CAPÍTULO 15

LUCCA ANDREOTTI

Pasaron un par de días y las cosas entre Alexa y yo continuaban tensas; el asunto del compromiso seguía latente, pero ya tenía un plan perfecto para solucionarlo y estaba a punto de ponerlo en marcha.

Pietro se puso en contacto con una periodista muy importante en Londres cuya reputación era impecable y que estaba seguro que no se dejaría sobornar para ocultar la verdad, pero tampoco podíamos arriesgarnos mucho, así que cada paso debía darse con sumo cuidado.

Mi padre haría todo lo posible por frenarnos de revelar la verdad, pero lo conocía muy bien y sabía cuales serían sus próximas jugadas; él era experto en comprar a los medios de comunicación para esconder o sacar a la luz diferentes noticias, por eso debíamos adelantarnos y encontrar a alguien que no vendiera su moral fácilmente; además, debíamos asegurarnos de dar la noticia cuanto antes y que saliera al aire lo más rápido posible para que mi padre no pudiera frenarla.

Me preocupaba mucho que la noticia de que el compromiso no era cierto saliera a la luz, pero no por mí, porque al final de cuentas, por más que el asunto enfadara a mi padre, yo ya estaba al frente del imperio Andreotti y nada cambiaría eso, mucho menos ahora que tenía el respeto de todos los funcionarios y trabajadores, además de las distintas personas que me habían conocido durante estos años, pero en el caso de Chiara, las cosas eran diferentes; sus padres enfurecerían una vez que ella respaldara mi historia y le retirarían todo su apoyo, tal vez inclusive podrían desheredarla, la apartarían y no dudarían en mostrar toda la decepción que sentían por sus acciones con el único fin de hacerla sentir mal para que los obedeciera.

Así es como funcionaban las familias como las nuestras, todas las acciones tenían una razón oculta y siempre había un motivo detrás de cada palabra; nuestros padres buscaban obtener algo de nosotros porque para eso éramos sus herederos; controlaban nuestras vidas como si fueran los dueños y planeaban nuestro futuro sin considerar nuestra opinión; así fue en el pasado y así sería siempre a menos que tomáramos la decisión de cambiar las cosas.

Durante estos cinco años dejé que mi padre tomara las decisiones y le permití manipular mi vida a su antojo, porque estaba enfermo y necesitaba un ambiente pacifico para recuperarse, así que procuraba no darle problemas, pero las cosas habían llegado muy lejos y ya no estaba dispuesto a seguir sacrificando mi futuro y mi felicidad para complacerlo.

No iba a casarme con Chiara y esa era la decisión final, no había nada en este mundo que me hiciera cambiar de opinión, podía ceder en muchas cosas menos en esto, pero a pesar de que mi decisión estaba clara, aun así, sentía preocupación.

-        ¿Estás segura? – pregunté y Chiara suspiró

-        Es la quinta vez que me preguntas eso y la respuesta sigue siendo la misma, ¿Esperas que me arrepienta?

-        Estás arriesgando mucho

-        Estoy haciendo lo que creo correcto y por primera vez... siento que estoy decidiendo algo por mí – dijo con una sonrisa – Hago esto no solo porque realmente no quiero casarme contigo, si no también porque siento que me han subestimado toda la vida, por más que me he esforzado, ellos continúan viéndome como una niña tonta que es incapaz de decidir algo por si misma y quiero demostrarme que eso no es cierto

-        Pero tu familia...

-        Estoy consciente de la postura que tomarán, sé que estarán furiosos y no querrán saber sobre mí en un tiempo, pero si no los paro ahora, controlarán mi vida para siempre y no puedo permitir eso

-        Aunque ellos decidan quitarte su apoyo, tendrás el mío de manera incondicional – dije y su sonrisa se hizo más amplia 

-        ¡También tendrás mi apoyo! – exclamó Pietro haciendo su aparición

-        Qué bueno saberlo – dijo Chiara sin dejar de sonreír

-        ¿Están listos? – cuestionó mi amigo y miré a Chiara antes de asentir – Pues vamos

La reportera nos esperaba para dar comienzo a la entrevista y aunque tanto Chiara como yo estábamos sumamente nerviosos, sujeté su mano con fuerza y me armé de valor para decir la verdad.

-        Es un gusto conocerlo señor Andreotti – dijo la reportera estrechando mi mano – Y a usted señorita Mancini

-        El gusto es nuestro – respondió Chiara y asentí con cortesía

-        Bueno, le expliqué al señor Russo como llevaremos la entrevista

-        Si, nos informó – dije y ella asintió con tranquilidad

-        Céntrense en mí y no piensen en las cámaras, hablen con normalidad, pero respondan las preguntas directamente para que el mensaje sea claro

Después de unas cuantas recomendaciones, por fin nos dispusimos a dar inicio a la entrevista y mientras que Chiara tomaba asiento a mi lado, la reportera se situó frente a nosotros con una sonrisa serena en el rostro e hizo las pertinentes presentaciones antes de comenzar con las preguntas.

-        Hace unos días se dio a conocer la sorprendente noticia de su compromiso, ¿Podrían hablarnos un poco de ello? – pidió

-        Por supuesto, primero es necesario aclarar que la noticia fue dada sin nuestro consentimiento – dije con tranquilidad

-        Además de ello, la noticia es completamente falsa – añadió Chiara con seguridad – Nosotros no estamos comprometidos ni lo estaremos

-        ¿Están completamente seguros de esa afirmación?

-        Chiara y yo somos grandes amigos, en ningún momento consideramos mantener otro tipo de relación

-        Tal y como dijo Lucca, sería imposible para nosotros casarnos y esa idea jamás a cruzado por nuestras mentes

-        Entonces todo se trató de una noticia falsa – reiteró la reportera

-        Supongo que sacaron las cosas de contexto y de esa forma surgieron las especulaciones hasta que se dio esa noticia, pero para evitar que todo continué escalando, decidimos hacer esta aclaración – dije con toda la seriedad que me fue posible

-        Lo correcto era hablar con la verdad para evitar que se siguieran alimentando falsos rumores – añadió Chiara

-        Agradecemos su sinceridad

La reportera con tranquilidad dio fin al tema y rápidamente pasó a hacernos otras preguntas relacionadas al trabajo que estaba realizando con las empresas Andreotti, los futuros proyectos de Chiara y por supuesto, no perdió la oportunidad de preguntar por mi estadía en Londres.

Era bien conocido para el público en general que la familia Andreotti y la familia Pemberton tenían un acuerdo de paz que se firmó hace cinco años, así que no fue difícil para mí explicar la razón por la cual me encontraba en Londres en este momento, pero mantuve cierta discreción acerca del tema por precaución.

La entrevista transcurrió sin mayores complicaciones y tanto Chiara como yo tuvimos cuidado con cada palabra que salía de nuestras bocas, porque lo que menos necesitábamos ahora era que nuestras palabras fueran sacadas de contexto ocasionando un nuevo problema, pero cuando la entrevista terminó, ambos quedamos con un mal sabor, como si de todas formas las cosas fueran a terminar en caos.

La reportera nos aseguró que la entrevista saldría esa misma tarde y que ella se encargaría de filtrarla a cada medio de comunicación posible para que todo el mundo supiera la verdad, por lo cual ambos le agradecimos antes de marcharnos de regreso al hotel.

-        En cuanto salga la noticia, nuestros padres estarán furiosos – dijo Chiara con suspiró

-        Tendrán que superarlo – afirmé con seriedad

-        ¿Es cierto lo que le dijiste a la reportera? – preguntó Pietro dirigiéndose a Chiara

-        Sí, tengo muchos planes en mente, no por nada estudié tanto; además ahora tendré la libertad para perseguir los sueños que creí imposibles

-        Y tendrás nuestro apoyo para alcanzar esos sueños – aseguré y Pietro asintió dándome la razón

Antes de llegar al hotel decidimos hacer una parada en un restaurante famoso para poder comer algo y recuperar las fuerzas, además nos serviría como distracción porque en solo unas horas las cosas tomarían un rumbo peligroso.

Podía imaginar la reacción de mi padre al saber que no solo lo había desafiado, si no que también lo había puesto en ridículo al negar una noticia que él mismo había sacado a la luz, pero, aunque parte de mí temía por sus represalias, me preocupaba mucho más la reacción de los padres de Chiara, porque por más que ella tuviera puesta esa máscara de tranquilidad e indiferencia, era consciente del miedo que estaba sintiendo y la ansiedad que comenzaba a causar estragos en su cuerpo.

Las palabras de sus padres serían determinantes y las acciones que tomaran podrían lastimarla gravemente; porque era cierto que ella añoraba su libertad, pero como a mí, le habían enseñado el valor tan grande que tenía la familia y como la obediencia era la principal virtud.

Por años la mantuvieron atada a las exigencias y deberes propios de una heredera, la instruyeron para que obedeciera ciegamente los deseos de sus padres y adoptara una postura neutral, recatada y sumamente educada; cortaron sus sueños reemplazándolos por sus propios deseos y encaminaron su vida según su criterio sin importarles lo que Chiara quería en realidad, pero pese a que ella era consciente de todo eso, ellos eran su familia y su rechazo causaría una herida difícil de sanar. 

Pietro sabía lo mucho que la situación estaba afectando a Chiara, pese a que ella no lo demostraba a simple vista, por lo que durante toda la comida intentó distraerla y sus constantes bromas al final terminaron por aligerar el ambiente y calmar las cosas, pero mientras que mis amigos conversaban mucho más tranquilos sobre temas al azar, yo comencé a pensar en Alexa y en la expresión que pondría al darse cuenta que por fin había enfrentado la decisión de mi padre.

Mi mayor deseo era verla y con cada segundo que pasaba, las ganas de buscarla no hacían más que aumentar, estaba inquieto y ansioso, por lo que cuando terminamos de comer, tanto Chiara como Pietro insistieron en que debía seguir mis instintos e ir a ver a Alexandra, al menos para asegurarme de que viera la entrevista y estar ahí para presenciar su reacción, así que haciendo caso a mis amigos, me despedí de ellos y me puse en camino hacia el edificio Pemberton donde seguramente Alexa se encontraría trabajando en este momento. 

A medida que me acercaba al gran edificio Pemberton comencé a sentir una presión en el pecho, realmente quería que las cosas con Alexandra funcionaran y que pudiéramos estar juntos sin más impedimentos; no quería más enfrentamientos innecesarios con mi padre, solo deseaba que respetara mi decisión y el camino que había elegido, pero conseguir eso de él era complicado.

-        Buenas tardes, vengo a ver a la señorita Pemberton – dije y de inmediato me guiaron al ascensor que me llevaría al último piso del edificio donde se encontraba la oficina de Alexandra

Las personas seguían viéndome con curiosidad, lo cual no me sorprendía; todos sabían quien era yo y el apellido que representaba, pero además de ello, muchos eran conscientes de la extraña situación que existía entre Alexandra y yo, ya fuera porque nos escucharon gritar en su oficina o por los rumores que estaba seguro corrían en este lugar.

Cuando llegué al último piso, la secretaria me pidió que esperara ya que Alexa se encontraba ocupada en una llamada importante, así que tomé asiento en un sofá en la sala contigua y tranquilamente me dispuse a esperar.

-        Hola – escuché una vocecita y me giré encontrándome con Daphne

-        Hola pequeña, ¿Qué haces aquí?

-        Cancelaron una de mis clases – explicó con naturalidad

Daphne se acercó con una sonrisa y entonces mi mirada recayó en un objeto que reconocí de inmediato y sentí como el aire abandonaba mis pulmones.

No podía dejar de mirar el objeto en su cuello y me costaba creer que fuera real... porque era justo el relicario que compré para Alexandra.

-        ¿De dónde obtuviste ese colgante? – pregunté respirando con dificultad

-        Es de mi mamá, es bonito ¿no?

-        ¿Cómo se llama tu mamá? – cuestioné y ella me observó con curiosidad

-        Alexandra – respondió Daphne sin dejar de sonreír y sentí como todo mi mundo temblaba.

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NUEVO CAPÍTULO
¿Qué les pareció?

Al fin Lucca abrió los ojos
Se vienes muchos problemas

Los leo
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❤️❤️❤️

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