Ω2:Omega

Palabras: 8,020.
Parte: 2/2
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: martes 01 de febrero del 2022.
Au: Omegaverse
Fandom: Strangers From Hell
Nota del escritor:
Originalmente iba actualizar hasta el martes 8 de febrero, pero como lo terminé de milagro mucho antes, aproveché para actualizar hoy.
Técnicamente este es el final de la historia, pero me estoy meditando y trabajando para escribir una parte "Extra", sin embargo no será tan larga como estas últimas partes que he escrito y me tardará mucho en escribir porque ya inicié las clases y están empezando a dejar mucha tarea. Pero trataré realmente de avanzarlo los fines de semanas que estoy más "libre". Ojo, puede que con mucha suerte, inspiración y tiempo si termine el extra en cuestión de días ya que tampoco será muy extenso de palabras, pero lo veo poco probable aún así.

(Pinche profesor que deja tarea hasta altas horas de la noche, aquí me ven a las 00:00 haciéndola para así al siguiente día no hacerla por weba xd, hacer tarea de noche es mi pasión)

Sin más que agregar, disfruten la lectura, que como se habrán dado cuenta, es extensa en duración de palabras.

I. Acompañante

Seo Moon-jo y Yoo Jong-woo durante el camino hablaron relativamente poco. Ambos tan cerca uno del otro que parecían casi una pareja yendo juntos a casa, a pesar de no tener sus manos entrelazadas.

A pesar de que el camino fue silencioso más no incómodo, Jong-woo no dejaba de sentirse ansioso con cada metro que avanzaban. Después de todo, es la noche en que tendrá sexo con el mayor. Con el mismo Moon-jo que hasta hace pocos días juraba odiarlo y desconfiando totalmente de sus palabras y acciones. A veces le causa ansiedad su presencia tan cerca, él que hará y como infunde temor a otros le provoca ansiedad y precaución, pero también le pone terriblemente mal al imaginar que tendrá intimidad con ese señor, pero no negativamente.

Saca su celular por un momento para fijarse de la hora, son las nueve de la noche. Antes de entrar, le pidió a Moon-jo adelantarse ya que quería estar afuera por unos minutos totalmente solo mientras hacia una llamada. Que no tardaría en entrar y también se quería mentalizar para lo que se aproximaba.

Si bien Seo Moon-jo tuvo la intención de esperarlo con la excusa de "entrar juntos", incluso Jong-woo se sentía preparado para tener al Alpha observándolo fijamente mientras hacia su llamada privada telefónica, en esta ocasión si que fue diferente, puesto el hombre de mayor edad solo asintió para adelantarse y entrar al Edén, esperándolo ahí dentro.

El castaño respira más tranquilo, por fin tiene algo de privacidad y se replantea lo que va suceder ahí adentro. Su corazón golpea con fuerza con la oración "tendrás sexo con Seo Moon-jo". Ya no sabe si lo que siente en esos momentos es miedo, pánico o nervios. Porque sus mejillas se encienden al imaginarse el escenario, siendo follado por el Alpha. Pero tampoco tiene mucho que temer, después de todo será bajo su consentimiento y le ayudará a pasar mejor en su celo, en cierto modo también estará bajó su protección. Quizás lo que aún le preocupa son los demás huéspedes.

La casera si se dará cuando entre en su celo, pero lejos de esto, le angustia los otros dos Betas. Cómo bien le comentó Moon-jo, estos no detectaran que entró en celo, pero todo se escucha ahí dentro. Por más que quiera callar sus gemidos, seguramente la cama rechinara un poco, quizás golpee repetidos veces la pared, ¡Todo se escucha ahí dentro! Será muy vergonzoso. Tal vez debió pedirla a Seo que pagará para ir mejor a un Hotel. Pero ya es tarde, y quizás tampoco cuente con el dinero para pagar la noche.

Marca al número de su madre. Después de un breve rato, por fin contesta. Hablan sobre como van las cosas en Seúl, y también las cosas en el campo. Todo parece muy tranquilo y ameno, incluso es agradable que no toque el tema del dinero. No obstante, no todo es bonito, pues su madre logra preguntarle acerca de Min Ji-eun.

Realmente parece que necesita decirle a todos sus contactos con anticipación sobre que ya terminó su relación con ella.

"Que pena" es lo que comenta.

No sabe en realidad si lo lamenta. Por una parte, desconoce si a su madre si le caía tan bien Ji-eun. Por otro lado, si llegas a más de los veinte, toda madre quiere ver a su hijo ya emparejado. No quieren que se quede soltero. Esto para asegurar que en un futuro se case cómo ya es tradición y también dejé descendencia.

Él le comenta acerca de que no está totalmente solo apenas ella le recuerda que su celo debe estar muy cerca. Deja intrigada a su madre, pues se le hace sospechoso que, si terminó con su novia hace pocas semanas, ahora ya tenga otra pareja con quién pasar su temporada de calor.

Jong-woo no quiso aclarar que no es su "pareja". Solo un acompañante, pero prefiere no decirle mucho más.

"En las próximas vacaciones, deberías visitarnos y traerlo al campo para conocerlo".

Él traga duro, aquella idea no le emociona. Y no porque no quiera ir al campo a reencontrarse con su familia, sino porque Seo Moon-jo es... Peculiar. Y tampoco cree que para ese entonces, siga estando con él.

Ellos no son pareja. Son vecinos. No tienen un compromiso, sólo será su acompañante para pasar su celo durante estos días. Pero no tuvo el valor de explicárselo a su madre y solo lo dejó en un vago "sí" mientras la mujer continuaba hablando sobre saber más sobre su nueva pareja y él poco le prestaba atención. Sin embargo, su mamá tocó algo que si le hizo pensar demasiado puesto estúpidamente, no lo había contemplado antes.

No se compró ni mucho tiene un collar. Intenta creer que el Alpha se controlará para no morderlo, aunque no sabe cuánto autocontrol posee en realidad. Lo que apenas se tomó el tiempo de conseguir antes de salir del trabajo, fueron preservativos.

Imaginarse al Alpha enterrando sus dientes y reclamarlo como suyo, por muy bizarro que pueda ser, ya no le es desagradable y algo en su interior le empuja a permitirlo. Haciéndolo sentir culpable por dejarse llevar ante la idea de ser marcado por Seo Moon-jo.

Cuando notó que ya habían pasado más de diez minutos hablando con ella, se dio cuenta que se le hacía tarde y ya empieza a sentir los efectos del calor en su cuerpo, por lo que apresuradamente se despidió de su madre para después colgarle.

Entonces se dirigió al Edén intentando despejar su mente.

II. Marca

Con gran antelación comió antes de llegar ahí, al adentrarse al ya conocido y viejo lugar, se topo con la casera que le soltó el repentino y extraño comentario de que los demás escasos huéspedes estarán afuera, muy lejos haciendo unos trabajos que ella misma les mandó y que no los vería hasta quizás, el lunes. También agregó que ella se mantendría alejada de los cuartos, que se quedaría ahí en la recepción haciendo sus propias cosas y entre ratos saldría afuera por algo de aire o comprar algunas cosas.

Fue inevitable para el castaño el pensar algo tipo "¿Moon-jo se lo dijo?" Porque no le encuentra otra explicación. ¿O es demasiada casualidad? ¡Imposible! Aunque de cualquier modo, si Moon-jo le fue con el chisme a la dueña, aunque le molesta un poco, por lo menos agradece que sea ella, de todos en ese lugar, ella es la mejor opción en saberlo. Además que el hecho de que le haya pedido unos favores a los otros dos sujetos para que no estén en el Edén durante varias horas, le hace sentir muy aliviado. Pero desde otro punto, le avergüenza porque la casera debe saber entonces que tendrá relaciones con el Alpha.

Se da un par de golpes en las mejillas para tranquilizarse, toma un vaso de agua helada para calmar la sed. Todo es tan tranquilo y hay otro tipo de atmósfera ahora que esos dos no están por ahí. No solo es el silencio, sino también él que se siente mucho menos observado.

Ahora se encuentra en la cocina, cerca del lavaplatos, logró sacar de sus bolsillos una cajita bien escondida que compró desde temprano antes de asistir al trabajo.

Pensativo puesto apenas salga de ahí tiene que subir a su cuarto donde está Seo Moon-jo esperándolo y ya se tardó demasiado en la llamada con su madre. Ni siquiera sabe si se arreglo, algo más atractivo para parecer sexy o viste igual que siempre de informal. ¿Por lo menos se baño? Espera que sí.

Aún bastante ansioso ante la idea de que pasará su celo con el hombre de la habitación de alado, sus pensamientos se dispersan ante la presencia a sus espaldas.

—¿Qué traes ahí?—pregunta Moon-jo por detrás, asustando lo.

No lo había escuchado para nada entrar ahí. Incluso su aroma no lo notó en lo absoluto ni sus feromonas, esto quiere decir que tiene un gran control sobre estos. Aunque el aroma siempre es más difícil de ocultar. Esta vez lo siente bastante sútil, calmado. Es normal, después de todo, él que está entrando en celo es él, el Alpha todavía no ha de reaccionar.

Ve que el mayor tiene su vista clavada en la cajita que trae entre sus manos, bastante curioso. Es algo importante y fundamental que compró que están a un buen precio. Al menos más accesibles que sus supresores y le daba pena pedirle al Alpha que los comprará.

Ese fue un gran error.

—Condones, preservativos, ¿Protector?—mencionó nervioso todos los nombres a los que se le conoce el producto.—Lo que sea.

Por varios motivos prefiere usar condones que solo tomar la pastilla del día siguiente, qué está es solamente para evitar el embarazo—pero tienes un tiempo límite para que está funcione—, mientras que un condón es más seguro.

Moon-jo agranda más su sonrisa. Luce ¿Divertido?¿O es algo más irónico?

—Que amable de tu parte conseguirlos. No debiste molestarte, enserio.— comenta ahora que sabe que es lo que trae dentro de esa cajita, puede observar con mejor detalle le presentación.

La cajita es completamente roja con palabras de diferente color. En el centro de arriba dice "Clásicos", más abajo pero en la misma posición del centro dentro de un círculo, dice: Prudence, condones lubricados. Mientras que en una esquina en letra más pequeña pero igual de legible, el tamaño de estos según la circunferencia del pene, en este caso, son: 11-12 cm/53-54 mm.

—Son más baratos que los supresores. — comenta intentando no mirar a los ojos al mayor.

—No lo digo por eso, lo que pasa es que no son de mi tamaño.

—¿Qué?

Es lo que al Alpha le causa gracia. Jong-woo compró unos condones sin orientarse o conocer tan siquiera su tamaño. Nunca le pregunto cuál es su tamaño por vergüenza y porque cuando los compro, fue casi de imprevisto. Simplemente los agarro y se aseguró que fuesen de buena calidad según las reseñas en internet.

—Enserio. Si los uso, durante la fricción los voy a romper y no servirán para cumplir su cometido. También pueden ser incómodos para mí, serán muy apretado o sencillamente no entrará.— explica brevemente el Alpha, haciendo sentir más apenado al Omega.

—Yo no sabía...— murmura Jong-woo. Curioso por saber ahora el tamaño del pene del mayor, pero no se atreve a preguntar. De cualquier manera, pronto ha de saberlo.

—No te preocupes. Te prometo que no tengo alguna enfermedad de transmisión sexual.

Jong-woo solo asiente ante el comentario. Si bien es gratificante saberlo y suponiendo que no esté mintiendo, si el Alpha anuda en su interior y no toma en un lapso de tiempo una pastilla anticonceptiva, quedará embarazado. Apenas le alcanza para mantenerse él mismo, y no sabría si contar con la ayuda de Moon-jo.

— ¿Dónde lo haremos?— pregunta para desviar un poco el tema.

—¿Quieres ir a tu cuarto o en el mío?

Jong-woo nunca ha visto el interior del cuarto del Alpha. Pero se siente más cómodo en el suyo, ya se acostumbró al orden de ahí. No cree que el de Moon-jo sea mejor.

—Vamos al mío. —responde dejando la cajita de condones en un cajón y dirigirse a su habitación con Moon-jo detrás de él. —¿Puedo pedirte algo?

—Claro.

—No me muerdas. No tengo collar, no se bien que pueda pasar está noche. Obviamente estaré cegado por completo de mi celo, así que solo quiero pedirte que... Puedes hacer lo que quieras conmigo, pero solo, no hagas la marca. ¿Bien?

Pasan algunos segundos en completo silencio hasta que Seo Moon-jo luego de analizar sus palabras, dice:

—Hare lo que pidas entonces. Prometo no encajar mis dientes en tu tierno y sensible cuello. — promete el hombre. Jong-woo decide creerle y suspira más relajado.

Cómo solo es cuestión de tiempo, Jong-woo empieza a sentirse emocionado y siente su entrada humedecerse. Su aroma comienza a delatarlo.

—¿Quieres tomar un baño antes de empezar?— pregunta de la nada Seo estando ambos frente a su cuarto. Antes de que le respondiera con un indeciso no, siente al mayor presionarse contra su cuerpo y restragarse, el Alpha huele su cuello con esmero y una de sus manos escurridizan se meten por debajo de sus pantalones sin aviso alguno, causando que escape de sus labios un jadeo de sorpresa.—Por lo que veo, ya estás húmedo.

El Omega se abre de piernas queriendo más contacto de aquellas grandes manos calientes del Alpha sobre su cuerpo. Esta más que claro que está húmedo, tal vez por el celo, tal vez por él.

Sus pensamientos más primitivos de un Omega en celo comienzan a manifestarse, no deja de pedir internamente ser preñado por el Alpha.

—Querido, te voy a impregnar mi aroma esta noche.

III. Impregnación

El interior del cuarto de Yoo Jong-woo está saturado de su aroma y feromonas. Es increíble como en cuestión de segundos el Omega ya está en completa sumisión del Alpha, o por lo menos, necesitado de sus toques y roces en su piel caliente y sensible.

Los labios carnosos de Seo dejan un camino de besos húmedos por todo su cuello, clavícula, hombros hasta detenerse minuciosamente en su pecho, donde le presta atención al par de pezones un poco inchados que no es capaz de ignorarlos. Succiona y lame lentamente, despacio para causarle algo de tortura al castaño quién poco puede contenerse en sus expresiones y gemidos. La sensación de la hábil y húmeda lengua del mayor sobre sus areolas y pezones es suficiente para excitarlo. Parece casi eterno hasta que el Alpha continúa su camino descendiendo hacia abajo, llega hasta su ombligo y vientre donde le da un poco de cosquillas, hasta rozar su miembro.

Tanta preparación no fue necesaria, en cuestión de segundos la entrada caliente, palpitante y necesitada de Jong-woo estaba tan dilatada debido al lubricante natural que el Alpha tanto ansía y morbo tiene de probar.

Moon-jo si bien a su edad no es para nada un virgen, tampoco es como que tenga sexo seguido o con bastante regularidad. Es más bien de vez en cuando, e incluso cuando folla con alguien, esa persona termina siendo víctima de él porque termina asesinandolos. Siempre los ahorca y ellos se asfixian sin poder luchar contra su fuerza.

Sin embargo, en esta ocasión será muy diferente a las veces anteriores que se ha acostado con alguien. Es evidente que no quiere que Jong-woo se convierta en esa clase de víctima que termine muerta entre sus brazos.

El Omega está boca abajo, hunde su rostro en el colchón al sentir al Alpha devorar su entrada toda húmeda y dilatada. Además que sus grandes manos amasan sus glúteos con presión y lentitud, dejándolos un poco rojos para darles más tonalidad. Moon-jo no tiene que hablar mucho o dar indicaciones precisas, Jong-woo ya sea por inercia o impaciencia extiende sus piernas para quedar lo más abierto posible en busca de provocar y decirle que "se apure", que ya "no puede esperar más".

No hablara, no dirá las cosas tan vergonzosas que su Omega quiere gemir y suplicar al Alpha, tampoco quiere sonar como un completo sumiso. Esta en celo, tiene veinticinco años y en pocos meses cumplirá veintiséis, está a una edad adulta pero aún es bastante joven, donde solo estando en celo está muy hormonal. Por no decir, necesitado de sexo/coger.

Moon-jo al separarse de los glúteos empapados por el lubricante natural del Omega, se relame lascivo los labios, ya probó bastante y su erección se siente dura como dolorosa entre sus pantalones. Se siente fascinado con el aroma del más joven y cuánto lubricante está escurriendo, intentando mantener todavía el control y no hacer las cosas rápidas ni brutas, se desabrocha los pantalones, bajando la cremallera para por fin quitárselos de encima. Todo esto sin dejar de observar de reojo al Omega impaciente.

Jong-woo nervioso pero en calor, decide alzar su rostro y voltearse para mirar al Alpha que se está tardando, encontrándose lo completamente desnudo, su polla erguida y golpeando levemente sus glúteos para ponerlo más ansioso. No debería sorprenderse, a la edad de su vecino debe ser normal tener aquel tamaño y grosor. Sus testículos gordos y seguramente llenos de semen que puede que pronto, se vacíen en su interior, de tan solo tener aquel sucio pensamiento se excita más.

Su entrada tiene tan solo ligeros espasmos debido a la excitación e impaciencia, es tan obvio que lo desea tanto. Moon-jo no se hace del rogar por más tiempo, alinea su virilidad caliente y dura en su orificio anal que ha sido probado por su boca y está tan dilatado, que sin mucha dificultad le da acceso a su interior.

Lo siente, tan grande, gordo y caliente, su glande punzante lo hace enloquecer hasta la base. Parece casi no tener fin, lo está llenando por completo, sus paredes anales se abren ante la intromisión ajena y sus piernas tiemblan por las nuevas sensaciones carnales que, en esos momentos lo dejan perdido entre sus pensamientos, arrancándole varios gemidos y jadeos de satisfacción.

Moon-jo fue despacio pero no tan lento, solo lo suficiente para hacerlo disfrutar con cada centímetro que clava en su interior. Hasta que se detuvo, esperando un poco para que se acostumbra a su tamaño que casi lo hace desbordarse.

Tan excitado y placentero sintió el sentirse lleno por completo, que se corrió al instante ganándose un suspiro de sorpresa de parte del Alpha, quién luego sonrió encantando y enternecido debido a que se corrió tan pronto por tan solo tener su pene ahí dentro.

Con tentación se queda viendo su cuello por un breve rato, pensando lo fácil que sería encajar sus dientes ahí mismo y el Omega haría nada por detenerlo, ya que ahora está tan cegado por su celo que probablemente cedería ante el Alpha gustoso de ser marcado. Sin embargo, Moon-jo no lo hace, recuerda que se lo prometió al Omega. Y tampoco le ha gustado que las cosas sean tan fáciles, si quiere marcarlo será a consentimiento del menor.

Comenzaron las embestidas donde no hubo piedad y el ritmo de cada una de ellas volvieron a poner duro al castaño, abriendo la boca jadeante mientras disfrutaba, todos sus sentidos se agudizaron y solo podía concentrarse en la textura, el ritmo y el placer que el pene de Moon-jo lo hacían sentir en esos momentos. No solo complacía y masajeaba su próstata, sino también llegaba a tocar su útero ubicado más profundo lo cuál le generaba más placer.

El calor en ambos cuerpos comenzó a expandirse hasta la punta de sus dedos, más ante la frenética fricción de sus pieles. Moon-jo golpeando su pelvis contra los muslos de Jong-woo mientras que esté retorcía sus pies entre las sábanas, su propio miembro se frotaba contra estás.

—¿No crees que se siente mejor así, cariño?— cuestionó el mayor con un tono meloso e insinuoso al final, sus delgados y largos dedos enterrando se en su piel al sujetar con firmeza sus caderas mientras uno que otro jadeo y gruñido se escapa de sus labios.— Puedes sentirme sin nada de por medio. — agrego sonando ronco. Haciendo referencia a sentir mucho mejor su hombría en su interior al no portar un preservativo.

"Esta tan estrecho." Paso por la cabeza del Alpha. Dando dos respuestas a qué, o es virgen, o hace mucho tiempo que no tiene relaciones sexuales. Pero recordando que esté ya tuvo novia y es una Alpha, considera más probable la segunda respuesta.

Alpha...— articula una palabra mordiendo levemente sus labios, gimiendo más de placer.

—Ya estás al límite. — percibe él, baja el ritmo de las embestidas solo para girarlo, que esté ahora boca arriba y frente a frente. Puede apreciar mucho mejor sus expresiones y como llega al orgasmo. El Omega no ve directamente a sus ojos, se distrae con sus mentón, sus hombros y más abajo.—¿Me dejas correrme en tu interior?

—Si.

Moon-jo sonríe con picardía. Jong-woo no vaciló en su respuesta, y está más que claro que disfruta sentirlo tan profundo y rudo. Ahora puede que quien esté hablando, sea el instinto más primitivo del Omega, o quizás alguna parte de él si lo desee tanto como Seo Moon-jo.

—¿Puedo anudar?— se atrevió a preguntar, ansioso. De recibir una respuesta negativa, tampoco está seguro de hacerle caso. Lo que quiere en esos momentos, es correrse tan profundo en el Omega, hacerle temblar y llegar al más puro orgasmo hasta el punto que no recuerde tan siquiera su propio nombre.

—Por favor, hazlo Alpha.— pide bajito, provocando que la sonrisa del contrario se haga más grande hasta mostrar sus dientes.

Cambian de posición, ambos están acostados de lado, el Alpha detrás del Omega, con una de sus manos sujetando una de sus piernas para estirarla y que no caiga, así dejarlo abierto y pueda continuar dando embestidas profundas y constantes. Su aliento estremece sobre el cuello de Jong-woo, este solo mira hacia la pared mientras se agarra fuerte de las sábanas en un intento de no caerse.

La cama es pequeña, a duras penas caben los dos y eso que están muy pegados, eso sin mencionar que hace bastante ruido debido al coito que ambos realizan.

Jong-woo siente que se puede desmayar de tanto placer o tal vez sea también el cansancio, aunque lo cachondo no se le bajara pronto. Su celo no sabe cuántas horas o días dure, a veces se arquea un poco al sentir que la polla del Alpha golpea su útero y este se estremece regalándole tanto placer carnal y mandando espasmos de satisfacción por todo su cuerpo, se siente caliente en el vientre y sabe que igual dentro de poco se vendrá. Sus ojos parecen desbordar lágrimas de locura y el placer lujurioso. El sonido que provoca ahí abajo con sus pieles chocando, especialmente los testículos redondos y pesados de Moon-jo que azotan su trasero es erótico y preocupante. Cómo si el Alpha insatisfecho quisiera meter más y dejarle en claro al Omega que es suyo, que nunca olvidará ni superará con quién está pasando su celo en estos momentos.

Las palabras de Jong-woo siguen en la cabeza del mayor, "por favor, hazlo" lo prenden más. El Omega es lo suficientemente adulto para saber que significa que un Alpha anude en él, y que es incierto si tomara las pastillas del día siguiente.

—Estas dispuesto a cargar a mis cachorros, que adorable eres. — le murmura al oído lamiendo su cuello, el Omega siente cosquillas en su pecho, vientre y espalda ante esas palabras porque no le desagradan. —
Serás un buen padre. O sería, ¿Una buena madre?— comenta divertido.

Jong-woo no hace negación alguna de está declaración, ningún reproche y solo se sigue moviendo al compás de las embestidas, en busca de más.

—Me vengo, Seo...— avisa sin poder resistirlo. Su polla está dura y quiere vaciarse el también. Las sensaciones son abrumadoras, su culo lleno, caliente y abierto lo está llevando al límite.

Nunca antes se ha sentido así de vivo. Menos que alguien lo haya hecho sentir así de jodidamente bien. Quizás cuando su celo pase, lo más probable es que se siente culpable de alguna forma, pero ahora solo quiere mandar a la mierda todos esos pensamientos racionales y morales, quiere gozar del Alpha que va a anudar en su interior.

—Yo también, cariño. Me aprietas tan delicioso. Estoy tan profundo, recíbelo todo, ¿Si?

No da más tiempo, incluso cuando Jong-woo quiere decir alguna otra cosa más, se ve interrumpido ante la descarga que recibe justo en ese momento. Apunto de desfallecer, sentir la polla de Seo anudarse hasta formar un bultito ahí, es suficiente para llegar al orgasmo, disparando varias tiras blancas y delgadas que ensucian las sábanas y caen hasta el piso.

El nudo del Alpha es todo lo que alguna vez imaginó, y al ser su primero también es todo un mar de sensaciones y lo siente tan nuevo como doloroso, muy doloroso. La glande de Seo se incha, se abotona en su útero para así expulsar su semilla con fuerza ni pudor. Todos sabe que los nudos son para evitar que la semilla se desborde por un tiempo, que se mantenga el suficiente tiempo ahí y haya altas probabilidades de embarazar a la persona.

Es una clase de dolor que, en palabras del Omega, es agridulce. Porque, duele demasiado, pero a su vez, está totalmente loco porque lo disfruta, le gusta mucho. ¿Acaso se ha vuelto masoquista?

—Moon-jo, duele... El nudo duele. — confiesa luego de un breve rato. Pidiendo ser consolado. Es tan raro y nuevo sentir semen expulsando se tan profundo.

—Ya pasará cariño, solo espera un poco más.— le comenta mientras besa su espalda y cuello, la pierna que sostiene ya no aplica fuerza, está cansada. El nudo dura tan solo unos pocos minutos, pero se siente eterno. —El amor a veces tiene que doler.

—Me siento lleno.

Jong-woo gira su cabeza lo más que se le permite, jadeante, Moon-jo aprovecha para besarlo y unir sus lenguas. El castaño no se resiste, le sigue el demandante y húmedo beso. No creyó necesitarlo, pero ahora no se puede despejar de esos labios.

Sabe a cigarrillo y menta.

Después de un rato que pareció casi interminable, Moon-jo sale con cuidado y mucha paciencia de su interior. Casi al instante, el culo abusado de Jong-woo se contrae y expulsa poco a poco la semilla blanca del hombre de mayor edad. Caliente, abundante y espeso. Desea en secreto probarla, se siente sucio pero es inevitable por su situación. No deja de salir y solo puede suspirar placentero, su entrada se abre y cierra, está tan dilatada, sensible y húmeda, expulsando tanto semen que lo vuelven hacer entrar en calor. Está desarrollando un deseo prohibido en querer recibir más, porque la sensación de estar expulsando el semen del Alpha de su interior es tan placentera y caliente.

Jong-woo se da un respiro y descansa ambas piernas de tanto ejercicio. Quiere dormir, descansar, pero otra parte de él quiere ser vuelto a llenar del semen de su vecino.

—Todavía no hemos terminado. Aún estás duro acá bajo. — le acaricia su miembro. Jong-woo se sorprende, ¿En qué momento se volvió a poner duro?—Parece que quieres más, ¿No es así?

No lo niega. Quiere que lo follen a más no poder, todavía se siente caliente, ansioso y con ganas de probar todo del Alpha. No quiere apartarse de su lado. 

Jong-woo está tan húmedo y dilatado que las siguientes embestidas no duelen a pesar de ser rudas y profundas. El Alpha lo hace sentir en el mismo paraiso, sin dejar de tocar el infierno como lo es aquel lugar.

IV. Sushi.

Hubo algún punto donde perdió la noción del tiempo. Afuera es tan silencioso, que a veces Jong-woo creía que solo estaban ellos dos en el barato, descuidado y viejo hostel.

Al parecer, su celo ha culminado. Pero se siente desorientado. Incluso siente vergüenza al ver llegar a Moon-jo con una toalla de baño amarrada a su cintura.

—¿Qué hora es?¿Qué día es?— pregunta interesado, restregando se las lagañas de sus ojos. Siente que durmió poco y su cuerpo duele en algunas zonas. Cómo entumecido.

—Lunes, diez de la noche.

Su estómago rugió. ¿Hace cuánto que comió? Recuerda que en breve momentos durante su celo, Moon-jo le traía mucha fruta y agua. En una ocasión le hizo Sandwiches. Pero ahora se siente tan hambriento.

—¿Tienes hambre?— pregunto aunque es algo obvio, Jong-woo asintió cubriéndose su cuerpo desnudo. Es curioso y raro que, aunque el mayor ya le vio totalmente desnudo y en facetas vergonzosas, aún sienta cierta pena. — La casera pidió comida a domicilio. Ahora mismo lo traigo. — añade para hacer sentir más seguro al Omega.

—Gracias. ¿Y los demás vecinos?

—Ellos no tienen porqué preocuparte. No te van a molestar.

Moon-jo salió y en diez minutos regresó, dándole tiempo al Omega de ir limpiarse y arreglarse un poco.

—¿Qué es?

—Sushi, arroz y brochetas de queso. — menciona poniendo todo en el escritorio. El Omega no quiere salir, se siente extrañamente más cómodo y seguro ahí dentro, de momento. Al menos para comer.

Toda la habitación huele a una mezcla fuerte de ellos dos. Es asfixiante, pero para los dos es soportable y perfecto.

Jong-woo se percata que aparte de la comida a domicilio, Moon-jo trajo algo aparte en un traste.

—¿Y lo otro?

—Esto es para mí. ¿Quieres volver a aprobar?— pregunta para enseñarle lo que hay, sonriendo ansioso.

Jong-woo niega rápidamente al percatarse de que, ocultando su mueca de disgusto y asco.

—Uhg, no. Esa carne no me gustó la última vez.— mencionó para desviar la mirada y comer mejor el sushi.

—Que pena cariño, me gustaría que la disfrutaras tanto como yo.— suspira un poco decepcionando. Es su gran ilusión que a su amado le guste tanto aquella comida como a él.— Tu paladar quizás es sensible. — murmuró para si mismo. De cualquier forma, disfruta de comer con él con tan poco espacio ahí.

—Ugh, prefiero el sushi. 

—Ya que estás despejado y más consiente, debo informarte algo importante como inquilino del Edén.

—¿Qué es?— dice mientras continúa comiendo.

—Desde hace varios días que teníamos el plan de mudarnos junto con los demás huespedes. Dejaremos este lugar atrás. El plan se atraso un poco por ti, pero ahora que estás mejor, tendrás que alistarte porque en una hora más nos marcharemos.— explica brevemente y tranquilo el mayor.

—¿Marcharnos?¿Yo también?— dice asombrado. Todos lo sabían, ¿Menos él?

—¿Dónde más piensas quedarte? No puedes aquí, este lugar será quemado.— puntualiza, dejando un poco horrorizado al castaño.

—Espera, ¿Qué?

—No te preocupes por tus cosas, hace bastante rato que empaque todo y están en la camioneta. Solo necesito que te termines de comer, te des una ducha y te aliste para salir. Todos se están alistando, tenemos una hora. — repite nuevamente.

—Yo... No tengo otra opción, ¿Verdad?

—¿Acaso quieres separarte de mí, después de estos días dándote amor?

—No lo digas así. — responde avergonzado.—¿A dónde iremos?— pregunta curioso.

—A otra ciudad, cerca del campo. — menciona encogido hombros, pero muy atento a la reacción del Omega.

—¿¡Iremos a vivir en el campo!?

—Dije cerca, no ahí. ¿Lo dices porque tu familia vive por ahí, no?

—No importa.— bufa intentando no mostrar mucho interés.— Solo, comeré y luego me bañare.

—Muy bien querido, eres obediente.— sonríe complacido, acariciando con gentileza pero presión el cuello del menor.

—Espera, pero mi trabajo... Me será imposible moverme a largas distancias en poco tiempo. Gastaría mucho y...

—Olvídate de tu trabajo. — le interrumpe. Poniendo un ensamble serio.—No lo necesitarás, seguramente conseguirás otro allá.

—Pero...

—Bebé, no discutas conmigo. Tendrás arrugas en la frente. — menciona divertido y acariciando está vez su mejilla con ternura.

—Jodete. — murmura mientras que pensativo, continúa comiendo.

Jong-woo pensó en si avisarle a su jefe sobre que dejaría al trabajo ya que se mudará o sencillamente no avisarle y que esté mismo saque sus propias conclusiones.

Al final prefiero avisarle por llamada. No tiene ánimo de verle la cara nunca más y soportar sus sermones. Pero está más que claro que el hombre querrá saber mucho acerca de que sucedió.

V. Raro

Al aroma del Alpha quedó impregnado en su piel por un largo tiempo.

Pasado varios días después de haberse establecido en su nuevo ¿Hogar? Temporal, comenzó a buscar trabajo. Por alguna razón que desconocía, a Moon-jo se le hizo más fácil y rápido encontrar trabajo. Quizás no debe sorprenderle, tiene más años de experiencia y aires de ser un profesional.

Su mamá no le llamaba, parece que solo lo haría a finales de mes para molestarlo otra vez con el tema del dinero. Eso en cierta parte le preocupa como le molesta.  Y aunque en varias ocasiones la casera le ha ayudado con los alimentos y no le presiona con el pago de alquiler que se viene en las próximas semanas, no deja de sentirse ansioso y presionado por no tener dinero.

—¿Tanto quieres conseguir trabajo?

—No quiero depender siempre de lo que me dé le casera o tú.— responde el Omega cruzado de brazos, sin comprender porque el mayor parece indignado o irritado.

Si bien ambos nunca definieron el tipo de relación que traen, o si tan siquiera se le puede llamar un par de amantes, no cabe duda que algo tienen ahí.

—Mira, en el nuevo consultorio que trabajo están solicitando a alguien para la limpieza. No te lo dije antes porque tu buscabas otro tipo de empleo.— suelta luego de haberlo pensando durante un largo rato.

—A estas alturas, creo que prefiero trabajar de eso. Al menos temporalmente mientras sigo buscando algo... Más.— responde encogido de hombros.

Sabe que no puede pedir mucho, pero realmente quiere trabajar en algo parecido a su anterior trabajo. Diseñando o editando, pero de momento se conformará con limpiar espacios pequeños y grandes.

—Si trabajas tiempo completo a diario, te pagarán más. — aconseja el mayor.

—Es genial, tampoco tengo mucho que hacer aquí. — suspira. Estar gran parte del día encerrado ahí lo hace sentir un inútil. A veces ayuda a la casera con un par de cosas ahí dentro, extrañamente los otros huéspedes raros ya no lo intimidan o molestan como hace tiempo.

Le alivia mucho, pero igual se le hace tan raro.

—Lo mejor es que conviviremos si te aceptan, trabajaremos en el mismo lugar, cariño.

Jong-woo medita algo que lleva varios días pensando, o al menos desde que su celo acabó. Reúne valor para preguntar:

—¿Que se supone que somos? Solo tuvimos sexo hace varios días, pero sigues tratándome tan...

—¿Qué quieres que sea para ti?— le pregunta directamente sin dudarlo, mirando hacia sus ojos y de reojo sus labios.

—No lo sé. — suspira bastante dudoso de sus sentimientos a estas alturas. A veces hay una clase de tensión sexual que los envuelve, otras veces desaparece pero nada sigue estando claro entre ellos dos. No parecen para nada como una pareja de novios.—
Al principio me parecías un sujeto raro, luego un psicópata. Y hay veces que me sigues dando miedo y poniendo nervioso. Me incómoda todo esto...— admite mirando hacia otro lado.

Aquellas palabras aunque Jong-woo no tuviera idea alguna y quizás no lo dijo con tan mala intención y sólo se sinceró con el mayor, resultaron ser fuertes para el Alpha. Quizás porque, le da igual si alguien más lo tacha de raro a sus espaldas, pero que sea el mismo Yoo Jong-woo, le molesta demasiado y entristece. Había creído que después de tantas semanas juntos, realmente había cambiando el pensar y juzgar del Omega.

Pero parece, que se ha equivocado, increíble.

—Lo mejor será que me alejé de ti, hasta que estés seguro de lo que quieres. — le aconseja duramente, frunciendo el ceño. Se dio media vuelta para retirarse de ahí, agregando:—Y no te preocupes, hablaré con los encargados del lugar para que te contraten, sé que necesitas dinero.

Jong-woo abrió los ojos bastante sorprendido, meditando si dijo algo verdaderamente malo para que el mayor se ofendiera y le hablará así cuando hace tan poco, estaban bien.

¿Desde cuándo sus palabras, afectan tanto al mayor? No lo entiende, pero su alejamiento le dejó un mal sabor de boca.

VI. Vacío

Transcurrieron así varias semanas entre ambos donde ninguno de los dos se dirigió la palabra.
Sin hablarse fuera del trabajo, dentro solo eran escasos y cortos diálogos de cortesía y monotomos. Al principio resultó ser incómodo y raro, más porque Jong-woo se llegó acostumbrar a tener siempre la intensa mirada del mayor sobre él y diciéndole cariño todo el tiempo, ahora ya no es así.

Se sentía más solitario que cuando se mudó a Seúl en busca de oportunidades hace ya algunos meses, más triste y vacío que cuando su ex rompió con él de manera desconcertante.

¿Por qué siente tanta ansiedad?¿Por qué lo extraña tanto? Se supone que en un principio le caía tan mal, a veces hablaba mal de él a sus espaldas junto a los demás raritos, siempre rogaba porque dejará de acosarlo y seguirlo. Que lo dejara en paz.

Su cabeza comenzaba a dar vueltas. Trabajaba mucho más de diez horas al día casi todos los días para ganar lo suficiente rápido y mantenerse. Apenas descansaba lo suficiente en las noches.

De repente, tuvo ganas de devolver el almuerzo. ¡Pero no puede hacerlo en el piso de la recepción! Incluso aunque él mismo tenga que limpiarlo después, será desagradable y en público, con los pacientes de los odontólogos esperando ahí, enfrente de las secretarias, será muy vergonzoso y quizás ponga mal al lugar. Puede que haya chismes del "trabajador Omega que vómito en su trabajo enfrente de varias personas". Ya de por sí pensarlo suena poco alentador.

Entonces, contra cualquier tipo de pronóstico, Yoo Jong-woo se desmayó. Cayó el suelto ocasionando un sonido estruendoso, llamando la atención de todos, pero sobre todo, de Seo Moon-jo que justo salía de su consultorio para dirigirse al baño, y al verlo corrió hacia él para ayudarlo, mientras que los demás se quedaban viendo y murmurando, otros decidían ayudar.

Necesita un doctor.

VII. Decisión

Antes de abrir sus ojos, con la mente ocupada en una serie de imágenes de lo que ha vivido los últimos meses, puede oler a su alrededor líquidos diferentes a los casuales, cloro, agua oxigenada y algo más neutral. Levemente también huele a esencia de vainilla por la ropa que lleva puesta, lo cuál provoca se despierte de un golpe al captar entre los aromas, el sutil olor a Alpha, pero no de cualquiera.

Sino de Seo Moon-jo.

—¿Por qué estoy en el hospital?— pregunta desconcertado con la boca seca. Mira a su alrededor el cuarto del hospital, ¿Por qué está ahí?

El mayor suspira más calmado, lo mira con detenimiento para pasarle una botella de agua purificada que el Omega bebe sin quejarse. Tiene mucha sed, han pasado largas horas desde la última vez que tomó algo.

—Te desmayaste en plena jornada laboral. — contesta el mayor con cierta preocupación en su tono de voz.

—Solo estaba cansado y quizás la comida me hizo mal.

—Te veías pálido, apenas y comes. ¿Crees que no lo sé? Te sigo observando, en el trabajo y cuando sales hasta que llegas seguro a casa.

Antes que Jong-woo se permitiera responderle para excusarse que solo está exagerando y además, cuestionarle porque en estas semanas no le ha hablado como antes lo hacía, la presencia de un tercero interrumpe la plática íntima entre ellos dos.

—Doctor.

—Ya salieron los resultados  de los análisis que le hicimos al joven Yoo Jong-woo.— informa el hombre incluso más mayor que Moon-jo con papeles en manos. Apariencia profesional y seria.

—¿Análisis? Pero si no tengo nada, solo trabajo mucho, es todo. — comenta el castaño, fatigado. Quizás no es normal que a su joven edad esté así, pero solo es porque él trabaja mucho. Su cuerpo puede resistir más.—Prometo descansar más y no esforzarme tanto, ¿Okey?— añade para que no le den el típico sermón de trabajar menos y no estresarse.

No quiere tomarse un descanso. Necesita trabajar mucho más, necesita conseguir otro trabajo.

—Jong-woo.— lo nombra serio el Alpha, provocando escalofríos en el Omega. Escasas y raras son las veces que esté le habla o se dirige a él por su nombre, suena incluso molesto con él.¿Quién diría que extraña sus apodos?— Sólo haz caso al doctor.

—Usted debe ser su...

—Pareja.— a completa la oración, sonriendo relajado a pesar de que por dentro, no lo esté del todo. Claramente quiere saber cómo está su querido Omega.—¿Puede decirnos entonces si tiene algo en específico?

Jong-woo mira hacia una esquina en la habitación pensativo. No le entusiasta que Moon-jo haya dicho que es su pareja enfrente de otro, como antes lo hubiera sido. ¿Quizás sea por la situación?

—Si, tiene mucho más que sólo cansancio y estrés.— asiente lentamente, se piensa un instante a quien debería darle los papeles entre ellos dos. Al final y para sorpresa del Omega, se los da a Moon-jo.—Yoo Jong-woo felicidades, está embarazado. — regala una sonrisa más amable y calmada a la "pareja". Agregando:— Serán papás, bien por ustedes.

Moon-jo escuchando atentamente y concentrado en los resultados de los análisis, mirando de reojo al castaño, mientras que el Omega se le escapa el aire ante la impactante noticia. No se le es difícil saber quién es el padre, después de todo, con el único ha tenido relaciones sexuales, está sentado a su lado.

—¿Embarazado?— repite incrédulo el Omega. Quizás, creyendo que sigue en un sueño.

—Para ser más exactos, lleva ocho semanas en gestación.— contesta el doctor, arrebatando más suspiros de sorpresa en el castaño. Intentando adivinar si la pareja tomó la noticia muy bien, regular o para nada agradable.

No se le es difícil saber que el Omega es el más joven entre los dos, puede jurar que es un estudiante universitario. En cambio, el Alpha que, a pesar de no ser un viejo de más de cuarenta años, si se ve de treinta y algo más. Pero no es de su incumbencia averiguar acerca de la diferencia de edad entre sus pacientes.

—¿Voy a tener un bebé?— dice para si mismo, aunque los mayores lo escuchan de igual forma.

—Si quiere podemos hacerle un ultrasonido, no se verá todavía tan desarrollado porque apenas lleva pocas semanas en gestación.— comenta el profesional.

Jong-woo se queda mudo, visiblemente nervioso. Moon-jo al percatarse y terminar de leer los resultados, decide hablar por él.

—¿Podría dejarnos solos, doctor?

—Por supuesto, les daré espacio. Si ya se siente mejor en los próximos minutos, le daremos de alta. — se despide con un ademán y se retira de ahí.

Jong-woo es el que más resulta afectado por la noticia. Sintiéndose ansioso, confuso, todavía asombrado hasta el punto que le sigue impactando la noticia. El hecho de que algo esté desarrollándose en su interior que tiene vida, hace que ignore casi por completo la presencia de Moon-jo.

—¿Qué te ocurre?¿Te sigues sintiendo exhausto?

—¿Qué se supone que haré ahora? Apenas tengo dinero para sobrevivir, y parte de mi salario se lo tengo que enviar a mi madre.— dijo sus mayores preocupaciones. Aunque por otra parte el mismo se siente culpable, debió haberse cuidado en ese momento.

Su próximo celo vendría alrededor de unas cuatro semanas más, sin embargo al estar en estado de gestación, ya no lo tendrá. Su embarazo lo detiene por completo.

—¿Estás tan preocupado por el dinero?

—Para ti es fácil decirlo.— bufa enojado. Sintiéndose incomprendido.— Tu tienes un título, tienes años de experiencia, ganas muy bien siendo dentista. No se cómo es que, ganando tan bien, vivas en lugares muy humildes.

Desde que empezó a trabajar en la limpieza en la misma zona donde trabaja Moon-jo, se fue acercando más a la casera que de alguna manera, confirmó sus sospechas de que es la madre de Moon-jo. Le explicó que desde niño fue alguien muy aplicado y responsable en la escuela. Ganó muchas becas para sus estudios universitarios, siendo el mejor de su generación. Lo cuál le hizo preguntarse demasiado intrigado Jong-woo, ¿Cómo es posible que teniendo reconocimiento de sus estudios, trabajando de lo que se especializó lo cuál genera un muy buen salario, aún así, viva en lugares tan baratos con su madre?

Esta claro que no entiende eso. Aunque nunca ha comprendido las cosas que hacen todos esos sujetos. Los nuevos huéspedes del lugar donde viven en las afueras de la ciudad, desaparecen en cuestión de semanas. Algo dentro de él sabe que es lo que pasa con ellos, pero siempre prefiere no indagar ni pensarlo mucho e ignorar. Ha querido reunir valor y preguntar directamente si ellos asesinan a todas esas personas, si siempre ha sido así desde hace tiempo, pero no lo ha hecho. El trabajo igual lo ha mantenido muy ocupado y al llegar a casa solo quiere descansar.

Lleva meses con ellos, y aún así,¿Por qué sigue vivo?

—Mi madre a veces me dice lo mismo.— comenta divertido ante la comparación. Suspira cambiando el tema.— Pero eso no importa. ¿Cuáles son tus planes?

—¿Qué planes?

—Con el bebé. ¿No lo quieres?— arquea las cejas, es obvio que tiene mucho interés en el tema. No se hace el indiferente.

—No puedo hacerme cargo de él yo solo. — aprieta sus labios y cierra los puños. —Y como dije, económicamente no estoy para nada bien.

—¿Quién dijo que estarías solo en esto?

—¿Qué?

—Desde aquella noche que pasaste tú celo conmigo, estaba consiente y preparado para hacerme cargo si quedabas embarazado. Después de todo, no usamos condón y tampoco tomaste pastillas anticonceptivas el día siguiente. ¿Crees que no me haré responsable?— cuestiona ofendido porque aún siga sin confiar en él.

—Tu...¿Quieres que tenga al bebé o solo lo haces por responsabilidad?— cuestiona frunciendo el ceño, incrédulo.

—Cuando tenía tu edad, no estaba en mis planes ser padre, incluso lo veía totalmente imposible. No odio a los niños, me parecen curiosos y chistosos, pero tampoco me veía teniendo uno con alguien. Sin embargo, ahora que soy más grande...

Moon-jo toma sus manos. Se nota fácilmente la diferencia de tamaño. El Omega se estremece ante las palabras del mayor.

—No se que le diré a mi mamá. Ella ni siquiera sabe que me fui de Seúl.— comenta nervioso y desviando la mirada. Algo dentro de él no deja de hacerle pensar que Moon-jo quiere tener el bebé con él, y aquello le hace sentir tan raro.

—¿Tu madre no quiere nietos?

—Por supuesto que los quiere, como toda mujer adulta a su edad, quiere ser abuela. Pero mínimo ella espera que me case y tener casa propia para después tener hijos.— explica apresurado. Hablar de ese tema le inquieta.—Y nosotros no... No se bien que se supone que somos.

—Tienes razón. Debo ir a pedir tu mano para casarnos y ser una familia tradicional en Corea.

—¿Casarnos? ¿Tú y yo?— suelta tan impresionando como nervioso.

Nadie nunca le había hecho esa propuesta, ni siquiera en broma.

—Vamos hacer papás.— le sonríe provocando que el Omega se cohiba en su lugar. El Alpha se sienta en la esquina de la cama, muy cerca suyo y lo rodea de los hombros.— ¿Todavía no estás seguro de querer tenerlo?¿O quieres que te insista?

Jong-woo se queda mudo por un breve rato. Sus mejillas se ruborizan ante el hecho de que tendrá al hijo de Seo Moon-jo y esté quiera casarse con él. Aquel hombre que le caía tan mal y terminó por acostarse con él, pero lo disfruto. Sin embargo, tampoco quiere darle una vida de bajos recursos a un bebé. ¿Qué tanto le ayudará Moon-jo durante su embarazo y hasta que el niño o niña nazca?

—Me preocupa la clase de padres que tendrá este bebé. — admite el castaño. —No quiero que le falte comida, techo, salud, educación y todo lo demás.

—Prometo hacerme cargo de todo, amor. — le promete mientras alza su mentón hacia su dirección y une sus labios con los suyos, iniciando un vaivén lento pero húmedo con sus bocas.

En aquel momento ambos se pierden en sus aromas, sus labios y caricias. El Omega sabe que no debe estar bien sentirse tan bien a lado de un sujeto como Seo, que le hace sentir caliente en varios sentidos de la palabra.

Moon-jo es suficientemente maduro, responsable y con dinero para mantener una familia. Esté dispersa cualquier duda en el Omega.

Jong-woo decide tener al bebé. Quiere tener al bebé.



«Fin de la Historia»

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