Capítulo 15: Tang.

Tang aún recordaba perfectamente el día de su muerte.

Estaban luchando contra LBD, él fue corriendo a socorrer a Pigsy quien resultó gravemente lastimado, ¡Debía sacarlo de allí! No, mejor dicho, Tang debía de hacer algo.

Quizás, si el de verdad era la reencarnación de Tripitaka o algo así, sería capaz de sanar las heridas de Pigsy, ¿Cierto?

...

Mientras todos peleaban, Tang temblaba, tenía miedo de como todo estaba sucediendo y el solo podía arrastrar a Pigsy lejos de donde estaba LBD y su fiel sirviente. El erudito debía de llegar a un lugar seguro, pero nada era seguro, no ahora.

Ante un quejido de dolor del cerdo, Tang decidió esconderse detrás de unos picos de hielo y se arrodilló a un lado de Pigsy, debía sanarlo ahora, si de verdad tenía poderes increíbles, entonces más vale que se muestren en este momento.

Tang colocó sus manos en el estómago del cerdo, lugar donde había sangre, seguramente tendría algo roto.

"Por favor, por favor, por favor..." Rogaba el erudito mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.

No quería ser inútil, no quería fallarle a Pigsy, no quería fallarle a alguien. El deseaba tanto ser alguien de quien sus amigos podrían apoyarse, pero ahora mismo no podía hacer nada, se había escondido mientras todos los demás estaban peleando. Tang dio un quejido de dolor mientras sus manos brillaban, ¡Estaba funcionando! O al menos eso esperaba.

—Detente...—Dijo Pigsy, llevando una mano a las del erudito. —Te estás lastimando. —

—¡Eso no importa! —Tang se negaba a dejarlo. —¡Debo ayudarte! —Las lágrimas no paraban.

El erudito se sentía tan inútil, no podía soportar el dolor que sentía, estaba curando a alguien cuando el mismo se encontraba cansado y herido, esto no era nada bueno, pero Tang se negaba a no hacer nada.

Estaba cansado de no hacer nada.

—Tang...—

—¡Cállate y déjame ayudarte! —El erudito se sentía tan abrumado. —Solo... Por favor, por favor. —

El cerdo deseaba tanto hacer algo, detenerlo, gritarle de vuelta, pero no se sentía capaz de eso, todo su cuerpo dolía y apenas podía mover partes de su cuerpo de una manera lenta.

Aunque todos los pensamientos del cerdo fueron interrumpidos con la sorpresa de ver a alguien aparecer.

—¡CUIDADO! —

Pero ya era tarde.

—Oh, solo mírenlos... Creyendo que pueden esconderse de las garras de mi lady. —El demonio de hielo sonreía mientras agarraba del cuello al erudito, levantándolo del suelo mientras con un pie pisaba a Pigsy. —No hay lugar donde estén seguros. —

—¡Detente! ¡Detente! —Tang luchaba por liberarse, sintiéndose cada vez peor al escuchar los gritos de dolor del cerdo ante su herida siendo pisada. —¡Déjalo ir! —

—¡Tú eres realmente divertido, amigo mío! —El demonio dejo escapar una risa, quitando su pie de encima del cerdo. —Ciertamente te puedes mover más que tu amigo. —

Tang tenía miedo, pero el prefería el miedo que el hecho de que le hicieran daño a sus amigos.

—¡Déjalo! —Gruño el cerdo mientras le daba una patada al demonio de hielo.

—Oh, ¿Te preocupas por él? Que tierno... Lamentablemente, tengo otros planes. Estoy seguro de que el niño va a amar ver a uno de sus amigos muerto. —

No.

—¡Tang! —

Pigsy iba a volver a patear al demonio, pero The Mayor se había ido.

Era demasiado tarde.

...

Tang lo recordaba.

Recordaba sentir el terror, recordaba el dolor y cada golpe contra el hielo.

El erudito recordaba cómo fue lanzado a un lado de MK mientras sangraba sin parar. No podía hablar, todo dolía, todo estaba borroso.

Pero Tang recordaba el llanto del niño y recordaba ver a Pigsy arrastrarse hasta llegar a su lado, llamando su nombre, rogándole porque no cerrara los ojos.

Entonces todo acabó. 

O se supone que eso sucedió.

Por eso Tang no pudo evitar sentirse tan desconcertado cuando abrió los ojos, de repente, estaba en su cama, como si todo lo que hubiese pasado fuese un sueño.

El erudito se levantó rápidamente, con la respiración agitada, con miedo, mirando a todos lados, tratando de descubrir por qué la muerte se parecía tanto a su hogar. ¿Todo había sido una cruel pesadilla? ¿Todos estaban vivos? ¿Él estaba vivo? Aunque toda la calma de Tang se fue cuando escuchó algo fuera de su cuarto. Él vivía solo, no debía de haber nadie.

Rápidamente agarró un libro que tenía en un estante y salió a la sala, encontrándose con alguien a quien definitivamente no esperaba ver nunca en su hogar.

—¿Monkey King? —

Allí estaba el mono de piedra, sentado cómodamente en el sofá de la casa del erudito mientras tenía en sus manos una taza de té. ¡Era el maravilloso Monkey King! Pero se veía diferente... Incluso se sentía diferente. Tenía una armadura diferente a la usual, también había partes de su pelaje con otros colores, y sus ojos...

Una parte de Tang tuvo miedo.

—¡Tang, ya era hora de que despertaras! Con cuidado, no quiero que te lastimes. — El mono sonrió mientras dejaba la taza a un lado.

—¿De verdad es usted? ¿Qué hace aquí? Yo... ¿A qué debo el honor? —Tang se relajó, dejando el libro a un lado y acercándose al mono.

¡Allí estaba el legendario Monkey King! Sentado en su sofá, ¡En su casa! Esto definitivamente era algo maravilloso para el erudito, quien desde siempre vio al magnifico Sun Wukong como un Dios.

—Venía a hablar contigo, tenemos mucho que hablar, amigo mío. —El mono observaba fijamente al erudito. —Ven, seguramente vas a necesitar sentarte. —

—No, yo... Yo estoy bien, gracias. —

—Siéntate. —Fue una orden. Tang simplemente se dejó caer en el sofá frente al mono. —Debes estar cómodo, después de todo, acabas de despertar en mi nuevo mundo. —

—... ¿Qué? —

—¿No recuerdas? Bueno, probablemente no, después de todo, moriste. —El mono se puso de pie, acercándose al erudito.

—¿Yo morí? —Imposible, Tang estaba allí, vivo, ¿Cierto? —Si estoy muerto, ¿Por qué estoy aquí? —

—¡Porque te traje a la vida! —El mono agarró de los hombros al humano. —Y de verdad necesito tu colaboración en esto, Tripitaka. —

—¿Tripitaka? —

El agarre en su hombro se hizo más fuerte, ante el quejido del erudito, el mono lo soltó, dando unos pasos atrás, esta vez sus ojos tenían un brillo azul. Tal parece que Sun había perdido la cabeza por un momento, era turno de Destiny.

—¡Lamento eso! Estaba... Algo exaltado, como tú. —El mono se aclaró la garganta. —Lo que quiero decir es... Luego de que moriste, el mundo acabó. Pero robé los poderes de LBD, además, tengo el fuego de Samadhi. —

Tang se hubiese alejado de solo poder hacerlo, pero se encontraba sentado en el sofá y estaba seguro de que correr sería complicado.

Todo fue real.

Si había muerto.

Estaban en un nuevo mundo, Monkey King tenía demasiado poder.

Eso era peligroso.

Completamente imposible.

—¿Cómo?...—Tang no entendía cómo era posible, demasiado poder era imposible de contener, ¡Pero estamos hablando de Monkey King después de todo! Puede contenerlo, ¿Pero por cuánto? ¿No se volverá loco?

De hecho, ¿No estaba loco ahora mismo?

—Suena maravilloso, ¿No es cierto? —El mono sonrió. —Este mundo es perfecto, lo construí, mi propio imperio, un mundo donde la muerte no será un problema, ¡Todos serán felices eternamente! Y encima de todos, estará mi familia y yo. —

—¿Familia?...— En las historias, Sun Wukong no tenía familia, al menos no actualmente. Todos murieron.

—Mi pareja, el macaco de seis orejas, y MK, quien es como mi hijo. —

Esto era mucho para asimilar.

—Yo... Yo necesito algo de aire. —Dijo Tang, realmente necesitaba tomarse un momento.

—Aun no. —El mono respondió. —Verás, Tang, necesito muchas cosas de ti. Eres muy inteligente, además de ser la reencarnación de Tripitaka. Tengo un trabajo perfecto para ti, y necesito que escribas unas cuantas cosas... Mis ciudadanos deben saber la historia de como su emperador los liberó a todos, dándoles un mundo perfecto. —

Esto era demasiado.

Tang se levantó del sofá, corriendo hacia la puerta de salida de su apartamento, queriendo irse lo más lejos posible, tratando de comprender todo lo que estaba pasando.

Esto debía ser otra pesadilla.

Si, seguro era eso.

...

Pero no importa cuánto Tang corriera, todo estaba vacío. No había ni un solo sonido afuera, no había nadie, como si todo el mundo se hubiese ido y solo quedara el erudito y el mono.

Sin embargo, Tang fue capaz de ver el nuevo mundo frente a él, un enorme palacio alzándose en el cielo y las nuevas estructuras en su ciudad.

Todo era nuevo.

De verdad estaba pasando.

—¡Vaya que corres mucho! No esperaba eso. —El mono dejó escapar una risa. Se encontraba sobre su nube, justo detrás del erudito.

—¿Qué le hiciste a todo el mundo? —Tang se atrevió a preguntar, con miedo en su voz.

—Te lo dije, amigo. Este es un nuevo mundo... Y hasta que todo esté listo, ellos no existirán. —

No había nadie más en ese mundo.

—¡E-Estoy seguro que si Buda se entera de esto va a volver a encerrarte! —

—Oh, ¿Ese cretino? Ya no existe. Ninguna corte celestial podrá detenerme, no hay nada que pueda dañar mis planes... Así que solo acepta, tengo un gran trabajo para ti, amigo mío. —

—... ¿Qué quieres que haga? —

El mono pareció satisfecho al ver como el erudito había aceptado rendirse.

No es como si tuviese otra opción.

—Primero voy a darte un tour por todo esto, después de todo, necesito que escribas de la historia de mi imperio. —

—... ¿Cómo se llama? —

—El imperio del sol. —

Fueron muchos días junto al emperador, quien le exigía terminar aquellos libros lo antes posible para que pueda recibir a su gente y a su familia. Definitivamente Tang no hubiese hecho nada, pero Monkey King le prometió que todo sería mejor tan pronto como acabara.

Y justo como lo prometió, sucedió.

La ciudad comenzó a estar llena de personas perdidas con la situación actual, todo era nuevo, pero no fue difícil adecuarse al nuevo mundo, porque la mayoría de cosas seguían igual. Tang fue al restaurante de Pigsy, el cual ahora era un gran sitio.

Y allí estaba su gran amigo el cerdo, vivo.

Monkey King le había dicho las reglas que debía seguir, simplemente necesitaban tener un comportamiento adecuado y no insistir en una rebeldía, solo aceptar este mundo. Además de que estaba prohibido que estuviesen todos juntos hasta que él lo permitiera.

Tang no sabía la razón, pero no le molestó porque el si podía visitarlos luego de haber estado comportándose por mucho tiempo.

Poder abrazar a Pigsy otra vez fue maravilloso, también molestándolo mientras comía gratis en su restaurante. El erudito también pudo ver a Sandy, quien estaba feliz con su pequeña cafetería con gatitos. Visitar a Mei fue aún más maravilloso que antes, porque su hogar parecía verse más increíble ahora, con algunos símbolos del sol en la entrada, aunque la chica dragón no pareció feliz de este nuevo mundo.

Tang pudo ver a casi todos, pero visitar a MK eta algo imposible por el momento. Luego de las primeras visitas, Monkey King le ordenó que no volviesen a reunirse hasta que él lo permitiera.

Al menos, si seguía comportándose, vería a MK otra vez.

...

Realmente Tang pensó que poder ver a MK y sus amigos nuevamente sería maravilloso, pero tan pronto como el emperador apareció en la biblioteca para decirle que podían reunirse otra vez, Tang solo sintió terror.

Las cosas no debían salir mal, el erudito tenía miedo de como iría la reunión, quizás ninguno se sienta tan cómodo como para seguir las reglas del emperador.

No es como si el erudito amara este nuevo mundo, pero no era lo mejor, apenas podía dormir, tenía pesadillas constantes y a cada momento del día sentía que el emperador aparecería de repente.

Porque así fue por mucho tiempo.

Finalmente, Tang podía descansar, pero era horrible saber tantas cosas y no poder compartirlas, porque Monkey King se lo dijo, le ordenó mantener la boca cerrada o tendría que pagar las consecuencias.

Tang odiaba no poder hacer nada.

Pero ahora debía hablar con sus amigos luego de tanto tiempo.

Quizás sería bueno prepararse.

Su trabajo actualmente era decirle a todos que debían recordar las reglas, que serían capaces de ver a MK y quizás esta vez no tengan que separarse, todo depende de la primera impresión que logren darle.

Tang aun tenía tantas dudas, pero el sabía que debía de adecuarse a ese mundo para sobrevivir.

Todo esto iba a valer la pena.

¿Cierto?

Pronto estaría con sus amigos, vería a MK y lograrían comunicarse para apoyarse en este nuevo y loco mundo, podría soportarlo si los tenía a ellos de su lado, lo único que el erudito deseaba era la compañía, se sentía tan solo rodeado de libros, aún cuando era todo lo que el soñaba.

Porque este no era el sueño de Tang, Monkey King dejó de ser ese legendario mono que había deseado conocer.

Tang solo sentía miedo y soledad.

Él solo quería su antigua vida.

...

Ah, cierto...

Ya no existía.

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