CAPÍTULO 39

LUCCA ANDREOTTI

Estaba emocionado, nervioso, asustado, maravillado y vuelto un completo loco, pero no podía aguantar las ganas de verla; toda la noche anterior la pasé con los chicos y aunque no tuvimos una despedida de soltero como tal, si que la pasamos bien.

Nos encontrábamos en casa de Noah y tanto Pietro como Benjamin se veían demasiado tranquilos, mientras que yo era un manojo de nervios; ciertamente todo estaba listo para la boda y no existía ni un solo detalle que fuera a fallar, pero, aun así, no podía evitar estar nervioso y realmente necesitaba darme prisa para dirigirme a la locación de la boda y asegurarme de que todo estuviera perfecto.

-        Te ves pálido, amigo – dijo Pietro acercándose y fruncí el ceño

-        La verdad que sí, te ves como muerto en vida – añadió Noah y bufé

-        Si te desmayas, prometo grabarlo – comentó Benjamin y rodé los ojos con fastidio

-        ¿Van a seguir molestando?

-        Lo siento amigo, pero es que, en verdad, ¿Por qué tanto miedo? – preguntó Noah tomando asiento en el sofá

-        Exacto, te ves muy aterrado y no tiene sentido, te casarás con Alexandra, el amor de tu vida, la mujer de la cual no dejas de hablar ni en sueños y con la que tienes una hija, además de otros dos por venir – dijo Pietro con tranquilidad y tenía que darle la razón

-        Solo tienes que pararte, ahí, decir tus votos y luego decir, acepto; aunque bueno, si te congelas, eso también sería épico – soltó Benjamin haciendo reír a los chicos mientras yo lo fulminaba con la mirada

-        No voy a congelarme

-        ¿Tus votos están listos? – preguntó Noah y asentí - ¿Entonces, de que rayos te preocupas?

-        Es solo que... ¿y si algo sucede? – pregunté nervioso

-        Las organizadoras ya contemplaron cualquier escenario posible, además mi madre y la tuya se aseguraron de que nada malo pudiera suceder; todo saldrá perfecto, no hay nada por lo cual preocuparse más que por llegar a tiempo a la boda – dijo Noah con tanta seguridad que me sentí mejor

-        Aunque si demoras más, llegaremos después de la novia y ahí sí que Alexa va a matarte – declaró Benjamin y Pietro rio

-        A veces me caen muy mal – respondí y los tres volvieron a reír 

Los chicos disfrutaban molestándome, pero también tenían razón, debía apresurarme o efectivamente, Alexandra llegaría antes que yo a la boda; así que de inmediato me dirigí a la habitación para terminar de arreglarme mientras los chicos hacían lo mismo y tras repasar que todo estuviera en orden, regresé al salón.

-        ¿Tienes los anillos? ¿verdad? – cuestioné mirando a Pietro que asintió con seguridad

-        Sabes, me sorprendes – dijo mi amigo y lo observé confundido

-        ¿Por qué?

-        Compraste el anillo de compromiso de Alexandra hace más de cinco años y lograste que los anillos para la boda fueran incluso más impresionantes y que guardaran cierta similitud con el anillo de compromiso

-        Tenía que ser perfecto para ella y si bien adora el anillo de compromiso, el que llevará para siempre debía encantarle aun más.

-        Pues estoy seguro que le encantará

-        ¡Es momento de irnos! – exclamó Noah entrando al salón con Benjamin y respiré profundamente antes de asentir para dirigirnos a la salida

La locación para la boda era especial y magnífica, digna de los herederos Pemberton y Andreotti, así que, como tal, nos casaríamos en la capilla del castillo de Windsor y celebraríamos la ceremonia en los jardines; era consciente de la gran planeación que fue necesaria para cumplir los estándares de nuestras familias y sabía lo extraordinarias que eran las celebraciones planeadas por mi madre, pero, aun así, nada pudo prepararme para lo que vi al llegar al lugar.

Sin duda alguna era una imagen impresionante y cada centímetro del lugar atraía la atención; la mayoría de los invitados ya estaban llegando, por lo que la seguridad nos guio a través de las personas para evitar un poco a la prensa, al menos por el momento.

-        ¡Diablos! ¡Esto es increíble! – exclamó Pietro sorprendido

-        Si que se lucieron – concordó Noah y Benjamin asintió mirando a todas partes

-        Deberíamos ir a saludar a los invitados – declaré tomando en cuenta el protocolo que se esperaba que siguiéramos

La boda se celebraría por la tarde, alrededor de las cuatro, por lo que teníamos aproximadamente un poco más de hora antes de dirigirnos a la capilla, así que debía saludar a los invitados y agradecerles su presencia mientras esperábamos la llegada de Alexandra.

Los chicos y yo nos adentramos entre los invitados que en cuanto me vieron, empezaron a felicitarme, pero a medida que pasaban los minutos comencé a preguntarme donde se encontraba mi madre, ya que hasta el momento no la había visto, aunque tampoco podía sorprenderme ya que el número de invitados era exorbitante.

Todas las personalidades importantes del mundo moderno estaban presentes y ya fueran ingleses, italianos, franceses, españoles y demás, cada uno de ellos estaba aquí para presenciar no solo la boda de dos personas, si no la unión de dos grandes imperios, además, aparte de los distinguidos invitados, muchos miembros de la prensa de distintos países estaban presentes, después de todo, está era una boda que el mundo deseaba ver.

-        Al fin te encuentro, cariño – dijo mi madre llegando abruptamente hasta mí

-        ¿Mamá? ¿Qué sucede?

-        No has visto la hora, Lucca Andreotti – me regañó – Ya los invitados están tomando sus asientos; debes dirigirte a la capilla

-        ¿Y Alexandra?

-        Ella ya llegó, está terminando de prepararse; pero vamos cariño, no tenemos todo el día – dijo enredando su brazo con el mío y arrastrándome por quien sabe donde

-        Bueno, tampoco es mi culpa, hay demasiadas personas

-        Sí, verdad – dijo con alegría – Todos los invitados están aquí y la llaman la boda del siglo – continuó diciendo con emoción y simplemente sonreí

-        Bueno, francamente tienen razón, no todos los días se unen dos herederos

-        No es solo eso, esta boda es el inicio de una nueva era, Lucca; hoy se unirán nuestras familias, las cuales se han detestado por generaciones; ustedes lo cambiaron todo, además, se ven tan hermosos juntos, ¡Es tan perfecto! – exclamó haciéndome reír

-        ¿No teníamos que darnos prisa? – pregunté y volvió a arrastrarme hacia la entrada lateral de la capilla

Una vez que me coloqué en mi lugar, me di cuenta que la madre de Noah también los había arrastrado a ellos hasta aquí y tuve que morderme la lengua para no reírme de Noah mientras era regañado por su madre por Dios sabe que razón.

Alexandra y yo hablamos mucho del tema, porque normalmente para la boda, ella debería tener damas de honor y yo un padrino, pero nuestra situación era diferente; así que finalmente tomamos la decisión más sensata y la que nos haría más felices, por lo que Pietro y Chiara estarían a mi lado, mientras al lado de Alexandra se encontraban Noah y Benjamin.

Nuestros amigos eran también nuestra familia y si no fuera por ellos tal vez hubiéramos cometido muchos otros errores; Pietro y Chiara me apoyaron siempre, estuvieron a mi lado aun cuando las cosas se tornaron grises e igualmente Noah y Benjamin estuvieron ahí para Alexandra cuando los necesito; Noah cuidó de ella desde que eran niños y Benjamin la apoyó como su amigo desde hace cinco años, no solo cuidando de ella, si no también de Daphne, así que como nuestra familia, ellos merecían estar ahí a nuestro lado, no como damas de honor o padrinos, si no como lo que eran; nuestra familia y nuestros testigos.

-        Hola chicos – escuchamos de pronto y los cuatro giramos abruptamente topándonos con Chiara – Si que se ven bien

-        Tú te ves... preciosa – respondió Noah acercándose a Chiara, pero antes de que pudiera besarla, ella lo detuvo sin dejar de sonreír

-        Besos después de las fotos

-        Pero... - se quejó Noah y nosotros reímos

-        Hazle caso a tu chica, Noah o te quedarás sin nada de acción – dijo Pietro y Noah lo fulmino con la mirada mientras Chiara sonreía

-        Como siempre, eres un idiota – dijo ella mirando a Pietro con algo de diversión en sus ojos

-        Pero así me quieres – respondió provocando que ella rodara los ojos, aunque en ningún momento dejó de sonreír

-        En verdad te ves hermosa, Chiara – comenté interviniendo antes de que ellos comenzaran una larga discusión

-        Gracias, tú te ves muy bien, sin duda tengo buen gusto a la hora de diseñar un traje

-        Tienes toda la razón – afirmé y eso la hizo sonreír aun más

-        No puedo esperar a ver el vestido de novia, estoy seguro que nos dejará sin palabras – dijo Benjamin y Chiara le sonrío mientras asentía

-        Será inigualable, digno de la boda del siglo – respondió con orgullo

-        ¿Cómo está Alexa? – pregunté con algo de nervios

-        Diría que igual de nerviosa que tú, pero en verdad te ves pálido – dijo y los chicos volvieron a reír – No olvides respirar, porque si vomitas o te desmayas, serás un gran escándalo a nivel internacional

-        Me alegra ver que también disfrutas molestándome – me quejé

-        Eso nunca estuvo en duda, pero es que en serio, pareces a punto de tener una crisis, ¿Qué te da miedo? ¿Qué diga que no? Eso no podría pasar nunca

-        ¡Exacto! – exclamó Pietro llamando la atención de algunos invitados y Chiara lo golpeo en el hombro para que guardara silencio – Oye, eso duele

-        No hables muy fuerte, todo lo que digamos e incluso lo que no digamos puede ser usado en nuestra contra

-        Eres muy paranoica

-        Chiara tiene razón – la apoyó Noah – Estamos rodeados de muchas personas que disfrutan de un buen chisme, eso sin contar a la prensa, así que no grites

-        Chicos, para ser honestos, ¿reconocen a la mitad de estas personas? – preguntó Benjamin y los cuatro negamos

-        Reconozco muchos de los nombres y apellidos, pero francamente no estoy muy seguro de quien es quien – comentó Noah mirando disimuladamente a los invitados

-        Todos son personas importantes que tienen conexión de una u otra forma con nuestras familias, al menos eso fue lo que nos dijeron a Alexandra y a mí

-        Bueno, será una oportunidad para conectar con nuevas personas – dijo Pietro y Chiara frunció el ceño

-        Por favor, no te vayas a meter en problemas, no necesitamos un padre, hermano o novio celoso queriendo asesinarte – Chiara tenía toda la razón y honestamente no pude haberlo dicho mejor

-        Yo no me meto en problemas – se defendió Pietro y también fruncí el ceño mientras que Chiara lo fulminaba con la mirada – Bien, prometo comportarme un poco – aceptó y respiré profundamente

-        Me va a dar un infarto, ¿Por qué tardan tanto? – me quejé con la ansiedad al límite y Chiara apretó ligeramente mi brazo

-        Mantén la calma, ya pronto empezará la ceremonia

Los invitados terminaron por tomar sus asientos y una vez que entró el obispo que se encargaría de oficiar la boda, supe que el momento era cada vez más inminente; mi madre ya se encontraba sentada en la primera fila, al igual que los padres de Noah, los padres de Pietro y el padre de Benjamin, aunque lamentablemente no había rastro de los padres de Chiara, pero antes de que pudiera decir una sola palabra, los músicos comenzaron a tocar la composición de Canon de Johann Pachelbel y las puertas comenzaron a abrirse dando paso a mi pequeña Daphne que venía caminando lentamente mientras dejaba caer pétalos blancos y justo detrás de ella apareció mi hermosa principessa acompañada por su padre.

Alexandra se veía perfecta y brillaba con una luz tan intensa que simplemente no podías dejar de mirarla; el velo cubría su rostro, pero no necesitaba ver sus facciones para saber que sonreía y con cada paso que daba, mi corazón iba acelerándose más y más; el vestido era precioso, con una cola tan larga que quedaba a metros de ella y el velo se extendía aun más, en un suave encaje que la hacía ver aun más delicada ante mis ojos; Alexandra cargaba un ramo de peonías rosa palo con una pequeñas flores blancas que resaltaban entre las demás y la imagen completa era magnífica; ella se veía perfecta, como un ángel, como una auténtica princesa.

Daphne llegó hasta mí con una sonrisa y me incliné un poco para que ella besara mi mejilla antes de que Chiara tomara su mano y entonces devolví la mirada a Alexandra que estaba tan solo a unos metros de mí; ella era el amor de mi vida y lo sería para siempre, porque no existían otros ojos que quisiera ver por la eternidad; siempre sería ella en mi alma, en mi cabeza y en mi corazón, siempre sería ella... solo ella.

Una vez que ambos llegaron hasta el altar, el padre de Alexandra tomó su mano besándola con suavidad y la abrazó susurrando algo en su oído que no llegué a oír para después colocar su mano en la mía y poco a poco retrocedió tomando su lugar junto a mi madre en la primera fila; fue entonces que tomé los bordes del velo levantándolo para descubrir el rostro de Alexandra y lo único que pude hacer fue sonreír.

Ella me miraba con esa intensidad en sus ojos que me atrajo desde la primera vez que nos vimos y sonreía con tanta dulzura que me quemaba el alma; su piel lucía tersa y suave, sus ojos resaltaban con un color verde brillante que sin lugar a dudas era sorprendente y sus labios entreabiertos me tentaban a probarlos aun cuando era consciente que no podía hacerlo por el momento; su cuello estaba adornado por un collar de esmeraldas que realzaba aun más el color de sus ojos y en su cabello destacaba la diadema de mi familia que le quedaba a la perfección.

El obispo dio inicio a la ceremonia, pero francamente no podía hacer nada más que mirarla; Alexandra era preciosa, pero en este momento se veía como un ángel tan hermoso que parecía inalcanzable; ella era perfecta y no porque esa palabra en sí existiera, si no porque con sus virtudes y defectos, ella era perfecta para mí y la amaba con todas sus fallas, con todos sus aciertos y en todas sus facetas.

Hice el esfuerzo de volver mi atención hacia el obispo y a las palabras que decía mientras me deleitaba con el roce de los dedos de Alexandra sobre mi piel; ambos deseábamos que la ceremonia se apresurara para llegar a la parte que más no interesaba, pero teníamos que ser pacientes, así que respiré profundamente una vez más y presté atención.

En menos tiempo del que pensé, llegamos a la ceremonia del lazo, por lo que Noah y Benjamin nos rodearon con un lazo de satín que representaba la pureza y la fuerza de nuestra unión; el lazo nos rodeaba formando el infinito y justo así era el amor que sentíamos, infinito e inquebrantable.

-        Es el momento de los votos – indicó el obispo y Alexandra se giró para mirarme con esa sonrisa dulce que era tan suya y que yo amaba admirar

Ella era mi luz, era el latido de mi corazón, era el despertar de mis sentidos; ella era mi princesa en nuestro tan complicado cuento de hadas, ella era mi sueño hecho realidad, ella lo era todo y mucho más.

Alexandra no dejaba de sonreír y entonces Pietro se acercó con los anillos y cada uno tomó el que le correspondía justo antes de dar inicio a nuestros votos.

-        Lucca... amor de mi vida – dijo con suavidad - Si me hubieran preguntado hace años si me imaginaba contigo, hubiera dicho que estaban locos, pero ahora no puedo imaginar mi vida sin ti en ella; el día que nos conocimos me hiciste despertar de un sueño que me tenía atada, me enseñaste a ver los colores en el mundo, me mostraste que la vida está llena de matices y lo cambiaste todo; cuando más sola me sentía, tomaste mi mano sin dudarlo, me demostraste que juntos éramos imparables y me devolviste la fuerza cuando la perdí; nuestro camino fue difícil, pero no cambiaría nada, porque las dificultades nos hicieron quienes somos y nos trajeron a este momento, así que te prometo que incluso frente a una tormenta, nunca soltaré tu mano; te prometo que caminaré a tu lado, aprendiendo de la vida como lo hemos hecho hasta ahora; te prometo amarte con intensidad a cada momento, no importa si fue un día perfecto o uno trágico, te prometo que sin importar nada, mi amor por ti siempre será eterno; te prometo nunca darte la espalda y en esta vida que nos espera, siempre estar a tu lado, sin importar lo bueno o lo malo; te prometo serte fiel durante cada uno de nuestros días y demostrarte lo importante que eres para mí a cada segundo; te amo Lucca Andreotti, te amo con cada latido de mi corazón y con cada respiración, te amo por quien eres, con tu locura que siempre me saca una sonrisa y con la forma tan dulce con la que acaricias mi piel, te amo y no puedo esperar por pasar el resto de mi vida junto a ti – Alexa me colocó el anillo y volvió a sonreírme mientras sus ojos brillaban con intensidad y entonces fue mi turno de hablar

-        Alexandra, mi hermosa principessa de ojos esmeralda, desde el día que te conocí, cambiaste por completo mi mundo y me hiciste reconsiderar todas mis ideas; hice cosas que nunca pensé que podría hacer, me enseñaste tu forma de ver la vida y yo te enseñé la mía; nuestro amor iba en contra de todas las reglas y todas las probabilidades nos jugaban en contra, pero aun así rompimos los esquemas y demostramos lo fuerte que es nuestra conexión – dije y tomé su mano con fuerza - Pienso en ti cada mañana al abrir los ojos y tu imagen siempre aparece en mis sueños; pienso en ti a cada momento y lo haré cada día de mi vida, porque eres mi luz, eres la dueña de mi alma y de mi corazón; te prometo que cuando tengas miedo y sientas que ya no puedes, siempre estaré ahí para darte mi fortaleza; te prometo que siempre velaré por cuidar tu sonrisa, te prometo secar tus lágrimas y nunca dejarte sola; te prometo que si quieres volar, seré tu cielo y siempre que me necesites, estaré ahí, tomándote de la mano; te prometo recorrer cada camino junto a ti y luchar a tu lado en cada batalla; te prometo amarte con sinceridad, con respeto, pasión y fidelidad; te prometo cuidar siempre el brillo en tu mirada y demostrarte con acciones el profundo amor que siento por ti; te prometo siempre amar cada parte de ti, amarte en tus días buenos y en los malos, te prometo amarte para la eternidad; te prometo siempre encontrarte y nunca perderte, te prometo llenar tus días de alegría y esforzarme siempre por ser el hombre que mereces – acaricié su mano y enfoqué mis ojos en los suyos –  Sei la mia principessa, sei l'amore della mia vita, sei il motivo per cui vedo i colori in questo mondo; tra di noi ci sono sogni e magia, tra di noi c'è una storia unica e bellissima, tu sei il mio destino principessa, sei tutto per me – dije colocando el anillo en su dedo - Ti amo e ti amerò per l'eternità.

-        Por el poder conferido en mí, ahora pregunto – comenzó a decir el obispo mientras mis manos seguían sujetas a las de Alexandra – Lucca Leandro Andreotti Fiore, ¿acepta usted a esta mujer como su esposa, para vivir juntos en sagrado matrimonio, para amarla, honrarla, consolarla y cuidarla, en salud y en enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?

-        Sí, acepto – dije sin apartar los ojos de ella

-        Y usted, Alexandra Charlotte Pemberton Rinaldi, ¿Acepta a este hombre como su esposo, para vivir juntos en sagrado matrimonio, para amarlo, honrarlo, consolarlo y cuidarlo, en salud y en enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?

-        Sí, acepto – afirmó con una sonrisa

-        En virtud de la autoridad conferida en mí, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia

Atraje a Alexandra hacía mí, uniendo nuestros labios en un profundo beso y bajé mis manos hasta su cintura mientras ella enredaba las suyas tras mi cuello; ahora al fin éramos marido y mujer, ella era tan mía como yo era suyo, ahora ante el mundo entero, éramos uno solo.

Los invitados aplaudían y festejaban, pero en este momento no podía prestarles atención, ya que en lo único que podía enfocarme era en nosotros dos; los labios de Alexandra sabían tan dulce que me embriagaba, su piel tan tersa y tan cálida era lo único en lo que podía pensar y su aroma a jazmines me invadía por completo.

Cuando nos separamos para recuperar el aliento, Alexa me dio una gran y brillante sonrisa justo antes de volver a tomar mi mano; los invitados poco a poco fueron saliendo hacia los jardines donde se llevaría a cabo la celebración de nuestro matrimonio y mientras tanto, nuestros amigos nos rodearon con abrazos y emoción, al igual que nuestros padres y por supuesto, nuestra hermosa hija, que estaba radiante.

Chiara ayudó a Alexandra a retirarse el largo velo que todavía la cubría y una vez que nos dieron pase libre para salir, nuestros amigos fueron retirándose para tomar asiento en nuestra mesa y mi madre, acompañada del padre de Alexandra, tomó la mano de Daphne para que los acompañara mientras yo me quedaba unos minutos más a solas con Alexa.

-        ¿Lista? – pregunté tomando su mano con seguridad

-        Si es contigo, siempre – dijo volviendo a sonreír y entonces salimos de la capilla

La decoración exterior era increíble, todo era exquisito, elegante y perfecto para nosotros; Alexandra y yo éramos parte de la élite, éramos parte del escalón más alto y esta fiesta nos representaba al cien por ciento.

Caminamos entre flores y música hasta llegar a la mesa central que nos correspondía, junto a nuestra familia; Noah reía con Chiara, Pietro conversaba animadamente con Benjamin, mi madre y el señor Pemberton hablaban con tranquilidad como si fueran amigos de toda la vida y Daphne miraba con una sonrisa la decoración del lugar centrando su atención en el inmenso pastel de bodas que resaltaba entre todo el brillo y glamour.

Tomamos nuestros lugares al lado de Daphne mientras las copas de champagne para el brindis eran servidas a los invitados y una vez que todo estuvo listo, el primero en levantarse para hablar a través del micrófono que nos entregaron, fue el padre de Alexandra.

-        De ante mano me gustaría agradecer a todos su presencia este día tan importante en la vida de mi hija; para nadie es sorpresa el saber que mi familia y la del novio no han sido especialmente cordiales durante largos años – se escuchó una risa común entre los invitados – Pero eso ha quedado en el pasado y me alegra el saber que mi hija, la adoración de mis ojos ha encontrado a alguien digno de ella, a alguien que sé con certeza que la cuidará y la amará como ella merece ser amada; me hace feliz el saber que Alexandra y Lucca cambiarán la historia, porque ellos son la prueba fehaciente de que incluso las rivalidades más antiguas pueden dejarse atrás si estamos dispuestos a intentarlo; les deseo lo mejor a ambos y anhelo ver las extraordinarias cosas que lograran unidos

Los aplausos no se hicieron esperar y en cuanto el señor Pemberton terminó de hablar, fue el turno de mi madre para ponerse de pie.

-        Cuando Lucca me habló sobre Alexandra pude notar claramente en sus ojos el amor que sentía por ella y mi primera reacción fue el pánico – dijo ocasionando una nueva risa por parte de los invitados y por supuesto, de nosotros – ¿Aunque quién podía culparme? Se suponía que ellos no debían congeniar, se esperaba todo, menos que se enamoraran, pero así de extraño es el destino y no podría estar más agradecida de que en contra de todas las probabilidades, Lucca y Alexandra hayan terminado juntos – apreté suavemente la mano de mi esposa mientras sonreía ante las palabras de mi madre - Ellos han demostrado que el amor que sienten es sincero y poderoso, se han esforzado aun cuando el camino parecía imposible y pese a las dificultades, no se rindieron, al contrario, siguieron luchando por demostrar que juntos eran más fuertes – mi madre se giró levemente para mirarnos y sonrío antes de continuar – Alexandra, quiero agradecerte por estar ahí para mi hijo en cada paso, quiero agradecerte por no darte por vencida y por hacerlo tan feliz desde el día que se conocieron y por darle una familia tan hermosa que ahora es su mundo – mi madre me miró con dulzura y suspiró – Lucca, has crecido mucho y me siento orgullosa del hombre en el que te has convertido; les deseo lo mejor a ambos y espero que su felicidad perdure por siempre

Las palabras de mi madre me conmovieron y alcé mi copa brindando por ella; para después centrar mi atención en Noah que se levantó tomando la palabra.

-        Quiero proponer un brindis – dijo Noah levantando su copa – Por mi pequeña hermanita y por el chico maravilla; siempre supe que terminarían juntos, después de todo, desde el primer momento se volvieron locos el uno por el otro – pude notar las mejillas de Alexa teñirse de rojo y eso me hizo reír – Recuerdo el día cuando Alexandra llegó furiosa por el insoportable chico Andreotti, estaba tan enojada y cuando pregunté la razón enumeró todas las características que también podían aplicar en ella y solo pude reír enfureciéndola aún más; recuerdo que le dije que del amor al odio solo había un paso y aunque en ese momento me miró como si hubiera perdido la cordura, ahora tiene que admitir que yo tenía razón – dijo mirando a Alexa que lo fulminó con la mirada totalmente indignada – Alexandra, prometí cuidarte siempre y planeo seguir cumpliendo con esa promesa, pero me hace feliz ver que el hombre a tu lado siempre te mantendrá a salvo y sabe bien que si llega a herirte aunque sea solo un poco, lo cazaré hasta el fin de sus días – me amenazó y levanté la copa dándole la razón al cien por ciento – Les deseo lo mejor a ambos y sé que no importa el obstáculo, serán capaces de salir adelante, porque unidos, son imparables

Brindamos por las palabras de Noah y el siguiente en ponerse de pie fue Pietro que me miró con esa sonrisa suya que solo significaba problemas.

-        Hermano del alma, nunca esperé ver que te corrigieras, pero has demostrado que inclusive un alma perdida puede encontrar el camino y en gran parte se lo debemos a la bellísima mujer junto a ti; recuerdo la primera vez que me hablaste sobre ella, estabas tan entusiasmado y tan confundido que terminaste por contagiarme tu emoción; hablabas de Alexandra con una fascinación increíble y cada vez que se mencionaba su nombre el tono de tu voz cambiaba y suspirabas como un adolescente enamorado; recuerdo tus eternos debates, porque ella te encantaba, pero no se suponía que debía ser así, recuerdo estar literalmente en otro país y aun así volverme loco porque no eras capaz de tomar una decisión, pero entonces supiste que lo único que deseabas era estar a su lado y una vez que tomaste esa decisión, fue para siempre – mi esposa sonreía complacida por lo que escuchaba y eso también me hacía sonreír – Alexandra, debó agradecerte por muchas cosas; sacaste lo mejor de mi amigo, creíste en él aun cuando no tenías razones para hacerlo; confiaste y fuiste valiente, te enfrentaste a todo por él, así que puedo entender porque Lucca terminó tan locamente enamorado de ti y no tengo dudas al decir que era su destino encontrarse, porque cuando están juntos, todo se ve distinto y nada es imposible.

Los siguientes en hablar fueron Chiara y Benjamin que también consiguieron hacernos sonrojar; Benjamin al contar lo celoso que me puse al saber que él estaba interesado en Alexandra y Chiara al contar como no era capaz de dejar de hablar de Alexandra a todas horas, acabando con la paciencia de mis amigos y finalmente, fue el turno de Isabella Bogani de hablar.

-        Mi pequeña Alexandra, hoy no hablo solo por mí, sino también por tu madre; ella estaría muy orgullosa al ver la mujer en la que te has convertido y no tengo dudas de que ella te adoraría, Lucca, por el solo hecho de que haces sonreír a Alexandra con tanta fuerza y tanta sinceridad que sé que nunca se borrara su sonrisa; ustedes nacieron y fueron educados para ser enemigos, pero no se dejaron llevar por viejos conflictos, se dieron la oportunidad de conocerse y aprendieron el uno del otro; ambos cometieron errores, ambos se arrepintieron de muchas de sus decisiones, pero también fueron ambos los que lucharon por alcanzar su felicidad y al verlos uno sabe con certeza que el amor que existe entre ustedes es algo para lo cual no hay palabras; Lucca y Alexandra, les deseo toda la felicidad que existe y espero que sigan protegiéndose el uno al otro, así como a sus hijos; ustedes han demostrado que el amor vence al odio y que ningún conflicto es razón suficiente para sacrificar lo que uno siente, en especial si es una emoción tan dulce y sincera como la que hay entre ustedes.

Cuando Isabella terminó de hablar, mi madre tomó nuevamente el micrófono y nos miró con una sonrisa antes de informar que Daphne tenía una sorpresa para nosotros y con ayuda de Noah, nuestra pequeña hija se levantó de la mesa y caminó hasta el pianoforte que estaba colocado debajo de una pérgola; Daphne tomó su lugar frente al piano y nos sonrío volviendo su atención a las teclas frente a ella y posicionó sus pequeños dedos para dar inicio a una preciosa melodía.

"Love Me" de Yiruma comenzó a sonar encantando a todos los presentes que miraban a Daphne con sorpresa, emoción y ternura; sus pequeños dedos iban entre las teclas con naturalidad formando la música más dulce y su rostro se mantenía concentrado tocando a la perfección la canción que en este momento nos estaba dedicando.

Cuando nuestra hija terminó de tocar la canción, los aplausos no se hicieron esperar y ella tomó nuevamente la mano de Noah para volver a nuestra mesa, donde la recibimos con un gran abrazo y muchos besos; Alexandra estaba igual de conmovida que yo por el gesto de nuestra hija y ambos estábamos realmente sorprendidos de ver lo talentosa que era en todo lo que se proponía.

-        ¿Les gustó? – preguntó Daphne con un tono muy dulce y su madre volvió a abrazarla

-        Fue perfecto, preciosa

-        Fue hermoso, pequeña – dije tomándola en mis brazos y su sonrisa se hizo más grande

Daphne regresó a su lugar para dar inicio a la siguiente parte de la celebración y no esperé mucho para levantarme y extender la mano hacia mi hermosa esposa que me miraba con una sonrisa.

-        ¿Me concedería un baile, principessa?

-        Estaría encantada mi príncipe – respondió aceptando mi mano y le devolví la sonrisa

El primer baile era nuestro y como tal debía resaltar entre todo lo demás; no solo la música fue una elección nuestra, si no todo lo que ocurriría mientras bailábamos y justo en este momento el ambiente era lo ideal.

Ya el sol había caído y las pequeñas luces iluminaban todo a nuestro alrededor resaltando entre las flores; la magia nos rodeaba y nos envolvía como si de un cuento de hadas se tratara, así que en el instante en que Alexandra y yo tomamos nuestros lugares en medio de la pista de baile, la música y el humo a nuestros pies terminó por completar la imagen que siempre estuvo en mis sueños.

Los violines dieron inicio a la canción que elegimos y en un segundo, la melodía de "Love Story" de Indila comenzó a sonar, por lo que con delicadeza tomé la mano de Alexandra mientras con la otra sujetaba su cintura y entonces comenzamos a bailar.

La tenía en mis brazos, haciéndola girar con gracia y lentitud; la tenía en mis brazos como siempre deseé tenerla y durante lo que duró la música, lo único en mi mente era ella; no necesitaba palabras cuando se trataba de Alexandra, porque solo con mirarla a los ojos estaba seguro que era mi otra mitad.

Tomé con cuidado su cintura levantándola en el aire y ella me sonrío al mismo tiempo que sus ojos resplandecían con ese brillo que siempre me cautivaba; Alexandra se veía como toda una princesa y eso era para mí, mi hermosa, testaruda y complicada principessa que me volvía completamente loco.

Cuando la música terminó sujeté con fuerza la cintura de Alexandra atrayéndola hacia mí y levanté la mano acariciando su mejilla mientras ella cerraba los ojos y sonreía ante el toque de mi piel contra la suya.

-        Te amo, principessa – murmuré y abrió los ojos observándome con esa chispa que me robaba el aliento

-        Te amo, Lucca – respondió y uní nuestros labios en un beso

Después de nuestro baile la celebración continuó tal y como se había planeado; algunos invitados bailaban, otros conversaban y muchos se acercaban a hablar con nosotros felicitándonos por nuestra boda; todos se divertían y la pasaban increíble, incluidos nosotros.

Alexandra y yo bailamos un par de veces juntos, luego bailé con Chiara, con mi madre y con Daphne, además de algunas invitadas que reconocí en la fiesta; por su parte Alexandra bailó con Noah, Benjamin, Pietro, con su padre y con varios invitados que conocía; toda la celebración fue maravillosa y lo mejor de todo fue pasar el tiempo con las personas que me importaban y por supuesto, llamar a Alexandra mi esposa.

Cuando fue el momento de que nos marcháramos de la celebración, Alexandra se aferró a mi mano con fuerza y nos despedimos de los invitados, de nuestra familia y de Daphne antes de subir a la limosina que nos llevaría al lugar donde pasaríamos nuestra noche de bodas, lugar que por supuesto, Alexandra desconocía.

-        ¿Ya me dirás a donde vamos? – cuestionó mi impaciente esposa y la tomé de la cintura para colocarla en mi regazo

-        No – respondí y me miró ofendida

-        ¿Por qué no?

-        Por que es una sorpresa

-        Últimamente te gustan mucho las sorpresas

-        Me encanta sorprenderte, principessa – dije ganándome una sonrisa por su parte y se acercó para besarme – ¿Ya te dije cuanto adoro tu vestido? – pregunté y ella volvió a sonreír – Aunque no puedo esperar para verte sin el

-        ¡Lucca! – exclamó y sus mejillas se tiñeron de un adorable color rojo

-        No me mires así, principessa, además, te juro que esta noche no te dejaré dormir ni un solo segundo

-        ¡Lucca! – repitió y sus mejillas se sonrojaron aun más mientras yo reía – Eres un caso perdido

-        Soy tu caso perdido, principessa; además, estás atrapada conmigo, ya no tienes escapatoria – dije aferrándome a su cintura y haciéndola reír

-        Te amo, Lucca – respondió envolviendo sus manos detrás de mi cuello – Así que estamos atrapados juntos

-        Pues estaré encantado de pasar toda mi vida, atrapado contigo, principessa

Una vez que llegamos a nuestro destino los ojos de Alexandra se abrieron de golpe al darse cuenta donde nos encontrábamos y me miró con una sonrisa de lo más hermosa, porque este lugar era especial para ambos.

-        ¿De verdad? – preguntó observándome con ilusión

-        Aquí fue donde nos conocimos y donde conectamos sin saber realmente quienes éramos

Nos encontrábamos en el hotel Empire, donde hace tanto tiempo se llevó a cabo el baile de máscaras en el cual Alexandra y yo nos vimos por primera vez; en ese momento nunca imaginé que ella era la famosa heredera Pemberton a la cual se suponía que debía destruir y ella por supuesto no supo que yo era el heredero de la familia Andreotti que se esperaba que detestara a muerte; pero aun así, cuando al fin descubrimos nuestras identidades, la conexión que hubo entre nosotros fue tan fuerte que nos fue imposible luchar contra ella y al final aceptamos que el amor que sentíamos era mucho más fuerte que el odio que se suponía debíamos sentir.

-        Entre todas las personas que hubo esa noche, nosotros terminamos juntos – dijo con una sonrisa – Las probabilidades eran de una en un millón y aun así...

-        Nos encontramos – terminé por ella – Era nuestro destino

-        Pues el destino si que se esmeró por hacernos las cosas difíciles

-        Creo que así debían ser las cosas; sin las dificultades nunca hubiéramos aprendido lo que ahora sabemos

-        ¿Y qué es lo que sabemos?

-        Que nunca más volveremos a separarnos y que pase lo que pase, vamos a luchar siempre juntos

-        Siempre juntos – repitió Alexandra tomando mi mano – Para la eternidad

-        Para la eternidad – respondí adentrándome en el hotel

Tenía todo preparado para esta noche; todo el Penthouse era nuestro, el suelo estaba cubierto de pétalos de rosa mientras la cama estaba cubierta por los pétalos de peonías blancas; había velas por todo el lugar, aunque claramente no eran velas reales porque no deseaba pasar la noche temiendo un incendio.

Cargué a Alexandra en mis brazos al pasar el umbral y de inmediato la música nos envolvió; me dirigí a la habitación con mi bella esposa en mis brazos y una vez ahí, la dejé suavemente en el suelo volviéndome a aferrar a su cintura.

Con lentitud giró dándome la espalda y poco a poco comencé a quitar el corse de su vestido deslizando la tela por su piel y revelando el conjunto de lencería que traía puesto y que terminó por dejarme completamente embobado; cada centímetro de ella era precioso y no solo me refería a su cuerpo, porque si bien su físico era increíble, su personalidad y esa chispa que tenía al sonreír eran lo que más me enamoraba de ella.

Se veía preciosa por la forma como me miraba, como si fuera capaz de transmitir todas sus emociones con tan solo mirarme a los ojos y me encantaba la forma como sin decir nada, ella era capaz de decirlo todo.

Alexandra se apegó más a mí dejando a un lado su vestido y bajé mis manos a sus caderas mientras ella quitaba uno a uno los botones de mi camisa; la ropa fue desapareciendo a medida que el calor nos invadía y pronto nos encontramos sobre la cama, comiéndonos a besos mientras nuestras manos recorrían la piel del otro con voracidad y deseo.

Esto éramos nosotros, un fuego capaz de vencer cualquier obstáculo, éramos esa llama que nunca iba a apagarse; éramos la tormenta y el arcoíris, éramos perfectos el uno para el otro, no porque nos complementáramos, porque cada uno estaba completo por sí solo, sino porque éramos capaces de sacar lo mejor del otro y nuestro amor era tan fuerte que nos consumía.

No podría vivir sin su sonrisa, no podría vivir sin el toque de sus dedos contra mi piel, no podría vivir sin ver ese par de ojos verdes que me enloquecían; simplemente no podría vivir sin ella, porque mi corazón era suyo y entre todos mis deseos, el más grande era compartir con ella cada día del resto de nuestras vidas.

-        Te amo, Alexa – murmuré contra su oído antes de regresar la mirada a sus ojos

-        Te amo, Lucca – respondió atrayéndome nuevamente a sus labios

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"Existe, en verdad, un magnetismo, o más bien una electricidad del amor, que se comunica por el solo contacto de las yemas de los dedos" - Ferdinand Galiani

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NUEVO CAPÍTULO ❤️❤️❤️❤️
Por fin la boda, estoy muy emocionada y feliz por cómo resulto todo
La pareja de Alexandra y Lucca, me encanta, siento que crecieron mucho y aprendieron de sus errores
¿Ustedes que opinan?

Mañana tendremos nuevos capítulos para celebrar mi cumpleaños ❤️❤️❤️
Y les daré una pequeña sorpresa que tengo preparada y que seguro les encantará

Voten y comenten, me encanta leerlos y ver su emoción que es igual que la mía
Los quiero

Atte. Alessi
❤️❤️❤️❤️

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