23
— ¡______! —Exclamó mi hermana apareciendo en el cuarto con el rostro transformado de preocupación— ¡¡Dios! ¿Qué es lo que ocurre? —Me tomó de los brazos y buscó mi mirada con desesperación— Estás temblando, vamos _______, dime que es lo que sucede —Nunca la había visto tan preocupada.
—Ch-Chri-Christopher, se llevaron a Christopher al hospital —Y nuevamente las lágrimas en mis mejillas resbalan con peso.
Desesperada, asustada... avisamos a la familia y localizamos a alguien que tuviera idea de cual era el hospital al cual lo habían trasladado.
Apenas el motor del auto de mi hermana se apagara, abrí la puerta y salí corriendo hacia el interior del gran edificio.
No fue difícil encontrar la habitación, afuera de aquella estaba lleno de jóvenes.
—_______ —Sollozó Zabdiel al verme llegar.
— ¿Dónde está? —Ni si quiera me fijé en sus ojos, no hacía más que mirar a los alrededores y poder entrar a ver su rostro de una sola vez.
—No puedes entrar, está en urgencias —Me abrazó y yo la separé enseguida.
— ¡NO! ¡Maldita sea! ¡Tengo que entrar ahora! —Grité furiosa.
—_______, tranquila, saldrá bien ¿Si? —Me sonrió levemente, trataba de calmar mis nervios, mi miedo y mi pena, pero después de todo sería en vano.
—Quiero verlo —Sollocé arrojándome en sus brazos y sin esperar un segundo más, nuevamente estaba llorando.
Una hora después y nada, la gente comenzaba a abandonar el lugar y solo quedábamos la familia, mi hermana, mis padres, Zabdiel y yo.
Dos horas y nada.
Tres horas y seguíamos sin noticias.
—Ya tengo que irme —Me susurró Zabdiel con la voz seca.
—Está bien, descuida —Sonreí sin ánimos y volví a mirar el suelo.
Sentí sus brazos rodear mi cuerpo, entregándome cariño y confianza, y no era la suficiente.
Lo vi alejarse y me quedé sentada sola en una fila de bancas, no quería estar con nadie, solo quería estar en silencio, pensar en él y rezar a dios para que le diera fuerzas y pudiera continuar conmigo, a mi lado.
Un doctor se acercaba por el pasillo y todos nos pusimos de pie.
— ¿Cómo está? —Fui la primera en preguntar, al estar mas cerca.
Solo me miró con frialdad y se acercó a los padres.
— ¿Cómo está mi hijo? —Preguntó enseguida Yenny y mi dolor aumentaba al verla a los ojos rojos y cansados.
—Me tome informales que no se encuentra en buenas condiciones —Musitó sin expresión alguna— Tratamos de estabilizarlo y haremos lo que se pueda.
— ¿Podemos verlo? —Rogué con la voz quebrada.
—Está en coma —Agregó mirándome serio.
—Solo queremos verlo —Pidió Yenny con la voz ahogada.
El hombre de aspecto duro y frío agachó el rostro y suspiró.
—Que sean solo unos segundos. Síganme —Todos comenzaron a caminar, menos yo, quien me quedé estática en el pasillo. Lo quería solo para mí.
Todos entraron y Joel se quedó atrás para esperarme.
— ¿No vienes? —Me miró con los ojos llorosos.
Solo negué con la cabeza.
—Luego voy yo —Susurré.
Y entró en la sala. Me quedé sola y esperé impaciente caminando con las piernas temblorosas de un lado a otro.
—Saldrá bien, saldrá bien —Escuché a lo lejos la voz del padre. Ya salían.
Todos salieron y se fueron sin importar mi presencia a la cafetería de la clínica. La mayoría se encontraban agotados, soñolientos, pero se quedarían todo el tiempo que fuese necesario.
Joel se acercó con las manos escondidas en los bolsillos y besó mi frente para dejarme frente a la puerta de la habitación.
Tomé aire y empujé la puerta para entrar en un cálido cuarto y ahí estaba él, estirado en la cama de sábanas blancas y limpias. Me acerqué con cuidado y las lágrimas hicieron su aparición en el momento en que lo vi conectado a un respirador artificial. Aún así, con vendas, parches por todo su rostro y los labios tajados y sus ojos.....sus hermosos ojos cerrados hacían verlo calmado y tranquilo.
Acaricié uno de sus brazos desnudos y sonreí levemente entre tanto llanto ¿Todo esto es mi culpa? ¿Su desesperación al seguirme lo había llevado a esto? Y no había duda.
—Christopher —Sollocé agachándome y apoyando mi cabeza en su pecho. Ahí estaba su corazón, latiendo lentamente, pero dándome esperanzas y haciéndome saber que él aún seguía conmigo— No me dejes sola, por favor —Las lágrimas rodaban y rodaban por mis mejillas.
Era increíble como hasta podía sentir una de sus frágiles manos acariciando mi cabello en un lento movimiento. Me separé con cuidado y mi corazón se petrificó al ver sus ojos débilmente abiertos, no había sido solo mi imaginación.
—Christopher—Dije en un sollozo y con una leve sonrisa alegre dibujada en mi húmedo rostro.
Solo sonrió con debilidad y noté como sus ojos de a poco se iban inundando en lágrimas.
—_______... —Musitó con los labios cansados, débiles y dolorosos.
—Shh, no, no hables —Sonreí y acaricié su tibio rostro— no hagas ni un tipo de esfuerzo, está bien ¿Si? ¿Tranquilo? —Sonreí conmocionada.
—No —Susurró— Tienes que escucharme —Sollozó.
Movió dificultosamente la mano y atrapó la mía apoyada en el suave acolchado.
—No siento mis piernas y con suerte logro mover mis manos. Mi cuerpo está débil y mi corazón casi ya no palpita —Susurró cerrando los ojos.
—Pero es temporal, verás que luego de días volverás a estar en pie, seguramente quejándote de la rutina —Carcajeé con la voz quebrada y disfrazando molestia, no era un buen momento para andar con los pensamientos negativos.
—Tengo que decirte algo —Y nuevamente los dos ojos iluminados en su rostro se acoplaron a los míos.
Sentí una puntada en el corazón y me preparé psicológicamente para escuchar fuese lo que fuese.
—Yo y- yo..... yo si te amo _______ —Sollozó apretando mi mano derecha con las pocas fuerzas que recorrían su cuerpo.
Sentía que el aire me faltaba, que mi mundo se detenía y no había más música que un te amo de corazón, saliendo de sus cálidos labios. Volvía a derramar lágrimas.
—Te amo y no se como pude ocultarlo y negarlo tantas veces, me siento un completo inútil y ahora.....ahora ya es tiempo de que lo sepas, de que siempre y para siempre te amaré. Estoy enamorado de ti _______ —Me miraba con los ojos hundidos en lágrimas y más sinceros y profundos que nunca— Lamento haberte hecho sufrir amor, de verdad que no quería, sentía que no era el indicado, pero es que ya no puedo resistir más. Te amo y ahora que lo se y lo confieso, no se como podré dejarte aquí —Sollozó elevando una mano para alcanzar mi mejilla y acariciarla con ternura— Pe-pero volveremos a vernos y estaremos juntos —Sonrió entristecido y las lágrimas no paraban de brotar y caer.
— ¿Dejarme aquí? —Sollocé con la voz desentendida, aunque en el fondo sabía muy bien que era lo que estaba diciendo y no quería reconocerlo...era de esperarse que nunca lo haría.
Solo sonrió con debilidad, pero aún así dulce y cariñoso. Con su temblorosa mano sujetando mi rostro me fue acercando pacíficamente, sin apresuro, a su rostro.
—Te amo —Susurró sobre mis labios y mi cuerpo se estremeció enseguida. Las mariposas iban y volvían, los nervios no parecían querer desaparecer y con su mano sujeta a la mía, parecía volar al país de nunca jamás.
Sus labios volvían a capturar a los míos, con esa exquisita sensación de amor y me sentía orgullosa y enormemente feliz al poder afirmarlo sin temor alguno. Suave, exquisito, delicioso y placentero jugaba con mis labios, a pesar de ser uno de los momentos más dolorosos, era el más dulce y sincero, era el beso que sellaba nuestro amor.
Su mano que apretaba intensamente a la mía, sin dolor alguno, dejó de hacer presión y me alejé para verlo una vez más a los ojos, más él ya los había cerrado.
—Christopher —Susurré agitando suavemente uno de sus hombros.
La máquina que marcaba el pulso de su corazón dejaba de sonar entrecortado y un largo e insoportable pitido dio un brusco y doloroso golpe en mi corazón.
—Christopher!!!! —Sollocé una vez más y lo agité inútilmente.
Era en vano pero aún así no quería admitirlo.
— ¡Christopher! —Exclamé desesperada— ¡No! ¡Por favor no! ¡No me dejes! ¡CHRISTOPHER! CHRISTOPHER POR FAVOR!!! —Grité cayendo en su pecho— Por favor —Rogaba llorando— Por favor Christopher, no me dejes aquí,no no no —Abrasé su cuerpo inmóvil.
Cuando ya me sentía parte de él, entraron con apuro, médicos y enfermeras.
— ¡Despejen el área! —Exclamó uno y una señorita me tomó de los brazos.
—Vamos, tiene que salir de aquí —Me dijo con la voz entristecida, quizás me entendía.
— ¡NO! ¡NO! —Grité ahogada en llanto mientras me sacaban a tirones de la habitación.
Entre gritos desesperados, vi como su cuerpo indefenso y tranquilo se desvanecía de mi vista, mientras era rodeado de doctores y comprendía.....comprendía que ese sería el último recuerdo que tendría de su hermosa imagen.
Dos meses después.
Acostada en mi cama, suspirando una y otra vez sin remedio alguno. Las imágenes pegadas en mi mueble me ayudaban a sonreír de vez en cuando. Sus sonrisas, y expresiones divertidas nunca podrían irse de mi cabeza y lo más importante era que me había amado y lo haríamos por siempre.
—Te tengo algo —Apareció la voz de Joel por algún rincón de mi habitación.
Me senté en la cama y le sonreí.
— ¿Qué es? —Pregunté con curiosidad al verlo jugar con un papel en las manos.
Se sentó a mi lado y me entregó la hoja.
—Lo encontré en su habitación ¿Recuerdas que para tu cumpleaños todos escribimos algo para ti y Christopher tacho lo que había escrito? —Sonrió emocionado.
Solo asentí y desdoblé la hoja de papel.
"No me agrada que crezcas, te vuelvas más madura y yo sigo siendo un niño de cinco años, pero no puedo hacer nada, aunque con los años te vuelves más linda. Ya tienes 17 y no hallo el momento en el que me vea todo un adulto, con mi propia casa, mis hijos y tú como la madre de ellos ¿Te imaginas? Que divertido sería, así que no te sorprendas si un día de estos te pido matrimonio.
Gracias por ser la mejor _______ y de verdad lamento todos esos momentos en los que te hice enfadar, pero debes saber que me agrada verte enojada, no lo sé, solo me divierte. Espero que siempre estés ahí, no tienes la idea que me haces falta día tras día, se podría decir que te amo, tu comprendes.
Sigue siendo por siempre la graciosa, simpática, tierna, dulce, gruñona e insoportable que eres.
_______ y Christopher por siempre"
El nudo ya hacía presencia en mi garganta y no pude evitar desatarlo apenas terminé de leer.
—Esto, esto parece más una carta para una novia—Reí con tristeza y a la vez emoción.
—Es que él siempre te amó ¿Verdad? —Sonrió con nostalgia y me refugió en sus brazos.
Últimamente,desde que ocurrió todo, Joel había sido el que estaba ahí para apoyarme, siempre con la palabra justa, como de costumbre y era lo que de verdad me hacía falta en el presente y de seguro para el futuro.
— ¿Quieres algo de beber? —Susurré y me puse de pie, más ni si quiera alancé a escuchar su respuesta cuando todo mi alrededor comenzó a girar a gran velocidad y pronto mi vista se nubló.
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