Pelea Pendiente
Alma:
Luego de la rápida pelea que no duro ni 5 minutos se tenia predispuesta una fiesta en honor al ganador de la misma en el cual figuraba Niklas, no sentí la necesidad de visitar su camerino en cuando termino la pelea porque hace 8 años que no sabía nada de él y menos lo iba a saber dado que se había cambiado su nombre de luchador, para alivio interior mío por supuesto.
Así que no sentí apropiado estar a solas teniendo en cuenta que no sabía nada de esta nueva versión de Niklas Krom fuera de que continuaba boxeando y estaba más que bueno que antes, pero no por eso irrumpiría en su vida sin saber si ya había hecho su vida con esposa o hijos y eso fue suficiente para mantenerme alejada de él luego de la pelea.
Por que para ello si soy buena, alejarme de aquello que puede hacerme caer.
Además actualmente solo éramos unos simples conocidos y yo ante los ojos del mundo estaba casada y no quería cargar con escándalos innecesarios, por lo que ahora solo me limitaba a tomar champagne costosa mientras admiraba los jardines y escuchaba a Elodie contar sus anécdotas de infancia, lo cual era aburrido pero mantenía a raya mis pensamientos.
Hasta que en determinado momento el volvió a aparecer esta vez vestido más formalmente para la ocasión con traje de corbata que se amoldaba a..
Jodida madre! Donde está mi maldita conciencia gruñona para reprenderme por pecadora.
No hay sistema- Murmuró ella divertida haciéndome apartarla vista rodar los ojos.
-¿Qué te pasa te moleste en algo?- preguntó con incertidumbre Elodie al ver mi gesto y negué repetidamente.
-No solo tengo un ligero cólico- me excusé sonriendo.
-Deberías mentir mejor-
-Bien al parecer Jean Pierre se a tardado más de lo que esperaba para ir a ver mis archivos- declaré.
-Whoa dos mentiras en mi propia cara en medio de dos segundos Alma, ¿Qué rayos te pasa?- acusó ella iba a replicar pero prosiguió haciéndome cerrar la boca de un tirón- Por qué no simplemente aceptas de que tu casi aun te mueve el piso y vas a hablar con él-
Mi cara se ilumino en total desacuerdo de su consejo, porque sería la ultima cosa que haría en este mundo.
- Porque no- dije decidida- Además no se si esta casado o algo y sería incomodo que malinterprete mis intenciones- me sincere.
-Oye te dije que hablar con él y se pusieran al día no que te lo fueras a tirar a manera de saludo- dijo alarmada y sentí el calor inundándome el rostro de nuevo.
Porque no ya podía mantener a raya mis emociones como antes, era la gran pregunta que me me inundo por unos instantes.
- Putain Alma!-Maldijo Elodie casi atragantándose con su trago al ver mi reacción- Lo que deberíamos hacer es salir a buscar una iglesia para que te confieses esos pecados lujuriosos- acusó divertida y yo solo negué sin ninguna gracia.
Voltee a ver si aun podía verlo para reunir el suficiente valor para hablar con él, pero no estaba en ningún lugar.
-Vaya al parecer el ganador estrella no es muy sociable- Se quejó Jean Pierre en cuanto se acercó a nosotras con una copa en la mano.
-¿Por qué lo dices?- preguntó Elodie interesada en el tema solamente para molestarme.
-Se supone que la fiesta es en su honor y solo después de medio trago y de saludar a sus agentes y publicitas, se marchó de devuelta a su cueva- reprochó acabándose su trago y solicitando otro a un mesero que pasaba.
Siempre a sido así, recordé que nunca había sido muy sociable ni hablador, hasta al principio yo pensé que era mudo, al parecer no había cambiado del todo.
-¿Enserio quieres ir a hablar con él?- preguntó mi primo con interés sobresaltándome al instante.
-¿Qué?- exclame confundida.
-Le contaba a tu primo que como era un "viejo conocido tuyo" querías hablar con él y ver que había pasado en sus vidas- explicó Elodie utilizando mis palabras de lo que él era para mí.
-Creo que puede estar en el gimnasio es a unos pisos abajo pero aun llega la luz del día- informo mi primo y ambos pares de ojos me miraban con interés presionándome para que me fuera.
-Ya vamos antes de que nos vayamos a la iglesia- bromeo Elodie.
-Bien- dije yo para apartarme de la presión que estos dos estaban ejerciendo con sus miradas.
Obviamente no iba a seguir sus ordenes y ir a hablar con él la casa era gigantesca así que podía escabullirme en cualquier rincón por unos momentos y luego decir que lo había hecho.
Así de simple.
Cosa que fue todo lo contrario a lo que hice porqué mientras me repetía el plan ya me encontraba caminando escaleras abajo hasta llegar al supuesto gimnasio.
Tu temple se esta debilitando, chica. Recrimino mi conciencia que al parecer ya volvía a tener sistema.
Al final de las escaleras de cemento se encontraba una gran y pesada puerta verde de metal que al parecer ahogaba cualquier ruido provocado en el interior de aquella habitación, llenándome de una especie de escalofríos de lo que podría encontrar ahí.
Empuje levemente la pesada puerta rogando porque no hiciera un chirrido que me delatara en caso de salir corriendo, notando así lo pendeja que me había vuelto de la noche a la mañana.
Por suerte ningún chirrido sonó cuando la abrí suficiente para ver que pasaba, solo vi al alto y pelirrojo escoses con el torso desnudo y aun con los pantalones elegantes, golpeando con fuerza una y otra vez un pobre saco que se retorcía ante cada golpe.
En un acto de fe, decidí liberar mis dudas sobre él, así que viendo que no había un peligro latente, solo el mismo Niklas que un día conocí, abrí completamente la puerta haciendo notar mi presencia, provocando que el escoses parara de lanzar golpes al saco y secándose con el antebrazo las gotas de sudor de su cara.
-Hola- dije nerviosa recriminando lo tonta que había sonado.
La jefa suprema de la mafia acojonada por el encuentro de lo que una vez fue su entrenador en su juventud, quien lo diría.
-Hola- respondió el con una sonrisa nerviosa lo que apaciguo mi nerviosismo.
-Solo quería decirte que peleaste bien-
-Lo hice en tu honor - declaró mientras buscaba algo con que secar el sudor de su cara- Creo que por eso salió también-
Aquello hizo que mis piernas comenzaran a hacerse de gelatina en cuando pude comprender sus palabras.
Que débil.
Cállate maldita conciencia.
-Vamos no mientas era tu trabajo ganar de lo contrario Jean Pierre te hubiera dado una paliza- repliqué en defensa.
-Siempre tan inteligente- aseguró el mirando la camisa entre sus manos pensativo.
-Ya sabes tu eras el músculo y yo el cerebro- recordé.
-Si- dijo el mirando su camisa y ninguno de los dos ya no sabía que decir.
- ¿Por qué te fuiste tan rápido de la fiesta?- pregunté curiosa.
- Tengo mis razones- murmuró un tanto apenando, dándome así un golpe bajo por fisgona.
Y por ello no quería bajar aquí, no quería estar en una atmosfera incomoda como lo estoy actualmente, gracias primo, gracias Elodie y gracias Alma piernas de gelatina.
-Has cambiado para mejor creo- exclamó el rompiendo el silencio.
- Y tu no estas mal- admití mirando su corpulento cuerpo lleno de sudor arrepintiéndome de haberlo hecho y a la vez agradeciendo porque no era hombre porque ya estaría más dura que los ladrillos de las paredes que de la habitación- La Sra. Krom debe sentirse muy afortunada-me mordí ligeramente la lengua por lo que acababa de decir pero mi curiosidad debía comprobar mis sospechas.
-No hay ninguna afortunada Sra. Krom y nunca la ha habido-comenzó el haciendo que algo en mi interior diera un vuelco.
Mi yo analítica pensó que no lo creería hasta verificar su registro civil pero mi Alma piernas de gelatina se alivio de ante su declaración.
-¿Y como va la vida de casada?- pregunto curioso.
Por un momento pensé como diablos lo sabia, pero era obvio que las bodas de la mafia era un hecho de interés alrededor de nuestros aliados.
-Solo es un negocio más, ya sabes para mantener a flote la familia- declaré con sinceridad mirando el suelo.
-Lamento escuchar eso- dijo y pude leer como su mirada se lleno de pena.
-No necesito tu pena- declaré convencida arrugando mis cejas.
- Lo siento- dijo a lo que yo me reí causándole gran confusión.
-Nunca fuimos buenos para comunicarnos verbalmente-
-Ni lo somos aún ahora- afirmó el divertido.
-Así que que tal si lo hacemos a nuestro único modo- exclamé quitándome mi chaqueta color marfil de Chanel, que era del mismo color de mi falda, para luego quitarme mis pendientes y tacones, quedando solo en una falda y mi blusa de tirantes de seda negra- Tenemos una pelea pendiente- declaré con un poco de nerviosismo.
- Eso es muy cierto- asintió sonriendo de una manera picarona- ¿Pero estas segura de que debes terminarla?-
Su pregunta me hizo dudar un momento pero antes de que la sensación de culpa que comencé sentir aumentara conteste.
-Sabes que odio tener pendientes- declaré con dramatismo- Así que ¿Qué esperas Whiskyto?-lo reté nombrándolo como su primer nombre de luchador.
-Vamos así no se juega- dijo avergonzado y divertido.
-Bueno entonces comencemos el juego-
Comencé a acercarme a él y me detuve en una distancia prudente para iniciar nuestra lucha, dando por obvio que nuestra diferencia de estatura había aumentado ya que si ni siquiera le llegaba a los hombros con tacones de 12 cm menos le iba a llegar sin ellos, este hombre había crecido como un árbol estos años, pero de igual manera no me intimidaba.
-Nunca te había visto pelear en falda- exclamo divertido.
-Sabes que sigo siendo letal aunque este con un mameluco de unicornio- exclame sarcástica poniéndome en posición de ataque.
-Te verías muy tierna en él- bromeo tomando la misma posición y como él era tan caballeroso como siempre, me dejo atacar primero dando un impacto en su cara.
-Buen golpe- admitió levantando la guarda al recordar que mis golpes si dolían.
-No estamos en práctica- recalqué lanzando otro el cual volvió a golpearlo y sonreí victoriosa.
Llegando a mi mente el recuerdo de esa última pelea pendiente, bien sabía la razón porque no lo habíamos logrado terminar, ya que la no teníamos ningún tipo de relación, solo la conexión que teníamos cuerpo a cuerpo comenzó a volverse más que solo una pelea de golpes y bloqueos y justo en ese día la atracción se salió de control, comenzamos a darle rienda suelta a esa atracción acumulada hasta que en el juego previo fuimos interrumpidos por su padre, con la noticia que se irían esa misma tarde y tendrían que empacar, lo más rápido.
Yo no sabia que hacer ante ese abrupto cambio, pero no pude verlo partir ya que aunque no hubiera sentido algo catalogado según los estándares de la sociedad había sido parte de mi vida y no quería verlo irse.
Nunca fui buena para las despedidas.
Fui devuelta a la realidad al ver como el siguiente golpe que lancé fue esquivado por él, haciendo que terminara acorralada contra la dura pared de ladrillos.
-Tu derecha a mejorado de sobremanera, pero sigues siendo distraída en los reflejos- menciono a pocos centímetros de mi cara.
- Y tú sigues siendo tan predecible- exclamé dando una voltereta para safarme de su agarre usando su peso a mi favor.
- Eso es nuevo- dijo asombrado con una sonrisa.
- He aprendido cosas nuevas en tu ausencia- dije guiñando un ojo, lo cual no espere que él reaccionará tomándome de brazo con firmeza pero con suavidad volviendo a acorralarme contra la pared.
Quedamos a tan poca distancia que nuestras narices se rozaban entre sí y mi corazón comenzó a acelerarse.
- La razón por la que no me quedé a la fiesta, era porque no podía seguirte viendo sin desear tocarte- se sinceró haciendo que mirara sus profundos ojos asombrada por la declaración.
- Si no tienes nada que te detenga haya afuera puedes hacerlo- alerte por si había una pobre mujer a la que por mi culpa le serían infiel.
- No la hay-
- ¿Entonces...?- exclamé esperando que actuará pero vi la duda en sus ojos y mis alarmas se encendieron.
- ¿Estás segura de esto?-
La pregunta trajo a mi mente la imagen de un par de ojos avellana por unos instantes y si quería que esos pensamientos por el se disiparan por completo debía hacer esto.
Así que sin más tome la cara de Niklas y fundi nuestras bocas en un desesperado beso de mi parte el cual Niklas acepto gustoso introduciendo su lengua con cautela en la mía.
La temperatura subió en el lugar y sentí como Niklas empujaba mi espalda hacia la pared de ladrillos que podía sentir en mi espalda, pero me producian una especie de sensación placentera.
Me tomo del trasero para que pudiera envolver mis piernas en sus caderas mientras nos besábamos como si tratáramos de recuperar todos los años perdidos, o por lo menos terminar el encuentro en el que habíamos sido interrumpidos.
Pero que en este momento nadie interrumpiria.
En un momento determinado donde nos separamos para recuperar un poco de aire, Niklas comenzó a dejar descansar mis labios para besar pausadamente mi cuello, mientras con sus ágiles manos soltó mi sostén sin quitar mi camisa, continuando sus besos hasta llegar a mis dos botones erectos que se notaban aun debajo de la ligera tela de seda negra.
Sobre esa misma tela Niklas abrió su boca para atrapar en ellos mi pequeño botón con delicadeza, provocando que soltara un ligero gemido apoyando mi cabeza hacia atrás.
Comenzó a succionar por turnos encima de la tela haciéndome dar pequeños quejidos de placer, pero necesitaba más.
Así que jale de los cabellos de su cabeza para que aumentará la intensidad, haciendo que mordiera con sus dientes mis pezones.
Luego de haber tenido suficiente de ellos sobre mi blusa, se atrevió a quitarla liberando mi piel desnuda y se quedó mirando por unos segundos con admiración, comenzando de nuevo a besarlos con necesidad.
Después de terminar de jugar con ellos, ya podía sentir su dureza contra mi feminidad previamente empapada, sentí como su mano comenzó a meterse debajo de mi falda y de un tirón rompo mis bragas asustandome ante su salvajismo.
Introdujo un par de dedos en mi intimidad haciéndome soltar un gemido ante su tacto.
- Parece que ya estabas mojada antes de que comenzaramos- teorizó y apreté mis labios entre sí, formando una sonrisa inocente.
- Pues es el efecto que tienes en mí desde que te reconocí así que te lo deje muy fácil- vi como sus ojos me miraron con ferocidad y libero su miembro con la mano libre que no me sostenía rozando con su punta mi entrada, mentiendola suavemente haciendo que soltara un quejido de placer.
Comenzó a levantar mi peso constantemente mientras me embestía aumentando la velocidad en cada una.
- Nik- gemí mordiéndome los labios.
¡Dios! Su sexo era demasiado grande para mi, o talvez era que está posición llegaba más profundo a mi centro, pero por primera vez podía sentir como mis pensamientos comenzaban a diluirse en mi mente y agradecí por eso, implorando porque aumentará la velocidad de nuestros roces.
- tu es belle- gimió en francés con un toque de acento escoses que me hizo estar apunto de perder la razón.
Continuó embistiendo con fuerza mientras yo comencé a mover mis caderas con su gran miembro adentro hasta que ambos llegamos a nuestro límite, él siendo el primero en venirse en mi interior.
Porque por obvias razones no tendría porque haber condones en un gimnasio, aunque no sería malo que los tuviesen, pero por mi parte tarde un par de segundos más para llegar pero él se encargó con atención de hacerme llegar hasta que solté un gemido más sonoro que inundó toda la habitación.
Luego de recuperar nuestras respiraciones él decidió salir de mi y yo puse de nuevo los pies en el suelo sintiendo todo el peso de mi cuerpo volver a mis pies.
- De todo lo que nos estábamos perdiendo- dije con una sonrisa tranquila.
- Ni que lo digas- dijo secándose el sudor del rostro ambos estábamos cubiertos por pequeñas perlitas de sudor hasta que comencé a volverme a vestir sintiendo cierto picor en mi entrepierna.
Revise mi móvil y note que tenía 15 llamadas perdidas de Elodie, ya había aprendido de mis errores así que la mayoría del tiempo usaba en silencio el móvil para evitar jodidas interrupciones en momentos clave.
Apreté el botón de llamar y espere a que contestara mientras continuaba vistiendo me a espaldas del poderoso y alto escoses que se ajustaba los pantalones.
- ¿Donde estás? tu primo ya hizo su tarea ven aquí- dijo como una madre regañona y arruge la cara, en este momento me encontraba cansada y necesitaba dormir no ver lo que quiera que Luigi tuviera ahí.
Pero para eso había venido hasta aquí en primer lugar, bueno no el sótano a coger a mi especie de primer amor, me refiero a Francia para ser exactos así que le dije a Elodie que ya iba en camino mientras me calzaba los tacones.
Cuando colgué la llamada, el hecho de tener de subir de vuelta todas esas escaleras me dio un tremendo cansancio y arrugue la cara disgustada por ese hecho.
- Si quieres te puedo cargar hasta arriba- ofreció divertido Niklas al ver la razón de mi mueca.
- No gracias estaré bien- exclamé abriendo la puerta con mi chaqueta en mano, le dediqué una sonrisa amable de boca cerrada y mire con terror las escaleras que me esperaban por subir.
Ya sabía lo que realidad sentia el guerrero dragón de Kung Fu Panda respecto al tema de las escaleras pero emprendí la tarea.
______________________________________
Nota de autora:
Seré breve
Aquí está lo prometido y espero que lo hayan disfrutado.
Besos mafiosillos! 💕
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top