62. Sin descanso
Pasaron los días y ahora los exámenes estaban muy próximos, Esmeralda y Nereida todavía tenían problemas con algunas de sus materias y debían resolver el problema de inmediato o la escuela no les daría el pase para el cuarto año. El Coralli exigía perfección, por eso ambas tenían que obtener las más altas calificaciones para continuar y concluir sus estudios en esta prestigiosa institución.
Era un fin de semana y Esmeralda regresaba de su trabajo, Nereida estaba despierta, así que sabía que tendría noticias importantes que darle.
—¿Qué haces despierta? —preguntó sonriendo la muchacha.
—Te quiero mostrar algo —respondió emocionada su amiga extendiéndole un hermoso sobre sellado.
—¿Qué es esto?
—Sólo ábrelo. ¡No puedo creer que al fin estén listas! —dijo la chica y su amiga comenzó a abrir el sobre, dentro había una bella invitación que decía.
Nereida Ditón e Iniesto Ápoca
Es un gran placer para nosotros el poder invitarle a nuestra boda, un evento que se llevará acabo al atardecer del día 21 de este mes. La ceremonia, así como el baile, se realizarán en "El jardín encantado", un espacio para eventos que se localiza en el pueblo principal de la región de Cristaló, Imperia.
Sería un gran honor contar con su presencia en este día tan especial para nosotros.
Esperamos que pueda acompañarnos.
—¡Es increíble, Nereida! ¡Felicidades! —congratuló Esmeralda a su amiga que se encontraba muy contenta.
—¡Gracias! No sabes lo nerviosa que estoy —confesó la muchacha.
—Todo saldrá bien, no te preocupes, no quiero adelantarte nada, pero he visto a Dimesco preparando tu pastel y le está quedando divino —relató su amiga.
—Muchas gracias, Esmeralda, ahora lo único que está mal es que tengo que estudiar para los exámenes —recordó resignada la joven.
—No te preocupes, Kimiosea nos ayudará —tranquilizó la muchacha a su amiga y Nereida le sonrió.
Las amigas eran las primeras en recibir la invitación. Por parte de Iniesto, fue Dimitri el primer afortunado y el que tendría el honor de acompañarlo como su padrino de bodas. Nereida se disculpó con sus amigas, pues solamente eligió a Shinzo como su dama de honor, la ceremonia no iba a estar muy llena y no quería que la mitad de sus invitados estuvieran enfrente.
La muchacha se dispuso entonces a entregarle su invitación al profesor Blodin, esperó a que éste terminara su clase y se acercó al escritorio.
—¿Qué es esto? —preguntó el hombre mirando cómo la chica le extendía la invitación.
—Me voy a casar, es una invitación a la ceremonia —explicó la chica y se la puso en su escritorio.
—¿Te vas a casar? —interrogó tranquilo el hombre mientras acomodaba sus libros.
—¿Sorprendido?
—No mucho, tu futuro esposo vino a hablar conmigo hace poco y me lo sospechaba —confesó el profesor Blodin mirándola.
—¿Qué le vino a decir? —cuestionó sorprendida la chica.
—Prometí que eso sería un secreto, pero muy pronto lo sabrás, según esto... el día veintiuno —concluyó el profesor tomando sus libros—. Pero es mejor que no te preocupes por eso y te apliques para poder pasar a cuarto —le dijo mientras de marchaba del salón.
Nereida se quedó intrigada, trató de borrar aquella escena de su mente y continuó con aquel día. Faltaba cada vez menos y menos para que llegaran las evaluaciones del tercer grado y comenzaran las vacaciones de verano.
La chica estaba muy estresada, el día de su boda sería justamente un día después de recibir las calificaciones y sabía que la angustia no dejaría descansar su mente, ni siquiera un poco.
Ya era noche, Nereida regresaba de sus clases, estaba exhausta, como siempre. Abrió la puerta de su habitación para toparse con una sorpresa, Esmeralda se encontraba con cara de aburrida sentada en su cama mientras escuchaba a la mismísima condesa Anibél que estaba sentada en el escritorio.
—Insisto en que tu nombre me resulta familiar —decía la Condesa.
—Lo siento, señora, pero no es así —repitió la rizada chica y miró como su amiga ya había llegado—. ¡Nereida!
—Hola, Esmeralda, Condesa —saludó la chica cerrando la puerta tras de sí.
—Muy bien, Esmeralda, ¿podrías dejarnos solas? —solicitó la mujer y la chica salió casi corriendo al cuarto de Kimiosea—. Así que te piensas casar con mi hijo.
—Así es, Condesa —afirmó Nereida.
—Yo ya le advertí a Iniesto que si se casa contigo no le heredaremos nada —expresó inconforme la mujer—. Ahora tiene nuestro apoyo económico porque todavía está a tiempo de recapacitar, pero en el momento en el que tengan firmado y registrado su certificado nupcial, ahí será cuando Iniesto no tenga ni un solo centavo.
—Disculpe, no lo sabía, pero eso no hace que quiera cambiar mi opinión; en cambio, fortalece mi decisión, pues ahora veo que él sería capaz de muchas cosas para que ambos seamos felices —dijo muy segura la muchacha.
—Son muy jóvenes, yo...
—Pero no le parecía muy joven como para casarse con Jamié, ¿verdad? —recordó la chica.
—Ese no es tu asunto, la señorita Bahra tiene una familia respetable y es una muchacha de modales impecables. No tiene una familia de delincuentes como tú. —La Condesa comenzaba a sonrojarse por el enojo.
—Señora, a veces las cosas no son como parecen y realmente no soy la dama perfecta que usted imaginaba para su hijo, pero si en verdad lo quiere tanto como presume, entonces sería capaz de aceptar una decisión que, por sobre lo precipitada, es un sendero que Iniesto y yo hemos decidido tomar juntos. Porque así nuestros corazones nos lo dicen, porque realmente nos sentimos preparados y si esto fuese un error, entonces nosotros mismos nos daremos cuenta en el futuro, habremos aprendido de la experiencia, más si no lo fuera nos habríamos perdido de una vida que soñábamos y volveremos a cometer más y más errores, pues nuestra hambre por haber satisfecho este deseo no hubiese sido saciada y trataremos de cubrirla con otras decisiones precipitadas.
»Entiendo que no es el mejor momento, pero su hijo se sentiría tan feliz si lo apoyara, olvídese de mí, si no soy lo que esperaba, lo lamento, pero soy lo que Iniesto esperaba.
»Ojalá que podamos tenerla en la ceremonia, se queda en su casa, yo me retiro —concluyó la chica dejando a la mujer perpleja, cerró la puerta y se fue a caminar un instante al bosque.
—¿Te la encontraste? —preguntó una voz conocida que corría para alcanzarla.
—Sí —respondió Nereida a Iniesto que ya estaba junto a ella.
—¿Qué te dijo?
—¿Tú que te imaginas? —rió la muchacha.
—No le hagas caso, lo necesario ya lo compré y en el castillo sólo tengo que llevar el certificado nupcial comprobando que estoy casado y me pagarán con niros suficientes para los dos —explicó Iniesto.
—No estoy preocupada, yo sólo estoy ansiosa por casarnos —dijo Nereida dándole un beso, el chico sólo sonrió y siguió caminando junto a ella.
Al retornar a la habitación, la Condesa ya se había ido, trataron de pasar por alto todo lo que había sucedido y ahora buscaban enfocar su concentración hacia los exámenes que estaban más que cercanos.
Comenzaron a pasar los días y ahora sólo estaban a una semana de las pruebas, las amigas se reunieron en el Kiosco para estudiar. Shinzo ayudaría a Nereida con las materias necesarias y Kimiosea asesoraría a Esmeralda en la terrible materia de Historia. Todo el kiosco estaba repleto de cuadernos y libros, al parecer Shinzo y Nereida iban bastante bien, pero a Esmeralda no le estaban funcionando las cosas como hubiese querido.
—...Fue así como la princesa Sanaia le dio libertad a su pueblo, coronándose después como Reina. Ahora dime, ¿de quién liberó la princesa al pueblo? —preguntó Kimiosea cerrando un libro.
—De... el príncipe Faután —respondió nerviosa Esmeralda.
—No, no, no.... Fue de Sarvio, el bárbaro; después se casó con el príncipe Faután. Esmeralda no puedes continuar así, parece que no has puesto atención en todos estos tres años —insinuó la rubia y su amiga sólo le sonrió—. ¿De verdad no pusiste atención en todo este tiempo?
—Lo siento, ahora me siento muy mal, pero es muy tarde. ¡Ayúdame!, desde el inicio, como si no supiera nada. Anda, te deberé mucho —suplicó la muchacha y su amiga sólo soltó un suspiro.
—Entonces necesitaremos otros libros, vamos a la biblioteca, ¿nos acompañan? —sugirió Kimiosea dirigiéndose a Nereida y a Shinzo.
—¡Claro! —contestaron y todas juntas partieron a la escuela.
Ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que habían visitado aquel lugar, la mayoría de lo solicitado se encontraba en sus bibliotecas personales, las cuales eran renovadas cada año.
Entraron a la bella biblioteca, detrás de un montón de libros se encontraba la añorada señorita Mudra.
—¡Muchachas! Hace mucho tiempo que no las veo por aquí —saludó la mujer al percatarse de su presencia.
—Es cierto, señorita, ¿cómo ha estado? —preguntó Esmeralda lista para charlar y Kimiosea la tomó por los hombros.
—Discúlpenos, señorita, pero Esmeralda tiene que estudiar —dijo la rubia y se llevó a su amiga hacia la sección de Historia.
—¿A ti qué tal te ha ido, Shinzo? —interrogó la mujer.
—Muy bien, he tenido experiencias muy gratas... ¿ya conoce a Nereida? —introdujo Shinzo y la bibliotecaria giró los ojos.
—Lamentablemente —contestó la señorita Mudra.
—Tampoco conocerla ha sido un gran placer.
—¡Nereida! —dijo Shinzo dándole un codazo—. Lo siento, ella ya no quiere ser grosera con nadie, es más... ¿Qué le parece si asiste a su boda?
—¿Qué? —preguntaron al unísono Nereida y la señorita Mudra.
—¿Te vas a casar? —se sorprendió la mujer.
—Sí.
—Pobrecillo —expresó la mujer y Nereida frunció el ceño.
—La señorita Mudra es muy amable, amiga, se llevarán mejor si asiste a tu boda —propuso tranquila Shinzo.
—Con una condición —dijo sonriendo Nereida.
—¿Cuál?
—Que vayas a la boda como acompañante de Dimitri —expresó la chica y su amiga se puso colorada.
—De acuerdo, lo haré —aceptó y Nereida le extendió una invitación, de las que traía en su bolso, a la señorita Mudra.
—Más vale que el pastel esté bueno —bromeó la bibliotecaria.
Comenzó a hacerse muy largo el momento de estudio que tenía a diario con Kimiosea, pero sabía que era necesario. La Historia no parecía tan aburrida cuando su amiga se la relataba de la manera en la que lo hacía, la rubia muchacha tenía una habilidad innata para narrar de manera especial.
Esmeralda trataba de aprender lo más que podía de todas las historias que venían en los libros. Siempre intentaba ampliar su mente para dar paso al conocimiento que necesitaba para poder obtener su pase a cuarto. Nereida había puesto mucha atención desde el inicio de curso, así que no le costó tanto ponerse a estudiar con Shinzo, ahora tenía una preocupación menos, pues, por primera vez, se sentía preparada para los exámenes.
El tortuoso día llegó, la primera prueba fue la del profesor Blodin. Nereida se sintió tentada de distraerse pensando qué le pudo haber dicho Iniesto al profesor, pero no debía dudar de su prometido, además de que tenía que otorgarle toda su atención a aquel examen. Las alumnas del profesor estaban estresadas, si no pasaban su examen tampoco pasarían a cuarto grado y serían expulsadas de la escuela.
Después de una horrible hora siguió el examen de Contabilidad, esa materia comenzó siendo tan sencilla como ninguna, pero se fue haciendo cada vez más y más pesada convirtiendo su prueba en una de las más difíciles de superar. Nereida se había hecho bastante hábil en esta asignatura, desde que en primero se la pasaba tan bien con su amiga Esmeralda.
Seguía el examen de Redacción, fue una tortura tener que sacar palabras de la nada para el profesor Piuick, la única que no tuvo problema alguno y entregó el examen mucho antes que todas fue Kimiosea; la cual se sentía muy cómoda tomando aquella materia y realizando los ejercicios del profesor. Al inicio de la prueba el profesor les recogió los diarios para revisarlos, inmediatamente buscó el de la rubia y quedó, como siempre, satisfecho con su trabajo.
Continuó el examen de Historia, Esmeralda llegó confiada, por primera vez entendía todas las preguntas y, mucho más importante, sabía las respuestas a todas y a cada una de ellas. Miró a la profesora Clovery desafiante, la cual se impresionó cuando la muchacha le entregó el examen antes que todos.
Después tuvieron dos horas de descanso para reposar y, cuando regresaron, tuvieron que tomar el examen de la profesora Bronét y el profesor Aristela, ambas sumamente sencillas. Terminaron agotadas, pero aquello no terminaba, seguía otro día de exámenes de materias repetidas, tutorías y asesorías.
Llegó el siguiente día imponente ante los espíritus de las chicas, Kimiosea no tuvo que asistir a ningún lado, pero Esmeralda presentó el examen de Historia de primero. Nereida el de Geografía de primero y de segundo, Historia de primero y de segundo, Estrategia Económica de segundo y de primero, Ecología, Cuidado Personal de primero y de segundo, el de Etiqueta de segundo y de primero, Lengua de segundo y de primero, Redacción, Contabilidad y Ciencias Sociales de primero y de segundo; y Shinzo solamente el de Etiqueta.
Cayeron rendidas. Pasaron el siguiente día, que era libre, relajándose en sus habitaciones, meditando acerca del año, de las cosas que habían sucedido. Todavía algunos sentimientos eran extraños, algunas cosas no se habían aclarado y muchos misterios no se habían resuelto aún. Estuvieron juntas, pero cada quién realizaba una actividad diferente.
Nereida pulía algunos detalles de la boda, Kimiosea le enviaba notitas a Naudur con su broche mensajero, Shinzo leía un libro y Esmeralda leía el cuaderno de Dulce, qué tristeza le daba saber que aquello era solamente el invento de una mente trastornada. Entre una cosa y otra, se quedaron totalmente dormidas, tratando de hacer que el día se fuera mucho más rápido para recibir las calificaciones lo más pronto posible.
Esperaron ansiosas las notas, se sentían tan preocupadas, pero al mismo tiempo emocionadas por casi haber concluido un gran año escolar. Decidieron levantarse aún más temprano, ya estaban desayunando cuando la señora Nerzo llamó a su puerta y les entregó los sobres, poco después llegaron sus amigas para abrirlos. Esmeralda no podía evitar que le temblaran las manos al abrir el sobre y leer sus calificaciones de tercer año.
Coralli
Lista de calificaciones
Nombre del estudiante: Esmeralda Daar
Edad: 21 años
Grado y Grupo: 3° Driada
Especialidad: Dama de compañía
Historia III – A2
Estrategia Económica III – A2
Contabilidad III – A1
Redacción II – A2
Equitación II – A1
Ciencias Sociales III – A1
Asignatura(s) repetidas:
Historia I – A2
Asignatura(s) con tutoría:
Historia II – A2
Sin asignaturas con asesorías
Resultado: Aprobado el pase a cuarto grado
Atte. Derié Donur, directora del Coralli
La muchacha saltó de emoción, al fin había pasado Historia. Esta carta era muy distinta a las anteriores, tenía un sello de autenticidad, detrás traía la confirmación de estadía firmada por la directora.
Todas miraron a Nereida y ella les sonrió llena de luz. Había obtenido su pase a cuarto grado, estaba tan feliz.
Ahora ya no tenían que preocuparse por nada, más que por asistir al baile de graduación, al siguiente día, y a la boda de su amiga que se llevaría a cabo al día siguiente del baile.
Ese curso se fue mucho más rápido que los otros, pero estuvo lleno de acontecimientos muy importantes. Esmeralda tenía que ir a avisar al trabajo que ya no podría asistir hasta el otoño, cuando regresara para ir a su último año. No podía creerlo, ese sueño infantil, ahora estaba a la vuelta de la esquina.
¡Recuerda acompañar tu lectura con la playlist oficial y seguir las últimas noticias en las redes sociales! ¡Gracias por todos sus comentarios!
-Sweethazelnut.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top