🅒🅤🅐🅡🅔🅝🅣🅐 🅨 🅞🅒🅗🅞

Lentamente se escuchó como algunas gotas de agua se estrellaban contra las hojas, seguidamente arreció hasta que se volvió en una tormenta a mitad de la noche.

Los ojos café de cierto erizo verde quedaron estancados en la mirada desbordante de color celeste que lo veía con sentimientos encontrados. Su corazón latía como si estuviera cerca de su oreja, podía sentir cada ligero golpe.

—¿Q-Qué has dicho? —susurra Manic mientras su cuerpo tiembla ligeramente.

Scourge lo apresa un poco más contra la pared de aquella casa. Se nota que está sufriendo demasiado contra lo que sea que le esté provocando esa droga.

—Y-Yo... —trata de no mostrarse débil—. Manic yo no quise decir eso... —menciona intentando retractarse de sus palabras, pero es demasiado tarde, no puede ocultarlo. Manic le ve fijamente mientras su mente se encuentra sumida en la incredulidad, no sabe cómo reaccionar ante ello.

¿Acaso había escuchado mal?

¿Scourge le decía la verdad?

—¿Q-Qué? —masculla intentando comunicarse—. ¿Qué es lo que dices?

El lobo mantiene el rostro serio, sabe que ha metido la pata y de esta no se salvará ni aun negando lo que su boca ya ha dicho. Lamenta el momento en que tuvo que inhalar ese polen.

—E-Es verdad —dice rindiéndose— lo que te he dicho es verdad.

Scourge lanza más quejidos debido a los efectos de la droga en su cuerpo. Se aleja de Manic mientras intenta reprimir los efectos en su cuerpo.

—P-Pero dijiste que esto era solamente una relación perro maestro... —Manic se acerca un poco pero con precaución—. Nunca dijiste que tú y yo...

Scourge sonríe irónicamente.

—E-Esta claro que mentí, Manic eres tan ingenuo —dice rindiéndose triste—. No existe una relación así, no existen mortales con poderes en el aroma, es solo la imprimación... —le confiesa.

Manic se detiene mientras siente que algo frío acaricia su cuerpo.

—¿Scourge?

Scourge vuelve a verlo a los ojos.

—No me di cuenta antes; me di cuenta hasta días después cuando reconocí tu aroma. No puedes definir el aroma en su totalidad, no de cualquiera, solo el de tu alma gemela —sus ojos brillan de una manera enternecedora—. El aroma no puede mentir, te dicta quién es tu pareja. Siempre pensé que no la encontraría, hasta que te conocí y entonces supe que no debía ir a otro lugar.

Manic se sonroja inevitablemente, sus ojos también se muestran sorprendidos por la franqueza de esas palabras. Ya que algo que sabe perfectamente es que Scourge es demasiado sincero para su gusto. Quedan en silencio mientras ninguno baja la mirada, aquello tortura al lobo, eleva sus manos buscando abrazar a Manic, pero el menor retrocede levemente mientras él sostiene su intención.

—Manic, sé que no es nada fácil, pero yo estoy tan enamorado de ti que no me importa tener que fingir ser un mortal para estar contigo, que no me importa renunciar a mi manada... —Scourge continúa hablando mientras se ve tan triste— solo quiero estar contigo, porque eres lo único que logro sacarme de ese pozo de oscuridad en el que estaba. Mi vida sin la manada no tenía propósito, pero cuando pude estar a tu lado, soñé con nunca irme... —su voz se quiebra ligeramente mientras guarda silencio.

Scourge baja sus manos mientras, su rostro se ve en penumbras por la tristeza. Lo que más temía estaba sucediendo, por eso no había tenido el valor de hablar con Manic.

—Perdón por mentirte, pero si te lo decía desde el principio, me ibas a tratar de loco y te alejarías de mí y eso... era lo que menos quería —se disculpa ocultando su profundo dolor—. He perdido todo lo que he amado... no quiero perderte Manic —dice por último.

Manic logra distinguir entre la oscuridad y las pequeñas iluminaciones que provocan los rayos, que lágrimas caen del rostro del lobo. Aunque realmente no esperaba ser el quien se confesara le agradecía a Scourge por su gesto tan valiente y arriesgado de ser él quien diera el primer paso.

Aunque aún aquello parecía una locura, se dio cuenta de que era lo que estuvo esperando por tanto tiempo. Desde el primer momento en que se dio cuenta de sus sentimientos, de cuando escuchó al lycan decirle que había encontrado a su mate, de cuando se sintió tan triste de pensar que no era él.

Pero siempre fue él, en todas las palabras y actos de Scourge.

Sonic y Tails tuvieron razón.

Ahora era su momento, debía aprovecharlo, sus pies le acercaron al chico delante de él. Sus manos temblorosas se dirigieron hasta el rostro cabizbajo del lobo. Scourge rápidamente le vio extrañado y confundido por su actuar. Pero algo muy distinto había en Manic, sus ojos lo irradiaban, era algo nuevo.

—Eres un lobo muy sensible —le sonríe mientras con sus dedos le retira las lágrimas—. Pero supongo que no estoy molesto por esto...

—Manic... —Scourge se mantiene quieto.

Manic sonríe de una manera en la que el lobo estuvo muy seguro de no haberlo visto antes.

—Debo decir que es extraño escucharte hablar de esa forma tan especial... tus deseos, tus sueños, y lo que tanto tiempo me ha herido al creer que no era yo tu mate —su sonrisa se mantiene intacta—, hasta que pensé en la posibilidad de que quizás te gustaba, pero vamos era ridículo, un chico tan cool como tú, enamorado de mí. Alguien seguramente se burlaría. Pero ahora, estoy seguro y te agradezco por todo lo que has hecho por mí.

Dos brazos rodearon el esternón del lobo mientras un rostro sonrojado se ocultaba sobre su pecho.

—Yo tampoco quiero alejarme de ti Scourge... —escucha decir a Manic.

Scourge se mantuvo estático en el lugar, su corazón latió tan fuerte que sintió que hasta Manic podría sentirlo. Sus manos rodearon al erizo entre su pecho y su rostro se tornó distinto.

—¿L-Lo dices en serio? —pregunta creyendo que tal vez solo era un sueño, lanza un quejido de felicidad.

Manic le ve brevemente, asiente y desvía la mirada.

—Sí... —menciona sin poder verlo a los ojos.

De repente siente como la mano de Scourge le sujeta del mentón. Su mente queda en blanco cuando siente la suavidad de los labios del lobo sobre los suyos. Abre los ojos con asombro al sentir como miles de mariposas revoloteaban en su estómago a causa de sus nervios. El lobo se separa de él mientras sonríe.

—L-Lo siento creo que eso fue inesperado para ti —se disculpa cuando mira a Manic incrédulo de lo que acaba de hacer.

Suelta al erizo mientras Manic lleva sus manos hasta su boca.

—M-Mi primer beso fue con un lobo —dice Manic con asombro e impresión.

Scourge se ríe de lo que le dice mientras trata de controlar su cuerpo.

—Pues también fue mi primer beso con un mortal y supongo que no hay mucha diferencia en ello —menciona con diversión.

Manic le ve ofendido.

—Oh cállate lobo experto —le dice, pero de nuevo sus labios son apresados por los del lobo que le besan nuevamente.

—¿Y qué tal el segundo? —se aleja con una sonrisa.

Manic se sonrojó, se hace un ovillo en el suelo mientras no puede contestar.

—D-Demasiadas emociones en una noche —menciona Manic nervioso.

El lycan se avergüenza.

—Creo que es algo subjetivo eso de los besos —dice mientras se rasca la nariz.

Manic se sienta sobre el piso mientras trata de calmarse y poner en orden sus emociones. Pero de repente ve como Scourge gruñe fuertemente y se aleja de él dando pasos torpes.

—¡¿Estás bien?! —le pregunta acercándose.

La mano de Scourge sobre el aire le hace detenerse.

—Quédate justo allí —le pide Scourge sonrojado, se ve levemente agitado— oh diablos, debe ser una broma —dice avergonzado—. De sus efectos tiene que ser...

—¿Qué pasa Scourge? Debemos buscar a Espio —le pide el menor.

Scourge se nota muy sonrojado.

—Recuerdas que te hable del celo de los lycans, pues bien Manic estoy en celo y esas flores han sido la causa de mi extraño y no muy común comportamiento —dice apenado y buscando algo donde encerrarse—. Mi calor está en su punto máximo y solo pienso en... —se detiene en sus palabras y dándole la idea al menor.

Manic se sonroja cuando nota las miradas del lobo sobre él.

—¡¿Eh?! P-Pero la primera vez no fue así...

Scourge sigue gruñendo.

—P-Parece que fue una mala idea confesarte mis sentimientos en este momento, nunca había tenido problemas con esto, pero hoy... justamente hoy con esas flores, tenía que ponerme más intenso con... —Scourge retrocede, siente como el aroma de Manic se vuelve cada vez más adictivo y no quiere incomodar al erizo.

Manic entonces se percata que el lobo comienza a verse inestable, empieza a sudar y a temblar. Scourge cae al suelo mientras se encoge, su cuerpo arde y su respiración es tosca.

—E-Es demasiado... —se queja el lycan.

Manic nunca se detuvo a pensar en cosas tan tontas como su primer beso o peor, su primera vez. Para él eso era irrelevante y por lo tanto algo tan estúpido que no merecía ser digno de recordar, al menos eso pensaba.

—¿Dijiste que existe una forma de disminuirlo? —le cuestiona con temor, pero desea ayudar a acabar con el dolor de Scourge.

El lobo le ve fijamente.

—Si, pero no pienso arruinar esto con mi problema hormonal —le responde sentándose— solo necesito estar lejos, se me pasará —pero aunque trata de alejarse, su cuerpo no se mueve y su interior a gritos pide liberar la tensión.

Manic tiene claro que no sabe en qué problemas se va a meter, pero es que el lobo está sufriendo demasiado a causa de esas flores.

—D-Déjame ayudar —le pide con nervios y casi con terror.

Scourge le mira aterrado.

—Manic no... no quiero que sea así. No puede ser así —se niega.

—P-Pero se nota que sufres, dijiste que podrías controlarlo y no lo estás logrando.

Scourge se aleja unos metros torpemente.

—D-De eso se trata la imprimación, supongo que al estar contigo, mi cuerpo libera las feromonas necesarias para atraerte y ya sabes... pero no eres un lobo y eso no te afecta, pero a mí me tortura —le contesta lanzando quejidos.

Manic siempre fue tímido en muchas cosas, especialmente las sexuales. Pero en ese momento, necesitaba ayudarlo, seguramente dolería.

—Entonces, hazlo. No soy como tú, pero si puedo ayudar yo quiero... que tú estés bien y si es de ese modo yo no me opondría a que tú... —explica sonrojado de tan solo pensar en que esa noche...

Él y Scourge...

Los ojos del lycan imploran por acabar con su tortura.

—M-Manic por favor, no es necesario —le suplica Scourge al ver como Manic se acerca y se lanza a abrazarlo—. N-No...

Como una ola del dulce aroma de Manic sus fosas nasales se sienten felices de sentirlo tan cerca. Su alfa interior pide a gritos que lo tome y haga suyo, tal y como lo dicta su naturaleza.

—No tienes que sufrir, solo ten mucho cuidado yo nunca he estado con alguien de este modo... —le pide con mucha vergüenza.

Scourge lucha contra su alfa interior, se niega a tener que recurrir a su bajo instinto. Vuelve a sentir como las dos manos de Manic le sujetan del rostro mientras une sus labios, se niega perder la cordura, pero no se resiste, no puede.

—Manic... solo dime si estoy yendo muy rápido y saldré de este lugar hasta que me sienta calmado —le pide.

Como respuesta Manic asiente, siente como los dos fuertes brazos de Scourge le apresan en el piso, las manos de este sujetan sus muñecas y las sitúa a los costados. Un nuevo beso comienza mientras se nota la pasión y desenfreno que el lobo siente por él.

Manic solo se limita a sentir en ese momento lo que Scourge le provoca, su espalda siente algunas descargas eléctricas mientras sus manos son liberadas. Termina el beso y observa como Scourge se detiene a verlo fijamente, en esos zafiros puede ver el deseo creciente de poseerlo, de tenerlo.

Manic se muestra nervioso, estaba seguro de que el porno no era un buen maestro para entonces y aunque sabía que ocurriría no podía evitar sentirse nervioso.

—No lo haré aquí —dice Scourge de repente, sus manos atrapan el cuerpo de Manic y se incorpora. Con dificultad se mantiene en pie y camina hasta una puerta. Recuesta al erizo sobre la puerta mientras de nuevo comienza un beso voraz.

Manic siente como una de las manos de Scourge acaricia su espalda, desciende lentamente degustando sobre su ropa, aquel cuerpo. De nuevo el lobo se detiene y termina abriendo la puerta. Da unos pasos y deja caer a Manic sobre una cama posteriormente el erizo observa como el lobo se quita sus pocas prendas y trepa a la cama sobre él.

—Aquí estarás mejor, no quiero lastimarte —le dice preocupado.

Manic le sonríe muy apenado y asiente. Aunque después no puede evitar sentirse apenado al ver que Scourge se encuentra sin su ropa sobre él y él aun conserva la suya. Las cosas parecen climatizarse en la habitación, Scourge se dirige a la frente de Manic, deposita un sutil beso mientras desciende dejando un pequeño camino de besos sobre las mejillas del erizo.

En su cuello se mantiene quieto, olfateando el aroma dulce que le vuelve loco; le besa con suavidad cuidando de no ser brusco con el erizo. Manic siente cosquillas y su cuerpo se remueve, le causa una sensación agradablemente incómoda que Scourge le olfatee.

Las manos de Scourge bajan palpando el cuerpo bajo suyo aunque por momentos se detiene al ver como Manic lanza suspiros enternecedores. Una de sus manos baja justamente hasta el borde de su playera, sus ojos se elevan hasta pedirle permiso a Manic para poder proseguir. Dando por entendido que sí, uno a uno va desabrochando aquello hasta que el pecho del menor se puede apreciar. Manic se muestra aún más apenado, sus mejillas lo delatan con tanto esmero; siente una descarga cuando Scourge suspira sobre su pecho y se recuesta sobre este.

Su corazón late tan frenético que le causa vergüenza el lobo lo pueda sentir.

—Esto es tan reconfortante —susurra el otro mientras deposita besos en aquella zona sensible.

Manic tira el rostro para atrás cuando siente uno de esos besos cerca de su pezón. Sabiendo que quizás Manic es más que sensible de esa zona, el lobo vuelve a pasearse dejando más besos.

—S-Scourge... —le pide Manic muy avergonzado.

El lobo le sonríe pícaramente; dejando la tortura sus manos deslizan la playera por los hombros de Manic hasta sacársela y tirarla lejos. Del mismo modo Scourge le desabrocha el pantalón hasta quitárselo por completo y dejarlo únicamente en su ropa interior.

Manic siente tanto pánico que tapa su rostro al verse del mismo modo que el lobo. Le daba pena mostrar su cuerpo, no era esbelto y mucho menos poseía algún atractivo a diferencia de Scourge. Pero las palabras desmedidas del lobo le hicieron verle tan indefenso.

—Eres delicadamente hermoso.

Scourge podría ser todo lo que cualquier chica siempre soñó, pero era obvio que sus estándares de atracción se basaban en otras cuestiones. Al ver a Manic de ese modo solo le hacía sentirse más seguro. No lo veía como algo de poco valor, al contrario, Manic era como un pequeño y frágil tesoro que él gustosamente deseaba cuidar.

Sus fuertes manos se dirigieron hasta las piernas del erizo mientras las abría un poco más y se colocaba entre estas.

—E-Espera —dice alarmado Manic, a lo que el lobo enseguida se detiene.

El lycan se frena de golpe.

—¿Estoy siendo brusco? —dice avergonzado.

Manic niega, trata de relajarse y se acomoda en la cama.

—Solo me gustaría abrazarte —dice el menor abriendo sus brazos.

Un nuevo beso inicia mientras ambos se dedican a disfrutar de esa sensación, sus corazones laten tan fuertes que el aire es escaso. Scourge retoma la tarea, pero esta vez va más despacio, sus dedos acarician la piel de los muslos y lo masajean. Con un poco más de atrevimiento acaricia hasta en los glúteos en donde roza por encima de la piel suave. Manic lanza un gemido y al mismo tiempo tapa su boca.

—Nunca tuve el valor suficiente para decirte todo lo que sentía —Scourge se detiene mientras poco a poco desliza la única prenda que le queda a Manic hasta que se hace una en el suelo.

Manic cierra los ojos con pena mientras insiste en cubrirse el rostro y cierra sus piernas meramente por instinto, ya que es claro y evidente que tanta caricia a surtido efecto en su cuerpo. Sus manos son retiradas con delicadeza y los dos zafiros que alguna vez le dieron miedo en ese momento se mostraban con amor y pasión.

—Desde antes de saber que se trataba de mi alma gemela, me pareciste lindo. Frágil como una rosa, transparente como una gema y tan reconfortante como si te conociera de toda la vida —dice viéndole.

Manic no puede apartar la vista, las palabras del lobo le han cautivado, su garganta esta seca y su corazón galopea frenético al escucharlo.

—Me hubiese gustado que esto fuera de otra forma, quizás menos hormonal y te prometo que lo compensaré cuando las cosas estén más en calma.

Manic lanza un gemido al sentir como algo amenazaba con entrar en su interior. Con pena observó un poco más abajo de su vientre y pudo ver claramente el tamaño del lobo.

—¿E-Eso es tú? —sin darse cuenta pregunta de manera nerviosa aquello.

Scourge se sonroja al escucharlo.

—¡N-No es la gran cosa en sí, yo tendré mucho cuidado! —le calma.

Manic entonces le mira.

—Confió en ti —dice cerrando los ojos.

Scourge suspira, tampoco es que tenga muchas ideas sobre el sexo —y es que en esos temas aún no es experto— pero de cualquier forma debía cuidar de Manic. Su tarea como alfa es cuidar de su omega, claro Manic no es uno como tal, pero aun así la experiencia debía ser memorable. Llevó sus manos hasta los glúteos, se colocó en posición mientras comenzaba a entrar lentamente.

Manic sintió como algo resbaladizo comenzaba a entrar en él, se removió al sentir como era corrompido en ese momento, algunos quejidos eran sonoros. Scourge se detenía por momentos mientras sentía como toda su extensión era abrazada por aquel erizo que luchaba por mantenerse calmado. Sus manos juntaban los glúteos del otro hasta que por fin un sonido en seco le hizo entender que su primera tarea ya había finalizado.

Manic sintió como todo su cuerpo era abrasado por una intensa ola de calor; su parte baja dolía sin medida, podía sentir como Scourge lo reclamaba con tan solo tenerlo de ese modo. Sus piernas se volvieron pesadas y su vientre se veía un poco hinchado.

—"No es como si fuera alguien normal con quien estoy" —pensó cuando sus ojos derramaron diminutas lágrimas.

Las manos de Scourge se acercaron a su rostro mientras con besos quitaba aquellas lágrimas salinas. Cualquier mínimo movimiento provocaba en el lobo una sensación de placer, pero a pesar de que su instinto le pedía saciar su hambre, debía esperar por Manic.

—No puedo negarlo —le toma del mentón— eres exquisito —le susurra besándole en la comisura de los labios.

Manic corresponde mientras siente como el lobo comienza a moverse lentamente, al principio es difícil más cuando la sensación de incomodidad le acompaña. Algunos quejidos siguen saliendo de su boca hasta que siente como Scourge sale por completo de él. Lanza un gritillo al sentirse vacío nuevamente y sus piernas pesan.

Scourge parece estar teniendo problemas, se ve tan desesperado. De nuevo le toma y entra por completo hasta quedarse quieto. Manic entonces abre la boca en busca de respirar mejor. Lentamente Scourge se mueve en su interior acostumbrándole a la sensación, moviéndose con suavidad y lentitud mientras sus manos acarician las piernas del otro.

Manic empieza a sentir un deseo desbordante hacía el lobo, algunos destellos verdes se desprenden de Scourge como si fueran pequeñas hadas que revolotean a su alrededor.

—S-Scourge —dice agitado y sintiendo como el lobo entra más profundo en él.

El lobo comprender aquello, le comienza a embestir un poco más rápido y profundo. Manic se revuelca en la cama, sus manos se aferran a las sábanas mientras es estimulado por el lobo.

Scourge le sujeta de la cintura para poder entrar un poco más en su interior, sus manos hacen que sus estocadas sean certeras y un sonido obsceno acompaña a cada estocada. Las piernas de Manic se dejan caer a los costados mientras disfruta de ese acto.

Scourge se nota bastante fascinado en su tarea, a pesar de que no es como lo hubiese querido, lo disfruta. Sus ojos no se apartan del hermoso rostro perlado de Manic, con la mirada perdida en el placer, esas mejillas tan rojas y sus labios abiertos en busca de tomar el aire que le es arrebatado cada vez que se inserta en él.

—Manic estoy muy cerca —le avisa al erizo mientras sus vaivenes aumentan de intensidad.

Manic lanza un pequeño grito al sentirlo más agresivo, su vientre tiembla cuando en su interior la presión aumenta. Dando algunos golpes más Scourge termina dentro del erizo y Manic por instinto se aferra a él mientras su interior está siendo llenado por la semilla de Scourge.

Manic se relaja sobre la cama mientras trata de recuperarse de su primer orgasmo, al fin había tenido su primera vez y aunque fue de lo más bizarro, Scourge fue muy tierno con él. Sus ojos se dirigen al lobo que respira agitado, sus manos están en ambos costados de su cintura. Dentro de su interior siente como algo ejerce presión y se eleva, se da cuenta de que el lobo no ha terminado con su tarea.

—¡¿Scourge?! —le llama al ver que el erizo no se mueve de su lugar.

El susodicho le mira apenado.

—E-Esto es tan vergonzoso —dice desviando la mirada—. No te alarmes, no ocurre nada malo... verás después de hacer esto, en los lobos es normal que sé dé este estancamiento. Básicamente si fueras un omega o una mujer, me aseguraría de que por medio de esto tengas a mis cachorros —le cuenta como si fuera lo más normal.

Manic le ve con sorpresa y luego siente como aquello no lo deja liberarse del lycan.

—¿Y-Y cuánto tardará? —le pregunta avergonzado.

—Entre 20 y 50 minutos, todo depende de la emoción con que lo he hecho el acto —se ríe torpemente el lobo.

Manic entonces se sonroja aún más. Ya de por sí era una vergüenza estar de ese modo con el lobo y luego le sale que van a estar conectados por algunos minutos.

—¡Siempre revelas las cosas en los momentos menos inoportunos!—le reprocha.

—Es que esto solo sucede con la persona que deseas tener siempre —se excusa.

Manic le ve avergonzado, se tapa el rostro mientras Scourge se recuesta sobre él. Siente como el lobo se aferra a su pecho mientras le besa ligeramente.

—Podría vivir de este modo por siempre —menciona maravillado de estar con Manic de ese modo.

El menor le mira con reproche.

—No es que quiera quitarte el ánimo, pero no pensarías lo mismo si fueras yo —dice con ironía.

Una risa sale de los labios del lycan.

—Te amo —escucha que le dice.

Manic entonces suelta un pequeño quejido.

—Scourge... —dice con pena— no digas eso... no cuando estamos así —le pide.

El lycan le mira tiernamente.

—Te amo Manic y nunca dejaré de hacerlo —le promete cerrando los ojos.

Manic solo puede negar mientras desvía la mirada por unos minutos.

—Yo también te amo... —menciona, pero entonces escucha como algunos ronquidos salen del lobo. Sus ojos se enfocan en él y se da cuenta de que se ha quedado profundamente dormido abrazándolo. ¡Genial, primero tienes sexo y luego te duermes! —grita tratando de despertarlo, pero se da cuenta de que es inútil.

Manic se relaja, sabe que no puede hacer nada. Aunque ya ha terminado con el lobo, aun mira esos destellos verdes a su alrededor, no está seguro de que se trate, pero algo es seguro.

—Son hermosos —dice cerrando brevemente los ojos.

Lentamente el sueño comienza a ganarle, sus manos se aferran a la cabeza del lobo hasta que cae dormido.




































*Gritos de perra loca*





























Ya pues xD ya les di lo que tanto esperaban 😂

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top