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Los cuatro dormían a gusto, finalmente habían podido conciliar algo el sueño tras atender a las menores durante la madrugada. Rusia se encontraba sujetando al chileno por la cintura en un intento de mantener la cercanía entre ambos mientras la cola de este se mantenía enrollada en la pierna del ruso.
Como era habitual Rusia despertó primero, pese a las pocas horas de sueño se sentía afortunado, de poder abrir los ojos y encontrarse con el rostro del chileno durmiendo a su lado y a sus pequeñas en medio de ellos durmiendo plácidamente -como quisiera despertar así todos los días- apenas roso su brazo, pero fue suficiente para despertar al chileno -mgh buenos días~-
-Buenos días- se movía en su lugar mientras se estiraba teniendo cuidado de no despertar a las menores -¿pudiste descansar?-
-Si, aunque no mucho ¿y tú? -
-Si igual... Bienvenido a la paternidad-
-¿Cómo te encuentras?-
-Con dolor de cabeza y más seco que camello, hace rato no tomaba-
-Creo que fue poco para lo que solíamos beber-
-Entonces estoy viejo-
-No lo creo- acaricio nuevamente su mejilla, pero esta vez no quito su mano, Chile lo miraba fijamente especialmente en el collar que colgaba del cuello del ruso, se había percatado que no se lo quitaba ni él se atrevía a pedírselo, su voz interior le repetía que ni se atreviera hacerlo.
De pronto el silencio entre ellos fue interrumpido por unos quejidos, bajaron sus miradas encontrando ambas menores despertando, haciendo ambos adultos sonreír -buenos días mis princesas- cada uno tomo a una de las menores quedando sentados en la cama entregándoles todo el cariño.
Era una escena tierna de ver, ambos padres con sus hijas tranquilos y sonriendo y más a gusto con la presencia del otro algo que tanto Rusia como Chile estaban comenzando a desear que perdurara.
El día continuaba sin inconvenientes, aunque a ambos les dificultaba hacer sus labores ya que las menores exigían toda la atención de ambos progenitores.
-Chile ¿puedes sostener a Sayen? debo responder este llamado –
-Claro, venga pa ca mi guagüita bella-
Con la ayuda del ruso la dejo en su brazo libre ya que en el otro tenía a su hermana-bueno la pega tendra que esperar- miro su computador para luego ver al ruso quien se alejaba hablando golpeado en su idioma- bay este que le dio ¿ahora es bipolar o qué?-
Con cuidado se puso de pie y dejó ambas en su coche- sorry guaguas, pero todavía me duele la muñeca y ustedes están cada día más gorditas- acaricio sus mejillas para luego irse a la sala donde se sentó en uno de los sofás dejando a su lado el coche haciendo un movimiento hacia delante y atrás al a ves que les cantaba para hacerlas dormir. De fondo aún se escuchaban los reclamos del ruso, pero no se lograba comprender con claridad -debe ser muy malo...-
Rusia termino encerrándose en la habitación que usaba, no quería molestar al chileno o asustar a sus hijas con sus gritos.
-¡¿Pero están locos o qué? ¡no me vengas con eso! ¡no puedes...!-
-¡¿Saben algo?! ¡pueden irse a la misma mierda! - colgó frustrado y luego lanzo el móvil a la cama, no podía creer que estuvieran jodiéndolo a tal nivel- mierda, mierda... esta vez no tengo elección- se apresuró tomando su bolso, metió su computador y documentos, tiro el teléfono en el bolsillo, tomo una chaqueta y salió de prisa de la habitación.
Bajaba las escaleras escuchando la voz del chileno, bajaba intentando no hacer ruido, se ganó en la entrada de la sala disfrutando de la voz del latino. Estaba consiguiendo bajar su ira, pero otro sentimiento comenzó a florear dentro de el -me encanta como cantas y creo que a ellas también- volteo a verlo esbozando una leve sonrisa avergonzado y con las menores entre sus brazos.
-Y tú las tienes muy mimadas no quisieron dormir en el coche- Rusia se acercó, miraba con tanto amor a los tres, pero su expresión no concordaba. Paso su dedo por las mejillas de las menores y luego por la barbilla del chileno haciendo alzar su vista -es porque eres tú, a mí también me gustaba dormir entre tus brazos-
Chile se mordía la parte interna de su mejilla evitando poder sonreír, sus mejillas comenzaban a sentirse calientes, su corazón a latir más rápido cuando Rusia comenzó a acercarse a él. Su cola comenzó a agitarse, no podía detenerlo, Rusia pego los labios en la frente de Chile y luego se alejó. Este pareció aguantar la respiración al menos así fue hasta que noto el bolso que colgaba de su hombro.
-¿Y eso?- apunto con la cabeza hacia la mochila haciendo al ruso mirar y que su sonrisa se desvaneciera -debo ir a la embajada hay problemas y debo resolverlos allí-
-A chuta, na que hacer, si quieres te podemos ir a dejar-
-No, ellos vienen por mí, además apenas las hiciste dormir- toco con cuidado las cabezas de las menores mirando como reaccionaban acurrucarse mas en el cuerpo del de cola.
-A ok, que te vaya bien po-
-Gracias, Chile los amo a los tres- este ladeo la cabeza un poco pero no le reprocho ni nada solo dejo que se dirigiera a la salida.
Pero una molesto se alojó en su pecho al verlo alejarse, en su cabeza no dejaba de repetir lo mismo -¡Dilo! ¡Dile que ustedes también! ¡Él se ira, quizás no vuelva! - finalmente fue tras el encontrándolo justo en la entrada -oye Rusia-
-¿Si?-
-Am cuando llegui ¿te tinca si vemos pelis juntos? hay cositas pa picar y puedo hacer cabritas, pero tiene que ser de monitos por ellas-movióde manera leve sus brazos donde cargaba a las menores.
Este esbozo una sonrisa mientras mirada de manera rápida a sus hijas y luego al chileno- me encantaría son mis favoritas- su móvil comenzó a sonar -deben ser ellos, ya debo irme-
-Si, si dale nomas, que te vaya bien- la puerta se cerró dejando a Chile en la entrada a solas con las menores. Miro ambas que dormían plácidamente entre sus brazos. Había estado pensándolo hace unos días, pero la cita de la noche anterior había tenido un efecto en su decisión respecto al ruso -debo ser el mayor weon de todos por lo que hare... pero creo que su papá se ha ganado otra oportunidad ¿no creen? -
El resto de la tarde Chile dejo a las menores en sus cunas para poder organizar todo, pero claro que no le duraría mucho ya que al poco rato despertaron además que su teléfono no dejaba de sonar con diversas videollamadas que su familia o amigos hacían preguntando como se encontraba, pero principalmente para ver a sus hijas quienes se llevaban toda la atención pero que gracias a eso las habían mantenido distraídas para poder continuar con los preparativos para la noche de película.
-Listo- miraba orgulloso todo lo que había preparado aun con todas las distracciones, ya solo faltaba el ruso. Mientras esperaba fue hasta uno de los cuartos ubicados en el primer piso, podría intentar darle una sorpresa, ingreso con monitor en mano por si despertaban sus hijas.
Aun cuantas veces viera todo lo que almacenaba en ese lugar siempre conseguía inundarlo de melancolía, cada recuerdo guardado en ese lugar era muy preciado, buscaba algo en específico que descansaba sobre un antiguo mueble. Dejo el monitor a un lado, sacudió el polvo y con cuidado abrió el estuche que resguardaba su preciado tesoro- ¿podre tocarlo?-
Comenzó a afinarlo con emoción, pero cuando intento tocar algo de vez en cuando se equivocaba, su muñeca no le ayudaba, apretaba los ojos ante el dolor que le causaba los movimientos repetitivos hasta que tuvo que darse por vencido- aun no puedo... Polonia culiao- guardo el instrumento entristecido, adoraba tocar su violín, incluso se había motivado a tocar algo para Rusia, mostrarle aquel talento que solo unos pocos han sido privilegiados de escuchar.
Allado se encontraba el obsequio que Rusia le había enviado para su cumpleaños,seguía cerrado solo había abierto los que trajo después de salir del hospital, perosolo lo hizo porque lo estaba viendo mientras lo hacía.
Quito la cinta de la caja y del interior saco algunos chocolates -mis antojos jaja- también una cajita que al abrirla se dio cuenta que era una musical y en su interior unas figuras de las mismas bailarinas que lo dejaron sorprendido -nuestra cita en Moscú- escucho por un momento la melodía para luego cerrarlo, aún quedaba una caja y un sobre, tomo la caja y dentro había un collar, se parecía al suyo con la excepción que su dije era una perla y dentro parecía tener algo de con colores.
-Si te esforzaste Rusia ¿Cuánto pensaste antes de llegar a estos regalos? - saco el collar subiendo hasta la altura de su rostro -¿que será?- no tuvo que pensarlo dos veces, se colocó el collar, quizás su primera idea no resulto pero seguro se sorprendería de verlo usarlo, podía ser la señal que lo que hablaría con él iba enserio.
Tomo el sobre, estaba seguro de que se trataba-le pedí me enviara cartas- y así era, le había escrito una carta, leía cada línea con atención, podía sentir la pena y culpa en sus palabras, así como el arrepentimiento haciendo que sus ojos comenzarán a arder.
Incluso le explico el significado del collar que le obsequio "en su interior tiene unos pétalos de un lirio siberiano mezclado con pétalos de manzanilla, ambas flores de mis tierras son preciadas porque una es difícil de encontrar y otra es mi flor nacional, son tan valiosas como lo eres tú. No tendra el mismo valor sentimental que el tuyo, pero quería que tuvieras algo importante para mí."
-Q-quizás si está arrepentido... nunca le di oportunidad de explicarme... debí escucharlo...- se limpió las lágrimas con la manga de su polerón -debo arreglar todo esto, se lo debo a Sayen y Alisa... sobre todo a Rusia...- beso la carta humedeciéndola con sus lágrimas, era la señal que le hacía falta para ayudarlo abrir los ojos, dejar su orgullo y su tozudez que le impedía ver que estaba arruinando su propia felicidad.
Entre sus brazos llevaba los otros obsequios dejándolos en su habitación, le agradecería y se disculparía por no abrirlos antes- he sido muy cruel- pero todo había sido producto del odio y resentimiento también pensó que era lo mejor para ambos, cada uno continuando con su vida, aunque los dañara por dentro.
Miraba con insistencia la hora, estaba ansioso por la llegada del ruso, deseaba ver su reacción cuando le pidiera se dieran otra oportunidad. Sabía que habría temas que resolver, pero lo harían juntos y esta vez se detendría a escucharlo.
-Hay mamita linda, espero estar haciendo lo correcto- movía su pie con insistencia, tomo su teléfono y le envió un mensaje al ruso, no quería parecer ansioso pero necesitaba saber si ya venía de regreso, no podía seguir negando que extrañaba la relación que tenía con él, dejo a un lado el teléfono y volvió a esperar frente al televisor apagado, desde el monitor se escuchaba el llanto de sus hijas -ya voy ¿será la hora de la leche? - se dirigió a la cocina para subir con los biberones en sus manos.
Había atendido por completo a las menores, no estaba seguro la hora, pero le pareció que había pasado una eternidad. Ellas dormían mientras Chile volvía a cambiarse de ropa luego que Sayen le vomitara encima.
Con la ropa sucia en mano bajo llevándola a la lavadora, volvió a la sala por su móvil, era pasado media noche y Rusia no llegaba ni respondía sus mensajes -debe ser grave la cosa- desilusionado dejo todo ahí y volvió a su habitación, la noche de películas debía quedar para otro día. Ya acostado volvió a enviar otro mensaje y se dispuso a descansar -seguro mañana me cuenta que paso-
Durante la noche estuvo atento a la llegada del ruso, atendía a sus hijas y una vez en sus cunas iba al cuarto donde dormía el ruso, pero la cama permanecía vacía -seguro se quedó en la embajada... debí ofrecerme ir a buscarlo- tomo su teléfono y solo estaban sus mensajes, pero al parecer si los había leído -dormiré un ratito más antes que llegue- se acomodó entre las sábanas, cerraría los ojos solo por un momento.
-¿Chile? Chile ya despierta- se quejaba al ser molestado, estiraba sus brazos y movía sus piernas- hola Rusia... te demoraste- aun somnoliento rodeo el cuello del contrario, su cola se movía por debajo de las cobijas.
-Te estuvimos esperando-
-¿Rusia? ¡Enserio! ¡Luego te quejas de que te trato de pirulonko!-
-¿Cómodijiste?- abrió los ojos a quien abrazaba no era Rusia si no su hermano, lo soltó de inmediato y se sentó de golpe dándose un cabezazo con el contrario -¡eres tonto o que!- se sobaba la frente mirando molesto a su hermano- Mapu... ¡Mapu estas aquí!-
-Claro estoy aquí idiota ¿no me ves?-
-Yo también hermanito~-
-¡RapaNui!- pateo las sábanas y se abalanzo sobre los dos presentes, besaba sus mejillas con evidente alegria -¡están aquí!- estaba emocionado tenerlos, por lo que los abrazaba con fuerza siendo correspondido -perdón hermano no nos permitían viajar- este negó no le importaba nada tenerlos ahora era suficiente.
- ¿Por qué no me dijeron? Los hubiera esperado con algo rico-
--No estábamos seguros si dejarían salir a la enana salir de la isla-
- ¿Y cómo lo conseguiste? -
-Solo tuve una pequeña charla con FACH- sonreía de manera tierna pero tanto Mapuche como Chile dudaban que solo hubiera sido una simple conversación -¡oh cierto!- se apartó y rodeo la cama, tomo a las menores entre sus brazos volviendo acercarse a sus hermanos -seguro están aquí para verlas, Sayen, Alisa ellos son sus tíos- las menores miraban a todos lados mientras Chile sonreía- eres realmente un Tüf tipaye- volvieron abrazar al de cola teniendo cuidado de no aplastar a las menores- vinimos porque no aguantamos más, cuando te dejamos no sabíamos si ibas a despertar idiota-
-Si... perdón por abandonarte, pero te juro que no queríamos irnos, estábamos preocupados por los tres-
-Nos diste un gran susto, ya deja de hacer estupideces porfavor, pensamos que te irias al wenu mapu-
Parpadeaba seguido, algunas lágrimas amenazaban con caer -perdón por preocuparlos, pero ya estamos bien... tranquilos no podría reprocharles nada... además me teni fe hermano, seguro soy mas para el MiñcheMapu - el mapuche le dio un leve golpe en la nuca mientras reían por el comentario, juntaron sus cabezas los tres emocionados, era un rencuentro esperado por ellos, no era lo mismo verlo a través de una pantalla para poder abrazarlo, ver que realmente se encontraba bien al igual que aquellas pequeñas.
≪•◦ ❈ ◦•≫
-Oye mapu ¿me vas a devolver a la cabra chica? -
-No, es mi sobrina y Rapa ni se te ocurra entregarle a la niña-
-Pero son mis hijas po'-
-Pero estas siendo un idiota y voy a proteger a mis sobrinas de tus decisiones estúpidas- bufo el chileno llevaba un bien rato intentando calmar al mapuche, pero no lo conseguía conseguíasin importar lo que le dijera -Mapu tiene razón, creo que te estas precipitando nodebes olvidar lo que te hizo y como lo pasaste de mal-
-No lo olvido, pero ya estoy cansado de dejar que eso domine mi vida, además me ha demostrado que está arrepentido-
-Pff Alemania decía lo mismo... espera un segundo... ¡¿te volvió a embarazar¡?¡es eso! -
Chile sintió como el calor subía por su cuerpo hasta su rostro, negó con rapidez -n-no es eso... ni si quiera me he be-...no importa... a-además es distinto Alemania, ese weon no dejo a Polonia mientras intentaba conquistarme... Rusia en cambio se ha dedicado a cuidar de mí y las niñas, se quedó pese que fui un weon desagradable, el ama a Sayen y Alisa... y dice amarme a mi- soltó avergonzado por lo bajo, se supone que esta clase de conversación la tendría con el ruso y no con sus hermanos.
- Por favor seguro solo miente... haber ¿dónde está ahora? - el chileno guardo silencio, ya pasaban las dos de la tarde y no tenía noticias del ruso - ¿y bien?-
-Está trabajando, fue a la embajada-
-Claro... y toda la comida que vimos cuando llegamos eran para el Tetue seguro, apuesto que te dejo con los crespos hechos, pero como eres tan cabeza dura no lo quieres admitir-
-Mapu, basta- le miro frustrado para luego ver al de cola que agachaba su cabeza quería creer en Rusia, había elegido creer en él, en darle una nueva oportunidad.
De pronto se escuchó la música del timbre por lo que Chile se puso de pie, estaba seguro de que se trataba del ruso y cuando lo dejara entrar le diría "te lo dije" a su hermano. Camino por el patio hasta llegar al portón, abrió con ánimo pero se llevó una sorpresa al notar que no se trataba de Rusia si no de un completo extraño -¿sí?-
-Buenas tardes, ¿señor Chile? -
-Eh si ¿quién es? -
-Vengo de parte de la embajada de Rusia- se inmediato se le tensaron los músculos, era raro que vinieran a su hogar de alguna embajada -sí, dígame ¿le paso algo a Rusia? -
- El señor Rusia se encuentra bien, pero desde alto mando nos han pedido que se le haga entrega de esto- le extendió un sobre sellado, Chile lo tomo con algo de duda, apenas soltó un gracias cuando aquella persona se marchó hacia un vehículo estacionado a unos metros de su casa -que raros son todos estos- cerro regresando al interior de la casa.
Al regresar a la sala sus hermanos le quedaron viendo curiosos por la expresión que traía -¿qué es eso Chile?-
-No sé, lo trajeron de la embajada de Rusia-
-Seguro ese idiota se arrepintió de jugar contigo y es tan cobarde que mando una carta- pero Chile no prestaba atención, con cuidado la fue abriendo, evitando dañar el contenido de esta, lo saco sujetándola con ambas manos sin creer de lo que se trataba.
-¿Quédice Chile?- peroeste apretaba las manos arrugando el papel, ambos se pusieron de pie cargando a las menores para ver de qué se trataba pero el chileno se puso rápido de pie, solo notaron como su ojo volvía a perder repentinamente su brillo, se dio media vuelta en búsqueda de las llaves y documentos.
-Porfa cuídenme un ratito a las guaguas yo vengo altiro- sin dar mayor explicación se marchó dejando extrañados a sus hermanos.
Apretaba con fuerza el manubrio mientras conducía, saltaba improperios a diestra y siniestra, cada tanto aceleraba, necesitaba pronto llegar a su destino.
Freno de golpe haciendo rechinar las ruedas del vehículo expeliendo un olor a goma quemada. Se bajo con tanto enojo que dio un portazo a la puerta del auto. Camino hasta quedar frente su destino, la embajada de Rusia.
Buscaba la forma de comunicarse ya que se encontraba cerrada hasta que un guardia se posó al otro lado de la reja.
-Buenas, quiero ver a la representación de Rusia-
-Disculpe, pero no hay visitas y si no es ciudadano ruso le pido se retire por el momento-
-No estoy por turismo, soy República de Chile y exijo ver a Rusia-
-Señor no puede exigir nada, esto es territorio ruso-
-Me importa un pico... ¡Rusia ¡Rusia sal ahora cobarde de mierda! ¡Ven y dame la maldita cara maricon culiao!-
-Señor retírese o tendré que actuar-
-Inténtalo weon haber quien sale perdiendo- el guardia se apartó hablar por el radio mientras Chile seguía insistiendo en gritos para que Rusia saliera.
-Señor Chile, que sorpresa su visita y un poco escandalosa si me lo permite- se detuvo a ver alguien salir del edificio lo había visto en una ocasión pero su molestia no aminoraba, no era a quien esperaba ver - ¿a qué debemos su visita?-
-Señor embajador vengo hablar con Rusia-
-¿El señor Rusia?-
-Si tengo algo importante que tratar con él y sé que ayer vino aquí-
-Si es cierto que estuvo por aquí el día de ayer, pero estuvo un par de horas y luego se marchó de regreso al territorio-
-Miente-
-No tendría motivos para hacerlo señor, tuvo que regresar por lo que tengo entendido para su matrimonio incluso si no me equivoco hoy se le envió la invitación a la boda, además en unas semanas nace su primogénito- Chile frunció más el ceño, sus hijas eran las primeras del ruso, pero parece que ellos no estaban enterados de su existencia, al parecer era la única verdad de parte de Rusia, agito molesto la reja haciendo que más guardias se acercaran poniéndose en alerta.
-Noes cierto, él no se iba a casar, seguro sigue escondido aquí- alzo la vista denuevo hacia el edificio molesto - ¡da la cara imbécil!
-Señor se lo repito, no está aquí, es más observe- le acerco su dispositivo dejando a su alcance lo que parecía un noticiero ruso -si gusta le puedo traducir-
-No es necesario- puso atención a la noticia donde hablaba de Rusia -no...d-debehaber un error- apretaba más sus manos, todos parecían alegres por la noticia, mostraban varias imágenes el con Corea del Norte. Agacho la cabeza, no quería seguir viendo, el contrario alejo el dispositivo y lo guardo.
-Si es urgente puedo intentar contactarlo, pero no le aseguro tener resultados-
-No... ya no importa- lentamente se separó de la reja, soltó una disculpa por lo bajo, dio media vuelta y con pasos torpes regreso a su vehículo.
Su labio inferior comenzó a temblar, se quitó el parche lanzándolo en el asiento del copiloto, apretaba una y otra vez los ojos, no se permitiría seguir derramando lagrimas por quien no lo valía, pero el coraje que sentía por sentirse engañado seguía invadiéndolo. Golpeaba frustrado el manubrio incluso pasando a golpear la bocina, estaba frustrado, pero aún más decepcionado.
Tomo el móvil y casi por querer convencerse así mismo o quizás por aumentar su propio dolor busco la noticia que le habían mostrado y ahí estaba en varias fotografías Rusia y Norte felices anunciando su boda. Busco el contacto del ruso, le temblaban los dedos por lo que se equivocó en varias oportunidades por lo que respiro profundo, necesitaba calmarse antes de ponerse a teclear la pantalla.
- Casi logras engañarme otra vez, no eres más que una mierda, que bueno que al fin me librare de ti, felicidades por tu matrimonio, ahora veo que son tal para cual el parcito, espero no vuelvas a molestarnos jamás. Ni yo o MIS hijas necesitamos alguien como tú en nuestras vidas y así como pudiste irte sin remordimientos espero seas tan listo para no volver a contactarme, olvida que ellas existen y olvida que alguna vez tuvimos algo-
Desde ahora solo seremos desconocidos como siempre debió ser, hasta nunca Federación de Rusia-
Luego de enviar el mensaje bloqueo a Rusia, algo que debió hacer desde el inicio, dejo el móvil en el asiento del copiloto y condujo de regreso a su hogar.
-Chile se puso raro de la nada ¿no crei?-
-Si, seguro fue culpa de ese imbécil-
-Mapu relájate, no se lo hagas más difícil quizás sea bueno que Sayen y Alisa estén con sus dos papás aunque nos desagrade la idea-
-Pff no seas tonta, ellas no necesitan alguien como el y mucho menos Chile-
-No olvides que cuido de Chile y de ellas-
-Másbien se aprovechó de la debilidad del pajaron de nuestro hermano- sería difícil llegar a un consenso, pero tendrían que dejar para otra ocasión su conversación ya que escucharon abrirse la puerta por lo que se dirigieron allí encontrando a un Chile a punto de derrumbarse.
-¿Dónde fuiste?- alzo su vista y en lugar de ver a sus hermanos miro a sus hijas, se acercó y las tomo entre sus brazos -¿comieron?-
-Si, también las mudamos y Rapa Nui jugo con ellas-
-Qué bueno... permiso, voy a mi pieza un ratito-
Se marcho a su dormitorio bajo las miradas de sus hermanos -vamos- fueron tras él, si algo había sucedido seguro Chile evitaría demostrarlo. Se acercaron a la puerta y al parecer conversaba con alguien.
-Perdón mis monitas, pero seremos solo nosotros tres de ahora en adelante- las menores se movían pero no apartaban la mirada de su madre -pero no importa, lo pasaremos bacán, me tendrán para todo, me voy asegurar que sean bien felices ¿ya?- se inclinó hacia delante dejando el collar al alcance de las menores que lo jalaron por accidente -no guaguas, están chicas pa esto- tomo entre sus dedos el dije debería quitárselo pero no quería –quizás ni se lleguen acordar de el pero cuando crezcan mandare hacer otro y se los daré, total no necesitan saber de quién es -las tomo en brazos y las recostó sobre su pecho -porun instante te crei... pero ya basta de ilusiones... mejor aceptar la realidad, esmejor estar solo-
Con cuidado entraron los hermanos del chileno quien los veía de reojo -¿que pasa?-
-Mueve el poto - le toco el brazo, este con cuidado se movió quedando al medio de la cama y Mapu con Rapanui a cada lado.
-¿Que paso ahora?-
-Se fue, al final si se fue... volvió a sus tierras pa' casarse y estar cuando nazca su hijo y lo peor que el muy infeliz me mando una invitación al matrimonio... seguro para burlarse ambos en mi propia cara...-
-Odio decir esto...-
-Y por eso no lo dirás, ya hermano quizás sea mejor- prefirió no decir nada, solo acariciaba las pequeñas espaldas de sus hijas y se acurrucaba entre los brazos de sus hermanos.
-Se que lo eche muchas veces al principio, quizás aun quería un poco porque temía que esto pasara...pero no creí me fuera a doler tanto su ida... duele más que la cresta - cerro los ojos e intento calmarse, pero sintió como su corazón terminaba de destrozarse.
≪•◦ ❈ ◦•≫
-¿Qué es esto?-
-Un pequeño mensaje de parte de Chile- Rusia miraba una y otra vez la hoja, existía la posibilidad que fuera falso, pero se trataba de una foto del chat entre ellos.
-¿Qué hicieron?-
-Pensamos que sería una buena idea invitarlo, quizás así no se molestara en acercarte a ti, quien sabe quizás así se le quite lo raro... si te hace sentir mejor el parecía preocupado por ti, escribió varios mensajes e hizo algunas llamadas antes de esto-
Rusia rompió la hoja furioso, se habían atrevido a husmear en su móvil y sospechaba que hubieran hecho más cosas en su nombre -devuélvanme mi teléfono-
-Conoces el trato- avanzo a pasos amenazantes, estaba decidido a golpearlo -yo que tú me calmo-
-Estoy harto de ti- desde su llegada la representación de la "Administración del presidente" o como le decían sus ciudades "сучкапрезидента" lo había estado molestando día y noche, era quien se encargaba de hacer cumplir todos los caprichos del presidente de turno. Alzo su mano formando un puño para golpearlo, pero se detuvo cuando el sujeto puso una fotografía frente a el -hazlo y estas niñas pagaran por tu arrebato-
Empuñaba con mayor fuerza su mano al punto que sus músculos comenzaban a temblar, estaba realmente furioso casi fuera de sí.
Por el contrario, el otro parecía disfrutar de la frustración del ruso y como este desistía de su acción, sonreía victorioso al verlo bajar su brazo y aun mejor su cabeza, sin duda su jefe estaría satisfecho con los resultados y como sus órdenes se cumplían a la perfección.
-Mucho mejor, se un niño obediente y mejor arréglate para ir con tu hermosa prometida aún hay mucho que arreglar- no temió en darle la espalda al ruso, lo tenía en la palma de su mano algo que pondría a más de uno feliz por el resultado. Apenas cerró la puerta Rusia lanzo lo primero a su alcance hacia donde se había marchado, luego ser derrumbo cayendo de rodillas al piso, se sentía impotente, lo estaban usando, quería irse de ahí, escapar de su propia tierra, no le importaba quedar de cobarde o traidor solo quería liberarse de todo, llega a tierras del chileno, que lo envolviera en sus cálidos brazos, sus muestras de cariño, también deseaba tener a sus hijas entre sus brazos, entretener a Sayen por despertar primero, acurrucar en su pecho Alisa para que pueda conciliar el sueño o escuchar sus pequeñas risas cuando el chileno jugaba con ellas.
Golpeaba furioso él piso con sus manos, ni si quiera le permitían estar encerrado en su casa, debía permanecer en aquel hotel encerrado y con guardias en la entrada a los que intento evadir desde que llego al lugar. Tomo los restos de aquella hoja mojándola con sus lágrimas, por el mensaje estaba claro que Chile ya no lo volvería a escuchar o si quiera intentar creerle. Ya estaba harto de toda la farsa, de aparentar que quería a la coreana.
-Ni siquiera puedo comunicarme con mis hermanos- de pronto algunos golpes se escucharon en la puerta de la habitación, no estaba de humor para seguir recibiendo personas por lo que continuo en su lugar, pero parece que seguirían insistiendo.
Se paro con enojo, camino hacia la puerta dando fuertes pasos dispuesto a echar a quien estuviera al otro lado -¡largo! -
-... No es forma de tratar a tu prometida y madre de tu hijo-
- Corea del Norte... ¿qué haces aquí? creía habían acordado quedar en el salón-
-Si, pero te extraño cariño. Tras ella había un par de personas que habían visto el día anterior, eran parte de su escolta -¿No me harás pasar? nuestro hijo pesa mucho y no deja de moverse- miro el abdomen bajo aquel traje holgado de la coreana y tal como la primera vez no sintió nada -pasa- se alejó de la puerta evitando los restos destrozos que hizo, miro sobre su hombro como todos entraban -que desastre, deberías llamar al servicio que limpie esto... bueno cielo, respecto a tu traje he pensado q-...-
-Por favor detente-
-¿Qué sucede?-
-Sucede que no quiero estar aquí, no quiero casarme contigo, terminemos esta tontería, prometo estar presente para el bebé, nole faltara nada, pero detén esto, estoy seguro de que ninguno quiere esto-
La coreana se acercó al ruso tomando su rostro entre sus manos, alzo la vista para poder verlo con una sonrisa felina -cariño, como detendré esto cuando es lo que he querido hace tanto tiempo, yo te amo Rusia-
-Pero yo no y lo sabes perfectamente, siempre te lo deje en claro-
-Aprenderás hacerlo, esto es lo mejor para ti, para mí y nuestro bebé- con cuidado se ganó de puntitas sosteniéndose de los hombros del ruso para llegar a su oído -ahora no lo ves, pero esto es lo mejor para todos, Chile nunca fue suficiente para ti y dudo que el realmente te amara como lo hago yo... ya verás que serás muy feliz conmigo y nuestro hijo- se terminó por separar del ruso satisfecha mientras este no parecía tener expresión alguna. tomo su mano dando algunas caricias -debes alistarte se nos hará tarde, ya ves que apenas puedo caminar gracias a nuestro pequeño-
Uno de su acompañante se acercó a decirle algo en susurro, esta frunció el ceño y le respondo algo igual en susurro -bien cielo, te espero en el lobby- se alzó a darle un beso en la comisura de su labio despidiéndose y marchándose de la habitación.
Rusia permanecía estático, las palabras de Norte rondaban en su cabeza, eso parecía el peor castigo de su vida ¿el mejor con Norte en lugar de Chile? era imposible para él, al igual que veía imposible librarse de aquel matrimonio sin que sus hijas o Chile sufrieran la consecuente de aquello. Solo le quedaba rendirse y aceptar que ese era su destino.
-Мои принцессы/ mis princesas... папа las amara siempre... y Chile... mi amado chilenito, ahora es mi turno de protegerlas, son lo mejor que pudieron pasarme en la vida... gracias por darme tu amor... adiós mi golondrina-
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