36. El plan de Esmeralda
Comenzaron a pasar las semanas en ese segundo curso. Kimiosea frecuentaba bastante a Naudur, casi todos los días lo veía al finalizar las clases; como él también había obtenido A1 en todas sus materias de primero, podían pasar toda la tarde juntos. Por otro lado, Nereida comenzó a volverse más y más insoportable con Iniesto, el muchacho era grosero para demostrarle que no tenía ningún interés sobre ella, pero la chica continuaba siguiéndolo, tratando de hacerle plática y mandándole notitas con amigos.
Aquel día en el que a la tercera hora daba inicio la clase del profesor Blodin, el hombre estaba en el salón inexpresivo. Miró a Nereida fijamente mientras entraba, cuando el salón se vio lleno, se levantó y cerró la puerta.
—Tienen cuarenta mil niros. Deben esa misma cantidad a un mandatario de alta categoría en otro reino, de camino, encuentran a una familia muy pobre que necesita tres mil niros para llevar al más pequeño de sus hijos al médico o de lo contrario morirá. Si no se entregan completamente los cuatro mil niros, el mandatario no tendrá tolerancia y comenzará un conflicto político, pero si dejan a la familia, se sabrá, y el pueblo se levantará contra ustedes por su falta de humanidad. ¿Qué es lo que harían? Analícenlo, redáctenlo y al final de la clase lo quiero en mi escritorio. Señorita Ditón, venga un momento —indicó el profesor rápidamente.
—¿Qué? —habló Nereida cuando se encontró en el escritorio junto al profesor.
—Supe la verdadera razón por la cual no me entregaste esa tarea aquel día —dijo el hombre mirando a la muchacha buscando una reacción.
—Fue Tausum, me las pagará.
—Quien haya sido, dime... ¿por qué no me explicaste esto?
—No es de su incumbencia, no me gusta estar propagando mi vida a cualquier extraño.
—Ditón, yo no quiero entrometerme, es sólo que era una razón más que válida, no era necesario inventar una excusa.
—No entiendo por qué le importa tanto —exclamó la chica y regresó a su lugar dejando al profesor Blodin sin saber qué decir.
La clase se pasó en silencio, era muy extraño que el profesor expresara ese tipo de interés por una situación como aquella. Sin más, siguió pasando el día, a la hora de la comida Nereida no fue con sus amigas, decidió mejor salir a buscar al profesor Tausum. Preguntó a la señora Nerzo, argumentando que quedó con una duda de su clase, y ésta le indicó en dónde se encontraba.
—¿Por qué se lo dijo? —se escuchó la voz de la muchacha que se encontraba en la puerta.
—Nereida, qué sorpresa. Pasa, por favor —dijo tranquilo el profesor Tausum que se encontraba acomodando unos mapas.
—¿Por qué se lo dijo? —repitió la chica.
—No sé a qué te refieres yo...
—¡Le dijo a Blodin lo de mi madre! —gritó Nereida y el profesor sólo sonrió.
—No lo hice con mala intención. Yo estaba con la directora Donur cuando recibió una carta de tu padre, fue ahí que me percaté de que tú eres hija del barón de Ífniga. Saliste entonces como tema de conversación cuando, más tarde, charlaba con el profesor Blodin. No sé si sepas, pero su hermana menor murió en manos del barón, años atrás. Le dije que una de nuestras alumnas era su hija y...
—Desearía no serlo.
—Bueno, pues, solamente le dije eso al profesor Blodin.
—Está bien, no se preocupe.
Shinzo y Esmeralda estaban solas, pues Kimiosea había ido a pasear con Naudur, así que decidieron ir a las caballerizas, para practicar un poco. El caballo de Shinzo era magnífico, otra yegua llamada Damina, su pelaje era color gris y su crin y cola de color negro. Después de varias semanas de practicar casi todos los días, ahora eran capaces de ir más rápido y sin supervisión. Les faltaba mucho por aprender, pero al menos se sentían muy cómodas con sus caballos y, al parecer, ellos también se sentían cómodos con ellas.
Estaban cepillando a Damina y a Situani cuando se escuchó que alguien llegó en su caballo y entró a la caballeriza.
—¡Hola, muchachas! —saludó Dimitri mientras le traía agua a Ánimus.
—Hola, Dimitri. ¿Qué haces por aquí? —dijo Esmeralda sonriente.
—Fui a dar un paseo por el bosque, lo hago todos los días durante el tiempo de comida, es muy relajante... ¿Y tú cómo estás, muñeca?
—Esmeralda, tengo que irme, nos vemos después —exclamó precipitadamente la muchacha y acto seguido se fue.
—¿Qué le pasa? —preguntó Dimitri mientras acariciaba a Ánimus.
—Eres muy precipitado.
—Es que ella es tan malhumorada, tan difícil —dijo el chico sentándose y alborotando su cabello.
—La conozco, Dimitri y yo sé que le gustas —indicó Esmeralda, sentándose a su lado—. Lo que pasa es que no te has sabido acercar correctamente.
—Quiero invitarla a salir —confesó Dimitri sonriendo.
—No podemos salir de la escuela.
—En segundo año ya puedes, los fines de semana puedes salir al pueblo. Cada año tiene algo bueno, en tercero, por ejemplo, obtienes la piedra del destino.
—¡La piedra del destino! —gritó emocionada Esmeralda, sólo un año y podría obtenerla.
—Sí, a mi me la darán a mitad de este año, será estupendo —dijo Dimitri—. Pero aún no me has dicho cómo invitar a Shinzo a salir.
—Tengo una idea, ¿por qué no organizamos una cita triple?
—¿Triple?
—Si, Nereida e Iniesto; Kimiosea y Naudur; Shinzo y tú.
—Entiendo lo de Kimiosea y Naudur, pero ¿Nereida e Iniesto?
—Bueno, si sólo van Kimiosea y Naudur, ellos adoran estar juntos, Shinzo entenderá de sobra que no es necesaria y no aceptará. Si sólo van Nereida e Iniesto, tu amigo tratará de buscarte para no estar tan solo con mi amiga y no te va a dejar estar con ella. Pero si van los dos, Shinzo entenderá que necesita ir porque Nereida se pone muy nerviosa con Iniesto y Kimiosea muere por ir a una cita con su chico, además Naudur servirá de apoyo para Iniesto, dejándote a ti con Shinzo.
—Increíble, Esmeralda, entonces... ¿tú le dirás? —preguntó Dimitri sonriendo.
—Sí, ahora que me dijiste que podemos salir, les diré que vayamos a comprar al pueblo. Ahí lo haré y además buscaré qué lugar sería el indicado —dijo Esmeralda y se levantó para ponerle llave al box de Situani.
—¡Muchísimas gracias! —exclamó el muchacho con emoción. Esmeralda se despidió del chico y se fue.
Después de dejar a Ánimus en la caballeriza, Dimitri caminó de regreso a los dormitorios. Aún quedaba una hora para regresar al segundo periodo de clases. Iniesto se encontraba leyendo en su cama, cuando llegó repentinamente su amigo.
—¡Voy a salir con Shinzo! —expresó animado Dimitri.
—Felicidades.
—¡Vamos a salir con Shinzo! —exclamó el rubio muchacho con una sonrisa nerviosa.
—Espera... ¿vamos? —Iniesto cerró su libro y lo miró extrañado.
—¡Vamos a salir con Shinzo y Kimiosea!
—¿Qué no tiene algo con ese chico Naudur?
—¡Vamos a salir con Shinzo, Kimiosea y Naudur!
—No me gusta a dónde nos está llevando esto —dijo Iniesto levantándose y cruzando los brazos.
—¡Vamos a salir con Shinzo, Kimiosea, Naudur y Nereida!
—Espero que te diviertas solo.
—No seas niña, es sólo una chica no pasa nada —dijo Dimitri dándole un empujón a su serio amigo.
—No te quieras pasar de listo, pueden ir con Kimiosea y ese tipo... El arcoíris viviente.
—Si van ellos dos, ella sabe que no tienen problemas para estar juntos... Se supone que esto es para que Nereida y tú... Se conozcan.
—Sabes lo acosadora que es esa chica, no voy a ir. —Iniesto abrió de nuevo el libro y trató de ignorar a su amigo.
—Iniesto... Te daré doscientos niros, para ese nuevo libro de combate que quieres —ofreció sonriendo. Iniesto apretó los ojos, dio un suspiro y cerró el libro.
—De acuerdo. —Los chicos se dieron un apretón de manos y Dimitri se quedó satisfecho.
¡Recuerda acompañar tu lectura con la playlist oficial y seguir las últimas noticias en las redes sociales! ¡Gracias por todos sus comentarios!
-Sweethazelnut.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top