Π1:Alpha

Palabras: 6,245
Parte: 1/2
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Sábado 08 de enero del 2022.
Fandom: Strangers From Hell
Au: Omegaverse.
Nota del escritor: Como pueden observar está primera parte es un poco extensa. Tómense su tiempo en leerla, no creo publicar pronto la siguiente y última parte de esta historia, aún me queda bastante para terminarla.
Primera historia del año(?
Me basé más en el webcómic que en la serie para escribirla.



1. Infierno

Tres semanas y tres días es el tiempo que apenas está cumpliendo Yoo Jong-woo viviendo en aquel hostel llamado el Edén. Se supone que solo estaría ahí como máximo un mes hasta conseguirse un lugar mejor y cerca del trabajo-a pesar que desde su primera semana ya no soporta ese lugar debido a la gente que ahí reside-, pero los problemas vinieron el día anterior, con su madre pidiendo parte de su salario mensual.

A pesar de que le explicó de que un pasante que apenas está comenzando a trabajar no gana mucho y apenas es lo suficiente para comer más el transporte, de todas formas ella insistió y tocó el tema de cuánto se "sacrifico" para que pudiera estudiar la universidad, entre otras cosas más, haciéndolo sentir en parte culpable e irritado. También aprovecho la llamada para hablar un poco con su hermana menor, pero en conclusión no le quedó de otra que prometer que le dará parte de su paga apenas se la den la semana entrante, o sea, en cuatro días más.

Por lo que sin más remedio ni alternativa, tuvo que posponer el cambiarse de residencia o conseguir rentar un cuarto en algún sótano decente. Cualquier otro lugar le parece mucho mejor que seguir quedándose ahí. Tan sólo debe esperar un mes más hasta la siguiente paga para así largarse de ese infierno con gente tan extraña.

En general la hora de salida de su trabajo es a las seis de la tarde. Pero en los últimos días se ha quedado hasta dos horas extras con tal de llegar lo más tarde posible a ese lugar donde se aloja temporalmente, para así apenas pisar un pie adentro, ir a dormir directamente a su pequeño cuarto. Incluso trata de levantarse temprano para así desayunar sin la presencia de alguien, tomarse un baño en completa soledad y apenas sale solo cruzarse con la casera para despedirse.

Esta fue su rutina desde la segunda semana que empezó a vivir ahí, dándose cuenta de la clase de entorno y ambiente que hay en ese lugar. Prefiere quedarse la mayor parte del día afuera que estar ahí con toda esa gente que siempre le dan muy mala espina.

Al principio; para nada le preocupó ser el único Omega -aparte de la casera o dueña del lugar- entre los demás huéspedes. Todos son hombres igual que él, pero su segundo género es Beta. A excepción del hombre que vive justo en la habitación de a lado; Seo Moon-jo, el único Alpha del lugar. Quién apenas esta a un metro lejos de él, lo reconoce o sabe que está cerca. Su aroma es imposible de ignorar, no exactamente porque sea fuerte o poco sútil, sino porque, a pesar de que le da mala espina e incluso odie la idea, a su Omega si le atrae en cierta medida.

Quiere justificarse que es algo normal, es el único Alpha entre los demás. Incluso en el trabajo no tiene ningún compañero que lo sea y es con quién se ve casi a diario.

Todo empeoró desde que su novia Min Ji-eun lo dejó hace pocos días, dejándolo con un pequeño vacío existencial que todavía trata de superar y olvidar, cosa para nada sencillo. Su Omega tal vez se sienta muy mal y hasta cierto punto necesitado por el reciente abandonado y que está a un edad no demasiado joven-aún tiene veinticinco años-, pero perfecta para copular con alguien. O eso quiere hacerse creer y justificarse el porque se siente atraído por aquel extraño sujeto.

Las feromonas de Seo Moon-jo le provocan varias sensaciones que ha intentando controlar. Su aroma a canela y cereza es irresistible, debe admitir. Pero no por ello imposible de ignorar. Después de todo, ¿Cómo puede atraerle un raro y loco como él?¡Eso jamás! Es igual de lunático que el resto de ahí. Son cosas que tanto piensa pero jamás se las diría a la cara.

Con el transcurso de las semanas, es que se empezó a preguntar si es peligroso vivir ahí y no solo lo dice por lo raro que son los huéspedes, sino por el hecho de ser Omega. Quiere pensar que no, además él no es débil. Sabe dar pelea, nunca sería sometido por algún Beta cualquiera a menos que el miedo le venza o esté tenga algún arma difícil de esquivar.

"Seo Moon-jo no es Beta" dice su mente lo cuál lo hace suspirar pesado. No cree que ese sujeto le haga daño, últimamente no se lo ha topado ya que siempre procura irse y llegar a un horario para no toparse con nadie de camino a su habitación. Solo los escucha a fuera.

De lo único que se tiene que preocupar realmente no es de ellos, esas personas no deben meterse en su vida personal de esa manera, no son para nada importantes para él. Solo debe concentrarse en su trabajo, e importarle su familia y el hecho de que su celo se aproxima en las siguientes semanas.

-Ojalá comprar un supresor bueno, no sea tan caro....- dice para si mismo bastante pensativo. Con suerte nadie habrá escuchado lo que dijo dentro de su cuarto a esas horas de la noche.

Después de todo, las paredes no son aprueba de ruido. Duda que el de enfrente lo haya escuchado. No puede decir lo mismo de los de alado, aunque una habitación cree que está abandonada porque nunca ha visto a alguien salir o entrar de ahí, pero en la otra está Seo Moon-jo, esté a pesar de infundir un miedo y nervios a los demás, es él único también que trata de mantener su distancia con él cuando nota que está incómodo. No cree que esté tenga especial interés en saber cuándo es el celo de su vecino, sería una tontería.

Mañana es domingo, no es día laboral. Tendrá que ingeniárselas para ver cómo pasar el día afuera, no tiene con quien salir, y será penoso pedirle a su único amigo que también es su jefe que salgan a divertirse. No se lleva bien con alguno de sus vecinos, con él único que sí tenía bastante comunicación era Kang Seok-yoon a pesar de esté tener cinco años menos que él, pero se marchó casi repentinamente hace cuatro días, apenas se quedó ahí una semana entera. Todo muy extraño y sospechoso, pero no pudo hacer nada a final de cuentas.

¿A dónde debería ir? No quiere quedarse ahí, todavía no tiene el dinero suficiente para hacer compras. Solo le queda pasear por varias horas afuera, mientras investiga donde comprar sus supresores. Con suerte en la farmacia hace amigos.

Fuera del Edén, no hay lugar donde no se sienta observado. ¿Ya se estará volviendo loco? Por ser tan conspirativo y paranoico es que su novia Min Ji-eun lo dejó. Pero ella tampoco lo entendió ni escuchó, igual su relación parecía dejada en los últimos meses debido a lo ocupado que están ambos y la distancia. Él viviendo en el campo y ella trabajando en las afueras ciudad.

Tal vez, su futuro es quedarse solo, tal vez debería volver al campo con su madre y hermana para dedicarse a algo ahí como el sembrar su propia comida y ordeñar un pequeño ganado. Con conexión y señal limitada, lejos del ruido de la ciudad.
¿Quién podría soportar a un Omega tan paranoico como él que siempre se queja de dónde vive y hasta de sus compañeros de trabajo? Solo tiene la apariencia de "tierno y adorable", pero la verdad es que ya está harto de todos. Nadie se pone en su lugar.

Realmente, ¿Es alguien hipersensible? Parece que nadie ahí es capaz de comprenderlo.

Quedarse en el Edén es un total infierno.

2. Voz

Yoo Jong-woo se queda dormido tan profundamente apenas toca el colchón, en esta ocasión duerme boca abajo, medio tapado por la sábana y con sus pies chocando contra la pared, como siempre, alejándose de todo lo que lo rodea y sin percatarse de lo que sucede a su alrededor. Esas voces que se escuchan muy bajo de los demás huespedes de las otras habitaciones, pero sobre todo hay una en particular de una las habitaciones de a lado.

Una voz madura que desborda excitación e incita a la locura. Que busca tal vez, ocasionar discordia.

Él lo observa a través del pequeño agujero apenas visible en toda una pared. Lo asecha con alguna intención oculta. Al principio solo fue mera curiosidad, luego se volvió un hábito hasta convertirse en una obsesión el siempre mirarlo por ahí. Fijamente observar cada uno de sus movimientos mientras se aprende su horario para dormir.

Es un fetiche para el espectador admirar al Omega dormir. Pero una clara manera de acoso.

-Querido te puedes resfriar, debes cubrirte bien.- comenta con aparente preocupación al observar que no está del todo bien cubierto por las sábanas.

En esa época hace tanto frío, las paredes delgadas y mal cuidadas son perfectas para que el frío las atraviese sin problema. Al no haber calefacción, corre el riesgo de enfermarse si por las noches no se cubre bien.

-¿Acaso buscas que yo lo haga por ti?- cuestiona en modo de broma, pero rápidamente se lo toma enserio. Creyendo que el Omega indirectamente lo hace para que su acosador entre sin su permiso al pequeño cuarto y lo cubra.-Hace varios días que no nos topamos, ¿Qué tanto haces fuera de casa?- suelta un poco enfadado. Pensando que el más joven lo está evitando lo más posible.- Cariño, debes dejar de desprender ese olor tan placentero, no tienes ni idea de a qué loco puedes encontrar en tu camino que le excite tu aroma natural. - suelta un tanto amenazante sin pestañear por un rato.

Él más que nadie en ese lugar sufre los efectos de tener a un Omega viviendo tan cerca, compartiendo el mismo techo y a escasos metros de distancia apenas están en sus cuartos. Su aroma suave de almendras y coco es sumamente de su agrado. Pero también tiene otra esencia desconocida que lo hace completamente diferente a cualquier persona que haya olido antes. Un perfume tan distintivo que le es imposible de ignorar o dejar de pensar en él todo el tiempo. En los primeros días no lo tomó en cuenta, pero ahora, es tan seductor para su sentido del olfato que lo incita a rozar la piel del Omega.

El auto control de Seo Moon-jo es envidiable, lo que tiene que hacer para no abalanzarse encima de Jong-woo para morder su cuello en esa zona tierna y sensible, para reclamarlo como su pareja.

Sabe que en está época es mayor la probabilidad que los Omegas sin marca usen collar. ¿Jong-woo también usará uno?

-Amor, ¿Es cierto que pronto tendrás tu celo?- interroga más bajo. No le fue difícil enterarse sobre que llegaría esa época difícil para él más joven.-
La pasarás horrible, como un infierno de lo caliente que estarás. Necesitas que alguien te ayude a pasarlo junto a ti...- hace una breve pausa. No niega que miles de escenarios pasan por su cabeza al imaginarse a su querido Jong-woo en celo. Totalmente diferente a como lo ve todos las noches.- Me pregunto, ¿A quién escogeras para que te folle como una perra en celo y expulse su semilla en ti?- añade desquiciado. A veces puede perder el control de sus palabras.

Necesita alejarse de él o hará algo de lo que no se arrepienta.

3. Omega

Al cumplir el mes en la ciudad de Seúl, por fin le pagan su primer sueldo el cuál tiene que darle hasta la mitad a su madre para ciertos gastos que tiene que cubrir en el hospital. El resto solo le queda por ahorrarlo para comer y el transporte a su trabajo. Ahora debe esperar todo un mes entero para tener dinero suficiente y marcharse de allí.

Al siguiente día de su paga, Jong-woo se levantó quizás más temprano de lo usual ya que tuvo unas inmensas ganas de ir orinar siendo apenas las seis de la mañana. Durante todo el camino rezando para encontrarse con nadie, al volver a su habitación, se encuentra extrañamente la habitación "abandonada" medio abierta. Un tanto curioso termina por entrar, sin que haya nadie ahí, se aventura a ver el pequeño lugar, donde se encuentra con cosas que, quizás jamás debió enterarse o acabaría perturbado.

-Espero nadie haya observado por este hueco...- dice al darse cuenta que a través de ese hoyo, perfectamente se puede ver hasta su cuarto. Le causa escalofríos de tan solo imaginar quién mira por ahí.-
¿Vivirá aquí la casera?- se pregunta al ver a lo lejos en una mesita de noche, un portaretrato donde está ella más joven y cargando a un niño volteado de espaldas.- Espero así sea, al menos de ella no me molestaría que tenga un hueco que conecta directo a mi cuarto donde pueda observarme.- suspira aliviado.- Dios, este lugar es horrible, perturbador.

Dentro huele muy mal. En las paredes parece que hay ¿Salsa? Salpicada. Realmente no sabe cómo hace la casera que duerme ahí para soportar el hedor tan asqueroso ¿Acaso la comida se pudrió ahí?

Jong-woo ansioso por regresar a su cuarto y no precisamente para dormir, sino para tapar ese agujero desde el otro lado con lo que sea que encuentre, da un brinco del susto cuando detrás de él escucha el sonido de la puerta cerrarse, lo que causa que se gire de inmediato para ver quién ha entrado, y deseando por un microsegundo, que sea la casera. Así será más fácil de lidear y confirmaría su teoría de que ella es la que vive ahí.

Pero la cosas nunca están de su lado.

-Cariño, ¿No sabes que es malo entrar al cuarto de alguien sin su permiso?

Moon-jo se acerca con un sonrisa de medio lado esperando una respuesta de su parte. Lo acorrala ahí mismo, obstaculizando su única salida.

-¿Y tú qué haces aquí? Esté no es tu cuarto...- le responde intentando demostrar que no le tiene miedo, pero tampoco evita estar nervioso. Además que el fuerte olor desagradable ya lo está mareando un poco.¿Cómo es que el Alpha puede soportarlo tan bien?

-Tengo el permiso de entrar aquí.- contestar sin perder el tiempo. Tan seguro de lo que dice que a Jong-woo no le queda de otra más que disculparse, por lo menos para que lo dejé salir del cuarto.

-Lo siento. No volverá a pasar, de todas maneras ya me iba...

Jong-woo con sigilo lo rodea, Moon-jo solo lo observa en silencio y no mueve ni un sólo músculo, dejándolo pasar para que esté abra la puerta.

Ni bien termina de salir del cuarto para regresar al suyo, Moon-jo lo sigue por detrás para decirle:

-Hay algo que quiero hablar contigo, acompáñame a la azotea.

-Pero tengo que alistarme para el trabajo.- se excusa el castaño. Hay varios motivos por la cual no quiere estar a solas con Moon-jo.

-Aun es temprano.- le recuerda, como si ya supiera a la hora exacta a la que él suele marcharse para el trabajo.-Sígueme.

Jong-woo no tuvo tiempo de siquiera negarse, para evitar cualquier tipo de problemas lo siguió. Además que tiene gran intriga por saber que es lo que quiere hablar con él que requiere mayor privacidad para ir a la azotea, el único lugar donde por lo menos no serán escuchados por los huéspedes.

-Te traje aquí porque si lo hablábamos allá abajo, todo el mundo se enteraría. - comenta Moon-jo apenas llegan arriba.

Es temprano, el sol todavía no sale pero el cielo poco a poco se hace más claro. Jong-woo debe admitir que ése es el único lugar bueno de todo el Edén. La vista es espectacular, y puedes estar a solas por un momento. A las únicas personas que ha visto ahí arriba aparte de él, es a la casera y a Moon-jo.

-¿Qué quieres hablar conmigo?- pregunta muy intrigado, impaciente. Tampoco quiere estar a solas con un Alpha por tanto tiempo estando a días de su celo. Ha oído varios casos donde el celo de un Omega se adelanta por la presencia de un Alpha y viceversa con el rut de estos.

Esperó unos segundos, es tan temprano que sigue haciendo frío. Ya no sabe si está cansado o con sueño.

-¿Qué piensas hacer el día en qué llegue tu celo?- hizo la pregunta menos esperada por Jong-woo.

"Demonios". Es lo que pensó el Omega, alguien más sabe ahora de que se acerca su celo, y no sabe si es malo o bueno que de entre todos los huéspedes, sea justo él. Al Beta de lentes que casi no ve que salga de su habitación, es un pervertido y huele siempre mal. Al otro Beta que tartamudea, es un chismoso y ruidoso, quizás no sea un pervertido, pero tampoco se fia de él. La casera tal vez hubiera sido la mejor opción para que se enterará de su secreto, ella es Omega después de todo y la de mayor autoridad en ese lugar ¿Pero Moon-jo?

-Eso no es de tu incumbencia.- le responde Jong-woo apretando los puños, sin verlo a los ojos. No está del mejor humor para tratar con él.

-Me preocupa tu salud. Te veo más delgado que cuando llegaste aquí, no sonríes, te veo siempre ansioso, nervioso o temeroso.

¿Preocupado por él?¿Es una broma? Literalmente él forma parte de las personas que lo ponen así de nervioso y temeroso. Es su maldita culpa.

-Son mis problemas. No te tiene que preocupar lo que me pase a mí.

-Amor, ¿No entiendes? Tú eres especial. - comienza hablar de una manera que lo hace temblar. Él como le habla con apodos cariñosos lo hace sentir terrible, le incómoda porque le gusta en el fondo. Por eso lo odia de la misma manera.- Eres diferente a todos aquí...- menciona acercándose a él.

-Sólo por ser el único Omega joven de por aquí, no significa nada. - suspira pesado. Sólo lo está molestando por ese mero hecho, es el único Omega que ha pisado el Edén probablemente en mucho tiempo-excluyendo a la casera obviamente-. Él único huésped que desprende feromonas atrayentes para un Alpha, o de eso quiere convencerse. -Si no tienes nada más que decirme, me voy. - se da media vuelta al ver qué el mayor se acerca demasiado a él.

-Buena suerte en el trabajo.

El más joven detiene su andar. No niega sentir ansiedad, miedo de que Moon-jo le diga a los otros sobre que se acerca su época de calor. De tan solo pensar en que los demás se aprovechen de él, le causa asco y coraje. ¿Qué intenciones puede tener Seo Moon-jo al poseer esa información en sus manos?¿Será un indiscreto? No lo sabe, pero tampoco nada pierde con intentar hablar con él.
Solo tiene que ser amable y paciente.

-Moon-jo. - lo llama, se detiene un momento a pensar bien sus palabras.
Entre amenazarlo o ser sumiso, ¿Qué le conviene más para convencer al Alpha de no decir nada?-¿Podrías... No decirle a los demás huéspedes sobre que entraré en celo? - pide mirándolo fijamente.

Sus miradas se conectan por un instante. El mayor parece pensarlo, pero no en la respuesta, sino en otra cosa más que está pasando por su cabeza.

-Por eso te dije que necesitamos hablar. ¿Piensas tomar supresores?- interroga interesado. Su pequeño Omega es tan despistado e ingenuo a veces, pensó que había sido algo obvio con sus indirectas no tan discretas acerca de su atracción por él.

O quizás solo se hace le tonto ¿Quién sabe?

-Si.

-¿Ya los compraste?

-Todavía no...

-¿Cuándo llega tu celo?

-En tres días.- contesta ansioso. No ha comprado sus supresores por ser un irresponsable, sencillamente varias cosas se le atrasaron que le hicieron imposible adquirirlos.

-Tan pronto... - saborea aquellas palabras al pensar en el poco que le queda al Omega para entrar en su época de calor. Igual se suele notar en el aire varias horas antes.-No te preocupes, no se lo diré a nadie. Todo lo contrario, cualquiera de esos betas que se acerque a tu cuarto, me encargaré de que se larguen. No te tocaran ni un pelo. - asegura Seo Moon-jo con seriedad, para gran asombro del contrario.

Incluso aunque no los amenazara, duda que se acerquen al Omega. Ellos saben perfectamente que es la mayor adoración y fijación del Alpha. Y nadie quiere meterse con lo suyo.

-¿En serio harías eso por mi?- le pregunta incrédulo. Se le hace muy difícil creerle. Pero realmente quiere hacerse pequeñas ilusiones.

-¿Crees que miento? Supongo que todavía no confías en mí.- sonríe forzado. Le duele que su querido no confíe en él a estas alturas de su "relación".

-Confiare en ti, si de verdad cumples con lo dices. No quiero pasarla mal esos días, y no tengo otro lugar en donde pasar mi celo. - comenta afligido. No tiene el dinero suficiente para alquilar el cuarto de un hotel más o menos decente por dos noches que es lo que dura su celo.

Incluso considera que cualquier lugar es mucho más seguro que el Edén.

-Ellos no son capaces de oler tus feromonas por más fuertes que estás sean.- explica él. Omitiendo el hecho de que tampoco se acercaran por otros motivos desconocidos para Yoo.- ¿Qué más te preocupa?

-Tú eres Alpha. - le responde directo. Entre esos Betas que le alteran los nervios y Seo Moon-jo que si detecta sus feromonas, no sabe quién es peor.

El de edad más avanzada le sonríe sombrío. Puede entender en parte su gran preocupación, pero le sigue pareciendo gracioso. Se siente como esa tensión "sexual" en el aire que quiere cortar con el filo del cuchillo. A pesar de que Jong-woo lo siga rechazando, en el fondo lo desea que solo pone excusas para alejarlo.

-¿Por qué todavía no has comprado el supresor?- pregunta para cambiar la dirección del tema.

-El más efectivo que hay, cuesta demasiado caro para mí... Si lo compró, moriré de hambre los siguientes días y me pagan hasta el próximo mes.- comienza a explicar.

Ya de por sí no gana mucho en su trabajo, más que tuvo que enviarle dinero a su madre de su primer salario y todavía cubrir su estadía ahí que es muy barata, todavía tiene que pensar en sobrevivir los siguientes días hasta que le vuelvan a pagar. La razón por la cual es más delgado, es que casi no come porque no le alcanza. Pedir un adelanto, no es factible para él.
Ser un adulto joven e independiente, le está saliendo más caro de lo que imagino.

-Una de las razones por la que entre a ese cuarto, no solo fue por curiosidad, sino porque pensé que era de la casera y quizás podía pedirle si es que tiene de casualidad supresores por ahí guardados.- suspira cansado. Omitiendo "que huele muy mal ahí y es perturbador" para no sonar como un grosero.- Es la única Omega aquí, y aunque ella ya no pase por el celo, pensé que tal vez podría entender mi situación.- concluye su explicación.

Le sigue sentando raro hablar de estas cosas con Seo Moon-jo, pero tampoco tiene muchas opciones. Piensa que si se sincera con él de esa forma, puede ayudarlo.

-Realmente no estás pasando por la mejor situación.- dice con cierto pésame. Ser joven en estos días, ahora resulta abrumador. Moon-jo prefiere no comentarle si quizás está siendo sensible, sabe que decirle eso al castaño, lo pone aún más intolerante.- Con gusto te daría de los míos, pero los supresores de un Alpha son diferentes a los de un Omega, y aunque si funcionen, habrá secuelas como dearrea, vómito, náuseas, dolor en...- se detiene en hablar. Ve innecesario entrar en más detalles, el castaño comienza a sentirse angustiado al escucharlo.-No sé si la dueña tenga algunos supresores para ti, la verdad lo dudo. Desde que está en este lugar, por lo general solo se hospedan Betas y Alphas. - aclara él, dando a entender que lleva mucho tiempo hospedado ahí y sabe perfectamente quienes van y quienes vienen al lugar.

-Entiendo.

Yoo Jong-woo en cierta forma aprecia un poco que por lo menos el Alpha haya tenido la intención de darle de sus supresores. Había oído que son más fuertes que los de un Omega y aunque te calman el celo, puede generar secuelas tales como las que mencionó.

-Tu, ¿Realmente quieres suprimir tu celo?- se atreve a preguntar Moon-jo, dejando confundido al más joven.

-¿Qué? Si no lo hago, corro gran peligro.- contesta con obviedad e indignado. -El celo es espantoso cuando no tienes con quien pasarlo.- añade abrazándose así mismo, con ese sentimiento abundante de soledad recorriendo lo por completo.

En el fondo, si dependía de su ex novia. Su cariño, su atención, calidez y feromonas lo hacían sentir muy bien. Y aunque realmente la está superando, le dejó ese hueco existencial. Él es un Omega independiente, pero en estas situaciones, si le gustaría tener alguien a su lado con quién pasar el rato. O por lo menos sentirse protegido en estas fechas que se acercan para él.

Es época de invierno, pero su cuerpo estará tan caliente dentro de los siguientes días.

-¿Qué hay de la señorita Jin-Eun?- menciona Moon-jo con cierto recelo y precaución. A Jong-woo le sorprende que se acuerde todavía de su nombre.

Aunque Seo Moon-jo no lo ha escuchado hablar por teléfono con ella en las dos últimas semanas, no sabe exactamente que sucedió entre los dos.

-Hace semanas que terminamos. - responde con tristeza.

-Que penosa noticia.- dice momentáneamente.-No le daré más vueltas al asunto, ¿Por qué no lo pasas conmigo?- va directo al grano.

-¿Qué?¿Tú y yo?- cuestiona bastante sorprendido. ¿Habla enserio?

Bueno, la diferencia de edad no le importa. Si no que tan loco está y que al igual que los demás y realmente detesta tener que juzgar así, Moon-jo le parece todo un hombre de dudosa higiene.

-¿Crees que no te quedarías satisfecho conmigo?- pregunta con una mueca en sus labios. Jong-woo piensa que hirió ese "orgullo" de Alpha. Debe admitir que esa pregunta le removió algo en su interior. ¿O quizás los tacos de ayer invitados por su jefe, están haciendo efecto?

-Claro que no, es decir... Solo somos vecinos, ¿No será raro? No somos muy cercanos...- explica nervioso, es pésimo en rechazar y más si la otra persona le causa fuertes emociones que chocan, que contrastan.-
Además, ¿Cuántos años tiene usted?

-Jong-woo.

-Lo siento.- se disculpa, quizás fue grosero en preguntarle su edad tan repentinamente. Si bien no cree que el mayor sea alguien viejo, si se nota que tiene más de treinta. Quizás hasta cuarenta.

Moon-jo quién estaba por responderle "la edad que debería tener", como el Omega es diferente y especial para él, prefiere decirla la verdad, así para que haya más confianza en los dos.

-Mi edad... Tengo treinta y seis años.


"Solo son once años de diferencia. No es demasiado." Piensa el castaño, por alguna razón, ahora que mira mejor de pies a cabezas al Alpha, no está nada mal. No es Adonis tampoco, pero le gusta un poco su físico. O quizás sea su Omega pidiendo urgentemente ser follado por tremendo semental. Pensar en ello le apena bastante.¿Será él el pervertido en realidad?

-Si que eres mayor que yo.

-Omega, solo di que sí. No conviertas tu celo en un tormento. Prometo que no te arrepentirás.


Esas palabras y las feromonas que desprendió en ese momento, fueron suficiente para hacerlo caer y aceptar pasar el celo con él.

Es mejor eso que sufrir en soledad, intenta convencerse. Además, solo será sexo. Es una necesidad humana bastante normal, solo que en los Omegas y Alphas es más fuerte.

A pesar de que quiere restarle importancia, con cada hora que pasa, más se pone ansioso. Imaginándose cómo será tener sexo con el señor Seo Moon-jo. ¿Será un salvaje y bruto en la cama? ¿O alguien más suave y lento, delicado? Tantos escenarios posibles, que de tan solo fantasear se ruboriza. Incluso una cosa llegó a la otra y sin quererlo realmente, llegó al punto donde se imaginó inevitablemente, quedar embarazado del Alpha.

Apenas esa idea cruzó su cabeza se sintió nervioso y horrorizado, pensando que sería una total locura quedar preñado de un tipo misterioso y raro como lo es aquel hombre. Pero en poco tiempo siguió fantaseando con eso, hasta el punto que sintió un cosquilleo placentero en su vientre y algo cálido en su pecho. De repente y sin motivo aparente, le agarro una sensación desconocida jamás experimentada en su vida, pero agradable cuando continúo nublando se de imágenes y escenarios meramente ficticios dónde el cargaba un bebé.

Un bebé suyo y de Seo Moon-jo.

¿Por qué aquello le alteraba los nervios, revolviendo sus emociones y pensamientos?

Debe estar enfermo de tan solo imaginar esas cosas.

4. Gracias

Tres días después; al llegar el sábado siendo día laboral pero solo medio tiempo, pidió trabajarlo tiempo completo, para así poder remediar un poco el hecho de que el lunes no podrá trabajar por el asunto de su celo.

Su jefe; Jaeho Shin, sin mayor incoveniente se lo da libre, agregando que debe cuidarse en esta época de calor suya, especialmente si el lugar en donde vive hay algún Alpha cerca y poca vigilancia que le garantice su seguridad. También le propuso a uno de sus compañeros -Específicamente quién más le cae mal- que le haga el favor de acompañarlo para no ir solo al lugar donde se queda a dormir, debido a que esté se rehúsa a tomar un taxi también. Obviamente Jong-woo se negó completamente a qué dicho compañero lo lleve hasta su casa, la principal razón: Le cae tan mal y no confía en él.

-¿Estás seguro de que estarás bien solo?- pregunta su amigo y el Ceo donde trabaja. Bastante insistente como preocupado por él. A pesar de tener su mirada en el celular, eso no quita que se concentre en su antiguo compañero de la universidad.

Jong-woo mira de reojo la pantalla de bloqueo y inicio de esté en su móvil, tiene a su perrito. ¿Cómo le dijo que se llamaba? Cómo sea, le parece tierno.

-Puedo ir solo. Me sé el camino, todavía no me llega el celo, y se defenderme perfectamente. No todos los Omegas son débiles.- aclara Jong-woo un tanto molesto e incómodo de la misma charla.

Siempre "recordándole" su segunda casta y que debe temer por su seguridad en las noches. Aunque técnicamente la ciudad es segura, de todas maneras uno debe andar siempre con cuidado. Más si el lugar queda bastante lejos.
No es la primera vez que tienen esa charla, incluso en la Universidad lo hacían y aunque trata de soportarlo justificando que "se preocupa por él", ya le trae muy cansado hablar de lo mismo.

Empeoró todavía cuándo tocó el tema de su ex pareja. ¿Por qué no hablaron mejor de su perrito? Aquello hubiera resultado mucho mejor.

-¿Qué pasó con Min Ji-eun?

-Hace semanas que terminamos. Bueno, ella me terminó.- se corrige aún más incómodo. El hombre decidió acompañarlo hasta la estación de autobús por lo menos. La mirada del mayor solo delata querer saber mas.- En resumen, no teníamos tiempo suficiente para pasarla juntos, mucho estrés por su trabajo, y ella dice que soy un paranoico.

-Bueno, no estaba tan equivocada.- comenta el Beta encogido de hombros, dándole la razón a su ex.

Jong-woo lo mira de mala gana, aguantando las ganas de mal contestarle. Realmente está harto de todos ellos, ni siquiera en el trabajo se salva de las molestas personas que lo irritan en todo momento de cualquier forma.

Antes de decir algo más, o que incluso el contrario hiciera otro comentario fuera de lugar, una tercera voz habla dejándolos por un momento, en un silencio pesado:

-Oh, señorito de la habitación dos cientos dos. Que alegría encontrarnos aquí.

Seo Moon-jo, tan calmado pero con una sonrisa de cortesía-parece un poco forzada-, y desconocidas intenciones. Esa mirada sombría que a más de uno le causa escalofríos o extrañes. Jong-woo no sabe si fue un entrometido al presentarse o al contrario, lo salvo de aquella incómoda conversación con su superior.

En esta ocasión viste más formal, trae un saco encima que oculta su ropa abajo. Quizás de su trabajo. Siempre ha tenido la gran curiosidad de saber en qué es lo que trabaja.- Trae zapatos más relucientes y de alguien muy recto. Es raro verlo vestido así. Cómo si fuese alguien realmente ocupado y trabajador. Todo lo contrario a cuando está en el Edén.


-¿Qué haces aquí?- pregunta sorprendido el castaño, algo nervioso pero no con miedo. Recordando de repente, que esa misma noche la pasará con él apenas se presente su celo.

-Saliendo del trabajo. - contesta con naturalidad mientras toma asiento en la banca donde ambos esperan el autobús, en la otra esquina, a lado del Omega haciendo que esté quedé en medio de los dos más grandes. - Espero no les moleste que tome asiento.- añade sin dejar de sonreír.

Jaeho Shin lo mira curioso y desconfiado, analizando su apariencia y como el castaño reacciona ante la presencia del Alpha. No es la primera vez que lo ve. Todavía recuerda cuando hace varios días atrás junto a la ex novia de Jong-woo, esté hombre se les presentó. Es alguien que llama la atención y no precisamente por ser Alpha.

Recuerda cuando dijo un comentario que le sentó mal al hombre y este retorció su sonrisa haciendo una mueca de descontento. Estaba casi seguro que lo iba a asesinar con la mirada, incluso temió vagamente por su vida imaginándose que el extraño Alpha lo seguía hasta su departamento. Sino fuera porque en aquel entonces Jong-woo se llevó al hombre lejos de ahí, con tal de que los dejará en paz, no tiene ni idea como habrían acabado las cosas.

-¿Se iban a ver?- pregunta bastante curioso Jaeho Shin al castaño.

Una idea cruza por la mente de Jong-woo, por fin la oportunidad de deshacerse de Jaeho y espera que Moon-jo le siga la corriente, que sepa entender la situación. Siempre ha sido un entrometido, ojalá que está vez sirva de algo.

-De hecho, justamente nos íbamos a encontrar para que me acompañará a llegar seguro al Edén. Solo que se estaba tardando en aparecer. - miente Yoo Jong-woo, realmente no tenía para nada planeado encontrarse con el Alpha de melena oscura, pero ya no le pone demasiado nervioso o temeroso su compañía.

Jaeho Shin arquea la ceja dudoso, pasan unos segundos hasta que Moon-jo vuelve hablar, ayudándolo en su pequeña mentira:

-Asi es, realmente me disculpo por la tardanza.- se lamenta, suavizando su gesto. Es increíble él como miente con tanta naturalidad.- Salió algo repentino, pero por fin estoy aquí. - hace una breve pausa, mirando de pies a cabeza al contrario.


-Ya entiendo.- es lo único que responde Shin, mirando hacia otro lado. No tiene más opción que creerles

-Muchas gracias. - habla Seo Moon-jo nuevamente, dirigiéndose al Beta.

-¿Gracias por qué?- dice confundido. ¿Por qué le está agradeciendo?

-Gracias a usted, mi Jong-woo se mudó a Seúl y pude conocerlo. Es alguien muy agradable y especial para mí.

Un momento de silencio se plantó entre ellos. Aquello fue un tanto, peculiar y raro que lo dijera repentinamente. Además que sonó bastante a una confesión.

Jaeho Shin se aclara la garganta, rompiendo aquel extraño silencio.

-¿En serio es de confianza?- pregunta todavía no muy seguro el Beta a Jong-woo, quién asiente lentamente.

Aquella pregunta que pretendía ser más para el Omega, Moon-jo al escucharla hizo un gesto de desagrado, torciendo sus labios mostrándose descontento por un breve momento. Claramente le cabreo un poco que le insinuaran no ser de confianza para Jong-woo.

-Lo es.- asegura él castaño apenas se percata del gesto del mayor. Espera que su jefe no se haya percatado de ésto. Decide hablar rápidamente para cambiar de tema:- Mira, ya me tengo que ir. Nos vemos el martes en el trabajo. - agrega poniéndose de pie, señalando con su mirada que el autobús se acerca. Mira detenidamente a Moon-jo quién de inmediato percibe su fija mirada en él, en busca de que lo acompañe.

El hombre de mayor edad mira de reojo al amigo de Jong-woo antes de ponerse de pie.

El autobús se detiene en la parada. Abriendo sus puertas para que más pasajeros entren. Solo son ellos dos.

-Hasta el martes. - se despide Jaeho Shin.

-No se preocupe. Cuidaré bien del señorito Yoo Jong-woo.- agrega Seo Moon-jo, sonriéndole con mala intención.

Es implícito que él se refiere a que se hará responsable del Omega en celo, pero esto es algo que el contrario no tiene ni idea.

Jaeho Shin mira a los dos subirse y tomar asiento, después al autobús marcharse de ahí.

-Que tipo más macabro. Su aura es tan... Tenebrosa. - dice para si mismo Shin, realmente no es alguien que le agrade tener cerca.

De inmediato toma un taxi y con ésto se dirige a su departamento para ser recibido por su perrito.

Π Ω μ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top