030.
Desde la expulsión de Nurbahar podía admitir que me sentía mucho más tranquila, habían pasado 7 días desde aquel acontecimiento.
Una parte de mi aún se sentía culpable puesto que saber que Mehmed estaba devastado no era de mi agrado pero sabia que él volvería a mi muy pronto.
Aun así no entendía el por qué Mehmed había optado por alejarse de mi aquel día en el que lo enfrenté. Quizás pedir por Nurbahar solo se había tratado de alguna venganza en mi contra pero nunca contó en que la muchacha quedara embarazada y eso muy probablemente lo perturbó.
—Ryhan ¿Te sucede algo?—Camila estaba a mi lado mientras ambas limpiabamos el gran salón donde en pocas lunas se llevaría a cabo la ceremonia para la Sultana Mihrimah y su compromiso oficial con Rustem.
Hace pocos días atrás me enteré de que Rusten había sido emboscado y muchos murieron incluso se creyó que él lo estaba hasta que apareció por los pasillos y demostró cuan vivo estaba.
—Estoy algo nerviosa, el sultán ordenó que todo niño del pueblo que posean la edad de los príncipes Selim y Bayaceto tengan la circuncisión y yo estoy a cargo de dicha ceremonia.—Confesé mientras terminaba mi tarea.
—Luego de eso será la ceremonia de La Sultana Mihrimah y Rustem, ¿Cierto?
—Si. La Sultana pidió personalmente para que la acompañe ese día.
—Ella tiene mucha confianza en ti.—Camila me sonrie.
—Si. Aprecio demasiado a la Sultana, es muy generosa y amable conmigo.
—¿Y Mehmed?—Preguntó acercándose a mi y ambas nos sentamos un momento en uno de los sillones luego de terminar nuestra tarea.
—No lo sé, me siento cada vez más lejos de él cada día.—Suspiré y me mostré vulnerable.—Realmente extraño sus besos, su calor, sus caricias. Extraño que lea junto a mi sus libros, escucharlo reír y ver sus hermosos ojos...
—Ha pasado más de treinta lunas desde la última vez que estuvieron juntos.—Me recuerda Camila y yo afirmo con la cabeza.—Demasiado tiempo.
Y cuando iba a hablar una presencia masculina se hizo ver en la habitación.
Era Mehmed.
Ambas con rapidez nos levantamos y nos reverenciamos.
—Dejame a solas con Ryhan.—Exclama seriamente el príncipe y Camila me mira de reojo para luego reverenciarse ante él y salir.
La habitación quedó en silencio y yo mantuve mi mirada en el suelo. Poco a poco el sonido de los pasos de él se escucharon más y más cerca desde donde estaba para quedar frente a mi.
—Mirame.—Ordena y con lentitud levanto a la mirada.
Su expresión era dura pero sus ojos no pudieron engañarme, aquellos brillaban.
—Mehmed.—Murmuré y por un momento creí verlo estremecerse. Sabía que su debilidad era escuchar de mis labios su nombre.
—¿Es cierto?—Preguntó con dureza y yo frunci el ceño confundida.
—¿Que es cierto?
—Que me extraña.—Responde y puedo ver cómo arquea una ceja.
Su rostro tenso ahora cambió a uno más relajado y divertido.
—En demasía, principe.—Exclamé mirándolo a los ojos.
—Sígueme.
El camino hasta sus aposentos fue muy silenciosa, el iba por delante de mí y cuando entramos apenas las puertas se cerraron Mehmed me toma del cuerpo y me acorrala contra la pared.
Y me besó.
Sus labios tocaron los míos mientras sus manos tomaron de mi cintura y me pegaron a él con fuerza. Después de casi un mes el había vuelto a poner sus manos sobre mi y eso me hizo gemir.
Lo que a él le gustó.
Me besó con una dura pasion demostrando cuanto me había extrañado y yo a él. Posé mis manos sobre sus hombros levantándome en punta de pie para que él no tuviese que inclinarse tanto por mí. Sus besos bajan por mi cuello y yo jadeo ante la exquisita sensación.
—¿Por qué?—Pregunté con angustia mientras mis ojos se cristalizaban.—¿Por qué me ha dejado? Crei que dejé de gustarle yo..
—Lamento que haya pensando que usted me ha dejado de interesar, esa no fue mi intensión.—Me interrumpe y toma de mi rostro para conectar nuestras miradas preocupado.— Le seré honesto yo...—Lo veo suspirar y dudar un momento.—Cuando me enfrentó sentí algo que jamás había sentido por alguna muchacha, desde que la conozco le he dicho que usted es diferente y lo comprobé el día en el qué subió a aquel carruaje, tan determinada, tan fuerte, que me hizo estar a sus pies y eso me asustó porque en ese momento sabía que yo lo daría todo por usted. Estoy enamorado de usted Ryhan, me enamoré verdaderamente y éste amor que siento me perturbó. Porque me enfrentaría a cualquiera, incluso a mi hermano Mustafá por usted, jamás había sentido la necesidad de tener una provincia y no cualquier provincia, la idea de ser el próximo gobernante de Manisa me hizo sentir extraño, como si usted me diera la fuerza y valentía que no tuve antes.
Sus palabras me dejaron boquiabierta.
—Intenté olvidarla estando con Nurbaharporque aquellas ideas me aterraron, me aterró la idea de pensar que algún día gobernaría Manisa, no podría hacerle nunca eso a mi hermano. Él es el heredero al trono. Sin embargo cuando la mujer se embarazó supe que todo se me había escapado de mis manos mi madre me regañó y Mihrimah me hizo entrar en razón.
No había palabras para expresar cómo me sentía en ese momento.
Solo pude besarlo nuevamente, un beso dulce que se volvió fogoso que hizo que las prendas que cubrían nuestros cuerpos poco a poco quedasen en el suelo.
Él me dejó en la cama y luego de un buen juego de toques Mehmed me penetró dominantemente, reclamando mi cuerpo como suyo luego de tanto tiempo.
Cada estocada me hacía retorcerme de placer en la cama y gemi con fuerza cuando él dejó toda su esencia en mi interior mientras llegábamos ambos al orgasmo.
Mehmed había vuelto a ser mío y me aseguraría que nadie más intentara corromper nuestro amor.
Porque él me ama y yo lo amo a él.
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