1.
El azabache estaba sentado en la sala de esperas del hospital, su madre le había dicho que espere ahí ya que está iba a ver cómo se encontraba una de sus tías, la cuál estaba enferma.
Bufó pesadamente, se levantó del asiento y camino por los pasillos buscando la salida, el olor a alcohol inundaba sus fosas nasales, haciendo que se mareé en el camino, estaba aburrido así que iba a esperar a su madre en el auto, ahí tenía guardado un manga que leer, y su mamá seguramente sabría que estaba en el auto.
El único problema era que no sabía dónde estaba la salida, habían muchas puertas, personas y objetos que iban llevados de un lugar a otro, por algo su mamá le dijo que espere ahí.
Maldició internamente por no haberse quedado sentado en ese bendita silla, ahora a había perdido por idiota.
Caminó algunos minutos sin saber bien a dónde y pronto fue a dar en una especie de callejón sin salida que daba hacía una puerta grande.
"la curiosidad mató al gato pero murió sabiendo."
El muchacho de diez años entró al lugar, se fijo que solo era una división que daba a una especie de cuarto por donde entrabas a otros lugares , sí, había mas o menos 10 puertas, cada una con un destino totalmente distinto al anterior, iba a darse la vuelta e irse pero entonces unos pequeños estornudos llamaron su atención.
Se asomó a la puerta 31 y fue entonces que vio adentro a un niño azabache, parecía estar solo, acostado en la camilla con muchos cables y vías para suero medicinales que estaban conectados a su pequeño cuerpo, el cuál keisuke deducía que era menor o de su edad.
decidió entrar algo desconfiado.
— hola...
el niño el cual estaba en la camilla pareció sorprenderse que de repente y con tanta naturalidad un desconocido entrará a su habitación.
pensó que tal vez ese niño venía a burlarse por su estúpido estado de salud, el cual odiaba, era un lugar deprimente para él, un lugar que no le gustaba, pero un lugar en el cuál estaba obligado a estar.
— Hola —murmuró con seriedad, mientras se movía algo incómodo de la camilla. — ¿Qué necesitas?
Baji el cual estaba en la entrada de la habitación se rascó la nuca nervioso. — es que te escuché estornudando y me asome, estamos en épocas de cerezo, el polen te puede estar afectando. — Señaló la ventana abierta la cual estaba algo cerca de la camilla.
El de orbes dorados miró hacia la ventana e hizo un pequeño resoplido.
Al parecer era por eso que estuvo estornudando toda la maldita mañana.
—¿podrías cerrarla? — Pidió avergonzado, keisuke asintió entrando por completo a la habitación y cerrando la ventana.
— Gracias, ahora estoy algo solo así que fuiste de gran ayuda.
— ¿y tus padres?
Keisuke notó como el niño se removió nuevamente incómodo.
— Solo tengo mamá pero ella está que trabaja, así que no puede visitarme muy seguido...
El azabache se maldició a sí mismo por ser tan preguntón.
— Perdona...
El muchacho miró a baji y sonrió levemente, el pelinegro lo miró confundido.
— Tranquilo, estoy acostumbrado a estar solo en este lugar. — explicó tranquilamente haciendo que baji sienta tristeza escuchar decir eso del pelinegro.
— ¿Desde hace cuánto estás aca?
— Desde los 8 años, me detectaron cancer, específicamente de hígado. - contó el muchacho el cual no estaba acostumbrado a hablar a menudo con gente que no sean las enfermeras.- pruebas por aquí, pruebas por allá, ya sabes.
keisuke lo miró apenado. — lo siento mucho... — Susurró.
— No importa, no me quejo de nada. — Sonrió resignado de su vida, quería tener alguna esperanza, que en algún punto se recuperaría pero se le hacía muy difícil pensar eso. últimamente todo estaba en su contra.
Miró nuevamente al azabache, no quería dar pena a un chico el cual ni siquiera sabía su nombre, que vergüenza.
— ¿Me dirías tú nombre? — pidió keisuke haciendo que el contrario lo miró desconfiado.
— ¿Para qué?
— ah, no lo sé, solo tengo curiosidad. — confesó. — si no quieres no hay problema, si gustas me presentaré yo primero. me llamo keisuke baji, tengo diez años. — Pronunció con una gran sonrisa en su cara, el chico de orbes oro juró que era una de las sonrisas mas cálidas que había recibido en su corta y desgraciada vida.
— Me llamo hanemiya kazutora, también tengo diez. — Murmuró en voz baja.
Baji asintió. — tienes un lindo nombre. — dijo con sinceridad, haciendo que el contrario sonría débilmente por el cumplido. — ¿y tienes amigos?
kazutora evitó posar en los profundos orbes marrones de keisuke, pensando en que decir.
— Realmente no tengo porque todos se terminan burlando o riéndose de mí... — El chico se quedó callado por unos segundos pensado si contarle o no, hizo una mueca, suspirando nuevamente. — Hubo un tiempo en el que tuve una recuperada falsa, se suponía que ya me había curado, entonces volví a la escuela y todo fue normal hasta que conocí a un niño que solo me uso para darle dinero y se burló de mí cuando le conté sobre mi enfermedad. — Pronunció kazutora incómodo, baji lo observaba sin expresión alguna. — A los meses tuve una recaída, al parecer el cáncer volvió, así que bueno...
— Ese chico es un imbécil. — Espetó con molestia. kazutora asintió y se acomodó sentándose en su camilla, baji el cual estaba parado en frente de la camilla de pie se sentó en una silla la cual estaba a lado de una de esas mesas metálicas, en dónde se veían bastantes pastilla y jeringuillas.
— ¿Y tú mamá cada cuánto viene?
— Al veces llega en las noches a visitarme, hay días los cuales simplemente no llega ya que está bastante ocupada con su trabajo, así que tampoco la puedo culpar.
— Debe ser triste estar lejos de tu mamá.
— Supongo que sí pero tengo a enfermeras que son bastante buenas conmigo. — Formuló con una leve sonrisa.
Ambos pelinegros siguieron conversando, sobre sus series favoritas, películas y gustos, perdiendo la noción del tiempo.
— ¿Entonces te gusta quemar autos solo por qué tienes hambre? ¿acaso no estás exagerando un poco? — Se burló kazutora.
baji soltó risas.
— ¡Exagerar es perfecto!
A keisuke le había sorprendido lo bien que se estaba llevando con el chico, podían estar hablando por horas y no se aburriría nunca.
— Escucha kazutora. — Baji lo miró fijamente, sonriéndole, haciendo que kazutora lo mire nervioso. El azabache mostró su dedo meñique. — hagamos una promesa, estaré contigo ¿de acuerdo? estaremos juntos, así que partir de hoy tu y yo somos amigos.
— Baji...
— Seamos amigos, ¡sin ningún interés!
El pequeño hanemiya lo miraba sorprendido ante todo lo que había dicho, este asintió y junto su meñique con la de aquel niño tan extraño y amable al mismo tiempo.
Formando una promesa que iba a ser cumplida hasta el final.
Ambos se miraban con una sonrisa pero fueron interrumpidos por un grito.
— ¡keisuke! — gritó una mujer con desespero desde la entrada de la habitación. — ¡Estaba muy preocupada! hijo no te pierdas así, gracias a una enfermera que me dijo que te habían visto a un niño por aquí.
— Lo siento ma... — Se disculpó, el azabache se levantó de la silla yéndose con su madre la cual lo abrazó. — Iba al auto pero me perdí y me quedé aquí charlando con un amigo...
La mujer soltó a su hijo y miró al pequeño chico pálido, está le dedicó una sonrisa llena de cariño, cosa que hizo hacer que kazutora se sienta avergonzado.
— Un gusto pequeño, soy la madre de este niño piromano. — Se sostuvo en los hombros a su hijo. — Ya sé que andas quemando coches por la calle, keisuke... — Susurró con reproche la mujer haciendo que baji tiemble. Al parecer alguien iba a estar castigado sin tele por una semana.
Kazutora soltó una pequeña carcajada, baji se avergonzó.
— Un gusto señora, mi nombre es kazutora. — Saludó cordialmente.
— Un gusto igualmente, mi amor. — dijo con cariño la mujer.
El azabache avergonzado empujó a su madre fuera de la habitación haciendo que la mamá se ría ante ese hecho, baji regresó nuevamente a la habitación.
— Lo lamento, debo irme.
— No te preocupes, adiós. — Sonrió triste el niño, pensando que tal vez nunca volvería a ver a su "amigo"
El azabache estaba por salir de la habitación pero volteó y le sonrió nuevamente. — Vendré otro día, te lo prometí, ¡hasta luego!
El azabache salió de la habitación y empezó a hablar con su madre de regreso al auto.
Keisuke pensaba en el mal estado de kazutora, sientiendose deprimido por eso pero baji estaba seguro que kazutora se recuperaría y mientras él estaría a su lado, ya que volvería a ver a kazutora.
Hizo una promesa que la cumpliría hasta el final.
Aclaraciones:
𔘓 Esta historia no tendrá más de 12 capitulos.
𔘓 Los capitulos serán cortos.
𔘓 Actualizaciones a lo random pero trataré de ser seguida <3
𔘓 La historia será triste, no pago terapias.
𔘓 Fanfic Bajitora.
𔘓 Pido perdón si hay alguna falta ortográfica, trato que sea la menor posible.
¡Sin más que decir espero les guste este fanfic!
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