🅢🅔🅘🅢


"Ahora estas a salvo pequeño, lamento no poder hacer más por ti".























El sonido de una televisión con electro estática le hizo removerse, era molesta. Sus párpados se removieron suavemente. La sensación de aquella calidez cómoda volvía a pasearse por su cuerpo, se sentía tibio y estaba abrazando algo tan suave. Manic comenzó a despertar mientras sus manos palpaban aquella suavidad que no había sentido antes.

Acarició aquello mientras se sumergía en esa sensación tan deliciosa que le transmitía pero sentía una ligera presión en su cuerpo. Lentamente se topó en una habitación semi oscura, su garganta estaba reseca.

Nunca había dormido tan bien y no recordaba cómo había llegado a su casa pero lo que más le extrañaba era que algo le sujetaba. Descendió la mirada hasta toparse con un bulto, su respiración era pacífica, estaba hecho un ovillo mientras parecía cuidar de él y le apresaba con una de sus manos.

Al de mirada café se le hizo raro, no recordaba haber llegado con alguien y mucho menos dormir con alguien, inclusive nunca había dormido con alguien antes. Manic entonces recordó por medio de flashes veloces lo que había ocurrido la noche anterior. Se topó con el temible hombre lobo que le persiguió tiempo atrás. Su cuerpo se puso rígido al saber que la criatura que atacaba las tiendas y probablemente personas estaba sobre él.

Volvió a temblar mientras sentía el suave respirar del lobo sobre su cuello, era tan suave, tan rítmico como si estuviera teniendo un agradable ensueño con él. Manic sentía un pánico creciente en su pecho pues se preguntaba por qué no acabó con él.

Aun sin tener una respuesta clara, quería salir de allí. Por más que trató de liberarse, la fuerza de la bestia era mayor. Ahora se encontraba mucho más temeroso porque desconocía el destino que le tocaría vivir. Involuntariamente se removía a causa de sus crecientes y notables nervios causando que el lobo se incomodase de su tembladera.

El lobo se removió al sentir como su "peluche" comenzó a moverse un poco más frenético, como si tuviese tratando de soltarse de él; se despertó soñoliento e incorporándose hasta verlo directamente a los ojos.

Manic le sostuvo la mirada, apenas digería que estaba frente a frente al criminal que todos los policías buscaban. Tragó saliva para después sentirse mareado. Esa mirada de color celeste era tan fuerte y pesada; de algún lugar se le hizo conocida. El pelaje era de un verde más oscuro y portaba algunas bandas negras en los costados de sus garras. Pero su mente estaba estancada en solo pensar que quizás su muerte llegaría pronto.

El hombre lobo terminó de despertar y gruñó mientras cerraba los ojos como si fuera atacado por algún fuerte dolor; Manic logró alejarse tan solo unos pasos pero el animal insistía en seguirlo hasta dejarlo bajo su regazo y encerrarlo entre sus brazos, el lobo comenzó a temblar mientras Manic solo le veía sin hacer mucho. El cuerpo de la bestia se encogió mientras el pelo iba volviéndose plumas de erizo de un color que nunca podría olvidar.

—Scourge... —Manic quedó suspendido en el tiempo y espacio al ver que su amigo era el monstruo que lo intentó atacar antes.

El susodicho, se incorporó tomando su cabeza, le dolía harto y lanzaba quejidos. Cuando su visión se aclaró y sus pensamientos fueron nuevamente de él. Se mostró pasmado al ver a Manic debajo suyo.

—M-Manic... —dijo incrédulo.

El menor lanzó un grito debido a la impresión, sus manos tomaron algunos objetos cercanos que lanzo a Scourge mientras el ataque de pánico lo destruía.

—¡¿Qué carajos?! ¡¿Eres el lobo que intentó matarme?! —le obligó a quitarse de encima empujándolo con sus manos inquietas.

El otro cayó sobre su espalda y su cuerpo resintió todo el dolor. No llevaba mucho en que había vuelto a su forma normal, cualquier movimiento brusco era un tormento para sus músculos.

—N-No quería matarte —Scourge se incorporó dando leves quejidos, después de volver a la normalidad le quedaba un dolor y cansancio en el cuerpo pero ahora tenía un problema peor que eso, debía calmar a Manic.

El verdoso se incorporó temblando, con sus manos inquietas y buscando frenéticamente una salida para escapar.

—¡¿Espera a dónde vas?! —le cuestionó mientras veía como el otro buscaba la salida.

—¡No pienso quedarme y que me mates! ¡Además eres buscado por todos lados, no quiero ir a la cárcel! —detrás de él diviso una puerta, seguramente era la salida.

Scourge gruñó, de manera veloz bloqueó la puerta con su cuerpo, evitando que Manic saliera. Éste quedo sorprendido al verlo ser tan ágil.

—¡No te vas a ir, no hasta que lleguemos a un acuerdo! —le amenazó mientras abría los brazos para bloquear la salida.

Manic retrocedió con miedo.

—¡¿Qué acuerdo?! —gritaba alejándose—. ¿Ponerle hora y fecha a mi muerte? ¡No gracias! —inquirió—. ¡Aléjate Scourge! ¡Ahh! —su voz se quebró cuando sintió como el mayor le tomaba con fuerza de los brazos y lo derribaba en el suelo.

Se colocó sobre Manic evitando que escapase de sus manos. Pero éste se negaba a escucharlo, se removía con violencia hasta que inevitablemente se cuerpo cedió al cansancio causado por tratar de escapar. Scourge sintió como el cuerpo del chico se calmo, no era la manera en que deseaba hacerlo pero tampoco tenía tantas alternativas a elegir para hablar con alguien así.

—No te voy a matar, ni mucho menos comer; no soy un vampiro para hacer eso. Escucha, nadie... absolutamente nadie debe saber que soy un licántropo —se acercó a escasos centímetros de sus labios— como te dije antes, por seguridad es mejor que siga siendo un mito.

Manic estaba pasmado.

—¡¿Cómo que por seguridad?! ¡De seguro los policías ya te rastrearon y vendrán por ti! ¡No quiero ir a la cárcel! —exclama negando.

—Deja el drama, justo iba en camino para comer cuando algo me distrajo —le vio directamente a los ojos—, o mejor dicho alguien —le sonríe levemente.

Manic percibe una extraña satisfacción en el lobo.

—S-Son ideas tuyas. ¡Q-Quizás te dieron ganas de comer otra cosa y fuiste detrás mío! —alejaba su rostro que se comenzaba a mostrar apenado.

Scourge sonrió lascivo mientras se reía de las palabras mal dichas por Manic.

—Oh Manic. Verás, mi olfato es demasiado sensible, cualquier aroma puede gustarme mucho o desagradarme como no tienes idea —acercó su nariz hasta el cuello del menor mientras lo olfateaba—. La primera vez que te vi, sentí un aroma dulce que me hizo sentir extraño. No tengo idea del por qué te traje en mi estado lobo y mucho menos tengo idea del porque tu aroma me agrada tanto —le explicó sonriendo con cada palabra que decía—. Pensé que era mentira lo que alguna vez contaron pero tal parece que no. Creo que encontré lo que puede manipularme —de manera rápida se alejó para ver al rostro a Manic— y me gusta.

—¡¿Qué?! —espetó sonrojado—. ¡¿Qué cosas dices?!

—Escucha, hace años alguien descubrió que los licántropos podemos ser manipulados por medio de los aromas. Sinceramente estaba de paso en este lugar y no planeaba quedarme pero ahora tu aroma me hará volver aun así no quiera estar aquí —con lentitud le soltó de las manos, logró dominar los sentidos de Manic y eso le ayudaría a convencerlo.

Se levantó mientras rascaba sus púas, algunas ramitas y hojas estaban atoradas. Manic se sentó en ese lugar mientras le veía ofendido.

—¡¿Insinuas que es mi culpa el hecho que hayas venido a este lugar?! —le señaló mientras elevaban la voz.

—En parte si, tu aroma es el culpable —le respondió el chico sonriéndole de manera coqueta— parece que le agrada a mi lobo interior.

Manic lanzó un gritó ahogado.

—¡Esto es simplemente genial! —se expresó queriendo desaparecer.

Scourge le vio suavizando sus facciones, luego en sus labios apareció una sonrisa pícara mientras llevaba una de sus manos hasta su boca. Al parecer el mayor miedo de los lobos si se cumpliría pero, por alguna razón le dio risa el hecho que fuera real.

—Mira nada más que sorpresa me he llevado. Manic eres tan interesante —le habló con el tono de voz sensual— pensar que tú serías mi perdición, parece que en lugar de querer matarme por esta situación estoy dando saltos de alegría —bromeo.

Manic lanzó un chillido mientras le daba la espalda. Su espalda se tensó al sentir como Scourge le abrazaba, volvió a sentir como aspiraba su aroma.

—Podemos hacer esto sencillo; me dejas aspirar tu aroma un poco más y yo no te haré nada —le hablaba con el tono de voz suave, que casi lo hizo delirar.

Manic se tensó con esa expresión.

—¿Y-Y qué gano con eso? —pregunta soltando un pequeño quejido.

—Nada pero, tampoco puedo dejar que andes libre sabiendo que me has visto... supongo que deberás quedarte encerrado aquí o podemos llegar a un acuerdo~ —el chico sabía dominar la situación a su favor, sus palabras eran como pequeñas caricias que causaban en Manic un revoloteo de mariposas en su cuerpo.

—¡¿Me estás chantajeando?! —le hizo que le soltará al sentirse tan minúsculo ante sus palabras—. ¡Primero me engañas y luego esto! —le recrimina.

—Todo sea por evitar que sepan que existo. Mientras sólo ronden rumores estaré bien y tú también —le confirmó rodando los ojos y cruzándose de brazos—. Y técnicamente no te engañe, te di pistas pero eres muy inocente para eso. Ahora que lo sabes debo asegurarme que nadie más lo sepa —le afirmó.

Manic bajo la mirada al suelo y pensó... no tenía muchas alternativas, de hecho, no tenía ninguna otra. Estaba condenado a estar encerrado en ese lugar si no accedía a lo que Scourge le pedía y tampoco deseaba pasar el resto de sus días así. Pero también si aceptada no estaba seguro del destino que tendría con el lobo.

—Si accedo no me vas a comer, ¿verdad? —le volvió a preguntar elevando la mirada hasta el erizo.

Scourge seguía limpiando su cabeza mientras le observaba. Esos ojos color miel le hicieron derretirse de ternura.

—No Manic, no te voy a comer. Al contrario, tendrás tu vida normal. Solo pido que no reveles mi existencia —le dice terminando ordenar sus púas—. Es más, has hecho algo bueno. Tal parece que tu aroma hizo que viniera a mi casa, ayer no ataqué a ningún negocio.

Manic quería lanzarse de un puente, también se vería involucrado en esos problemas. Mientras el lobo sostenía una sonrisa triunfante, solo necesitaba doblegar un poco más al erizo y estaría seguro.

—Creo que tendré que comprar comida, ya que no te dejaré salir~ —se lamentó falsamente mientras se volteaba, se acercó a unos muebles y se colocó su chaqueta.

Manic se incorporó con temor al ver que el lobo realmente haría lo que le dijo y le sujetó de su chaqueta.

—¡E-Espera! Yo... creo que —se detuvo mientras bajaba la mirada con vergüenza, siempre maldijo su suerte y tal parece que ésta no se cansaba de seguirlo jodiendo—. Si accedo a esa condición, ¿Q-Qué pasará conmigo? En específico...

El otro se volteó viéndole.

—Es simple Manic. Hace años se descubrió que los licántropos, pueden tener una especie de lazo con alguien basado en su aroma. Lo detectan a kilómetros, saben sus emociones basándose en las hormonas y con la voz podemos evitar atacar o podemos defenderlos. Quiere decir que funciona como una especie de relación... perro y maestro. Eso quiere decir que, Manic eres mi maestro pero ni creas que podrás controlarme tan fácil, claro que también corres peligro y debo defenderte de mi ex manada —terminó de hablar.

—¡¿Ex manada?! —le soltó aterrado.

—Claro, somos una manada —dijo de lo más natural— o mejor dicho éramos una manada. Ahora vago solo.

Manic lloraba internamente, solo a él le pasaban esas cosas.

—¿Cuánto comes? Necesito un estimado para comprar —dijo Scourge generando más presión en el chico.

—¡Bien! Supongo que no queda de otra pero ¡Debes prometer que no le harás daño a nadie, ni siquiera pensaras en comerlos! —le dijo casi gritando del horror.

Scourge se rió levemente.

—Claro Manic, puedo hacer eso pero a cambio quiero comida. La desventaja es que siempre tengo hambre y debo saciar mi apetito, por eso atacaba algunas tiendas —se quejaba.

—De acuerdo, creo que puedo solucionar eso... —susurró no tan seguro.

De nuevo unos brazos le rodearon y el hocico de Scourge volvió a pasearse por su cuello.

—¿Entonces tenemos un acuerdo? —le preguntó aspirando más ese aroma que le encantaba.

—¡S-Si! —Manic quería soltarse pero era tan fuerte el otro—. ¡Pero deja de olfatearme pareces un perro!

—Se puede decir que soy uno, pero ¡Que bueno que llegamos a un acuerdo! ¡Ahora si las cosas se pondrán interesantes para ambos! —le soltó mientras le tomaba del mentón—. Otra cosa más, a partir de ahora cuando duerma necesitaré tenerte entre mis brazos ya que eres mi maestro y debo cuidarte —le acarició suavemente la mejilla.

—¡E-Eso no era parte del trato! —gritó con pena—. ¡¿Cómo voy a dormir contigo?!

—Lo siento Manic, así funcionarán las cosas a partir de ahora —bromeo, aunque sabía que sería cuestión de tiempo para poder dormir con Manic.

Mientras el menor se quejaba, al fondo de la habitación la televisión que antes tenía estática mostró una imagen y luego emitió sonido.

Scourge la observó curioso.

"Noticias de último momento, ayer por la noche se registraron más ataques a las tiendas. Algunos curiosos fotografiaron el momento, aunque las fotos se ven borrosas muchos afirman que son auténticos hombres lobos. Agentes especializados lograron evitar que hubieran víctimas y son héroes de esta hazaña. Ampliaremos las noticias en la edición nocturna".

Las pupilas de Scourge se ampliaron al ver que, en la pantalla una figura muy familiar se presentaba aunque estuviera distorsionada era claramente el alfa del que estaba huyendo.

—Ay carajo... —Scourge soltó a Manic mientras se incorporaba—. ¡Maldición esos idiotas se han mostrado ante los mortales!

Manic le vio confundido, el lobo de repente se volvió un caos.

—¿S-Scourge qué pasa? —pregunta con temor.

—Ahora no es un requisito, te vas a quedar conmigo. ¡Si esos idiotas se manifestaron las cosas se van a salir de control!









Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top