🅥🅔🅘🅝🅣🅘🅣🅡🅔́🅢
Entre sus manos sostenía un recipiente que contenía en su interior varias píldoras de colores. No es que no gozara de buena salud o que de repente cayera enfermo, pero su suegro tenía una estricta dieta, rutina de ejercicios y suplementos para su cuerpo.
Porque era más claro que Sonic no era un mortal únicamente. Estaba parado junto al fregadero de la cocina, algunas cajas aún estaban en la mesa principal y otras en la entrada. Hace tan solo unos pocos días que llegó a ese lugar. Pero aun así no debía descuidar su rutina.
—Con lo que odio tomar pastillas —dice viendo celosamente lo que debía consumir por su salud— y justo me tiene que atacar otro problema —se queja renegando su suerte.
Habían pasado unos tres días desde que algunos síntomas aparecieron en su cuerpo, sensaciones que únicamente podrían significar una cosa, pronto estaría en celo. No es que fuera tan marcado en las primeras semanas, al menos no era evidente, pero con el paso de los días se volvería una locura y tortura para su cuerpo y mente.
Si los primeros síntomas eran un terrible dolor de cabeza, mareos, fiebres y náuseas era claro que en el día más fuerte desearía tener solamente esos cuatro padecimientos. No fue mucho después de su boda que descubrió los padecimientos que sufren los lobos en especial los omegas. Y es que hasta en ese punto descubrió su rol dentro de una manada. Claramente, Sonic nunca podría pertenecer a una y menos por su condición híbrida, por eso Shadow se preocupa tanto porque nadie de con su paradero, ya que en ningún mundo podría ser aceptado.
Sonic sabe que si no toma su medicina, el cazador podría molestarse mucho por ello, saca dos píldoras y las toma. Su rostro hace muecas mientras se asegura de cerrar el recipiente correctamente.
—Son tan amargas —menciona dejando de lado la botella de agua y yendo a caminar por el lugar.
Cada cierto tiempo debían mudarse con Shadow, ser esposo del último cazador no era una tarea para nada sencilla. Solo para estar con él tuvo que someterse a exámenes de rutina y evaluaciones que avalaran su "mortalidad" debido a la gran importancia que tiene ese ser para la sociedad en la que viven.
Justamente pasaba una semana que Shadow volvió a pedirle que empacase sus cosas porque el gobierno le dio la orden de mudarse nuevamente a otra casa de manera temporal. Las primeras veces fueron difíciles, pero luego Sonic se acostumbró a ese tipo de vida.
Su amor por Shadow era tan grande que no le importaba cuántas pruebas debía hacer o cuántas veces debían mudarse, siempre acompañaría a su cazador por el arduo camino que poseía. Eran pocas cosas las que llevaba, sin mucha ropa, sin nada material que considerara importante.
La casa en la que estaba, ya la conocía desde hace mucho tiempo antes, se encontraba construida en una colina que poseía un amplio jardín en donde podía observar el pueblo pues había un mirador extenso en el que floreaba un enorme cedro de quizás miles de años. Podría decir que sin duda esa casa era más una mansión por la extensión de terreno que contenía.
Después de su boda, aquel lugar fue el primer sitio en donde pasó la mayor parte de las muchas experiencias maritales que recordaba con Shadow. Salió caminando hasta atravesar el jardín y llegar hasta el mirador, poso sus manos sobre este para observar la ciudad. En tan solo dos años Sonic aprendió lo que su suegro tuvo que memorizar en casi sesenta y cinco. Su mente era brillante, audaz y muy retentiva y mucho más cuando fue reforzada con su mitad lobezna.
—Al menos Blue ha sido un buen chico, me ha ayudado mucho su compañía —susurra sintiendo el viento por detrás de su espalda.
Realmente si retrocedía en sus primeros días de matrimonio, los calificaría como una total pesadilla. Era claro que no conocía absolutamente nada de la vida del cazador, y peor aún su rutina así que tuvo que ingeniarlas. Sonic siempre fue un chico sencillo y simple, ama lo minimalista, odiaba las cosas difíciles y ostentosas. Con Shadow tuvo muchos roces en esos aspectos, ya que la actitud del cazador no era para no nada igual a la que conocían en el presente.
De hecho el cazador también tuvo que moldear su actitud para que ambos funcionarán. Shadow era frío, calculador, menos que apático y muy poco comunicativo en todo lo que hacía. Y Sonic era todo lo contrario a él; los primeros meses pensó en que nada entre ellos funcionaría, que llevaron las cosas muy rápido y que seguramente ambos tendrían que seguir cada cual por su lado, pero todo fue distinto cuando Sonic pasó por su primer celo.
Shadow cambió justo en esa época, era obvio que ese sufrimiento no era más que un medio para unirlos y aunque no estuvieron juntos carnalmente, sus almas si lo estuvieron. Sonic lo recuerda tan claro, incluso se imagina aún en esa cama, llorando a causa del dolor de cuerpo, cabeza y la alta fiebre que su cuerpo poseía. No entendía como los lycans podían sufrir tanto en esa temporada y más un omega. Shadow le cuidó, con ayuda de muchas medicinas y paciencia logro irse reponiendo.
No dormían juntos, Shadow era muy respetuoso en el espacio personal de Sonic, pero después de esos días tan amargos, Shadow buscó aún más de Sonic, se preocupó más por él. Comenzó a actuar como debía ser, un esposo para él.
Sonic no era alguien tan fácil de convencer, pues poseía un orgullo que al cazador le gustaba quebrar. Aprendió que a su esposo le gustaba romper el hielo con ligeros cariños y besos, que al final, Sonic terminaba disfrutando y le devolvían a su actitud natural. Cuando su segundo celo llegó, Sonic tuvo la suficiente confianza y seguridad de pedirle a Shadow estar íntimamente con él. Aunque el cazador no deseaba molestarlo de ese modo se percató que cada que las olas de calor azotaban a su amado, le dolía ver a Sonic retorcerse sobre la cama.
La primera vez de Sonic podría describirla como mágica y tierna. Muchos brillos de colores rodeando a Shadow y a él cuando ambos estaban unidos; el cazador fue tan lindo y cuidadoso pese a su actitud agresiva. Lo cuidó y se aseguró que su experiencia fuera un recuerdo agradable para su esposo. Sonic jamás podría olvidar todo lo que le hizo sentir y ese anudamiento que les uniría por siempre.
Sonic al ser un híbrido por ende, no podría procrear. Y el doctor se encargó personalmente de hacerle todos los estudios pertinentes para asegurarse de ello. Claro que eso puso muy triste a Sonic y hasta pensó que su esposo lo terminaría dejando, pero Shadow lo amaba sin igual, tanto que aquello no fue relevante para él.
Sonic se dedicó a estudiar todo lo relacionado con los lycans. Quería conocerlos a profundidad y mejorar su relación con su parte lycan. Ya que hasta la nombró.
—Blue porque tal parece que a mi lobo le gustan las cosas simples como a mí —se ríe tiernamente.
Todas las cosas se volvieron extrañas desde que conoció al cazador y aun así si tuviera la oportunidad de volver a nacer y elegir su vida, estaba más que seguro que jamás abandonaría a Shadow. Pese a sus restricciones era feliz y eso era todo para él. De repente, siente como dos brazos rodean con suavidad su cintura y le atrapan hasta sentir su espalda chocar contra el pecho de alguien.
El aroma a ciruelas era evidente que delataba de quien se trataba.
—¡Shadow! —enuncia Sonic formando una sonrisa entre sus labios y volteando el rostro levemente para verle.
El cazador deposita su cabeza sobre el hombro del erizo y le besa suavemente la mejilla.
—Sonic —le dice con cariño. Sus ojos escarlatas se muestran llenos de alegría al verlo sano y salvo—. ¿Qué haces afuera tan tarde? —le cuestiona viéndole con intriga.
El azulado gira sobre sí mismo, posa sus brazos alrededor del cuello de Shadow y le besa con ternura.
—No podía dormir... —le susurra cortando el beso— creo que de nuevo voy a tener problemas para conciliar el sueño...
Shadow alza una ceja.
—¿Quieres que le diga al doctor? Podría darte algunas pastillas para dormir —le propone.
Sonic inmediatamente hace algunos gestos y lanza quejidos negando aquello.
—¡Paso! Mejor no, ya veré qué hago con ello —le contesta enseguida.
Shadow rodea la cadera de Sonic y le sostiene entre sus brazos mientras junta sus frentes y cierra los ojos.
—No quieres más pastillas, puedo verlo en tu rostro —le responde con una leve sonrisa—. Sé cuánto las detestas Sonic, no trates de ocultarlo —menciona como si no fuera lo más obvio.
Sonic se sonroja tiernamente, baja sus orejitas con pena y niega.
—N-No es eso... es que no quiero seguir molestando al doctor —miente.
Shadow reconoce a Sonic como la palma de su mano, si por él fuera, dejaría todos los suplementos que su padre le da.
—Si en unos días sigues igual, llamaré al doctor. ¿De acuerdo? —finaliza alejándose de él.
Sonic se rinde y acepta.
—De acuerdo cazador...
Shadow se coloca a su lado mientras le toma de la mano y la entrelaza con la suya.
—En la reunión me informaron que tengo un descanso prolongado, según GUN no hay peligro por el momento; pasaremos juntos estos días antes de que salga otra misión —le cuenta.
Sonic se llena de alegría, no puede evitar esconderla. ¡Claro que cada que ve a Shadow se pone de ese modo! Pasaba semanas sin verlo o estar con él, su única interacción era por medio de mensajes de texto.
—¡Eso es lo mejor que me ha pasado esta noche! —medio grita entusiasmado, suspira y disipa sus emociones. Luego su vista se vuelve a la distancia, aquel momento pareció volver al pasado, a la primera vez que Shadow y él hablaron de su matrimonio, de sus vidas, de sus sueños, de ellos... justo después de su primer celo—. ¿Recuerdas la primera vez que mi celo llegó? —le menciona con gracia— también tuviste que llamar a tu padre porque no sabías lo que me ocurría.
Shadow parece mostrarse avergonzado, más porque como cazador era algo que debía conocer, pero desconocía en su totalidad.
—Si, y me topo con la noticia de que mi esposo es un omega —le sonríe levemente— pero un omega muy aventurero, travieso y quizás con problemas de identidad en alguna manada. En serio me sorprende que hayas herido a Infinite y salieras vivo, eres un lycan demasiado valiente.
Sonic se ríe ante esas oraciones, era obvio que su condición no era ningún impedimento para él. Si debía defender a Shadow lo haría.
—Él quería hacerte daño y no lo iba a permitir —expresa con seguridad.
—Lo se Sonic, nunca dudas en acudir por mí y eso lo aprecio demasiado.
Sonic se acerca hasta quedar recostado sobre el pecho de su amado.
—Hablando de eso... ¿Tienes noticias sobre Infinite y sus lacayos?
Shadow endurece su postura.
—No del todo, pero los lycans se han alejado, aunque sabes que no me confió de eso y aunque eso es un mal augurio para las criaturas mágicas... —besa la cabeza de Sonic—. Aun así quiero pasar unos días contigo, he estado mucho tiempo fuera y te he echado de menos.
Sonic se aferra a él.
—¿Me extrañas?
Shadow le sujeta del mentón y hace que le vea directamente.
—Conoces mi respuesta, y sabes que efectivamente es correcto —le recalca sin dejar de verlo.
Sonic se siente tan afortunado de estar entre esos brazos.
—Sabes que también te he echado de menos, y más cuando me toca mudarme solo —le susurra.
—Lo sé por eso pedí un poco más de descanso, necesito estar contigo y ayudarte con todas las cosas —le responde.
—No son tantas, yo puedo hacerme cargo de ello —le asegura—. Mejor aprovechemos este tiempo para otra cosa —le propone.
—¿Y qué es lo que quieres hacer? —le cuestiona.
Sonic se muestra pensativo.
—Lo que tú digas estará bien.
Shadow sostiene la mirada sobre el firmamento nocturno. Desde que se casó no ha tenido ninguna cita con Sonic debido a que eso lo expone, pero ya habían tenido su primera aparición pública semanas atrás, era algo injusto para Sonic mantenerse de ese modo. Solamente por esa noche querría hacer algo normal con él para hacerlo sentir que nada en su vida había cambiado. Después de todo, lo protegería de cualquier peligro.
—¿Quieres salir a cenar?
—Pero pasan más de las nueve de la noche, además tú dijiste que... —un dedo del cazador se interpone entre sus labios y le hace callar.
—Sé lo que dije, pero me parece injusto no tener un momento normal contigo. Quiero que salgamos juntos como una pareja de esposos ordinaria, que olvidemos que somos totalmente distintos —le explica.
Sonic se llena de ternura.
—Entonces vayamos a cenar a un restaurante italiano —le propone— tengo muchas ganas de comer pasta.
—De acuerdo Sonic. Bien, iré a ducharme y saldremos, ¿De acuerdo? —le informa.
Sonic festeja con un baile de victoria muy breve.
—¡Si cariño! —le responde dándole un beso en la mejilla—. ¡Me iré a cambiar!
Sonic se suelta de Shadow mientras se aleja corriendo para irse a su habitación. El cazador le mira de reojo, aún no puede definir con exactitud las emociones que siente ahora que Sonic se encuentra en su vida. Desde que llegó conoció un tipo de amor muy distinto de los que sintió. Sonic fue alguien que sin quererlo pasó a ser muy importante en su vida. Desde que lo conoció se sintió intrigado por su personalidad tan fresca, amable y sincera. Era como una esperanza andante, un cristal transparente. Era como un rayo de sol que iluminaba su oscura vida.
Por ello un día se juró protegerlo de cualquier peligro. Porque no permitía que nadie se lo arrebataría, incluso si eso significaba volverse en contra de lo que conocía.
—Y más aún si eso significa traicionar a GUN para mantener este secreto conmigo —susurra dándose la vuelta y yendo por el mismo sitio que su esposo.
Porque desde esa noche en donde tuvo miedo de perder a Sonic, se prometió jamás volver a sentir ese temor.
Desde que está con Shadow ha conocido maravillosos y monumentales lugares. Sonic era muy creativo e idealista, soñaba con paisajes surrealistas y Shadow se los cumplía.
Aun así nada podría ser más sacado de ensueño que caminar por las calles nocturnas tomados de la mano del cazador, su esposo y amante. Sonic adoraba sentir la sensación de protección que Shadow le proporcionaba con tan solo tocarlo, era tan reconfortante y única. Cuando Shadow no trabajaba vestía con ropas más cómodas y acorde a la época, pero cuando era el cazador su ropaje era totalmente distinto. Y de los dos modos siempre se veía atractivo para él.
Sonic era más de usar ropa deportiva o poco formal, odiaba la etiqueta y prefería la comodidad. En esa noche irían a cenar a uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad, al que Shadow tenía acceso exclusivo.
Llegaron a la entrada en donde un camarero muy refinado les guio hasta su mesa. Un apartado exclusivo para los agentes de GUN en donde podían hablar de sus temas laborales o personales sin que nadie más se enterase de ellos. A Sonic no le agradaba estar tan apartado de la sociedad, pero Shadow vivía bajo condiciones especiales y estrictas que debía cumplir al pie de la letra.
—Mesa para dos, sus carpetas y vino cortesía de la casa —menciona el camarero sirviendo en dos copas aquella bebida de color corinto. Shadow hace un ademán para que se retire y así quedar solo con su esposo—. Con permiso.
Sonic toma una copa para llevarla a su boca y degustar de ello; ligeramente amargo y suave como le gusta, sonríe cuando Shadow también lo imita.
—Has aprendido muy bien —le dice dejando la copa sobre la mesa.
—Del mejor —se reclina un poco sobre la silla.
Sonic se ríe levemente. Claro que Shadow podría ser un cazador, que se ha enfrentado a las peores bestias mágicas que podrían existir y demás fantasías surrealistas, pero algo era seguro, nunca aprendió de la convivencia de los mortales. Sonic también se volvió en un maestro de su esposo para las cosas que los mortales hacían en su vida. Shadow aprendió a degustar las pequeñas cosas y las más ostentosas gracias a él.
Por eso no dudaba en siempre tratarlo como si fueran iguales.
—El doctor me dijo que estuvo encantado de tenerte unos días sin embargo, me culpa por haberle robado a su estudiante favorito —le comenta Shadow dando otros sorbos de su vino.
—Pero si eso fue lo que hiciste —le contesta con ironía.
—Si, pero me gusta llevarle la contraria —dice sin nada de remordimiento el cazador.
Sonic se ríe, la personalidad de Shadow es exquisita ante sus ojos. Le costó mucho acoplarse a ella, tanto que ahora fácilmente reconoce cuando el cazador habla con ironía o sarcasmo. Sus ojos observan a su alrededor, realmente están ellos dos en ese amplio lugar.
—¿Siempre ha sido así? —pregunta sin percatarse que hablaba en voz alta.
Shadow alza una ceja intrigado.
—¿A qué te refieres? —le pregunta sin entender.
Sonic se da cuenta de que habló demás.
—¡N-No yo solo pensaba en algo! —trata de mentir, pero Shadow le mira de fijamente, casi exigiéndole que le diga explique esa pregunta—. A-A esto, es decir, llevas una vida alejado de todos. Tienes accesos exclusivos, pero siempre estás rodeado en la soledad
Shadow coloca sus brazos sobre la mesa y se acuna en sus manos.
—Desde que soy un niño. El doctor trató de criarme como alguien normal, pero GUN siempre se interpuso. Recuerda que soy una criatura mitológica viviendo entre mortales; para ellos no fue fácil aceptarme en su sociedad. Y tampoco puedo regresar al bosque mágico del cual fui desterrado —expresa con seriedad.
Sonic le escucha con el semblante levemente entristecido.
—Todo era más triste y monótono cuando estaba solo. En mis días de descanso prefería tomar en exceso algunos medicamentos para olvidar mi miserable existencia —dice tomando otro sorbo de su bebida.
—No quiero imaginar eso —menciona Sonic acercando su mano—. Una vida alejado de todos es realmente muy deprimente.
—Demasiado, aun así ahora ya no es así.
Sonic siente una pequeña punzada en su corazón con esas palabras.
—¿Se puede decir que soy algo bueno en tu vida? —expresa lleno de amor.
Shadow lo observa, toma su mano y besa sus nudillos.
—Eres lo mejor que tengo Sonic, nunca dudes de ello —dice desviando la mirada— tanto que casi te pierdo...
Sonic sabe a lo que se refiere, rápidamente trata de alejar esos recuerdos muy turbios de la mente de Shadow.
—Hey no estés triste cazador. Estoy aquí contigo y eso es todo —asegura evitando hablar de ese tema—. El presente es lo que importa.
Shadow se muestra agradecido.
—Nunca le di las gracias a mi padre por traerte a mi vida...
Sonic sonríe.
—Estoy seguro de que él lo reconoce sin que se lo digas.
Ambos eran tan distintos, pero eso los unía, los complementaban. Leyeron sus cartas para posteriormente pedir sus comidas.
[…]
—¿Y no hay ninguna señal de ellos? —le cuestiona Sonic mientras come un helado como postre.
—No y eso me preocupa. La última vez que eso sucedió fue cuando decidieron atacar a los vampiros de manera sorpresiva y lograron liquidarlos —Shadow toca su frente—. No tengo idea de qué es lo que planea hacer Infinite y contando que lo heriste puede ser peor.
Sonic sonríe nervioso.
—Y-Yo solo acudí en tu ayuda —dice nervioso— nunca imaginé toparme con él.
Shadow nada más tiene una preocupación en mente y la tiene justo enfrente.
—Sonic —Shadow le sujeta de la mano y hace que le vea, sus ojos tintinean con un brillo de tristeza—. Si en algún momento, todo esto cae y ni el doctor ni yo podemos ayudarte... quiero que corras por el bosque, corre hasta donde tu aliento te deje ir. Te aseguro que no importa el tiempo que pase buscaré la forma de encontrarte aun así tenga que escapar por siempre de GUN. Pero tú nunca debes caer en manos de la organización.
Sonic se percata de la preocupación de su amado.
—Shadow eso no va a pasar, nunca nos vamos a separar —le consuela Sonic— nací para encontrarte y ser tu apoyo. ¡Nunca me van a atrapar! —le asegura.
—Quiero detener a Infinite antes que todo caiga, y que puedas estar a salvo. Por ello te pido paciencia, pronto tendremos una vida normal —le promete, pero luego su rostro se muestra aún más avergonzado—. ¿Realmente me amas demasiado como para soportar todo esto? —le cuestiona de sorpresa.
Sonic se ve atónito ante esa pregunta.
—Claro que te amo. El amor no es fácil, tiene obstáculos, es agridulce y puede que para muchos sea lo peor. Pero... cuando te veo cazador, no quiero correr a ningún otro sitio sino, solo a tus brazos. Y es por eso que no importa el tiempo o las circunstancias, yo siempre iré detrás de ti y te ayudaré a seguir el rumbo aun así las cosas no sean fáciles para ambos —de igual manera también le promete.
Shadow se incorpora para abrazar a Sonic. Tiene tanto que tiene que agradecerle y tanto arrepentimiento que carga en su consciencia debido a que casi lo perdió para siempre.
—Tengo tanto que compensarte Sonic... —le susurra.
Sonic se acurruca sobre su pecho y cierra los ojos.
Él era todo lo que necesitaba en su vida.
[…]
Salieron del restaurante y dieron un paseo antes de irse a su casa. Sonic caminaba por delante de Shadow mientras saltaba sobre un dibujo de avión infantil. Jugaba como un pequeño niño e invitaba a Shadow. Pasaron cerca de un parque infantil y no se detuvo en querer jugar cuando vio ese pequeño rayado en el suelo.
—¡Vamos, estoy seguro de que es divertido! —le animaba el azul.
Shadow le veía un poco apenado e inseguro.
—Yo nunca jugué algo como eso —dice encogiéndose de hombros—. No tengo idea de que debo hacer.
Sonic se acerca y le da un beso en la mejilla.
—Nunca es tarde para aprender, ven yo te enseño —le pide tomándole de la mano.
Sonic comenzó a saltar mientras cantaba una canción infantil. Luego ayudó a Shadow a hacer lo mismo.
—¿Ves? No es tan difícil —dice con ternura.
Shadow no puede evitar sonreír por la actitud de su esposo.
—Nunca tuve la oportunidad de hacer esto cuando era niño —le confiesa Shadow.
Sonic lo toma del brazo y le lleva a unos columpios para sentarse.
—¿Tu infancia fue difícil?
Shadow suspira pesadamente.
—Mucho, no hay nada bueno que recordar. Madure muy pronto para mi edad.
Sonic se columpia levemente.
—Yo tampoco tuve la mejor infancia, pero durante mis tiempos libres jugaba y aun a mi edad, lo sigo haciendo.
Shadow imita a Sonic y se columpia. Sonic se muestra nervioso, tiempo atrás habló con Shadow sobre un tema en específico, el cual le generó tristeza al saber que no podría tener cachorros y formar una familia. Claro que para Shadow eso no era lo importante, ya que evadió totalmente ese asunto.
—Aun así... ¿Alguna vez pensaste en ser padre? —le cuestiona con un poco de temor.
—Te soy sincero, no —le contesta enseguida.
Sonic permanece callado. De nuevo siente que se metió a hablar demás. Claro que Shadow nota el decaimiento de su esposo, Sonic siempre fue tan transparente como un cristal, muy difícilmente podía esconder sus emociones.
—No es porque los niños no me gusten, pero —Shadow ve al horizonte mientras trata de explicarle—; soy el último cazador, mi trabajo requiere de muchos sacrificios. Ver morir a los que amas, asesinar, destruir, armas... realmente no creo que eso sea algo bueno para enseñarle a un niño —hace una pausa prolongada—. Si tengo la opción de decidir acabar con esta maldición y no imponerla en un inocente, prefiero cargar con todo ello antes que heredarla a un hijo.
Sonic ve triste a Shadow.
—Quizás por eso me comparan mucho con el primer cazador. Nació para fundar la sociedad mágica e imponer orden. Quizás yo nací para poner un fin, pero aún no sé a qué exactamente.
Sonic sonríe mientras limpia sus ojos debido a los nervios que sentía con ese tema, se siente mejor consigo mismo.
—No puedo opinar sobre ti, pero considero que siempre existen otras opciones. Puedes decidir ser el último y no trasferir la maldición, pero también puedes ser padre sin que tu hijo sea de tu propia sangre.
—Sonic sé a lo que quieres llegar —le interrumpe.
El otro solo se encoge de hombros.
—Solo no quiero quitarte el impulso... todos al final quieren tener una familia, sea grande o pequeña.
Shadow no puede evitar sentirse mal por ello.
—Después que pase todo esto, quizás lo podamos hablar más calmados y decidir que es lo que nos conviene. Cuando no haya peligro, mientras esa idea se queda en solamente nuestra charla —finaliza dándole una pequeña esperanza a su amado.
Sonic se muestra sonriente ante esa idea.
—Sabes, yo también provengo de un orfanato. Fui adoptado, pero escapé de casa —se detiene— siempre sentí que nací para algo grande, como que si ese algo fuera cosa de otro mundo y me emocionaba la idea. Cuando por fin pude conocer al doctor casi... casi siento que mi vida era ser como él —se detiene en su charla—. Supongo que ahora el propósito es distinto...
—Si en algún momento sientes que esta vida no es como querías. Eres libre de irte Sonic, te amo tanto que prefiero verte feliz al lado de alguien más que sufriendo conmigo —dice con sinceridad.
Sonic le ve asombrado.
—P-Pero eres mi mate —le recuerda.
—Los mates solo son una condición Sonic. Por eso no debe sorprenderte que haya tantos divorcios entre los mortales debido a ello.
Sonic se incorpora y se posa frente al cazador, le muestra la mano en donde porta su argolla de compromiso.
—¡Esto significa por siempre! —le recrimina—. Te acepté con todo lo bueno y malo —la voz de Sonic se quiebra un poco a causa de la nostalgia—. Los mates nacieron para estar juntos, para encontrarse y no pienso perder al mío por una condición —afirma—. La última vez que me dejaste ir ambos lo pasamos muy mal.
El cazador sonríe con tristeza, obvio que no es necesario que Sonic le explique con mayor detalle a que se refiere. Sabe lo que hizo.
—Lo sé y créeme, que si hubiera un modo de poder enmendar ese error, ya lo hubiera hecho. Debes saber que te amaré toda la vida Sonic —termina el cazador mientras se siente apenado de decir lo último.
—¡Entonces entérate de que es esta vida la que siempre voy a elegir! —le recalca Sonic sin más y se lanza a los brazos del cazador. Ambos se abrazan mientras en el cielo se comienzan a juntar las nubes, anunciando que pronto lloverá.
Lo que no se percataron fue que un extraño sujeto les rastreó después de su salida del restaurante y les siguió hasta ese lugar.
—Encontré al cazador y algo mucho mejor que ese lobo traidor —dice uno de los lacayos de Infinite escondido entre la copa de un árbol y viendo a la feliz pareja abrazarse.
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