ChanYeol escupió la sangre acumulada en su boca, por cuarta vez.

Teniendo la mirada fija en los tres hombres que lo mantenían inmovilizado, la puerta por donde lo habían obligado a entrar fue abierta, dejando ver a un alfa que sonreía con burla.

HaeYoon hizo un ademán con sus manos, y uno de los hombres le sacó la mordaza que le habían puesto.

― ¿Cansado, Park? ― Preguntó de forma divertida el pelinegro, inclinándose levemente para estar a su altura, ya que estaba casi desmayado en el piso de aquel sótano, con notorios moretones y heridas profundas en todo su cuerpo.

ChanYeol le escupió la cara con sus últimas fuerzas, el odio apoderándose de él cada vez que lo veía.

― ¡¿Dónde está KyungSoo!? ¡Si te atreviste a...! ― Un golpe seco en su estómago le quitó el aire, provocando que tosiera sin control.

― Creo que sigues sin notar en la situación en la que estás. ― El alfa joven lo tomó de los cabellos con brutalidad, elevando su cabeza para que lo viera con claridad ―. Yoongeum dijo que le encantaría verte rogando por tu vida, pero de eso voy a ocuparme yo. Siempre fuiste una maldita piedra en mi zapato.

ChanYeol negó con la cabeza, tratando de zafarse de su agarra. Su cuerpo estaba debilitado por las horas que estuvo secuestrado, siendo torturado constantemente.

― ¡N-No le hagan nada a KyungSoo! ¡Mátenme si quieren, pero a él no lo toquen! ― Importándole poco que lágrimas se resbalaran por sus mejillas por la impotencia, volvió a suplicar por su omega ―. Yo... yo tengo la culpa, él no tiene n-nada que ver...

La última imagen que tenía de KyungSoo era cuando lo llevó al hospital, llorando con desesperación por ver a su omega inconsciente, sin responder a sus llamados.

Estuvo junto a él durante todo el tiempo que pudo, cuidando de KyungSoo mientras cada noche rezaba porque despertara. Estuvo así una semana entera, llorando todos los días por miedo a perderlo.

― Vamos Kyuggie, tú eres fuerte. No puedes dejarme, no ahora. ― Besó su cabeza con amor, acariciando sus cabellos castaños con sumo cuidado. Trató de tranquilizar su llanto nervioso ―. Tenemos mucho por hacer aún... una familia. ¿T-Te gustaría que tengamos hijos, cielo? Serías un padre genial, con tanto amor para dar.

Pero su error fue pensar que llamar a Yoongeum serviría de algo, cuando el hospital exigió llamar a los familiares del paciente internado.

En cuanto él llegó lo abofeteó, culpándolo por la desgracia de su familia. Esa fingida escena de un padre preocupado por su hijo le costó su presencia en el hospital, porque llamaron a seguridad para que lo echaran.

Después de apartarlo en el estacionamiento, unos hombres le pusieron una bolsa en la cabeza, y lo durmieron para que no pusiera resistencia alguna, aunque con todas sus fuerzas intentó librarse de ellos.

Aún podía recordar las frías palabras de Yoongeum.

"― Gracias por llevarme hasta él, ChanYeol. HaeYoon se encargará del resto."

La risa cínica del alfa castaño perturbó sus oídos.

― ¡Qué tierna es la parejita del año! ¿No creen, chicos? Como Romeo y Julieta. ― Los matones rieron a la par del pelinegro, manteniendo aún inmovilizado a ChanYeol ―. Ambos son patéticos, pero tú lo eres más, Park. ¿No piensas que es un buen título? "El gran capitán de las Águilas, no es más que un completo fraude". Se vendería muy bien en el foro de Hanguk.

Sin poder contenerse, ChanYeol rio por lo bajo.

― ¿Patético... yo? No reflejes en los demás lo que tú representas, HaeYoon. ― Mirándolo como si fuera alguien inferior a él, el alfa pelinegro comenzó a sentirse pequeño ante él ―. Patético eres tú, que nunca pudiste aceptar que KyungSoo me prefiriera a mí antes que a ti.

Un silencio sepulcral, HaeYoon rechinó sus dientes, furioso.

Hizo una seña a los hombres que lo sostenían, quienes luego de quedar perplejos por la respuesta del pelirrojo, comenzaron a repartir golpes en su cuerpo.

― Sigue hablando, y ordenaré que te maten. Maldita escoria.

ChanYeol siguió sin importarle, a sabiendas que había dado en el punto justo: su orgullo. Nada peor para un alfa, recordarle sus fracasos más añorados.

― ¡N-Nunca pudiste satisfacer a Soo como yo, maní Bang! ― Gritó socarrón, casi estallando entre risas aunque siguieran moliéndolo golpes ―. Él siempre se quejó de lo tan asqueroso que era darte un simple beso.

― ¡Cállate! ¡No sabes absolutamente nada! ― Tono nervioso, la seguridad y altanería de HaeYoon comenzaron a desmoronarse ―. KyungSoo es mío, él siempre lo quiso...

― Lo único que KyungSoo quiso fue internarte en un manicomio, maldito lunático. ― Los golpes dejaron de ser tan fuertes, bajando la cantidad por la inseguridad de los matones.

HaeYoon corrió hasta él, gritando incoherencias.

― ¡¿Por qué mierda se detienen!? ― El pelinegro, ya en un estado errático, tomó el cuerpo de ChanYeol, comenzando a golpearlo con todas sus fuerzas, desquitando toda su ira acumulada ―. ¡¿Te gusta, hijo de puta!? ¡Así deben hacerlo!

Luego de unos minutos más, HaeYoon lo agarró de su camisa destrozada, mirándolo con una fingida sonrisa. Pero la misma se borró cuando escuchó la risa del alfa, ese ruido tan molesto que lo sacara de sus casillas.

Con gran esfuerzo ChanYeol logró inclinar su cabeza lo suficiente como para que quedara a escasos centímetros del oído de HaeYoon.

Y entre la situación desesperante que vivía, realizó su último movimiento.

― Acéptalo HaeYoon, siempre voy a ser mejor que tú. ― Cayó unos segundos, reteniendo los quejidos por el dolor en su cuerpo ―. No sabes lo que disfruté hacer esa bonita marca en el cuello de mi omega.

Y antes de que cayera en estado casi inconsciente, sobrepasando el límite del dolor abismal que estaba experimentando, un último llamado se escuchó a través de su lazo.

"Te necesito."

"Por favor."

Sumamente herido por experimentar el dolor de KyungSoo y sus sollozos rompiendo su alma, su pecho se hundió en la desesperación de no poder hacer nada.

"Pronto estaré contigo, mi amor." Contestó, pero sus fuerzas fueron tan escasas que no logró establecer una conexión estable a través de su lazo, por lo que aquel mensaje nunca llegó al omega de KyungSoo.