25 ▎Luz al final del túnel.
-'★ MARATÓN 2/5:
Tu voz me llama, en ella se reflejan tus miedos.
Quema muy dentro mío tanta agonía, quisiera decirte que todo va estar bien.
Pero ni siquiera sé si podré volver a tus brazos.
Rompe mi corazón ver llorar a un ángel, por eso el día está tan nublado.
Voy a dispersar esos temores. No sufras más.
Pronto iré hasta donde estás.
Al reino tan inalcanzable de los vivos.
KyungSoo.
Hacía tiempo que no veía ni siquiera la luz artificial de las bombillas, que incluso su baja intensidad afectó a mis ojos.
Como pude me arrastré por el angosto pasillo, sosteniéndome de las paredes blancas y en parte recargando mi peso sobre el cuerpo de SeHun. Respiré hondo, algo en su habitual rostro inexpresivo me transmitió paz, aunque fuera un porcentaje muy bajo a comparación.
Siempre fue el mismo, aunque últimamente lo noté más amigable como de costumbre. ¿Me pareció raro? Sí, pero las cosas estaban tan alocadas últimamente que no podía culparlo.
Nuestra relación comenzó con el pie izquierdo desde la primera vez que discutí con ChanYeol, por el maldito de HaeYoon y las marcas que en mis brazos dejó, cuando me negué a acostarme con él.
ChanYeol lo descubrió, y en cuanto lo vio, como toda pareja en un mundo normal, pidió obvias explicaciones a eso. No se me ocurrió mejor idea que gritarle que se pudriera, y se largara de mi vida de una vez por todas.
Aún no entiendo como fui tan idiota.
Desde entonces, supe que SeHun me había hecho la cruz, y cómo no... Si alguien llegase a hacerle un pequeño pedacito del daño que yo le provoqué a ChanYeol, y viera a mi mejor amigo tan afectado por eso; lo mínimo que habría hecho es colgarlo de las pelotas en la entrada de su casa.
Todavía recuerdo la discusión que tuvimos el día después a eso.
Me increpó en cuanto las clases habían finalizado, ese día estaba gris y el olor a lluvia y tierra mojada se mezclaban en el aire. Yo salí riendo con mis compañeros del centro estudiantil, esos falsos que se alegrarían de verme tirado en el piso, mostrándoles una máscara social que había creado para que nadie notara lo desconsolado que me sentía.
Una vez más, demostrando lo falso que podía llegar a ser.
― Sólo te estaba defendiendo, ¿por qué mierda lo trataste así?
Al principio me tomó por sorpresa ya que se había interpuesto en mi camino de golpe. SeHun estaba muy molesto y su cuerpo lo irradiaba por completo, respirando al igual que un toro al ver la señal roja enfrente de su cara.
Me señaló con el dedo, todos alrededor veían la escena con ojos desconcertados.
― ¿De qué...?
Por supuesto, no me dejó hablar. Tampoco tenía el derecho de hacerlo, no luego de lo que hice.
― Si vas a ponerte así y actuar como un jodido demente cada vez que alguien demuestra querer cuidarte, lo mejor sería que cortes por lo sano antes de arruinar a la única persona que de verdad se preocupa por ti. ― El ambiente pesado recaía sobre mis hombros, e intentaba mantener la compostura aunque por la comisura de mis labios se abría paso un leve temblor. Las miradas se incrustaban en mi espalda, y yo quería desde el fondo de mi alma esconderme para que nadie me viera ―. Te ama tanto como para hacer cosas que nunca en su vida haría por alguien más, así que hazte el favor y no lo arruines por ser un maldito cobarde que no enfrenta sus propios problemas.
Totalmente humillado, en cuanto se fue y me dejó paralizado en medio del campus, me percaté del gran error que había cometido.
ChanYeol no lo merecía, yo... no lo merecía.
Siempre fue noble conmigo, aunque lo único que debiera recibir fueran puñetazos; tal vez con un par se me habrían quitado las malditas manías de arruinar todo lo bueno que llega a mi vida. Y fue así durante un tiempo, resumiendo mi jodida vida en tres palabras.
Desgraciado.
Fracasado.
Ignorante.
Pero también fue tarde cuando quise arreglar las cosas, porque ahora me la paso lagrimeando y lamentando el día en que lo conocí, tanto que quisiera poder rebobinar el tiempo al momento en que crucé miradas con él. Hacerle un favor por una vez... y que nunca me hubiera conocido para no traerle la más grande desgracia a él y a su familia.
Sólo yo soy el culpable de que todo esto esté sucediendo, y debería ser yo el que pagara las consecuencias de una existencia sin sentido.
Nunca tuve un objetivo en claro.
¿Convertirme en el mejor estudiante del país, ser un chico casi perfecto y obedecer en todo? Pretendía lograr la aprobación de mi madre, y hacerla sentirse orgullosa aunque fuera por una vez en su vida.
¿Abandonar mis más anhelados sueños, dejar a un lado la idea de seguir con la carrera de gastronomía y aceptar la alianza con la familia Bang? No hacer sentir más decepcionado a mi padre por nacer omega, y demostrarle que podía ser el hijo que quería. Al que deseó tener.
Aunque con solo nacer omega, nunca lo lograría.
Tuve la culpa de hacer enojar a mis padres, de provocar mi vacío y soledad. Cuando quise ser amable, sólo logré que un estúpido alfa se obsesionara conmigo e intentara matarme. O tal vez al ser codicioso y querer pretender que la persona que más amo se quede a mi lado por la eternidad.
Por cada una de esas cosas, estaba destinado a nunca ver la luz de un esplendoroso sol.
Un feliz "colorín colorado", que nunca podría llegar. O por lo menos, no en éste cuento de hadas.
Pero es triste verlo de esa forma porque... ¿Acaso solo estoy destinado a sufrir y retorcerme como una culebra, por pensar querer elegir lo que quiero para mi vida? ¿Ese fue mi irremediable pecado del cual nunca podré redimirme? Nunca quise que las cosas sucedieran así.
Tenía el tonto sueño de hacer una familia con ChanYeol, tal vez adoptar un perrito... corretear por el patio de nuestra humilde morada, junto a dos niños que nos darían la felicidad más grande de nuestras vidas... Sí, un tonto e ingenuo deseo que nunca podría cumplir.
Sólo quisiera tener la pequeña posibilidad de hacer las cosas mejor, aunque toda mi vida fuera un impostor. No terminar como un maldito farsante que perdió al amor de su vida... por no poder enfrentarse a sus más grandes miedos.
Sí, realmente no me gustaría acabar así.
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