Capítulo 19: Roto.
El primer día de encierro, el emperador había ido en persona a llevarle el desayuno a la luna del imperio, quien, por cierto, estaba envuelto en sabanas, sin ni siquiera molestarse en mirar a la persona que llegó, no era necesario preguntar, sabía de quien se trataba.
—Voy a dejarte el desayuno aquí, puedes comer cuando quieras. Y si necesitas algo, sabes que puedes pedirlo. — El emperador habló, dejando la bandeja en una mesa y mirando a la cama. —Si estás pensando en hacer otra vez una especie de huelga, solo te recuerdo que no importa lo que hagas, no vas a poder refugiarte en la muerte. Así que solo come, ¿Bien? Solo te haces daño a ti mismo. —
Finalmente, el mono de piedra se fue de allí, sabía perfectamente que si se quedaba Macaque no se iba a levantar a comer, así que le daría algo de espacio, además, MK debe de estar esperándolo para desayunar juntos.
...
Cuando la hora del almuerzo llegó, el emperador volvió a ser quien le llevaba una bandeja con la comida a la luna del imperio, sin embargo, cuando había llegado, el desayuno ni siquiera lo había probado, lo que hizo que frunciera el ceño mientras veía a Macaque.
—¿Por qué no comes? ¿No te gusta? —
No hubo respuestas, pero el emperador sabía perfectamente que Macaque estaba bien y vivo, simplemente lo estaba ignorando, haciendo un drama, probablemente.
—Mira, entiendo que es difícil...—El mono de piedra dejó la bandeja junto a la otra y se acercó a la cama, sentándose a un lado del bulto en las sábanas que era el otro mono. —Pero debes comer, no quiero que vuelvas a esto, Moonshine. Estábamos tan bien antes...—
—Vete. —Gruñó Macaque sin mirarlo.
—Por favor... De verdad quiero volver a tenerte a mi lado. —
—¿Por qué no entiendes que no quiero estar aquí? —
—Dijiste que querías arreglar las cosas. —
—¡No contigo! ¡No de esta forma! —Finalmente se quitó la sábana de encima y se alejó. —Tu no... Tú no eres él. —
—Lo soy, Moonshine. Sigo siendo yo. —
—Estas mintiendo, otra vez, siempre mientes. —
El emperador suspiró, acercó una mano hacia el rostro de la luna, pero Macaque se alejó.
—No me toques. —Gruñó el mono albino.
—Bien, entiendo. —El emperador alejó su mano del otro. —Si quieres seguir con esto hoy, adelante. Pero espero que mañana mejores ese comportamiento. —
—Mírate, creyendo que puedes obligarme a hacer lo que tú quieras...—
—Puedo hacerlo, puedo obligarte. Puedo hacer que creas cada una de mis palabras... Pero no quiero eso, quiero tenerte a ti, quiero cuidarte y arreglarlo todo. —
—Entonces sigue esperando, porque eso nunca pasará. —
—Sucederá, algún día. Eres realmente obstinado, pero eso es una cualidad que amo de ti. —
—Cierra la boca. —
—Dime, ¿Crees que, si vuelves a tu antiguo mundo imperfecto, las cosas serían mejor? ¿Crees que Wukong estaría dispuesto a amarte? ¿A protegerte? Porque apuesto a que el volvería a matarte. —
—Cállate. —
—¡Es la verdad, mi amor! El estaría dispuesto a hacerte daño si tiene que hacerlo. Pero no importa lo que hagas, yo nunca dejaré de preocuparme por ti, lo eres todo para mi. —
—Ese es el problema. Si hiciera algo, me lo merezco. Incluso antes...—
—¡No tienes la culpa de nada! No tienes que disculparte conmigo, todo quedó atrás. —
—... ¿Y si matara a MK? ¿Me seguirías amando? —
Silencio.
El rostro confuso del emperador fue suficiente respuesta para Macaque, quien sintió que encontró algo realmente interesante.
—No hay razones para pensar en eso. —
—Dijiste que podía preguntarte lo que quiera. Quiero saber eso. Si MK y yo nos peleamos y solo puedes detenernos asesinando sin remedio a uno, ¿A quién matarías? —
—La muerte no es problema. —
—Si tuvieras que sacrificar a uno de los dos, ¿A quién sacrificarías? —
—No hay necesidad de sacrificar a nadie, ¡Creé este mundo para que no tengamos que perder nada! —
—¿A quién sacrificarías, Sun Wukong? —
El emperador solo se levantó de la cama y le dio la espalda.
—Ya entendí quieres estar solo. Espero que esto ayude a que reflexiones un poco. —
El mono de piedra se retiró de allí, dejando a Macaque solo, quien se sentía satisfecho de encontrar una debilidad del emperador, pero no pudo evitar sentirse mal.
Ah, sí, ni siquiera con este Wukong era lo suficientemente importante.
No lo eligió.
¡Y eso estaba bien! Macaque también hubiese elegido salvar al niño, porque MK era esperanza.
El solo era un alma en pena que no podía alcanzar la paz.
En la noche del día anterior y todo el segundo día, Macaque estuvo solo. Las sirvientas fueron quienes le entregaron las diferentes comidas, llevándose los platos que la luna no había estado comiendo.
Si, Macaque sabía que no importa lo que haga, no iba a encontrar consuelo en la muerte, ni el sabía por qué hacía eso, y era que en realidad no tenía apetito, se sentía tan... Cansado y fastidiado.
Estar encerrado era algo que lo hacía sentirse asfixiado, ni siquiera tenía sus poderes, no podía ir a otro lugar.
¿Quizás debería volver a fingir que le gustaba la idea loca del emperador?
No, la verdad es que Macaque a estas alturas estaba muy cansado para eso.
¿Qué hay de Nezha y MK? ¿Estarían bien? Macaque tenía esa duda que no se le iba de la cabeza. Hace un tiempo no sabía de ellos, y quizás también los encerró así como estaba él ahora. El mono albino solo podía esperar lo mejor, deseando que estén bien.
...
Al tercer día, el desayuno había llegado y Macaque aún no había comido, no tenía el apetito para eso, no tenía ganas de dejarse llevar por este mundo. Seguía en la cama, cubierto por las sabanas y deseando simplemente estar bajo tierra, descansando en paz. Tomó asiento en la cama, había escuchado pasos.
Parece que las cosas no serían tranquilas, porque las puertas se abrieron, dejando a la vista al emperador, quien parecía mantener un rostro serio, pero con ojeras, se veía casi tan cansado como el mono albino.
¿Por qué?
—Aún no has comido.—Fue lo único que dijo el emperador mientras veía la bandeja en la mesa, luego miro a la luna, acercándose.
—Si viniste solo a eso, déjame en paz.—
No hubo respuesta, en cambio, el emperador tomó asiento a un lado de la luna, Macaque buscó apartarse, pero antes de eso, sintió como el mono de piedra recostaba su cabeza en su hombro.
—Por favor.—Era una suave súplica.—De verdad quiero verte bien.—
Macaque frunció el ceño y se apartó, quitando la cabeza del hombro y alejándose un poco más.
—No sucederá, porque no me gusta estar aquí.—
—¿Quieres un nuevo lugar? Puedo hacerlo otra vez, puedo traer Flower Fruit Mountain aquí, puedo... Puedo hacer lo que quieras, pero por favor, quédate aquí.—
—Estás acostumbrado a Liu Er Mihou, ¿No? El mono idiota que te seguía a todos lados y era feliz siempre y cuando tú estés cerca, haciendo obedientemente todo lo que tu querías. Pero no soy él, él murió. Y créeme que no me gusta estar encerrado de esta manera.—
—Si te dejo salir vas a huir de mi.—
—Pero nunca lograré liberarme completamente, ¿Cierto? —
Macaque lo sabía, en ese mundo no había un lugar libre del emperador, porque era su mundo, el podía controlarlo todo, tan simple como armar y desarmar el mundo a su antojo.
El mono albino pudo sentir el agarre en sus hombros, no pudo huir de eso. Su mirada se encontró con los ojos dorados cansados del mono de piedra.
—¿Qué debo hacer para que entiendas que solo quiero protegerlos?—
—No todos queremos ser protegidos, Sun.—Macaque respondió, llevando una mano al rostro del emperador, quien se inclinó ante el toque, queriendo sentir más del calor contrario.—Sé que mentiste esa vez, ¿Qué estás escondiendo? Si al menos dijeras algo más...—
—Debo hacerlo yo, lo lamento, Moonshine. Pero no puedo permitir que ustedes se involucren.—
—¿Estás tratando de hacer algo solo otra vez?... Pensé que era algo que Wukong hacía.—
—Bueno... Ya sabes que seguimos siendo uno.—
—Dímelo o nunca voy a dejar de negarme a esto, el niño lo debe saber.—
El emperador no respondió, buscó apartarse de la luna, dejando de agarrarlo, pero Macaque lo sostuvo del rostro con ambas manos.
—¿No se supone que confías en mí? ¿No se supone que soy... La persona más importante? ¿Tu luna?— Decir estas palabras generaba un nudo en la garganta a Macaque, sintiendo ciertos sentimientos encontrados en tener que decirlo.
Porque sabía que quizás era la única manera de conseguir algo de información.
—Estás siendo injusto.—Respondió el mono de piedra, llevando sus manos a reunirse con las de la luna, compartiendo aquella calidez.—Sabes que nunca podría decirte que no eres importante.—
—Entonces dime la verdad, Sun. —
—Siempre he tenido una debilidad por ti, ¿Lo sabias? —El emperador sonrió, apegando su rostro a aquellas manos. —Eres lo más valioso de mi vida, mi Liu Er, mi Macaque, no importa el nombre, siempre serás tú, en alguna parte. —
Palabras tan dulces, un tacto tan lleno de calidez y cuidado. Macaque solo sentía aquel nudo en su garganta, con sus sentimientos confusos.
—¿Me lo dirás? —Preguntó Macaque, tratando de mantener la compostura.
No hubo respuesta, en cambio, el emperador llevó una mano al rostro del mono albino, tocándole suavemente en la mejilla.
—Mira por ti mismo. —
Macaque no entendió hasta que sintió aquella pizca de poder, fue capaz de usar la Gold Vision, o al menos su versión de esta, siendo capaz de ver al emperador.
¿Qué se supone que debía mirar?
Miró alrededor y pudo ver los diferentes sellos alrededor de toda la habitación, pero pronto sintió como aquella mano en su mejilla tomó su rostro suavemente para guiarlo a volver a mirar al emperador. Luego, con su otra mano libre, el mono de piedra señaló a su pecho.
Entonces pudo verlo.
Roto.
Su núcleo rebosante de poder estaba roto, con magia manteniéndolo unido y a la vez separándolo, incapaz de volverse uno solo, tres pedazos.
—... ¿Qué te pasó? —Preguntó Macaque, siendo las únicas palabras que pudo decir.
—Un pequeño precio a pagar por toda esta felicidad. — Fue la única respuesta que obtuvo.
El emperador besó la frente de la luna y se levantó, apartándose de allí y caminando a la puerta.
—¿No vas a decirme qué sucedió? Esto... Eso no está bien, ¿Cómo puedes estar vivo? —
—Soy el gran Monkey King, ya lo sabes. —El emperador le respondió con una sonrisa, para finalmente irse de allí, dejando a un Macaque con más preguntas que respuestas.
...
Luego de ese momento, el emperador no regresó en todo el día. Sin embargo, Macaque volvió a comer. Y perdió la habilidad de Gold Vision un par de minutos después.
El cuarto día fue esperanzador, porque Macaque estuvo esperando que el desayuno llegara junto al emperador, pero no fue así.
Aunque luego de comer, un rato más tarde, el mono de piedra había llegado. Mientras que la luna estaba sentado en la cama, arreglándose su pelaje para tratar de calmar la ansiedad y mantenerse entretenido, el emperador miró la bandeja con los platos vacíos y sonrió, para entonces mirar a Macaque.
—Qué bueno ver que volviste a comer. —
—Luego de que te fuiste... Creo que me di cuenta que no importa lo que haga, solo me afecta a mí. —Era mentira, solo trataba de decir algo más. —¿Me vas a decir lo que sucedió? —
—Se me olvidó decirte... MK estuvo preguntando por ti, y la verdad no sabía que decirle. —
—¿Vas a evadir el tema? —
—No es algo que necesites saber, solo quería darte una respuesta justo como querías. —
—Quiero una verdadera respuesta. ¿Qué significa eso? —
—Es lo que soy, es todo. —
—¿Un núcleo roto? No lo creo. —
—No está roto, simplemente no está unido, no hay armonía. —
—¿Y qué significa eso? —
—No te preocupes por eso, ¿Está bien? —
—¿Cómo quieres que no me preocupe? —
—Pensé que solo te importaba Wukong. —
—...Dijiste que seguías siendo él. —
—Si, estamos en eso. ¿Entonces admitirás que me amas igual que a él? —
—¿Me darás una respuesta ante mis preguntas? —
—Buen intento, pero no, Moonshine. De verdad quiero que solo pienses en que, si quieres ayudarme, sería muy feliz contigo a mi lado, sin que huyas o que trates de armar planes en mi contra. —
—Suena complicado. —
—Pero por favor, piénsalo. Quizás... Si vuelves a estar a mi lado, si le das una oportunidad a esto, podré decírtelo todo. —
—¿Entonces aceptarías hacer las cosas juntos? ¿Dejar ese autosacrificio de mierda? —
—...Tal vez. — El emperador sonrió.
—Emperador, lo lamento muchísimo, pero ha llegado un mensaje urgente. —Una sirvienta había entrado, interrumpiendo la escena.
—¿De quién? —Gruñó el emperador.
—Tang, el bibliotecario imperial. Dice que el príncipe tiene planes de cruzar las barreras. —
Esas palabras fueron suficientes para que el emperador saliera rápidamente de allí, la sirvienta también se retiró.
Macaque se quedó allí, otra vez solo, sin entender lo que pasaba.
¿Barreras? ¿Qué barreras? ¿MK trató de huir del palacio? ¿Del reino? ¿Cómo?
Nuevamente más preguntas sin respuesta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top