CAPÍTULO 6

LUCCA ANDREOTTI

Esto era solo mi culpa; todo su dolor, toda su rabia, sus lágrimas... todo era mi culpa y merecía cada una de sus palabras; por años intenté ignorar las consecuencias de lo que hice, pero escucharla decir todo eso, me regreso a la realidad.

Si quería recuperarla, si quería que volvería a confiar en mí, tendría que demostrarle que no eran solo palabras; tendría que demostrarle con acciones que jamás dejé de amarla, pese a la distancia y al tiempo. 

Cuando regresé al hotel, me sentía terriblemente mal y mis amigos lo notaron al instante; pero antes de responder a sus preguntas, me tiré sobre la cama y cubrí mi rostro con la almohada para después soltar un grito.

-        No pregunto como te fue, porque veo que mal – dijo Pietro y le lancé la almohada mientras lo fulminaba con la mirada

-        Bueno, te lo dije – añadió Chiara y también a ella la miré mal – No me mires así, te dije que no podías ir sin más y hablar con ella, por lo que me dijiste, hiciste las cosas muy mal, no te iba a perdonar tan fácil

-        Las mujeres son muy complicadas – acotó Pietro y Chiara lo golpeo

-        Ustedes son muy idiotas que es diferente

-        Chicos... - murmuré estresado

-        Ellos se quieren, solo están complicando las cosas – dijo Pietro y ella lo miró ofendida

-        Por más que se quieran, él se equivocó y ella no tiene porque perdonarlo a la primera disculpa

-        Chicos... - repetí, pero continuaron ignorándome mientras discutían

Durante el viaje puse a Chiara al corriente de la situación y aunque era mi amiga, se puso del lado de Alexandra y no dudó en hacerme saber lo mal que actúe y lo terrible que era mi plan o mejor dicho la falta de un plan razonable.

-        ¿Podrían dejar de discutir? No estoy de humor – afirmé y ambos se detuvieron

-        ¿Qué te dijo? – preguntó Pietro

-        Ella no confía en mí– murmuré con algo de dolor – No me cree y no la culpo, la lastime mucho; fui un completo idiota

-        Totalmente – confirmó Chiara y Pietro la miró como diciendo que no estaba ayudando – Solo digo que fuiste muy cobarde al irte así, sin darle una verdadera explicación; si yo fuera Alexandra, te hubiera golpeado

-        Que dama para tan violenta – se burló Pietro y ella volvió a golpearlo - ¡Oye! ¡Me duele! – se quejó mi amigo y yo solo sonreí – Claro, diviértete con mi dolor, que gran amigo eres – volvió a quejarse y Chiara sonrío

-        Eres demasiado molesto – dijo ella y él la miró claramente ofendido

-        ¿Podrían concentrarse? – pregunté

-        Ella comenzó

-        Eres tan inmaduro – respondió Chiara y nuevamente empezaron a discutir

Devolví la vista al techo y mi mente regresó a Alexa; no podía sacar de mi cabeza sus palabras y no podía dejar de pensar en sus ojos empañados por las lágrimas; recordaba perfectamente el día en que me fui, recordaba el dolor en sus ojos y no creí que volvería a ver algo similar, pero hoy, volví a sentir esa opresión en el pecho, volví a ver ese dolor y me odiaba por haberlo causado.

Alexa era el amor de mi vida, de eso nunca tuve dudas, pero hasta ahora no había pensado en las consecuencias de regresar a su vida; la amaba más que a nada, pero le hice mucho daño y no estaba seguro si conseguiría que me perdonara.

-        Lucca – dijo Chiara llamando mi atención

-        ¿Ya terminaron? – pregunté y ambos asintieron

-        ¿Y qué planeas hacer ahora? – preguntó Pietro y suspiré

-        Honestamente no lo sé – admití y Chiara tomó asiento a mi lado

-        Somos italianos, el romance está en nuestra sangre, estoy segura que podremos pensar en algo perfecto para que la sorprendas

-        No necesita solo sorprenderla, debe alcanzar su corazón – dijo Pietro con un exagerado dramatismo

-        Bueno... y dime, ¿Qué le gusta? – preguntó Chiara girándose hacia mí

-        Le gustaba el arte, pero prefería dibujar que pintar; le gustaba la música suave y los sabores clásicos, aunque siempre terminaba probando un poco de mi comida – recordé y una sonrisa apareció en mi rostro - le gustaba el teatro, la ópera y sobre todo el ballet, cuando veíamos una obra, su emoción era tan clara... y no dejaba de sonreír... le gustaban las cosas antiguas, en especial los libros; le encantaban las flores – dije y a mi mente vino la imagen de una de nuestras citas

Alexandra era especial y cuando sonreía, era capaz de iluminar por completo una habitación; no podía olvidar sus ojos brillantes y su sonrisa cuando algo verdaderamente le gustaba; ella era preciosa en todos los sentidos y estaba seguro que, aunque pasaran mil años, seguiría siéndolo.

-        ¿Y cómo planeas seguir viéndola? – preguntó Pietro devolviéndome a la realidad – Porque lo del acuerdo servía algunas veces, pero no será una excusa eterna

-        ¿Por qué te gusta complicarle la vida? – cuestionó Chiara mirándolo mal

-        Solo era una pregunta – respondió rodando los ojos

-        Pues tus preguntas no están siendo de utilidad

-        Chicos... ¿no pueden estar en paz? – pregunté con cansancio – Les juro que me agotan

-        ¡Es ella! ¡No me deja tranquilo! ¡Todo le parece mal! – exclamó Pietro y Chiara rodó los ojos

-        ¡Pues tú eres un inmaduro! ¡Eres frustrante!

-        ¡Caprichosa!

-        ¡Odioso!

-        ¡Terca!

-        ¡Insufrible!

-        ¡No te soporto!

-        ¡Yo menos! – gritó Chiara y bufé

-        ¡Se quieren callar los dos! ¡Desde que salimos de Roma están peleando!

Honestamente estaba arrepintiéndome de haberlos traído conmigo, porque lo único que hacían era discutir; no eran capaces de mantener una conversación cordial por más de cinco minutos y empezaban a estresarme.

-        Lo sentimos – dijeron mientras me miraban con una falsa inocencia

-        Si los escucho discutir una vez más hoy... - amenacé y ambos sonrieron haciéndome rodar los ojos – Hablo en serio, no más

-        Está bien – aceptó Pietro de mala gana y Chiara asintió

-        Volviendo al tema, quizá podrías aprovechar y verla en la gala benéfica que habrá en dos días – comentó Chiara

-        ¿Qué gala? – cuestionó Pietro

-        La gala benéfica para el apoyo de la lucha contra la violencia a la mujer – aclaró Chiara y ambos la miramos confundidos – ¡Ustedes en verdad son idiotas! ¡¿Qué nunca me escuchan?! En el avión les dije que habría un evento importante en unos días y que los Pemberton asistirían

-        ¿Ah sí? – dijo Pietro e incluso yo lo miré mal

-        Dejando de lado que parece que le hablo a una pared, ¿Por qué no asistimos a esa gala?

-        ¿No es muy tarde para ser invitados? – pregunté y Chiara sonrío

-        Conmigo no existen imposibles – respondió y se levantó de la cama para hacer unas llamadas

En cuanto Chiara se marchó, Pietro dijo que iría a recorrer un poco la ciudad y por fin pude acostarme en la cama a disfrutar del silencio.

Tenía mucho en lo que pensar y mucho que considerar; no podía dar un paso en falso porque equivocarme no era una opción; tenía que tener cuidado y pensar antes de actuar, de eso dependía mi futuro.

Mi conexión con Alexa era intensa, tan intensa que siempre supe que sería irrepetible, porque ella y yo éramos algo único, algo especial y diferente; planeamos tantas cosas, soñamos tan alto, pero al final la realidad nos golpeó y tomé la peor decisión posible, quise negarlo, pero ahora lo tenía claro, yo había cometido un grave error al irme, cometí un error al abandonar la vida que planeamos juntos; no la llamé, pese a que parte de mí me decía que lo hiciera, no le pedí perdón por herirla y solo me resigné a vivir una vida pensando que me sería imposible ser feliz sin ella; renuncié a nosotros por miedo y me llené de excusas, pero ella tenía razón, debía ser sincero, no solo con ella, si no también conmigo mismo.

Cerré los ojos y mi mente voló hacia un recuerdo específico que me hizo sonreír

-        ¡Te odio tanto! – gritaba Alexa furiosa - ¡Te odio por esa estúpida sonrisa tuya! ¡Te odio por hacerme sonreír y cambiarlo todo! ¡Odio sentir que mi corazón se sale de mi pecho cada vez que te veo! ¡Te odio porque entre todas de personas de este mundo, no puedo dejar de pensar en ti y eso me está consumiendo!

-        ¡¿Crees que a mí no?! ¡Me vuelves loco, Alexandra!

Lo recordaba tan claro como si hubiera sido ayer; recordaba su rostro furioso mientras me gritaba en ese techo y como parecía estar a punto de golpearme, pero justo después, cuando confesé lo que sentía por ella, su expresión se suavizó y confirmó mi mayor deseo, que ella también sintiera lo mismo.

-        Me gustas Alexandra Pemberton y por más loco que sea eso viniendo de mí, es la verdad

-        Tú también me gustas, Lucca Andreotti – aceptó sacándome una sonrisa

Desde el primer día ella me enamoró y mientras más fui conociéndola, mis sentimientos se hicieron más fuertes, la amaba con locura y eso nunca cambió, porque como el primer día, mi corazón latía por ella y no me imaginaba un día en que dejara de hacerlo.

Deseaba tanto volver el tiempo atrás y tenerla nuevamente en mis brazos, deseaba tanto volver a verla sonreír y escuchar su risa cuando algo la hacía feliz, quería recuperar a mi Alexandra, la que amaba escucharme leer y a la que le brillaban los ojos al verme por la mañana; quería recuperarla y nunca dejarla ir, pero temía no poder hacerlo.

Alexandra era buena para mantener sus defensas arriba y después de hablar con ella estaba seguro que sus barreras estaban altas y reforzadas; me costó traspasarlas la primera vez y ahora sería el doble de difícil; pero me esforzaría al máximo por conseguirlo, porque ella lo valía.  Poco a poco fui dejándome vencer por el sueño y con ella en mis pensamientos por fin pude dormir con una sonrisa en el rostro.

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PIETRO RUSSO

Le dije a Lucca que iría a dar una vuelta por la ciudad, pero mis intenciones eran diferentes; tenía que averiguar en que se estaba involucrando mi amigo y si existía algún peligro para él, necesitaba información y la obtendría de una u otra forma.

-        ¿A dónde vas? – preguntó Chiara deteniéndome

-        Recuerdas que Lucca mencionó que Alexandra se fue por una tal Daphne – dije y ella asintió - ¿No crees que es importante saber quién es ella o que tiene que ver con Alexandra? Está bien que Lucca esté enamorado de ella, pero han pasado cinco años, es mucho tiempo y no podemos olvidar que es una Pemberton, su familia ha odiado a los Andreotti por generaciones

-        ¿Y cual es tu plan? ¿Ir por ahí preguntando quien es Daphne?

-        Mi plan es buscar toda la información posible sobre los Pemberton y lo que han hecho estos cinco años

-        Aun no entiendo porque Lucca no dejaba que nadie hablara de ella o tan siquiera leyera una noticia de su familia

-        Lucca es terco y se complica demasiado – respondí y por primera vez no me contradijo

-        Te acompaño

-        No gracias

-        No te estaba preguntando – dijo y rodé los ojos

-        Eres demasiado estresante

-        Tú no te quedas atrás – respondió y bufé

-        Pues vamos, no perdamos más el tiempo

Chiara conocía muy bien la ciudad y aunque nunca lo admitiría si que fue de ayuda para recolectar información; si hubiera salido solo seguiría dando vueltas sin obtener resultados y eso no sería muy útil.

Una vez tuvimos todo lo necesario, entramos a una cafetería y pedimos un par de tazas de café para ponernos a revisar todo lo que encontramos; la mayor parte de la información eran noticias sobre las empresas Pemberton y su crecimiento a nivel nacional e internacional, además había varias noticias sobre la gran y generosa heredera Pemberton que parecía estar muy involucrada en varias asociaciones benéficas y programas de apoyo, pero entonces, en medio de todas las noticias y artículos, encontramos algunos que respondían a nuestras preguntas.

-        Es su hija – murmuró Chiara mirándome pasmada

-        No sabemos si...

-        Daphne Valentina Pemberton hija de Alexandra Pemberton celebra hoy su primer año de edad; la pequeña heredera sorprendió a todos en la gran celebración y aunque por opinión general podemos decir que ha sacado la belleza de su madre, no podemos evitar especular sobre el padre de esta pequeña princesa, ¿Será el heredero Noah Bogani quien es muy allegado a la familia Pemberton, el señor Benjamin Brown al que se ha visto con nuestra heredera en varias ocasiones o será un amante desconocido? – terminó de leer y ambos permanecimos en silencio

-        No creerás que...

-        Sí lo creo – declaró con seriedad

-        ¿Deberíamos decírselo?

-        No, al menos no por el momento; tenemos que estar seguros antes de darle una noticia como esta

-        Si es verdad... - dije con nervios - sería...

-        Complicado... muy complicado – terminó por mí y nos quedamos nuevamente en silencio

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¿Qué les pareció el capítulo?
¿Creen que Lucca podrá ser completamente honesto con Alexa?

Tal vez como una vez me dijeron... las cosas deben empeorar para poder mejorar...

❤️❤️❤️
Voten y comenten
Los leo
❤️❤️❤️

PD: EMPECÉ UN LIBRO DE FRASES Y PENSAMIENTOS
"TODO LO QUE NUNCA DIJE"

Para esos amores que no pudieron ser...
Espero le puedan dar una oportunidad
💙💙💙

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