52. El cuaderno de Dulce


Cuando amaneció, las chicas se prepararon para partir de inmediato a la oficina de registros. Nereida tenía unos cuantos niros ahorrados que utilizaría para comprar comida y subsistir durante el verano. 

Entraron al establecimiento en donde se encontraba la misma mujer de la última vez, se acercaron y la mujer las reconoció de inmediato. Mencionó que los servicios llegarían a partir de ese día y que Nereida tenía derechos que se les otorgaban a los habitantes de Noif, la mujer les extendió un papel que era muy diferente, tenía una textura suave y decorados precisos.

La honorable región de Noif, autoriza la reactivación del registro de la propiedad ubicada en la calle Manifié, número 423, en el pueblo principal de la región de Noif, Imperia, a nombre de la señorita Dulce Blodin. La cual por medio de este acuerdo se encuentra obligada al pago de los impuestos correspondientes, a cambio, se le otorgarán beneficios como lo son: el suministro de agua (potable y no potable), el uso de servicios de salud en los establecimientos correspondientes, inclusión en el servicio postal y de entregas. 

En caso de que haya niños viviendo en la propiedad (entre 3 y 17 años), se les brindará inscripción inmediata a uno de los cinco colegios de los cuales dispone esta región. Se seleccionará el grupo y colegio por medio de un examen único. 

Cuando se decida dejar esta propiedad deberá darse de baja en las oficinas correspondientes, ubicadas en el pueblo principal, con la intención de que se anuncie su venta y  así se le encuentre un comprador. En caso de ya tener uno, se deberá avisar a las oficinas. 

El nuevo dueño deberá activar un registro a su nombre, en caso de no tener un comprador las oficinas buscarán uno y enviarán la cantidad correspondiente al presente dueño. 

Se entiende que actualmente vive una sola persona en el domicilio, no existen mascotas, tampoco cónyuge, ni hijos. Si existe algún error o cambio favor de aclararlo en las oficinas correspondientes.

El rey Hibresto autoriza este acuerdo y espera que se cumplan con las condiciones y, a su vez, promete que cumplirá con los servicios dados a cambio.

La hoja tenía un sello con una "H" y un águila, el sello del Rey.

Esmeralda se quedó sorprendida cuando su amiga les leyó el certificado, en Alúan no había ni una escuela y mucho menos el derecho de acudir a una. En Lizonia, había dos escuelas pero era extremadamente difícil entrar a ellas. Tampoco había suministro de agua, cada quién tenía que ver por sus respectivos intereses.

Nereida se quedó satisfecha y firmó el recibo del certificado, regresaron de inmediato a la casa. No tardaron mucho en llegar los empleados de la segunda tienda, llamaron a la puerta y le entregaron el comedor, las sillas, las mesitas de noche, el tocador con espejo y las alacenas que instalaron inmediatamente en la cocina. 

Las muchachas acomodaron el comedor en donde estaba el anterior, junto con las sillas que venían con él. Subieron las mesitas de noche en la nueva habitación de Nereida, dejando espacio para la cama, y el tocador con espejo también lo colocaron en la habitación. 

Poco después llegaron los de la primera tienda a dejar la sala, con la mesita de centro y la cama. Terminaron de acomodarlo y colocaron las cosillas que compraron en la última tienda. Metieron la vajilla en las alacenas, acomodaron el friz junto a la ventana de la cocina y subieron la nueva cama a la habitación de arriba.

Ya era hora de comer cuando llegó una carreta con barriles llenos de agua, los barriles tenían una llave a un costado para que saliera el líquido. Los encargados tenían la orden de entregar barriles nuevos a esa casa, ya que también tenían depósitos de agua, tanto potable como no potable, para rellenar los barriles, si es que ya se tenía uno. Se otorgaban dos barriles de agua potable y dos de agua no potable para bañarse o regar el jardín. Esta entrega se realizaba cada semana y, dependiendo del número de habitantes, era la cantidad de barriles que se entregaban.

Las chicas metieron los barriles potables a la cocina y los no potables en el baño. Se dirigieron caminando al pueblo para comprar más fruta, harían una deliciosa tarta de fresa para comer y fruta picada acompañándola. Regresaron en un ioster a la casa para poder comer y continuar. 

Arreglaron la mesita para la terraza, la pintaron, tanto a ésta como a las sillas, color chocolate. Ese espacio quedó precioso, se podía admirar la belleza de aquel lugar cómodamente desde una de las preciosas sillas.

No tardó en llegar la noche y las muchachas habían acordado escribir a sus familias, ya que ahora el correo no estaba restringido, como en la escuela. Tomaron unas hojas y comenzaron a escribir, Kimiosea y Shinzo a su familia, Nereida a Iniesto y Esmeralda a su madre.

Querida madre:

Me encuentro muy bien aquí en la casa de mi amiga, te extraño muchísimo. Espero pronto tener mi propia casa, esta es muy hermosa, es pequeña, pero es muy hogareña. Nereida se encuentra muy contenta aquí, al fin un lugar en el que puede estar tranquila.

¿Sabías que en Noif los niños están automáticamente inscritos a un colegio en cuanto una propiedad se registra? Yo no lo sabía, me hubiera gustado estudiar en una escuela antes de ingresar al Coralli, aún así muchas gracias por todo lo que me diste. Esta región es maravillosa, el rey Hibresto parece ser bastante justo con el pueblo. 

Te escribiré después madre, acabamos de terminar de ordenar todo por acá. ¡Nos quedó estupendo!

Te mando un abrazo enorme.

Con amor, Esmeralda.

La chica dobló la hoja y la metió en el sobre, el resto de sus amigas también habían terminado. Las muchachas caminaron juntas al pueblo para llevar sus cartas al servicio postal. Nereida se sintió un poco triste, pues no tenía familia a la cual escribirle, pero esperaba que Iniesto se sintiera contento de ver que ella le escribía en las vacaciones.

Al fin habían terminado de organizar la casa de Nereida, la muchacha subió a su nueva habitación, preparó unas sábanas para que sus amigas durmieran junto a ella y se quedaron dormidas en cuanto cerraron los ojos. Fue una gran experiencia ayudar a su amiga con su mudanza, pero ahora era tiempo de descansar.

Cuando el sol se levantó todas se sentían mucho mejor. Nereida decidió tomar un relajante baño, tenía que racionar mucho el agua, pues no se contaban las visitas para su repartición.

 Kimiosea se encontraba en la terraza estrenando su precioso broche mensajero que compró a inicios del curso, mandándole notitas a Naudur; Shinzo y Esmeralda preparaban el desayuno, un poco de fruta picada, como ya se les había hecho costumbre, era lo más económico y nutritivo que se podía comprar en cualquier región. Usualmente se comían frutillas, que era lo más común de encontrar, pero variaba según la temporada, por ejemplo, en invierno se daba una fruta muy extraña; tenía la apariencia de una esfera de cristal, era fría, crujiente y muy jugosa, se les llamaba "flinfto", lo más común era su consumo exclusivo de las personas de la realeza.

Desayunaron juntas, decidieron quedarse en casa aquel día, ya habían tenido suficiente ajetreo los días anteriores. Nereida recordó todas las cosas que habían puesto en la bodega y les propuso a sus amigas ir a ver qué tipo de objetos podían encontrar. Las muchachas se quedaron un momento dudando si era correcto husmear en las pertenencias ajenas, pero no tenían nada más que hacer, así que todas se dirigieron al jardín de atrás para entrar a la bodega.

El lugar estaba totalmente abarrotado, apenas podían pasar entre el montón de cosas que habían guardado para acomodar la casa como Nereida la quería. Revisaban las cajas buscando algo interesante. Estaban muy aburridas, cuando de repente, Shinzo notó que había un cuaderno enorme cubierto de piel lleno de papeles dentro, la chica lo tomó y se lo mostró a las demás.

Se fueron a sentar en la sala de la casa para abrir el cuaderno. Tenía millones de anotaciones, dibujos, cuentas, algunas ecuaciones, fotografías, mapas y un montón de papeles llenos de relatos que parecían parte de un diario, se sentaron en el suelo y se turnaron para leer.

Querido diario:

Hoy me ofrecieron un puesto en el castillo de Ífniga, podré ser tutora de uno de los niños. Me emociona poder ir a explorar nuevas regiones, pero también estoy un poco triste por dejar esta preciosa casa.

Recuerdo cuando la compré, mi hermano acababa de conseguir empleo como profesor del Coralli, si nuestra madre lo viera estaría más que orgullosa. Yo tenía dos días de haber conseguido un empleo como maestra en la escuela número cuatro, era tan especial, extrañaré a todos mis alumnos, en especial al pequeño Kensei Omicreto, es un niño muy especial. A veces es tan difícil decir adiós a las cosas a las que ya estamos acostumbrados, sumidos en el miedo de saber si lo nuevo que viene es mejor o peor, ya que sabemos que si es peor no hay manera de retroceder. Me planteo estas cosas desde ese momento pero no me quito de la cabeza que es una gran oportunidad y que debería aceptarla. 

Te escribiré luego, estoy muy cansada y no puedo esperar para dormir.

Dulce.

Las muchachas se quedaron conmovidas, cuando la mujer falleció todas sus cosas fueron enviadas a su casa. Ese cuaderno siempre estuvo con ella, era su manera de desahogarse, le fue obsequiado por su hermano cuando ella era muy joven. Solía agregarle más hojas para poder tener siempre a su compañero inseparable. Algo que usaba como diario, agenda, cuaderno de anotaciones, era de lo más especial, ahora estaba de regreso en su hogar.

Las chicas sacaron otra de las hojas, a todas las recorrió una sensación extraña, pero aún así comenzaron a leer, de nuevo.

Querido diario:

Algo raro está pasando en el castillo, no sé por qué, pero sospecho que algo me están ocultando. Estaba dando una lección a los niños, de pronto, el barón de Ífniga entró y me pidió que desalojara el salón. 

Cuando le pregunté la razón él se enojó muchísimo, casi nos empuja a los niños y a mí. Al salir vi a cuatro personas, me resultaron muy extrañas, ninguno me sonrió, solamente me miraron con desprecio. Tenían una expresión muy seria, creo que los niños percibieron lo mismo, porque empezaron a ponerse nerviosos, decían que ellos vendrían a robarlos o cosas parecidas, ya sabes cómo es la imaginación de los pequeños. 

De cualquier forma, espero que no sea nada malo, siempre me ha dado miedo entrometerme en asuntos oscuros. Te escribiré después, ahora quiero irme a dormir para terminar con este horrible día.

Dulce.

Al escuchar el nombre de su padre, Nereida se estremeció un poco. Sus amigas le preguntaron si quería que se detuvieran, pero ella dijo que no había problema, tenía la gran duda que todas: ¿Qué cosa tan importante sabía Dulce como para que se deshicieran de ella?

Encontraron un papel que tenía un dibujo extraño, se trataba de un circulo con siete estrellas a su alrededor y una llama al centro, detrás venían un montón de números y palabras escritas en las esquinas. Había más y más papeles, uno de ellos tenía escrito: "Los cuatro siniestros", las chicas se estremecieron, al final venía una hoja de libro que fue arrancada, mostraba información sobre las tres bestias de las que les habló el invitado del profesor Tausum.

Las muchachas se quedaron impactadas, decidieron dejar un rato el cuaderno, se fueron a dormir con todo el asunto en mente.

¿Quiénes eran los cuatro siniestros? ¿Qué representaba el círculo con las estrellas?

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-Sweethazelnut.

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