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xv.ㅤcapítulo quince: charlotte davies.
❪ amor es una palabra muy débil para describir lo que siento : annie hall. ❫

El sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas cuando escuché un golpe en mi puerta. Sabía quién era incluso antes de abrir.

⎯ Charlotte, levántate. Vamos a la playa antes de que se llene. ⎯ la voz de Walker sonaba emocionada, como si no fueran las siete de la mañana.

⎯ ¿Por qué no molestas a Tanner? Seguro está más dispuesto que yo. ⎯ respondí desde mi cama, tapándome con la sábana.

⎯ Porque tú eres más divertida cuando estás de mal humor. ⎯ dijo desde el otro lado, riéndose de mí. Cerró la puerta pero antes de irse exclamó.⎯ ¡Tienes diez minutos para arreglarte!

Cinco minutos después, ya estaba poniéndome un traje de baño y maldiciendo mi falta de voluntad para decirle que no.

Cuando bajé a la cocina, ya había movimiento por todos lados. Mi madre y la mamá de Walker preparaban una nevera portátil llena de bocadillos, mientras su papá y el mío discutían sobre la mejor forma de que todos llevemos algo de lo preparado. Leena estaba apoyada en el marco de la puerta, revisando su teléfono, mientras Tanner saltaba alrededor de la mesa con una pelota de playa en la mano.

⎯ Buenos días, princesa. ⎯ dijo Walker con tono burlón. Aunque ambos nos llevábamos bien y sabíamos los sentimientos del otro, siempre actuariamos como solíamos hacerlo antes.

⎯ Si tan solo fueras menos insoportable... ⎯ respondí ahogando un suspiro.

⎯ Y si tú fueras menos lenta, no estaríamos esperando tanto. ⎯ dijo Leena, sin apartar la vista de su teléfono.

⎯ ¿Podemos ya? ⎯ Tanner interrumpió, claramente más emocionado que cualquiera de todos nosotros.⎯ ¡Quiero jugar en la arena antes de que los demás lleguen!

⎯ Toma. ⎯ mi mamá me pasó un batido fresco antes de que pudiera decir algo más.⎯ Y ayuda a Walker con las cosas, por favor.

Miré hacia la entrada, hasta donde Walker acababa de dirigirse, cargando una tabla de surf y un par de mochilas.

⎯ ¿De verdad necesitamos todo esto? ⎯ dije, alzando una ceja mientras le quitaba una de las mochilas.

⎯ No, pero tus imprescindibles ocupan más espacio que todo lo demás. ⎯ replicó, señalando mi bolso lleno de cremas, broches para el pelo y una muda de ropa extra.

⎯ ¿Perdón por ser práctica? ⎯ respondí, bebiendo un sorbo de mi batido mientras él rodaba los ojos.

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El camino hacia la playa lo hicimos caminando. Mis padres y los de Walker encabezaban el grupo, hablando de anécdotas de veranos pasados, mientras yo quedé atrapada cargando a regañadientes la nevera junto a Walker.

⎯ ¿Por qué no le pides ayuda a Tanner? ⎯ pregunté, jadeando mientras subíamos una pequeña colina.

⎯ Porque él es peor que yo en esto. ⎯ respondió, con una sonrisa que solo aumentó mi frustración.

La playa estaba tranquila, con apenas unas pocas familias sentadas por la arena. Walker y yo dejamos la nevera portátil rápidamente y esperamos a que nuestros padres acomodaran la sombrilla. Me senté sobre la toalla que lancé en la arena y saqué mi kit de verano.

⎯ ¿Realmente necesitas tres tipos diferentes de bloqueador solar? ⎯ preguntó Walker, mirándome con fingida seriedad.

⎯ Cuando seas tú el que se queme como un tomate, no te voy a prestar ni una gota. ⎯ respondí, alzando la barbilla con orgullo.

⎯ Okey, me da igual. Pero, entonces, ¿quieres competir o prefieres quedarte sentada haciendo castillos de arena? ⎯ preguntó, arqueando una ceja.

⎯ Por favor, te gano en lo que sea. ⎯ respondí intentano no reírme, lo que resultó ser un error.

⎯ Perfecto. Carrera hasta el agua. Si pierdes, haces lo que te diga por el resto del día. ⎯ dijo, extendiendo la mano.

⎯ Y si tú pierdes, llevas mis cosas todo el día. ⎯ repliqué, sellando el trato con un apretón de manos.

La arena quemaba mis pies al principio, pero pronto me acostumbré. Walker iba delante, pero aproveché un descuido para darle un empujón y llegar primero al agua.

⎯ ¡Hice trampa y aún así gané! ⎯ le grité al salir del agua, riendo mientras él me seguía con una mezcla de frustración y diversión.

⎯ No diría que ganaste, pero supongamos que sí. ⎯ respondió, sacudiéndose el cabello mojado.⎯ Aunque, si lo piensas, ¿no es mejor estar a mi servicio todo el día?

⎯ Sueña, Scobell. Ahora carga esto. ⎯ dije, lanzándole mis lentes de sol.

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El sol se ocultaba cuando todos decidimos que era hora de regresar a casa. Estábamos agotados, con los pies llenos de arena y el cabello revuelto por el viento, pero las risas seguían mientras caminábamos por el sendero de regreso a casa de los abuelos de Walker.

⎯ ¿Quién se queda con la ducha primero? ⎯ preguntó Leena, adelantándose al grupo con su teléfono en la mano.

⎯ Tú siempre tardas mil años. Mejor que Tanner vaya primero, es el más rápido. ⎯ respondió Walker, recibiendo una mirada indignada de su hermana mayor.

⎯ Yo puedo esperar, no hay problema. ⎯ dije, encogiéndome de hombros.

⎯ Claro que sí, Charlotte. No puedes ir a cenar oliendo a bloqueador solar. ⎯ Walker sonrió con ese tono de burla que siempre empleaba conmigo.

⎯ ¡Como si tú no estuvieras igual! ⎯ le repliqué, lanzándole una mirada de reojo.

Cuando llegamos a la casa, los abuelos de Walker ya estaban en la cocina, preparando los ingredientes para la cena. La abuela llevaba un delantal con flores y su cabello recogido en un moño desordenado, mientras su abuelo se ocupaba de encender la parrilla en el patio trasero.

⎯ ¡Por fin llegaron! ⎯ dijo la abuela con una sonrisa.⎯ ¿Quién me va a ayudar a cortar las verduras?

⎯ Yo puedo hacerlo. ⎯ me ofrecí, dejando mi bolso en una silla y dirigiéndome a la cocina. Lavé mis manos con mucho cuidado, asegurándome de estar completamente limpia.

Walker y Tanner fueron enviados a recoger leña para un pequeño fogón, mientras Leena, después de ducharse rápidamente, ayudaba a su mamá a organizar la mesa en el patio. Mi mamá se unió a la abuela en la cocina, conversando sobre recetas y riendo como si fueran viejas amigas.

⎯ Charlotte, ¿puedes pelar estas zanahorias? ⎯ preguntó la abuela, señalando un tazón lleno de verduras frescas.

⎯ Claro, señora Scobell.

⎯ Llámame abuela, cariño. Ya eres de la familia. ⎯ dijo con una sonrisa cálida. Mientras pelaba zanahorias, Walker regresó con Tanner, ambos con ramas bajo los brazos y hojas en el cabello.

⎯ ¿Eso es lo mejor que pudieron encontrar? ⎯ preguntó Leena, arqueando una ceja.

⎯ Lo suficiente para un fogón. Relájate. ⎯ respondió Walker, dejando las ramas junto a la parrilla.⎯ ¿Necesitas ayuda, Lottie?

⎯ No, gracias. No quiero que arruines las verduras.

⎯ Qué confianza. ⎯ respondió, fingiendo estar ofendido antes de desaparecer hacia la ducha.

La preparación de la cena fue un caos organizado. Mientras unos cortaban verduras y otros acomodaban la mesa, el abuelo Scobell supervisaba la parrilla, Tanner no paraba de hablar sobre la playa, mientras Leena trataba de mantenerlo alejado de las bebidas para que no hiciera un desastre. Y por último yo me había tomado mi tan ansiada ducha, sintiéndome como una persona completamente nueva.

⎯ Charlotte, ¿quieres probar la limonada? ⎯ preguntó mi mamá, ofreciéndome un vaso al verme llegar al patio.

⎯ Gracias.

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Después de la cena, el sol ya había desaparecido por completo, dejando que las luces cálidas del patio y las luciérnagas iluminaran el ambiente. Los adultos seguían charlando y riendo en la mesa, mientras yo llevaba los platos vacíos a la cocina.

⎯ ¿Qué hacemos ahora? ⎯ preguntó Tanner, rebotando su pelota de playa de un lado a otro como si no hubiera pasado todo el día corriendo en la playa. En verdad que envidio la energía que tiene.

⎯ ¿Qué tal una maratón de películas? ⎯ sugerí, sabiendo que sería mi oportunidad de imponer mi elección favorita: comedias románticas.

⎯ Ugh, no puedo con tus películas cursis, Charlotte. ⎯ se quejó Walker, poniéndose en pie con una sonrisa burlona.⎯ ¿Por qué no vemos algo más emocionante?

⎯ Porque soy yo quien las elige, y mis elecciones son perfectas. ⎯ respondí, lanzándole una mirada desafiante.

⎯ Yo voto por las comedias románticas. ⎯ dijo Leena, apareciendo detrás de Walker.⎯ Así puedo burlarme de cómo él se pone nervioso en las escenas románticas.

⎯ ¡No es cierto! ⎯ protestó Walker, mientras Tanner, sin entender del todo de qué iba la conversación, solo dijo:

⎯ Pues, mientras haya palomitas, yo veo lo que sea.

Así como quedó decidido, subimos al cuarto de TV de los abuelos de Walker, el cual tenía un sofá amplio, un proyector y una colección infinita de películas en DVD.

Mientras Leena y yo nos poníamos de acuerdo sobre qué películas ver, Walker preparaba las palomitas con Tanner, quien seguía jugando con los botones de la máquina.

⎯ Lottie, ¿segura que necesitas tres películas? ⎯ preguntó Walker cuando regresaron con un tazón gigante de palomitas.

⎯ Absolutamente. Es una maratón, no una película casual. ⎯ respondí con una sonrisa soñadora.⎯ Empezaremos con 10 Cosas que Odio de Ti, luego El Diario de Bridget Jones, y terminaremos con Cómo Perder a un Hombre en 10 Días.

⎯ Demasiado "10" para mi gusto. ⎯ bromeó Walker, dejándose caer en el sofá.

⎯ ¿Tienes algo mejor que hacer? ⎯ pregunté, arqueando una ceja.

⎯ No, pero quiero dejar constancia de que estoy aquí contra mi voluntad.

⎯ Claro, claro. ⎯ dije, mientras Tanner se acomodaba junto a mí y Leena ocupaba el otro extremo del sofá.⎯ Ahora cállate, que empieza la película.

A los veinte minutos, Tanner ya estaba riendo a carcajadas con las ocurrencias de Patrick Verona, mientras Leena lanzaba comentarios sarcásticos que hacían que Walker se riera.

⎯ Este tipo tiene más carisma que tú, Walker. ⎯ dijo Leena, refiriéndose al protagonista de la película.

⎯ Por favor, yo podría escribir un poema mucho mejor que ese. ⎯ respondió él, haciéndome rodar los ojos.

⎯ ¿Ah, sí? Escríbelo y luego hablamos. ⎯ dije sarcásticamente. Leena chocó los cinco conmigo.

Para cuando llegamos a la segunda película, Tanner ya había caído dormido con la cabeza apoyada en mi hombro, y Leena estaba más interesada en enviar mensajes por su teléfono que en la trama.

⎯ Charlotte, ¿por qué siempre eliges películas donde los protagonistas se odian primero y luego se enamoran? ⎯ preguntó Walker en voz baja.

⎯ Porque es divertido. Y porque, de alguna manera, el odio inicial hace que el amor sea más real. ⎯ respondí, sin apartar la vista de la pantalla.

⎯ Interesante. ¿Entonces eso significa que aún hay esperanza para nosotros? ⎯ preguntó, con esa sonrisa suya que me sacaba de quicio.

⎯ No te emociones, Scobell.

Cuando terminamos la tercera película, Leena ya estaba dormida y Walker había terminado las palomitas él solo.

⎯ Bien, Charlotte, admito que no fue tan terrible. ⎯ dijo mientras recogía el tazón vacío.

⎯ Eso es lo más cerca que estarás de un cumplido. ⎯ respondí con una sonrisa.

⎯ Lo tomaré.

julieta's space !

holuu, cómo están?? se acuerdan de mí? 😞
bueno, sé que estuve MUY desaparecida en este ff, pero ya me volvió la inspiración y creo que quiero terminarlo por fin!

la verdad me gustaría tener el apoyo que solía tener, pero obviamente muchos lectores lo abandonaron y lo entiendo completamente así que para mí va a ser cómo empezar de cero acá jaksja (igual me emociona un poquito).

bueno, sigo sin recordar MUCHOS puntos de la historia porque realmente me da cringe releer jadjsj. espero ahora poder editar todo y arreglar ciertos errores que probablemente tenga! además creo que mejore bastante en la escritura así que voy a estar corrigiendo MUCHO.