitaba el casco, así que se acercó al mitad dragón y se sentó a su lado. Turquoise ni siquiera lo había notado, entonces Anthea habló.
― Buenos días, Bolt. ―dijo con una sonrisa.
Turquoise volteó sorprendido.
― Nadie puede escabullirse de esos oídos tuyos ¿eh? ―respondió Prism, sonriendo maliciosamente―. Hey, T, tengo una pregunta para ti ¿ya viste al nuevo pegaso?
Turquoise miró a su alrededor hasta que dio con la susodicha sentada junto a Del y Candy.
― ¿Te refieres a Starburst?
― ¡Esa es la hija de la Princesa Twilight! ―exclamó Prism―. ¿La conoces?
Turquoise asintió con la cabeza.
― Claro, después de todo crecí en Canterlot, mi familia se lleva muy bien con la familia real, estuvimos juntos mucho tiempo antes de mudarme a Ponyville.
― ¿Qué hace ella aquí? ¿Se mudó o algo por el estilo?
Anthea se llevó el casco a la boca y calló a los otros dos.
― Estás a punto de averiguarlo. ―dijo.
Uno de los profesores se paró frente a la clase.
― Potrancas y potros, vamos a dale una calurosa bienvenida a Ponyville a ¡La Princesa Twilight Sparkle! ―exclamó.
La atmosfera cambió en un abrir y cerrar de ojos, todos estaban sorprendidos, los pequeños potros tenían los ojos tan abiertos como platos, mientras que los mayores hacían bromas sobre cómo hacer una reverencia correctamente.
Twilight ya estaba acostumbrada a ese tipo de reacciones, así que no hizo nada más que levantar un casco.
― No necesitan hacer ninguna reverencia, me complace estar aquí para visitar a todos mis ponys.
Aquellos que conocieron a Twilight como el antisocial ratón de biblioteca que fue alguna vez, se sorprenderían al ver el cambio que hizo en ella el hecho de ser una princesa. Llevaba su corona, pero parecía encajar perfectamente con su entorno, sin ser ostentosa o extravagante.
― He venido aquí porque habrá un evento este fin de semana que es uno de mis favoritos. ―comenzó―. Siempre me gustó la escuela, pero estoy segura de que a muchos de ustedes no. ―dijo con una sonrisa rápida―. Este fin de semana habrá una exposición sobre un unicornio muy famoso, conocido como Star Swirl El Barbado, en Ponyville. Sus enseñanzas fueron base de gran parte de mi vida, así que creo que hay mucho de donde aprender de esto ¡incluso si no son unicornios!
Prism Bolt quiso suspirar de aburrimiento, pero se contuvo por respeto a la princesa, y temor a lo que su madre le haría si se enteraba que lo hizo.
Twilight continuó dando el tipo de lección histórica que sólo un verdadero nerd sería capaz de hacer. La mayoría de los ponys se quedaron pasmados, escuchando ansiosamente todo lo que la Princesa de la Armonía tenía que decir, sin embargo, Prism ignoraba la mayoría de todo lo que escuchaba, hasta que algo finalmente llamó su atención.
― Sabemos muy poco acerca de él o su época, sus logros nos dan una vaga idea de un periodo de tiempo que ha sido olvidado, él es sin duda alguna, el unicornio más famoso de su generación, tal vez en toda la historia registrada.
Entonces era el unicornio más famoso ¿no? Prism se preguntó quién sería el pegaso más famoso, ¿tal vez Commander Hurricane? El pegaso más famoso de Equestria tendría que ser alguien cuyo nombre sería conocido por todos los ponys, aún si estuvieran lejos o cerca. Alguien cuyo nombre sería recordado por siempre, y que, sin duda, logró cosas imposibles. Alguien como... su madre.
Escuchó a un pequeño potro hablar y cayó de sus pensamientos.
― ¡Pero, princesa, pensé que eras tú el unicornio más famoso!
Prism reconoció la voz de su hermano menor.
Twilight se echó a reír.
― Bueno, me siento honrada de que pienses eso, es verdad, nací como un unicornio, pero me temo que ya no soy candidata para eso. ―dijo, extendiendo levemente las alas―. Aun así, eres muy amable al decir eso, Icy Storm.
Stormy miró a su alrededor sintiéndose orgulloso al ser llamado por su nombre por la Princesa Twilight.
Se volteó para intercambiar un susurro con Whirlwind, quien estaba a su lado.
Ahora que Prism estaba prestando atención, podía escuchar todos los murmullos a su alrededor.
― ¡Vaya, ella sabía su nombre!
― ¡Por supuesto que sí, es el hijo de Rainbow Dash! ¡Todos en Equestria saben eso!
Prism Bolt azotó uno de sus cascos en el suelo, haciendo saltar a unos cuantos potros, en realidad lo hizo inconscientemente, pero ahora toda la atención de la clase estaba sobre él, lo que lo devolvió a la realidad.
Twilight no palideció ni un segundo, sino que volteó agradablemente su mirada hacia él.
― ¿Quieres hacerme alguna pregunta, Prism Bolt? ―sonrió.
Prism estaba acostumbrado a zafarse de los problemas fácilmente, pero tartamudeo un rato, tenía que formular una buena pregunta, después de todo, ella era una invitada realmente impresionante.
― Eh... hizo... uhmmm... ¿tuvo familia? ―preguntó Prism.
El silencio llenó por completo la habitación, Prism se golpeó la frente con el casco, reprendiéndose y sintiéndose estúpido.
Twilight parpadeó con sorpresa una vez y volvió a mirarlo.
― Disculpa, ¿qué?
― No, no importa, fue una pregunta tonta. ―sacudió el casco.
Twilight sacudió la cabeza ésta vez.
― No, es una gran pregunta. ―dijo―. Quieres saber si tuvo una familia, pero la verdad es que, en realidad, no lo sé. ―soltó una ligera risa―. Es interesante, cada vez que visito a los estudiantes, siempre me encuentro con preguntas que no esperaba. No cabe duda que los ponys jóvenes son mejores que la mayoría de los profesores. ―bromeó y continuó con su explicación―. Claramente, él debía tener padres, pero la existencia de hermanos o hijos no está documentada todavía, ni siquiera estamos seguros de que estuviera casado. Si estás realmente interesado en eso, estoy segura que podría decirte donde podrías comenzar a buscar. ―dijo, con una sonrisa divertida―. Me sorprende que estés tan interesado en esto, casi tuve que perseguir a tu madre para que estudiara cuando éramos más jóvenes.
Todos los ponys de la clase comenzaron a reír, incluso Stormy. Prism luchó contra la necesidad de gritar.
― Bueno, gracias, princesa.
En verdad, su respuesta le había dicho todo sobre Star Swirl El Barbado. Había sido tan famoso, tan brillante que todo lo que estaba a su alrededor se oscurecía. Con el tiempo todos fueron olvidados, todo lo que habían hecho no importaba, pues no se podía comparar con lo que hizo él. Incluso Clover the Clever era mejor conocida por la relación que tenía con el legendario hechicero, que por sus propios logros.
Prism se preguntaba si algún día sería más que sólo "el hijo mayor de Rainbow Dash".
Otros ponys continuaron haciendo preguntas, pero Bolt ya no estaba prestando atención, cuando Twilight hizo un cambio en su tono de voz, logró traer a Prism a la realidad de nuevo.
― Ahora, tengo un pequeño regalo para ustedes, por darme una cálida bienvenida, he logrado convencer a sus profesores de dejarlos ir temprano hoy, y, además, no tendrán tarea para este fin de semana. ―dijo con un brillo en sus ojos.
Los susurros emocionados de los ponys se hicieron presentes por todo el lugar.
― Pero, a cambio, quiero que todos vayan a la exposición de Star Swirl que estará en la ciudad este fin de semana. Quiero que cada uno de ustedes me escriba una carta sobre algo importante que aprendieron de ella. Siempre y cuando sea importante para ustedes. ―continuó―. Pueden entregar las cartas en mi palacio, aquí en Ponyville, donde me quedaré este fin de semana. Espero poder leer lo que todos descubrieron.
Twilight dirigió su mirada a los profesores, quienes rápidamente tomaron el control de sus clases individuales. Prism se abrió camino entre la multitud, deslizándose junto a Whirlwind mientras los ponys más jóvenes regresaban a sus clases.
― Oye ¿quieres que comencemos esa carta en cuanto salgamos de aquí? ―preguntó tan indiferente como pudo.
Whirlwind puso una expresión perpleja.
― ¿De verdad quieres comenzar la tarea desde ahora?
Prism se encogió de hombros.
― Realmente no quiero dejar esperando a la princesa, ni tampoco tener eso en la cabeza todo el fin de semana, sólo vayamos por Stormy y terminemos con esto.
Whirlwind parecía satisfecha con esa justificación, pero en el interior tenías sus dudas.
-☆-
Prism se movió alrededor de las exposiciones como si estuviera poseído, leyó cada uno de los carteles, revisó todas las antigüedades e incluso se detuvo para hablar con algunos de los expositores. Tomó nota de los apuntes de sus amigos, que habían decidido venir en un gran grupo.
Starburst, que técnicamente no tenía que escribir ninguna carta, se fue con Golden Delicious y Cotton Candy a uno de los extremos de la exposición. El trío estaba junto a una colección de artefactos asociados con el famoso hechicero, Starburst parecía estar argumentando la veracidad de uno de los carteles, nunca se preocupó por Star Swirl, pero su madre siempre hablaba de lo grande que era, así que algo debió quedársele grabado.
Turquoise Blitz fue por toda la exposición leyendo los más grandes logros del hechicero en voz alta, para Anthea, quien estaba a su lado.
― "Star Swirl El Barbado recibió muchos títulos de prestigio durante su vida, el más grande fue el que lo declara como «Padre del Hechizo Anamórfico». Sus descubrimientos en el campo de la protección son usados hasta la fecha."
Prism miró a su alrededor con un suspiro. En alguna parte de la exposición se había alejado de Whirlwind y Stormy. Dirigió su mirada hacia un gran retrato del poderoso unicornio y se limitó a gruñirle.
― Ya me paseé por toda esta exhibición, hablé con cada pony aquí, incluso con la princesa que te idolatra. Ningún pony sabe de dónde vienes, o lo que vino después de ti. Nadie se preocupa por eso, todos saben que cualquier pony alrededor tuyo tiene la oportunidad de ser recordado, pero no por sus propios logros. ¿O estabas tan ocupado en tus propios logros que no notaste a ningún pony a tu alrededor? ―resopló molesto―. Escribiste cientos de hechizos, decenas de revistas de investigación, e incontables teorías que aún no entendemos... ¿No podías haber tomado una hora para escribir sobre tu familia?
Prism levantó el casco para golpear al silencioso unicornio.
― No creo que él pueda oírte, Bolt.
El pegaso dio un salto sorprendido para toparse cara a cara con Whirlwind. Rápidamente comenzó a buscar una excusa que justificara sus acciones, o al menos cambiar el tema a algo mucho menos embarazoso que hablar con un retrato.
― ¿D-Dónde está Stormy? ―preguntó, notando la ausencia de su hermano menor.
Whirlwind sacudió la cabeza.
― Hace un rato lo llevé a casa, si sabes que llevamos aquí más de una hora, ¿no?
Prism volvió su mirada hacia el gran reloj de la alcaldía. Whirlwind tenía razón, habían estado ahí más tiempo de lo que habían planeado.
― Lo siento, supongo que perdí la noción del tiempo, gracias por cuidarlo.
Whirlwind sólo le dio un empujoncito con una expresión molesta.
― ¿Y bien?
― ¿Y bien qué?
― ¿Me vas a decir de qué se trata todo esto o tengo que adivinar?
Prism realmente no quería tocar el tema, pero sabía lo obstinada que podía ser Whirlwind, y que no iba a dejarlo escapar tan fácilmente.
― No sé de qué estás hablando. ―dijo débilmente.
― ¡Oh, por favor! ―exclamó la violeta―. Lo que pasó con el Señor Cake ésta mañana, lo que pasó con la princesa y ahora estás hablando con un cartel. Sabes bien de lo que estoy hablando. ―terminó, enfadada.
Bolt cedió, retrocediendo algunos pasos.
― Está bien, te lo contaré una vez que acabe esta tarea con la princesa, quiero escribirla antes de que lo olvide.
Whirlwind entrecerró los ojos, pero asintió con la cabeza.
― ¿Qué tal si vamos a escribirlas ahora mismo? ―dijo, señalando unos cuantos bancos a pocos metros de la exposición.
Prism se maldijo a sí mismo, debería haber imaginado que no lo dejaría escapar tan fácilmente, debía encontrar otra forma de deshacerse de ella. Tal vez podría hacerlo después de entregar las cartas.
-☆-
El par se dirigió al palacio, y llevaban bien guardadas sus cartas dentro de sus alforjas. Fiel a su palabra, Whirlwind no se alejó de Prism ni por un segundo, iba a conseguir que él le dijera todo, aunque tuviera que forzarlo. Prism debía inventar una buena historia para después de que dejaran las cartas, había estado pensando mientras escribía la carta, pero no había encontrado ninguna excusa lo suficientemente buena.
Alzó la cabeza cuando logró escuchar un fuerte golpeteo, Whirlwind había llamado a la puerta del palacio mientras él se había perdido en sus pensamientos. Desde el otro lado del umbral la princesa los saludaba sonriente.
Twilight entró en una de las habitaciones y se sentó en un cojín cerca de una mesa pequeña de madera. Había libros por todas partes, era incluso como si Discord se hubiera pasado por ahí. Les dio la bienvenida y los invitó a sentarse.
― Buenos tardes, Whirlwind, Prism Bolt... son los primeros estudiantes que recibo hoy. Supongo que ésta visita significa que han terminado las cartas ¿o me equivoco?
Whirlwind sonrió con entusiasmo.
― ¡Así es, princesa! ―dijo ella, con más energía de lo que tenía planeado―. Fue muy interesante.
Whirlwind le entregó su pergamino a Twilight, mientras Prism simplemente asentía sacando su carta de su bolso. Antes de que ambas cartas tocaran la mesa, un aura purpura las envolvió, y comenzaron a flotar hacia Twilight.
― Estoy segura de que ambos escribieron cartas maravillosas, pero debo admitir que siento especial curiosidad por lo que escribió Prism. ―dijo mirando las cartas con un brillo en sus ojos―. Vi que estabas muy interesado en la exhibición, eso me alegra, una búsqueda sana del conocimiento es bueno para cualquier pony.
Twilight comenzó a desenrollar lentamente la carta.
― ¡¿Lo leerá ahora?! ―preguntó el pegaso, sorprendido. Había supuesto que lo leería cuando no estuviera cerca.
― Bueno, son las primeras cartas que recibo, sería una tontería dejarlas para después. ―contestó, mientras sus ojos examinaban la página.
Prism podía ver la emoción en su rostro desaparecer, y siendo reemplazada por algo totalmente distinto... ¿preocupación?
― Y-Yo.... Uhmmm... ¡será mejor que me vaya a casa! ¡No quiero que mamá se preocupe! ―dijo, girándose para volar hacia la puerta.
Antes de poder despegar y huir, el casco de Whirlwind hizo que se detuviera en seco, haciéndolo caer de cara contra el piso, mientras la voz de Twilight llamaba su atención.
― Me preguntaba si te importaría contestar algunas preguntas sobre tu carta. ―dijo desde la mesa―. Nunca había leído algo parecido, y yo... ¿estás bien? ―preguntó, después de ver la posición en la que estaba.
Prism se puso de pie de nuevo, mirando con timidez a la princesa.
― S-Sí, supongo que está bien...
Twilight miró a Whirlwind por un momento.
― Tal vez ahora no es el mejor momento. ¿podría pasar por tu casa más tarde? Tal vez esta noche, si tienes tiempo.
― ¡No! ―gritó Prism―. Digo... no, está bien, yo... de cualquier forma le prometí a Dubz que le diría todo.
Whirlwind golpeó el suelo con su casco.
― ¡Te dije que ya no me llamaras así! ―replicó molesta.
Twilight sonrió y se dirigió a la cocina.
― Spike, ¿podrías preparar un poco de té para nuestros invitados?
La cabeza del gran dragón salió de la cocina, junto con un olor bastante tentador que rápidamente llenó la habitación.
― Claro, Twi, honestamente, no sé cómo sobrevives sin mí en Canterlot.
― Llamo a un empleado o lo hago yo misma. ―replicó con una sonrisa.
Spike volvió a llamar desde la cocina.
― ¡Seguro Celestia los envió a algún tipo de clase, sé que esos cocineros no sabrían cómo hacer una taza de té decente ni aunque su vida dependiera de ello!
― ¡Con tantos quejidos no me extraña que a Rarity no le importara que te pusiera a trabajar el fin de semana!
Twilight volvió a mirar sonriente a los dos ponys mientras terminaba su charla con Spike.
― Ahora, quisiera saber qué te hizo pensar en lo que escribiste en tu carta. ―dijo con una sonrisa tímida―. Nunca he visto a nadie tomar ese tipo de enfoque, pero no puedo negar que buena parte de eso es cierto.
Prism miró a Whirlwind, para después mirar a Twilight, y así sucesivamente, suspirando mientras lo hacía. Ya no tenía salida, debía hablar, así que tomó asiento.
― Bueno, supongo que todo empezó con la pregunta que le hice esta mañana...
-☆-
Twilight siempre supo que Celestia trabajó muy duro para mantener Equestria en funcionamiento, sin embargo, la cantidad de trabajo que había que hacer no reducía ni siquiera, aunque una nueva princesa estuviera para compartirlo. Incluso Luna manejaba la noche sola, pero también estaba el hecho de que debía entrenar a su propia hija, Nidra.
Twilight fue expulsada de sus pensamientos cuando un golpe llegó a la puerta de su habitación.
― Adelante. ―dijo con formalidad.
Un guardia abrió la puerta, inclinándose ante ella mientras entregaba su mensaje.
― Su Alteza, la Señorita Rainbow Dash ha solicitado una audiencia.
Twilight puso los ojos en blanco, ella ya les había dicho a todos los guardias una y otra vez que sus amigas eran siempre bienvenidas, pero ellos insistían en detenerlas y seguir el protocolo. No era algo que pudiera cambiar fácilmente, así que tendría que aprender a vivir con ello.
― Por favor, envíela. ―dijo sin mostrar su molestia.
El guardia ni siquiera tuvo oportunidad de hablar, cuando Rainbow Dash lo pasó de largo.
― Te lo dije. ―dijo con una sonrisa triunfante.
El guardia parecía algo molesto, pero se inclinó de nuevo ante Twilight antes de salir de la habitación y cerrar la puerta.
Twilight dejó su pluma de lado para levantarse y saludar a su amiga.
― ¡Hola, Rainbow! ―dijo alegremente, perdiendo las formalidades―. ¿Qué te trae hasta Canterlot?
Rainbow Dash la miró de reojo.
― ¿No puedo visitar a mi amiga de vez en cuando?
Twilight arqueó una ceja, y mostró una sonrisa calculadora.
― Bueno, viniste sin previo aviso... y sola, perdóname por pensar que hay algo más en esto que una simple reunión entre amigas. ―dijo con un tono burlón.
Rainbow Dash suspiró.
― Bien, me atrapaste, en realidad... tengo que preguntarte algo.
La sonrisa de Twilight se desvaneció.
― Debe ser algo importante o habrías enviado una carta con Spike, ¿de qué se trata?
― Bueno... ―comenzó―. Suena loco, incluso para mí, pero no puedo sacármelo de la cabeza... La semana pasada hiciste esa pequeña presentación en la escuela, ¿lo recuerdas? ―suspiró―. Desde entonces Prism Bolt ha estado actuando... muy extraño. ―se dejó caer en uno de los cojines de Twilight―. Por Celestia... es sólo que ha estado actuando diferente últimamente, y pensé que tal vez tú... sabrías por qué.
Hubo una pausa incomoda en la conversación.
Twilight abrió la boca para hablar, pero Rainbow la interrumpió.
― Lo sé, fue una estupidez preguntarte, sólo necesitaba hacerlo... fue por puro instinto, realmente no tiene lógica. Lamento haberte molestado con esto.
Dash se levantó para girarse hacia la puerta, preparada para irse.
― Has vivido toda tu vida basada en instintos, Rainbow, y han servido bien. ―dijo Twilight, abriendo un cajón de su gran escritorio y sacando un rollo de él, todo con ayuda de su magia―. Por todas las correcciones ortográficas en la carta de Icy Storm, supongo que le ayudaste a escribirla. Ese pequeño tiene muchos sueños, quiere ser incluso mejor que tú. ―dejó el rollo en la mesa―. Sin embargo, tu primogénito parece tener pensamientos completamente distintos.
Una expresión de preocupación atravesó el rostro de Rainbow, mientras se acercaba al escritorio buscando el pergamino.
Lo alisó y comenzó a leer:
Querida princesa Twilight.
Star Swirl El Barbado me enseñó una lección muy importante hoy. Ser famoso es asombroso, y si uno es lo bastante famoso, entonces será recordado por siempre. Pero cuando eres famoso como él, entonces todos los demás ponys a tu alrededor quedan en el olvido, y son pasados por alto debido a lo impresionante que eres. Todo pony dice que Star Swirl fue realmente increíble y nada más que increíble, pero yo creo que fue grosero... A él no le importaba nada a su alrededor, sólo quería que su trabajo fuera recordado. Nunca escribió nada sobre su familia, ni sobre los ponys que eran importantes para él, sólo se preocupaba por sí mismo.
Ser impresionante es grandioso, pero ¿Cómo se sentía Clover the Clever acerca de ser siempre llamada "La estudiante de Star Swirl"? Era como si ella sólo fuera importante por su relación con él. Creo que ser realmente famoso no es tan impresionante como todo el mundo cree.
Prism Bolt.
Twilight siguió los ojos de Rainbow, notando que ya había llegado al final de la carta.
― Lo primero que noté cuando leí eso, después de ver lo bien que redacta a pesar de ser un potro, fue, bueno... ¿qué fue lo que viste ahí?
Rainbow Dash se encogió de hombros analizando la carta.
― Parece que realmente tiene un problema con la fama... tiene sentido para mí, he visto el lado malo cientos de veces, y no hablemos de Soarin, él también tiene mucha basura que decir sobre la... ―se interrumpió horrorizada.
Su mirada se oscureció cuando comenzó a leer la carta de nuevo.
― Oh, dulce Celestia... él... él escribió esto por mi... ¿verdad?
Twilight escogió cuidadosamente sus palabras, calculando la reacción de Rainbow ante cada una.
― Rainbow ¿qué piensas sobre Rarity?
Rainbow Dash disparó su mirada a Twilight indicando su molestia con toda claridad.
― ¿Qué tiene que ver con esto?
Twilight se mantuvo tranquila, algo que había aprendido al ver a Celestia en situaciones tensas.
― Te prometo que tiene que ver. Confía en mí.
― Es una gran amiga, lo sabes.
― Por supuesto que sí, pero... ¿te gusta cada parte de ella? o ¿hay partes de ella que no te agradan?
Rainbow parecía un poco avergonzada cuando respondió.
― Bueno, sí, es muy dramática, y le gusta llamar mucho la atención, por no decir que es aburrida de vez en cuando, ya sabes... no a todas nos interesa la moda.
Twilight le sonrió a su amiga, mientras caminaba alrededor del escritorio para darle un abrazo.
― Eres un adulto, por eso puedes hacer eso, puedes ver las cosas que no te gustan en tus amigos, y claro, las partes que te gustan. Pero los potros no pueden hacerlo.
Rainbow permaneció en silencio, escuchando todo lo que su amiga tenía que decir.
― Tuve la oportunidad de hablar un poco con él y Whirlwind. ―comenzó―. No dudes ni por un momento que ese potro te ama y piensa que eres el pony más impresionante de Equestria, te lo puedo asegurar sin duda alguna. El problema es que es demasiado inmaduro mentalmente como para entender que puede agradarle alguien y aun así odiar algunos aspectos del mismo, pero eso es algo que aprenderá con el tiempo, aunque ahora lo está tratando. ―lanzó un suspiro―. Los logros que tiene, comparados con los tuyos... está aterrorizado de que lo único que los demás vean en él es que es tu hijo. Entonces, lo que realmente hizo fue un método muy común de afrontar las cosas, él empujó las emociones negativas que sentía hacia ti en un pony cualquiera, en este caso, Star Swirl.
Rainbow Dash levantó un casco.
― Oye, oye, oye, espera un minuto... ¿me estás diciendo que mi propio hijo odia a un famoso pony de la historia antigua porque no quiere odiarme?
Twilight azotó molesta su casco en el suelo.
― ¡Rainbow Dash! Nunca vuelvas a decir que te odia, nada puede estar más lejos de la verdad. Él está celoso de ti, está molesto con tu fama. Siempre tiene eso en la cabeza, no cabe duda, pero, es debido a su amor por ti que su mente empuja estas emociones a alguien más... Subconscientemente, no puede asociar emociones negativas a ti.
Rainbow se quedó digiriendo toda esa nueva información que Twilight le estaba lanzando.
― Así que... si esto es de lo que se trataba... aun no entiendo por qué está actuando de la manera que lo hace.
Twilight sonrió de oreja a oreja.
― Bueno, le dije que debería dejar de intentar seguir tus huellas si no quería ser como tú. El mundo es enorme y hay muchas cosas por ahí para un pony que ama volar. Si no quiere estar en tu sombra, entonces tiene que hacer las cosas a su manera, no a la tuya.
Dash entrecerró los ojos.
― Saber todo esto hace una semana me habría ahorrado muchos dolores de cabeza al intentar hacerlo entrenar... creí que sólo estaba siendo perezoso.
― Los potros tienden a no hacer nada si no tienen ninguna razón para hacerlo, pero a pesar de eso puedes asegurarte que sigue buscando su camino, y lo encontrará, algún día. ―dijo Twilight encogiéndose de hombros―. Yo sólo... bueno, quería que él fuera feliz, y no había manera de que él fuera feliz si todo el mundo seguía comparándolo contigo, así que decidió ser tan diferente de ti como fuera posible, haciendo todo lo contrario a lo que tú harías. Estoy completamente segura de que cuando crezca aprenderá a manejar todo esto.
Rainbow Dash se sentía mareada por la enorme montaña de conocimiento que Twilight había lanzado sobre ella.
― La última vez que te vi no eras tan buena en esto de los potros, quiero decir, has recorrido un largo camino, ni siquiera Pinkie o Fluttershy podrían haber hecho algo así.
Twilight se sonrojó ligeramente.
― He estado... leyendo. ―respondió torpemente.
Rainbow Dash notó que unas cuantas hojas de papel se movían por su magia, cubriendo un libro en su escritorio. Rainbow no perdió el tiempo, voló y tomó el libro antes de que Twilight pudiera esconderlo.
― ¿"Conectarse con su potro: Una guía sobre paternidad"? ―leyó en voz alta.
El libro parecía muy gastado, como si hubiera sido leído un millón de veces.
Rainbow Dash miró detenidamente a su alrededor y vio varios libros de títulos similares esparcidos por toda la habitación.
La expresión de Dash cambió rápidamente a una sonrisa de comprensión.
― Ahora lo entiendo. Tienes problemas con Star, ¿no?
― ¿Qué te hace pensar eso? ―preguntó Twilight, apartándose del escritorio.
― Pasas tanto tiempo con libros que eres como ellos, fácil de leer. ―dijo Rainbow rodando los ojos con una sonrisa.
― Nosotras simplemente... no nos conectamos muy bien... he intentado arreglar eso, pero sigue insistiendo en que deje de usar los libros en ella. ¡No sé cómo puede decir eso! ¡Ni siquiera los ha leído ella misma! ―gritó Twilight, mientras un pequeño suspiro se escapaba de sus labios.
― ¡Porque todo lo tienes demasiado planeado! ―dijo Rainbow―. Starburst es fuerte y muy entusiasta. Intenta hacer algo espontaneo, podrías sorprenderla.
Twilight parpadeó.
― ¿Espontaneo? Pero... no tengo planes para nada parecido, no sé cómo...
Rainbow soltó un gran suspiro y se golpeó la cara con el casco.
Después de un momento ambas comenzaron a reírse, rompiendo a carcajadas al poco tiempo.
― Que pareja somos, ¿eh? ―dijo Rainbow, secándose las lágrimas de alegría de sus ojos―. Me alegra haber hecho este viaje. Fue buena idea pedirte consejo, Twi.
Twilight miró por la ventana, midiendo el tiempo.
― ¿Tienes que irte ya? ―dijo decepcionada―. Hace tanto que no hablamos.
― Probablemente debería. ―respondió Rainbow, volviéndose hacia la puerta―. Hay una reunión del clima...
― Oh, es una lástima, me queda una última botella de la famosa Sidra de Manzana de Applejack.
― ... que estoy segura que podrán manejar sin mí. ―terminó Rainbow, volteando a ver a Twilight con una sonrisa encantada en su rostro.
Twilight sonrió mientras sacaba la botella de la parte trasera de su gabinete.
― Nunca encuentro un buen momento o compañía para disfrutarla.
Rainbow se quedó boquiabierta.
― Twilight, si alguna vez necesitas ayuda para terminarte una botella de Sidra de Manzana, estaré aquí en menos de diez segundos. ―dijo con una amplia sonrisa.
Las dos compartieron otra risa mientras Twilight se acercaba a su vitrina.
La bebida perfecta requería el recipiente perfecto. Twilight ignoró las mágicas tazas de porcelana fina, e incluso las copas ceremoniales que Celestia y Luna usaban en sus propias reuniones. En su lugar, su magia tomó un par de sencillas tazas de madera con una manzana claramente tallada en un costado.
― Sabes, me parece que la sidra no sabe igual a menos que uses la taza correcta. ―dijo, colocando ambas tazas sobre la mesa.
― Si, nada de porcelana fina para la clase alta, a mi dame una buena y fuerte taza hecha por los Apple, cualquier día de la semana. ―dijo Rainbow, lamiéndose los labios, mientras Twilight servía la sidra.
Twilight levantó la taza sin su magia.
― ¿Por la familia? ―sugirió.
Rainbow rió entre dientes y sacudió la cabeza, levantando su propia taza.
― De ninguna manera, demasiado aburrido, ésta es por dos madres confundidas haciendo lo mejor que pueden con sus potros, quienes terminarán volviéndolas locas.
Twilight se echó a reír.
― ¡Brindo por eso!
Las dos chocaron sus tazas y reavivaron las llamas de una vieja amistad entre las risas de recuerdos más dulces que cualquier sidra.
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