Capítulo 6: Aceptación.
Macaque no quería aceptar aquella situación, pero de verdad que sus opciones ya se habían limitado mucho, ¿Qué se supone iba a hacer?
No podía morir, lo intentó millones de veces de varias maneras diferentes, pero Wukong siempre lo traía a la vida nuevamente. No tenía sus poderes, algo los estaba bloqueando, y cada vez que trataba de abrir la puerta esta se sentía realmente pesada, imposible de abrir o de romper, lo mismo con las paredes.
¿Irse por la ventana? No había ni una sola.
La comida llegaba siempre, incluso tenía horas para los bocadillos por si le daba hambre. No importa cuanto amenazara a las sirvientas, estas solo seguían su trabajo.
Un día amenazó con asesinar a una sirvienta, pero no funcionó. La asesinó y esta había regresado a la vida. Claro, que estúpido pensar que eso funcionaría.
El emperador lo iba a ver una vez al día, ya llevaba una semana encerrado y no le gustaba para nada. Lo único que sabia de MK es que estaba vivo, Wukong se lo aseguraba. Luego de darse cuenta de que MK tenía aquel espejo, decidió dejar de suicidarse, no quería preocupar al niño. A estas alturas Macaque había dejado de intentarlo todo, se sentía tan inútil, odiaba eso, no había cadenas pero volvía a sentirse como una mascota. De cierta forma lo era, algo más parecido a una muñeca, Wukong disfrutaba de vestirlo y arreglarlo luego de que muriera.
Macaque se detuvo, nada de eso tenía sentido, debía probar algo diferente.
Y eso era aceptar la situación.
No es que no lo pensara antes, era un buen actor y podría simplemente hacer lo que el emperador diga, no sería la primera vez que finge que está de acuerdo con su "amo".
Pero esta vez era diferente.
Macaque lo sabía perfectamente, que esto le quitaría más de lo que normalmente perdía, ese era el problema, porque no sabia de lo que Wukong era capaz, pero sabia que todo podría acabar tan mal
....
Además, ¿Fingir amarlo otra vez?
Sería aceptar su toque, sus acciones y palabras.
Sería fácil cuando cualquiera lo pensaba, pero era algo doloroso para Macaque. Porque era ese mismo Wukong, pero ya no era él.
Macaque simplemente se cubrió con las sábanas en su cama, buscando algo de calidez y calma a sus sentimientos.
Despierta, Macaque, él ya no es el mismo Sun Wukong.
Pero no era fácil de aceptar.
Sus seis orejas se movieron al captar un sonido acercarse, uno levemente metálico. Rápidamente el mono albino tomó asiento en la cama y miró a la entrada. Las puertas de su habitación fueron abiertas de par en par, le dieron la bienvenida a un mono dorado, quien ya no estaba vestido con un hanfu, sino con su traje de armadura dorada. Estaba manchado de sangre, tanto su armadura como parte de su pelaje en los brazos y rostro. ¿De dónde era esa sangre?
—Liu Er Mihou.— Escuchar ese nombre hizo a Macaque sobresaltarse. —Escuché que te has estado comportando.—
—...Si, algo así.—Respondió Macaque. —¿Por qué viniste?—
—Tuve que... Encargarme de algo. En un momento estaré ocupado y quería venir a verte hoy. Lamento la suciedad.—
—Está bien.—Respondió Macaque. —Ya estoy acostumbrado a eso.—
Sun Wukong se acercó para quedar de pie a un lado de la cama de Macaque, le observaba con cuidado, como asegurándose de que estuviera completamente bien.
—¿No te vas a sentar?—Preguntó Macaque, señalando el espacio a su lado en la cama.
—No quisiera ensuciar tu cama.—
—Puedes mandar a limpiarla luego, ¿No?— Wukong sonrió y tomó asiento en la cama.
Macaque necesitaba mostrarle al mono dorado que se había rendido y aceptado aquel modo de vida, entonces conseguiría salir.
Quizás luego lo asesine mientras duerme, o algo así.
—¿Cómo has estado, Moonlight? ¿Te ha hecho falta algo? Puedo darte lo que pidas.—
—He estado bien, supongo. La comida y los bocadillos son buenos, las frutas son muy frescas, casi perfectas.—
—Bueno, es porque tenemos un jardín de árboles frutales, de tus favoritos. Son bien cuidados, solo lo mejor para mi emperatriz.—
—...Gracias.— Fue lo único que pudo decir.
Maldita sea, de verdad que era difícil.
—¿Hay algo que te moleste?—Preguntó Wukong, había notado cierta incomodidad en el mono albino.
—Nada, simplemente estaba pensando un poco. Aún es difícil de comprender todo lo que está pasando, es confuso. Pero... Ciertamente este mundo es mejor, dijiste que ya no hay ningún mal, ¿Cierto?—
Los ojos del mono dorado parecieron iluminarse.
—Ninguno, nadie puede hacerles daño, y si lo hay, en un segundo dejará de existir. Estamos en este palacio, nuestro palacio, no hay lugar más seguro y cómodo para ti, para ustedes.—
—Lamento si... Reaccioné mal al inicio.—
—Está bien, Liu Er. Entiendo que no es fácil de entender, así que no te apresures mucho, pero me siento tan feliz de que lo entiendas ahora mucho mejor.— Wukong lo abrazó. Fuera del hecho de que tenía su armadura puesta, Macaque pudo sentir el pelaje del otro, su olor, ese olor a duraznos y sol de verano, una calidez tan perfecta.
Macaque había extrañado tanto los abrazos de su pareja.
Maldita sea, maldita sea, maldita sea.
Las manos de Liu Er Mihou temblaron mientras correspondían al abrazo, era difícil aceptarlo, porque sentía que podría derretirse en aquella muestra de afecto por el simple hecho de lo mucho que le había hecho falta aquel abrazo, aquel mono dorado.
Quería llorar, sentirse consolado.
Pero ese no era su Wukong.
—Sí, yo... También estoy feliz.—Respondió Macaque.
Que cruel podía ser la vida.
Antes de que hubiese más conversación, la puerta sonó y una sirvienta entró, dando una reverencia.
—Saludos al sol del imperio y a su luna sagrada. Lamento mucho interrumpirles, pero... Emperador, se acerca la hora de su reunión.—
—Vete.—Gruñó Wukong.
En pocos segundos la sirvienta se fue corriendo de allí, Wukong suspiró y se separó de Macaque, levantándose.
—Bueno, tengo que irme, Moonlight. Pero prometo venir a verte tan pronto como pueda.—Wukong le dio la espalda, decidido a irse.
Macaque necesitaba preguntarle algo, iba a llamarle por su nombre pero supuso que una manera diferente sería mejor.
Maldita sea, odiaba esto.
—¡Peach!— Llamó Macaque. El rey mono se detuvo y se giró a verlo, con una sonrisa y notable emoción.
Fuera de los mechones de cabello rojo y blanco en su pelaje, además de la armadura ensangrentada, se veía como el mismo Wukong que conocía de pequeño en Flower Fruit Mountain. El mismo Wukong que le hacía coronas de flores y le decía lo hermoso que se veía. El mismo Wukong que se emocionaba como un niño pequeño cuando escuchaba a Macaque siendo cariñoso.
Que doloroso pensamiento.
—¿Si, Moonlight?—Preguntó Wukong.
—¿MK está bien?...—
—Por supuesto.—
—¿Podrías saludarlo de mi parte?—
—Claro, le expresaré que lo extrañas. Nos vemos luego, Moonlight.—
Wukong se fue de allí, no por la reunión, aún tenía tiempo, pero era porque debía ir a ver a MK.
Tenía... Un pequeño regalo para él.
Luego de aquella revelación que le dio el espejo a MK, el joven humano se sentía frustrado, casi parecía no tener energías.
Sun Wukong sabía eso, todo lo que sucedía lo sabía.
MK estaba en su habitación, acostado en la cama mientras miraba al techo. No sabía como sentirse, estaba cansado, casi sin muchas esperanzas. Entonces, la puertas se abrieron, allí estaba Wukong.
—He escuchado que recientemente estás algo triste, así que decidí traerte algo. —Dijo el emperador.—Estaré algo ocupado, así que espero que esto sirva de algo.—
MK no estaba tan emocionado con la idea de un nuevo regalo, ni siquiera se molestó en mirar al rey mono. Antes de que Wukong se fuera, pudo escuchar como algo era lanzado al suelo, entonces nuevamente quedó solo. El joven humano tomó asiento en su cama y miró hacia donde pudo haber dejado aquel "regalo".
¿Qué cosa podría ser esta vez?
...
Los ojos de MK se abrieron en sorpresa, no podía creer lo que estaba viendo, era... ¿Una muñeca? No, no era eso...
Era un pequeño niño que tenía el cabello recogido en dos rodetes. Estaba sentado dándole la espalda a MK, realmente estaba tan quieto que parecía un muñeco. Pensó que lo era, se había levantado para acercarse, porque había algo muy familiar en el pequeño. ¿Acaso era...?
—¿Nezha?...—
—Por favor no me mires.—La pequeña voz del niño se hizo presente, Nezha se cubrió el rostro con sus manos, lamentándose tanto de su situación actual.
—¡Si eres tu! ¡Nezha! ¡Estás vivo!— MK parecía tan emocionado, se acercó y abrazó al pequeño Nezha, dando saltitos de alegría. El espejo había mentido, Nezha estaba bien, ¿Eso significaba que... Red Son también estaría bien?
—¡BÁJAME! ¡SUELTAMEEEEE!— Se quejó el pequeño mientras trataba de apartar a MK de él.
—¡Oh! Lo siento, fue por la emoción.— MK lo volvió a dejar en el suelo. —¿Qué te pasó? ¿Qué te hicieron?—
—Ese maldito mono me hizo esto.— Se quejó Nezha. —No solo selló mis poderes, sino que me volvió a convertir en un niño. Esto es tan... Vergonzoso.—
—¡Pero te ves lindo!—
—¡No quieto verme lindo! ¡Soy el tercer príncipe de loto!—
—Awww, te ves tan lindo cuando dices cosas tan serias.—
—¡Basta! Ugh... ¿Me puedes decir lo que sabes?—
—Bueno... Monkey King enloqueció. No solo tiene el fuego de Samadhi, sino que también los de Lady Bone Demon. Tengo entendido que destruyó el mundo y lo armó otra vez.—
—Ese maldito mono loco.—
—No sé si sabias, en lo personal yo no. Pero parece que era muy cercano a Macaque y... Perdió la cabeza porque lo perdió a él. Nos tiene encerrados a los dos. Me dio un espejo con el que podía ver a cualquier persona que quiera ver, pero... Cuando pensaba en ti o en Red Son, simplemente no mostraba nada. Pensé en ir por ti para buscar ayuda pero... Supongo que no es una opción.—
—Si, bueno, ahora mismo no puedo hacer nada.—
—¿Tienes algo en mente?—
—Es complicado. Estoy seguro de que el emperador de jade y cualquier otro ser o dios ha sido eliminado para que pudiese hacer todo lo que le plazca. No solo es el emperador del reino humano, sino el de todos los mundos, en uno solo.—
—¿Dónde estuviste antes de venir?—
—Eso...—Nezha lo pensó un momento. —No lo sé.— Respondió, no estaba seguro, era borroso. —Recuerdo la pelea contra LBD, luego recuerdo el fuego de Samadhi consumiendo todo en llamas... Esperé ir a Diyu, pero desperté en la oscuridad, encadenado. Y un día, la luz llega, junto al rey mono. Entonces me lleva aquí.—
Había omitido algo, su charla con el rey mono, pero prefería guardarse eso.
—Ya veo...—Respondió MK.
—Entonces... ¿Qué más me puedes decir de este lugar?—
—Bueno....—
Sun Wukong finalmente iba camino a su trono, lugar donde tomó asiento. No tuvo tiempo ni siquiera de cambiarse o limpiarse, no le importaba, lo único que le molestó fue no tener tiempo suficiente para pasarlo con Macaque. Al menos logró darle el regalo a MK.
El emperador gruñó mientras esperaba la llegada de a quienes debía recibir, no es que llegasen tarde, simplemente quería que llegaran pronto para terminar rápido.
Entonces, las puertas de la sala del trono se abrieron, dejando pasar a Princess Iron Fan, junto a Demon Bull King. Ambos entraron y al estar frente al trono, se arrodillaron. Aunque ninguno parecía feliz de hacer eso.
—Saludos al poderoso sol del imperio, la familia Demon Bull viene a presentar sus respetos.— Dijo PIF.
Wukong sonrió.
—Saludos, familia. Que bueno es verlos, ya saben lo importante que son para este imperio.— Respondió Wukong.
—Le agradezco sus palabras.—Respondió PIF.
—Bueno, espero cumplan bien sus funciones como uno de los pilares de este imperio.—
—Eso haremos, emperador.—Respondió PIF.
—Bueno, pueden irse, tengo otras cosas que hacer.—La familia Demon Bull se levantó y se dispuso a irse. Odiaban tener que hacer eso, simplemente hacer caso ante la arrogancia del rey mono.
—Por cierto.—Dijo Wukong, la pareja se detuvo, sin girar a verlo.—¿Cómo está su hijo? MK realmente está preocupado por él.—
La pareja apretó los puños, lo odiaban tanto, el descaro que tenía para preguntar eso.
—...Él está bien, emperador. Gracias por su preocupación.—Respondió PIF. —Que bueno es oír eso. Quizás un día lo voy a necesitar, quisiera que MK pueda ver a alguien más, sus otros amigos siguen... Sin ser perfectos.—
—Será un honor, emperador.—
—También quisiera que... Luego vengas solo tú, PIF. Estoy segura que a mi Liu Er le gustaría mucho verte y tener otro tipo de compañía.—
—...Me encantaría eso, emperador.—
PIF no podía creerlo, no se imaginaba el tipo de castigo que debía soportar Macaque para estar a manos del rey mono, realmente lo compadecía tanto y se sentía tan inútil por no hacer nada más que aceptar a las peticiones del maldito mono dorado. Sabía que Wukong hacía eso a propósito.
—Tengan buen viaje de regreso.— Finalmente la pareja pudo irse, teniendo que guardarse su rabia, no podían no obedecerle, sabían lo que pasaría si lo hacían.
Así funcionaba ese nuevo mundo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top