In another life
In another life
We would wake up close
Stay up late and watch the sky
So you could see the snow
Keiji despertó casi sin respiración. Como si hubiese sufrido apnea, su respiración volvió a la normalidad cuando sintió sus brazos acercándole más a él, cuando vio su rostro dormido, tranquilo.
Le acarició la mejilla con suavidad. Koutarou sonrió entre sueños, ignorante de la pesadilla de Keiji. Aún era de madrugada, había muy poca luz, y por las facciones de Koutarou tan sólo eran iluminadas por el blanco de la pequeña lamparita que tenían en la mesilla de noche junto a la foto de su boda.
Keiji también sonrió, aunque realmente no podía evitar sonreír todos los días de su vida al lado de alguien como Koutarou, que lo adoraba, que le trataba como si fuera lo más importante del universo, y casi ni se podía creer la suerte que había tenido de haber encontrado a alguien así, tan puro, tan bondadoso. ¿Cómo no podría enamorarse cada día más de él? ¿Quién no podría?
Era tan feliz que a veces llegaba a pensar que era un sueño, y quizás por ello de vez en cuando le atacaban pesadillas como esas. Pesadillas en las que Koutarou se iba de su vida como arena entre sus manos. Esta en particular había sido bastante intensa.
Solo imaginar a Kou en esa cama, marchitándose como una flor en invierno, hacía que las lágrimas acudieran a sus ojos de nuevo. Sentía los rastros que habían quedado en sus mejillas, señal de que había llorado durante su sueño.
Eso le pasaba por ver películas tan tristes antes de dormir. Debería dejar de hacerlo.
No pudo contener su sollozo, y aunque no era lo suficientemente ruidoso como para despertar a Koutarou, quien normalmente dormía a pierna suelta aunque cayese una bomba, siempre parecía tener un sexto sentido cuando se trataba de Keiji.
—¿Kei? ¿Estás bien? ¿Por qué lloras?
—Sí, sí... —intentó secarse las lágrimas pero no le dejó, haciéndolo él mismo y dándole pequeños besos por las mejillas—. No pasa nada, Kou, yo...
—Estás llorando —sentenció, y Keiji no podía mentir a esos ojos dorados preocupados—. ¿Qué ha pasado?
—Solo ha sido una pesadilla —dijo, y Koutarou le acarició el cabello suavemente.
Sus brazos eran fuertes, musculosos, fruto de ser un atleta profesional. Su piel era cálida, bronceada y su voz era fuerte, como siempre lo había sido.
—Si la cuentas, no se hará realidad —sonrió.
Era algo infantil que le recordaba a cuando de pequeño se despertaba con pesadillas y su madre le decía lo mismo. Estaba seguro que a Kou también se lo habían dicho.
Pero a Keiji no le importaba lo infantil que fuera. Haría lo que fuera para que esa pesadilla nunca se hiciese realidad.
—Estabas enfermo... —empezó—. Y yo... no podía hacer nada para evitar que...
Calló, incapaz de poder decirlo. No quería ni pensar de nuevo en la imagen de Kou sin respiración mientras le abrazaba. A cambio, un sollozo sustituyó sus palabras.
—Está bien, Keiji. Todo va a estar bien —le abrazó más fuerte, y era lo más reconfortante para él en esos momentos.
Sus manos intentaron rodear la ancha espalda de su esposo, sin éxito. Pero eso no le disgustaba en lo absoluto, de hecho, era aún más tranquilizador. Kou empezó a decirle cosas bonitas al oído, y una de ellas le afectó más que el resto: Eres hermoso.
Pero esta vez no lo leía. Lo decía con su voz, entre muchos te quiero. Sus manos eran fuertes, sus ojos no se veían cansados, su sonrisa era incluso más radiante que en su pesadilla.
Una vez más calmado, Keiji se fijó en la ventana.
Nevaba.
Algo irónico dado que en su pesadilla, Kou moría un día nevado. Pero ahora no temblaba de frío, uno de sus pies estaba, de hecho, fuera de la manta que cubría a ambos.
—Kou, está nevando.
Su esposo dio un pequeño salto en la cama y giró aún con Keiji entre brazos para poder ver la ventana. Una gran sonrisa se instaló en sus labios al ver los copos de nieve y Keiji era débil al ver esa alegría casi infantil en su rostro.
—¡Es verdad! ¡Nieva!
En su ciudad era raro que nevase, así que no era de extrañar que Kou siempre se entusiasmase con ella. Koutarou se aseguró de que había dejado de llorar y se levantó, dispuesto a abrir la ventana y sacar la cabeza por ella.
Keiji no se lo impidió. Aunque eran las tres de la madrugada y si abría la ventana se helaría la habitación previamente caliente por la calefacción. No le importaba con tal de ver feliz a su marido.
Y así fue. Koutarou sacó la cabeza y parte de sus hombros, riendo como un niño pequeño mientras alzaba las manos para intentar atrapar los copos de nieve mientras Keiji, arropándose con la manta por encima de los hombros, caminó hacia él y le abrazó por detrás, sin importarle que su abrigo se cayese al dejar de sostenerlo.
Koutarou era lo suficientemente cálido como para protegerle del frío del invierno japonés. Era lo suficientemente fuerte como para abrazarle, levantándole del suelo, y dar vueltas con él alrededor de la ya fría habitación. Su voz era fuerte y alta, suficiente para que el vecindario entero se enterase de lo mucho que le quería y lo hermoso que era.
Estaba ahí, sonriente, feliz, vivo.
Y era todo lo que a Keiji le importaba.
In another life
I could fall asleep
So I could call you beautiful
With every part of me
¡Hola! No, no estoy muerta xD. Solo he estado ocupada con muchas cosas y fanfics y cumples y etc... But aquí os traigo un OS Bokuaka el cual es un regalo para mi mejor amiga :) Si os habéis leído "In another life" en AO3 (un Bokuaka muy angst) entenderéis las referencias aquí. Me dieron ganas de dar mi propia versión del final y aquí está :)
Las canciones son covers de Tik Tok. Buscad "In another life" y os aparecerá (entre millones but). Wattpad no me deja poner links directos so xd.
¡Y bueno, espero que os haya gustado!
Nos leemos :)
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