XCIV
-¡Chile, por favor escúchame! ¡debes cálmate! -
-¡No pidas que me calme!¡quien chucha podría calmarse luego de saber toda la mierda que hizo tu puta hermana! - se movía por el lugar ya vacío ,la poca gente que había fue desalojado por el coreano, las niñas lloraban con fuerza y Chile no dejaba de gritar y llorar.
-¡Seguro tú la ayudaste!¡vo así lo que sea por la wea de hermana que teni!-
-¡No! ¡claro que no!¡por algo te conté todo! -
-¡No te creo!- su cuerpo temblaba y grietas se formaban por este, extendiéndose a medida que los temblores aumentaban- ¡dios! ¡y yo... yo lo mande a la mierda, no lo escuche! -
Volvió a mirar al coreano quien se intentaba esconder bajo una de las mesas del lugar -¡Me importa un pico que sea tu hermana le voy a sacar la cresta a esa maraca culia hija de perra bastarda traga sable!—golpeaba su cola con fuerza contra el suelo, el edificio volvía a moverse asustando más al coreano -¡e-está bien! pero ahora debes calmarte piensa en tus hijas-
-Mis hijas... no, no... seguro me odiaran por lo de su papá... aleje a su papá de ellas...-
-No pienses eso, además no es tu culpa- pero no entendía razones estaba sumido en furia, tristeza y culpa. Lo que le había contado Sur lo afecto más de lo que el mismo coreano hubiera imaginado, se sentía culpable y en cierto modo responsable de lo que ahora debía estar viviendo Rusia.
-Alemania llega pronto- quería llorar, ya había recibido una buena cantidad de insultos y amenazas de parte del chileno y su crisis solo parecía aumentar.
-¡Agradece que eri amigo de coco porque tengo una ganas de golpearte!- las menores lloraban con fuerza por los gritos y repetitivos movimientos causados por su madre, estaba completamente fuera de si -¡me la voy a pitiar y lo voy a disfrutar! ¡a esa maraca le hare pagar cada una de sus weas!-
A duras penas tanto Ucrania como los demás consiguieron entrar encontrándose con un desastre y al chileno completamente enfurecido.
-Ale ¿lo habías visto así?-
-Solo una vez-
-¿Como salió?-
-¿Escuchaste del terremoto más grande del mundo?-
-Carajo- con precaución se acercaron, Chile aún no se percataba de la presencia de los otros, toda su atención estaba en Corea y en amenazar con lastimar a su hermana.
Alemania logro alcanzar al coreano, estaba totalmente espantado -¡Sur!-
-¿Alemania? ¡que alegría estes aquí! no sé que hacer... no deja ni acercarme a las niñas para calmarlas-
-U-ustedes yo... Ucrania, Bielorrusia perdón, perdón no lo cuide... yo no estuve...- los hermanos no comprendían, pero si sabían que deban calmar al chileno de una forma y otra -Bielo mira sus grietas- estas se abrían más preocupando a las naciones -Chile está bien-
-No... no está bien yo lo deje solo... no le crei, de verdad perdón-
-¡Sur! ¡que mierda le dijiste! -
-La verdad... no pensé pasaría esto... perdón-
-¡Cállate Sur! ¡ni se te ocurra disculparte ahora! - este se calló de inmediato completamente aterrado.
-Chile, por favor déjanos ayudarte-
-¡No! ustedes deben odiarme, es mi culpa-
-Chile debes calmarte, seguro nada es tu culpa-
-¡Tu cállate, Alemania, no eres mejor que sur para decirme que hacer hijo de puta!-
-¡Chile, Chile! mirarnos a nosotros, no a ellos... ¿o acaso también nos odias?-
-No, ustedes han sido buenos con mis niñas... conmigo-
-Es porque eres parte de la familia-
-No lo soy, por mi culpa Rusia...- ambos se miraron a Chile, los movimientos estaban disminuyendo por lo que Bielorrusia se abalanzo hacia el chileno rodeándolo en un abrazo y Ucrania corrió al coche a consolar a las menores. Chile abrazaba con desesperación a la chica, no podía dejar de llorar y disculparse con ella. Sin duda enterarse de todo lo dejo en el peor estado.
-Sh, sh tranquilo-
-Rusia... Rusia... mi Rusia.... Le... le falle-
-Tranquilo todo se solucionará- miro de reojo a Ucrania quien asintió, las menores estaban en calma en brazos de su tío.
Volvió a prestarle atención al chileno y este había perdido la consciencia. Boto aire y cayo de rodillas al piso sin soltar al latino, la tensión se había ido de su cuerpo, se sentía de pronto agotada -¿están bien?-
-Si, estaban asustadas y Chile ¿Cómo se encuentra? -
-Perdió la consciencia ¿Corea del Sur? -
-Traumado-
-Perfecto, ahora vamos a la casa de Rusia y nos dirás todo lo que paso-
-O-ok-
-Ale, ayúdame con Chile- este asintió, se apartó del coreano y con cuidado tomo en brazos al chileno, había pena en su mirada, le entristecía ver en el estado que se encontraba, como grietas atravesaban su rostro bajando por su cuello, el rostro rojo, las huellas de sus lágrimas marcadas en sus mejillas -esto evito Rusia esa noche...-
-¿Has dicho algo?-
-No, nada, ya vamos- hablaron de manera rápido con el dueño comprometiéndose a pagar por los daños, se desviaron al hotel por las pertenencias de Chile y las menores. De camino a casa se comunicaron con el resto informando que tuvieran esperando. Chile iba apoyado en Bielorrusia que lo observaba preocupada -las grietas no desaparecen-
-Dale tiempo, seguro su cuerpo aun debería estar débil y este estrés seguro lo empeoro-
-Llamemos a OMS-
-Si, de no hacerlo seguro nos mata-
Apenas llegaron Alemania tomo al chileno aun inconsciente y lo llevo de inmediato hacia el cuarto de Rusia. Los otros veían con asombro el estado del chileno, cuando vieron entrar a Bielorrusia y Ucrania con las menores se pusieron a revisarlas por si también tenían algún daño.
-Tranquilos están bien... Bielo ¿puedes llevarlas con Chile? Seguro se asustará cuando despierte y no las vea a su lado-
-Claro-
-Yo te ayudo- Estonia recibió Alisa yendo ambas a la habitación -Corea entra- el mencionado aún estaba aturdido por todo lo sucedido por lo que entro sin mirar a ninguno en particular, aunque todos lo seguían con la mirada.
Comenzaron a susurrar pidiendo explicaciones, pero Ucrania tomo su teléfono y sin prestarles atención se dispuso a llamar a OMS por ahora la prioridad era Chile.
Estaba atardeciendo y Chile no parecía querer despertar, sus grietas habían sido curadas y vendadas. Las menores ya dormían en completa calma, sus cunas permanecían apegadas a la cama para estar cerca de su madre.
-Agradezcan que andaba en un país cercano, Cuando entenderá lo que es mantenerse en calma- la organización ingresaba al dormitorio con prisa, apenas había llegado no había hecho más que regañar a los presentes, se acercó al Chile y a simple vista no lucia bien -¿ha estado así todo este tiempo?-
-Si, desde que se desmayó no ha despertado ni el llanto de las niñas lo han hecho reaccionar-
-Bien, ahora todos afuera-
-Pero...-
-Dije ¡fuera! - su voz sonó más grave de lo normal por lo que no hubo más protestas y se marcharon dejando a la organización a solas con el chileno y las menores.
-Bien, veamos que tanto te lastimaste esta vez- examinaba el cuerpo del chileno, como llevaba varias partes del cuerpo vendadas, examinaba cada parte en busca de algún signo de alarma que la obligara a llevárselo a un hospital. Con cuidado retiro los parches de su rostro -tal parece si están cerrando, que alivio... ni con todos los regaños del mundo entiendes ¿verdad? - dejo al chileno que siguiera descansando y fue con las menores -están muy lindas y parece que crecen bien, pero creo que hablare luego con su madre respecto a su alimentación-
Tras varios minutos de estar examinando a los tres se sentó un momento al lado del Chile a observarlo.
-Preferiste sufrir tú las consecuencias ante liberar un terremoto aquí o en tu territorio... Chile debes dejar de sacrificarte, tus hijas te necesitan-
Al salir de la habitación se topó en el pasillo con la familia del ruso al igual que Alemania y Corea del Sur, tal parecía todos estaban esperando a que terminara de examinarlos.
-¿Cómo esta? ¿se repondrán? -
-No puedo decir mucho ya que no puedo hacer mayores estudios, pero no parece haber mayor daño, las grietas están cerrando, su colapso fue producto del estrés y de estar reprimiendo un terremoto-
-Pero si hubieron-
-Es seguro que lo que ustedes sintieron fueran sismos de baja intensidad, las grietas más grandes se provocaron por evitar un terremoto, seguramente no quería dañar a nadie-
-¿Y qué hacemos ahora?-
-Esperar, no lo abrumen cuando despierte y denle estos medicamentos, le ayudaran con el dolor... si sucede algo llámenme permaneceré aquí unos días para estar seguros-
-Gracia OMS- se despidieron de la organización mientras era acompañado por Kazajistán. Los demás miraban desde la entrada al chileno -¿ahora qué?-
-Por ahora vamos a la sala, Corea necesitamos hablar contigo y nos expliques lo sucedido, luego nos turnaremos a cuidar de ellos-
-Yo me ofrezco para cuidarlos primero-
-¿Seguro Ale? Parecía tener ganas incluso de golpearte a ti-
-Si... se lo debo a Rusia y es lo mínimo que puedo hacer por Chile-
≪•◦ ❈ ◦•≫
-¿Qué te parece este?-
-mjm-
-¿O mejor estos?-
-Ok- Corea bufo aburrida, llevaban casi una hora decidiendo cuales serían los anillos que usarían, frente a ellos habían varias opciones listas para la pareja pero era claro que solo una de las partes estaba interesada -Rusia, querido deberías emocionarte más por nuestra boda-
-Es toda la emoción que obtendrás de mi parte, acostúmbrate- miro de reojo los anillos y uno le llamo la atención, era de oro con un pequeño diamante en medio y a los costados finos diseños, le pareció perfecto, pero no para dárselo a la norcoreana.
Ella siguió la mirada del ruso, tomo la caja para verlos haciendo que Rusia más se desanimara-mm... muy simples- lo dejo a un lado y tomo otro que era todo lo contrario, eran muy extravagantes. Los ojos de la coreana se iluminaron y una sonrisa se expandió por su rostro -estoy decidida estos serán, ¡son perfectos!- el vendedor asintió, tomo la caja y la alisto para entregarla al ruso mientras le pagaban -lucirán hermosos puestos, ya no puedo esperar amor- tomo de la nada su mano dejándola sobre su vientre -desde mañana seremos una familia, los tres seremos muy felices- Rusia aparto su mano pero Norte lo volvió agarrar aunque ahora para entrelazarla con la de ella -amor tengo hambre, quiero cenar contigo, vamos- lo comenzó arrastrar fuera del lugar sin dejar de ver aquellos anillos imaginado que los elegia para Chile, los nervios de planear como proponerle que hubiera sido su esposo, las ansias de planear la boda, ver a sus hijas con hermosos vestidos presenciando como se unían sus padres, ver a Chile ingresar del brazo de España y frente a todos jurarle amor eterno.
Una solitaria lagrima cayo por su mejilla, era un lindo sueño, pero solo era eso, un sueño. La realidad era la que vivía en ese momento, pasar su vida tomando la mano de otra persona, jurar amor alguien por lo que solo sentía aversión y seguir reviviendo su amor solo en su imaginación.
≪•◦ ❈ ◦•≫
-Pensé haberte dicho que no nos viéramos en estas circunstancias en un largo, largo tiempo-
-¡Papá Prusia!- corrió a sus brazos siendo recibido, se dejaba envolver en su cálido abrazo-pequeño te extraño, pero no lo suficiente para verte aquí otra vez- el chileno se aferraba al prusiano ocultando sus lagrimas que comenzaban a humedecer su traje.
Prusia comenzó a acariciar su cabello, lo envolvió con sus alas tal como lo hacía antaño -soy horrible papá-
-¿Mi estrella horrible? No es posible-
-Si lo soy, hago todo mal, lastimo a quien no lo merece y le fallo a quienes amo... debí morir ese día... habría sido mejor-
-¿Escuche bien? ¿mein kuchen deseando la muerte? - alzo la vista, Prusia movió una de sus alas dejando ver a imperio -Kaiser yo...- fue arrebatado de los brazos del prusiano y ahora estaba siendo rodeado por los brazos de Imperio.
-No puedes hablar enserio amor mío, tú eres fuerte y valiente, nunca te has dejado pisotear... además creo que hay dos pequeñas que te necesitan, tú eres una maravillosa madre y se que no quieres estén solas-
-Yo perdón...-
-¿Por qué?-
-Tuve otras hijas y no fueron contigo-
-Amor mío no importa eso, son tus hijas y yo también las cuidare como a nuestros hijos, así que no digas tonterías si me pone celoso que otro hombre haya descubierto lo maravilloso y único que eres, pero tu pareces feliz con el-
-Lo arruine, no merezco su cariño a veces solo quiero tirar la toalla-
-Yo no pari cobardes- se giró y ahí una mujer con su vestimenta tradicional, su larga cabellera Azabache trenzado a la perfección, se veía tal cual como la recordaba -hola mi pequeño-
-¿Ñuke?... ¡ñuke!- Ahora abrazaba a su amada madre, haciendo que llorara aún más- mi niño precioso ¿cuánto tiempo planeas estar aquí?-
-No quiero irme, están todos ustedes, aquí no sufro-
-Mi precioso niño ojitos de estrellas.... Regalo de la diosa Kuyen, eres más valiente que esto, llevas sangre guerrera corriendo por tus venas, lucha por tu felicidad-
-El me odiara seguro-
-Ese mocoso no parecía un patán como su padre y claramente era más listo de lo contrario siempre puedo atormentarlo en sus sueños jaja-
-Weim...-
-Hallo mutter- lo atrajo con su cola y sin separar el abrazo con su madre comenzó a darle besos por todo el rostro -con todos aquí siento que si estire la pata-
-Vinimos a evitar eso, a que te rindas, pelea Chile-
Los miraba a todos, sus seres amados que lo dejaron antes de tiempo se sentían bien ahí, tranquilo, seguro pero un llanto inundo aquel espacio, el chileno presto atención y una inquietud comenzó a apoderarse de el -ese llanto... Sayen- se separó y comenzó a buscar a su pequeña hija- es mi Sayen y seguro Alisa comenzara a llorar se pone triste si su hermanita llora- los demás lo veían divertido -sin duda la mejor madre-
-Ja-
-¡Que soy hombre por la chucha! ¿cómo salgo de aquí? - la mujer se acercó, beso su frente y luego acaricio si mejilla – solo despierta amor y no olvides nunca que no estas solo y si crees que alguien vale la pena que este en tu vida, lucha con todas tus fuerza-
Vio por una vez mas a todos y como en sus expresiones demostraban su afecto hacia él, sin duda los amaría siempre a cada uno de ellos.
El moverse un poco le provocaba un dolor insoportable pero apenas soltaba unos quejido -agh ¿Sayen?- con malestar intentaba abrir sus ojos -Chile, espera- Alemania se acerco con la menor en sus brazos, lo tomo por el hombro haciendo que volviera a tenderse en la cama, aunque el chileno no opuso resistencia sentía que había perdido toda la fuerza.
-¿D-Donde estoy?-
-En casa de Rusia-
-¿Rusia? ¿Cómo? - estaba desorientado, apenas recordaba lo sucedido -Corea del Sur nos llamó te desmayaste a los pocos minutos de que llegáramos-
-¿Me desmaye?- intentaba recordar, pero el dolor y las náuseas no le permitían pensar. Se tomaba la cabeza con sus manos en un intento de disminuir el malestar- tranquilo, no te fuerces –
-Sayen, Alisa ¿cómo están? -
-Están perfectas, OMS las examino y no sufrieron daños colaterales-
-Qué bueno ¿OMS vino? -
-Si-
-Jeje seguro me va a retar después- apenas conseguía mantener los ojos abiertos, se sentía agotado -Creo que me pase po-
-Por suerte ninguno sufrió mayores daños-
-Sur ¿dónde está? -
-abajo, con los demás- asintió y con cuidado comenzó a levantarse, quedo al borde de la cama, su cabeza punzaba de manera horrible.
-¿Qué haces? debes descansar
-No puedo, aun no- al levantarse perdió el equilibrio cayendo a la cama soltando un quejido de dolor producto de las grietas- no seas terco-
-Es mi especialidad debo hablar con ellos- Alemania bajo los hombros resignados, sin duda habían costumbres que nunca cambiarían.
-Sé que iras incluso si debes arrastrarte así que espera aquí, yo les diré que suban-
-Gracias, oye me pasas a mis guaguas antes de que bajes porfa- Alemania asintió, le entrego a Sayen para luego ir por Alisa y hacer lo mismo -ya regreso- Chile solo acurruco a las menores entre sus brazos y cola, apenas notaba las vendas que llevaba puesta -si me pase...-
Se podían escuchar varias pisadas avanzando con prisa. Chile permanecía con los ojos cerrados mas pendiente de las suaves respiraciones de las menores que se encontraban en calma en brazos de su madre -hola, Chile ¿cómo te sientes? - miro de reojo a todos los presentes y entre los hermanos de Rusia se encontraba Corea del Sur con la mirada en el piso -mareado, pero se me pasara... gracias por ayudarme pese a como fui con ustedes-
-Descuida, nosotros fuimos insensibles contigo, por suerte tu y las niñas están bien-
-Chile... - Corea del Sur avanzo hasta quedar a su lado, se arrodillo e inclino su cuerpo hacia delante en una reverencia -de verdad lamento todo, me avergüenzo y me hare responsable de todo-
-Sur párate por favor- este obedeció, pero evitaba el contacto visual – siéntate aquí- dio unos golpecitos a su lado con la cola, el contrario hizo caso y quedando al lado del chileno -se cómo es tu cultura, pero nada de esto es tu culpa y que quieras ayudar lo demuestra... si no me retracto de todo lo que dije-
-Descuida, merezco todo eso... gracias, Chile, eres increíble, no eres nada de lo que otras naciones dicen... digo disculpa-
-Tranqui no me ofende... muchas si son ciertas, pero ahora solo importa ayudar a Rusia ¿les dijiste?-
-Una parte... estábamos en eso-
-Bien- apegaba a las menores mas a el -Chile, disculpa, pero lo que dijiste antes... significa...-
-Hare lo que pueda para convencer a Rusia para que no se case- todos parecían alegrarse por la noticia, de inmediato comenzaron a pensar como lo harían, pero Chile no les prestaba atención.
-¿Nos ayudaras Sur?-
-Se que será mal visto y seguro me dolerá, pero si, los ayudare-
-Gracias pide a ONU que venga y si viene las otras organizaciones sería mejor-
-Ya lo averigüé, mi hermana los invito, pero sería mi palabra contra la suya-
-No, me asegurare de que no tenga forma de negarlo- de pronto alguien le tocaba el hombro miro a su lado y era Bielorrusia -gracias, Chile, seguro Rusia te escuchara-
-Eso espero, debo disculparme con el-
-No, no debes-
-Perdón, pero si, no estuve a la altura de ser su pareja, lo abandone cuando me necesitaba, también me disculpo con ustedes por no tratarlo como debía y no hacer feliz a su hermano-
-Chile por favor-
-Bielo déjalo, por nuestra parte estas disculpado solo si olvidas esa idea ridícula de alejar a las niñas de nosotros-
-Pero...-
-Pero nada, solo así lo aceptaremos y si quieres seguir o no con Rusia ya es decisión de ustedes- el chileno se quedo en silencio unos segundos, su plan seguía siendo el mismo, pero si quería estar tranquilo tendría que ceder en algunos aspectos, miro al resto del grupo que parecía estar de acuerdo con el ucraniano -está bien-
La felicidad era mayor, Chile sonreía de manera leve al verlos a todos especialmente como discutían con Ucrania de quien sería el tío favorito de sus hijas. Apoyo sus labios en la cabeza de una de las menores -tienes una hermosa familia Rusia... ustedes también mis niñas- les susurraba recibiendo unos quejidos de respuesta.
-Chicos deberíamos dejar descansar a Chile, mañana será un día ocupado- los demás asintieron, se despidieron del chileno dejando al alemán con el latino.
-¿De verdad lo harás? ¿Dejaras que tengan contacto con tus hijas? -
-Si, solo yo no seré parte de eso-
-¿Cómo?-
-No dejare a Norte siga lastimando a Rusia, pero yo tampoco estaré con el no soy mejor que Norte, no luego como lo lastime-
-Pues, aunque me duela decirlo, no hay nadie mejor para mi amigo que tú. Lo nuestro pudo no haber resultado por mi culpa... no dejes que lo que ustedes tienen fracase por tu obstinación, se veían lindos los cuatro juntos en las fotos que enviaba Rusia, descansa, más tarde te traeremos la cena-
Se marcho sin permitirle al chileno rebatirle y aunque se viera en calma no lo estaba en realidad, sus emociones estaban creciendo dentro de él y abrumándolo cada vez más ni estaba consciente en qué momento se había puesto a llorar -Rusia resulto ser muy bueno y honesto... se merece lo mejor... y aunque me duela... ese no soy yo-
≪•◦ ❈ ◦•≫
Miraba por los ventanales la postal de mi ciudad nocturna. No estaba seguro de la hora pero si estaba deseando que el tiempo se detuviera, en mi mano derecha llevaba aquella caja con unos anillos pero para mi eran solo extensiones de mis nuevas cadenas, estaba imposibilitado de hacer algo y cada vez que una idea de escape cruzaba por mi cabeza de inmediato vienen de la mano recuerdos de mis hijas -mis preciosas princesas- Levante con rabia mi brazo, quería lanzar por la ventana aquella caja pero mi cuerpo se resistía hacerlo, no porque deseara casarme, si no por temor a que mi alucinación haya sido real y Chile se encontrara haya afuera, corriendo riesgo de caer en manos de mis captores y el tirar los anillo solo sea una excusa perfecta para ello. De la nada todo el peso de mis emociones terminó por derrumbarme, mis lagrimas no paraban de caer, la pena, desesperación y el miedo se apoderaban de mi abrumándome.
Deje caer la caja al suelo, camine hasta salir al balcón, una brisa fresca acariciaba mi rostro, miraba hacia abajo como todo era pequeño desde mi posición -quizás así podría acabar con todo- solo bastaba inclinarme un poco, parecería un accidente, podría tener tranquilidad al fin.
Avanzaba mas hasta el punto de subir una de sus piernas por la baranda, la desesperación nublaba su juicio, ya no solo era por no estar con los que amaba, también era por él, hiciera lo que hiciera nunca seria libre, siempre buscarían la forma de manejarlo cual títere y ya estaba cansado de eso -perdón por ser un cobarde...-
-¿Seguro puedo pasar?-
-Si señor, el señor Rusia aun estaba despierto- este asintió, ingreso al cuarto en completa oscuridad -¿Rusia?- pensaba en retirarse pero la cama estaba vacía, siguió buscando hasta que sus ojos se posaron en el ventanal abierto, se acerco cuando vio como Rusia estaba sentado sobre la baranda listo para saltar -¡Rusia, no!- este recobro el sentido pero antes de poder ver quien era China lo agarro de su ropa jalando con fuerza hacia el cayendo ambos al suelo con parte del cuerpo al interior de la habitación.
Ambos se quejaban por los golpes recibidos, más China quien además amortiguo parte de la caída del ruso. Este se aparto quedando sentado en el borde del balcón. China hizo lo mismo solo que este quedo frente al ruso, lo tomo de la camiseta zamarreándolo con fuerza -¡¿qué mierda crees que haces?! ¡imbécil pudiste caer! -
-¿Q-Que haces aquí?-
-Vine hablar contigo ¿qué demonios pretendías hacer? -
-Yo... ¡no soporto más! ¡mi vida es una mierda! - quería explicar, pero los espasmos de llanto ahogado lo dificultaban. Me acariciaba con fuerza el pecho, tenía una presión que crecía, era asfixiante, mi corazón se rompía con cada anhelo por Chile, por mis hijas, por recobrar mi vida -amigo ¿qué dices? te vas a casar y tendrás un hijo, deberías estar feliz-
-¡Yo no quería nada de esta mierda! Y-yo ya era feliz con Chile, Alisa y Sayen- me acariciaba con más fuerza, sentía que perdía el aliento - ¡sé que le falle, que debí escucharte esa noche!... pero el era mi amor, me daba libertad y mis niñas eran mi mundo y ahora no tengo nada-
-Rusia-
-Me prometí a mí mismo que haría lo que fuera por ellas, pero esta agonía es horrible, prefiero me nieguen verlas a casarme con Norte.... Soy una mierda, no puedo sentirme feliz por aquel bebé, aunque no sea culpable- comencé a secar mis lagrimas con desespero, aunque en vano, siempre odie me vieran débil y vulnerable pero ya no había fuerzas para fingir, me desmorone mas al sentir el abrazo de China, aunque él fue aliado de URSS en el pasado, terminamos formando una amistad, ahora era lo mas cercano a un familiar que me han permitido tener en estos días -desearía decirles una vez más que lo amo-
Aunque China no se caracterizaba por ser el más empático o afectivo no dejaba de acariciar la espalda del ruso quien se aferraba mas a el como un niño aterrado, no tenia palabras de consuelo por lo que solo se limitó a reconfortarlo y permitir que se desahogara.
Rusia poco apoco comenzaba a calmarse, ahora le asustaba lo que estuvo a punto de hacer, nunca se le cruzo por la cabeza hacer algo así, ni aun con los tratos de su padre por lo que lo aterraba hacia donde estaba siendo arrastrado con todo esto.
Permanecieron en la misma posición, solo dejaría a que Rusia se calmara, pero le preocupaba todo y más porque parecía vivir un infierno, uno que solo empeoraría en unas cuantas horas más, cuando tuviera que dar el sí, uniéndolo con Corea del Norte.
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